jueves, 14 de febrero de 2013

¿DE LA RED AL ALTAR?


¿DE LA RED, AL ALTAR? 

En la actualidad, se viven tiempos muy bonitos pero también muy delicados en materia de "relaciones amorosas" a través de la red, ya que con estas (ya no tan nuevas) tecnologías, conquistar o seducir a alguien a través de internet, es la cosa más sencilla y fácil del mundo: Música, flores, poemas, fotografías, videos, mensajes de texto, correos electrónicos regalos virtuales, etc., son estrategias infalibles o tácticas para enamorar y enamorarse, que a la postre se convierten en decodificadores o "llaves" para abrir los corazones en la distancia y alimentar sentimientos en verdad profundos y...¡Hermosos!, pero: 

Resulta contraproducente, cuando esta excelente vía de comunicación, es utilizada por gente sin escrúpulos que usa las TIC'S, (Técnicas de Información y Comunicación), para hacer fraude de sentimientos, estafas de amor y también de dineros: Engañar, traicionar, jugar, vengarse, negociar a espaldas de..., etc., se convierten en armas poderosas para robar, para usurpar derechos ajenos, para lastimar, herir, fraudulentar y hasta para asesinar corazones inocentes, o dejar en la calle a personas demasiado confiadas o ingenuas, sin embargo:

Dice una máxima por allí, que "El que no se arriesga, no gana" es cierto, cualquiera tiene el derecho de experimentar, de aprender, pero caray, hay que tener cuidado, no toda la gente entra a la red para hacer favores gratis, ¿Cómo se podría confiar en alguien que se dice ser amigo o amiga pero que no conocemos, y ni imaginamos siquiera cuáles son sus verdaderas intenciones?, o que incluso primero te dice: "tratémonos y ya con el tiempo, veremos", obvio que en el trato y el proceso de conocimiento de ambos, se van acostumbrando, se van encariñando y cuando menos se piensa, en el vínculo del trato diario y directo, ya se ha formado una adicción, una co-dependencia emocional, una necesidad afectiva, un deseo (que hasta podría llegar a doler), por saber del otro o de estar con el otro.

Allí ya es posible observar el foco rojo, la situación de riesgo y cuando menos por sentido común o por seguridad emocional se debe plantear una pregunta importante: ¿Qué necesidad tengo yo, de estar viviendo esto?, o ¿Qué es lo que yo realmente necesito como persona?. Recuerda que el amor por internet es un albur; o puedes ganar todo, o lo puedes perder todo, no sabes realmente con quién estás interactuando, o no sabes quién es realmente quien está atrás del ordenador.

Además, hay que tomar en cuenta otro aspecto importante: La seducción virtual nos permite crear imágenes, pero nuestra imaginación podría llevarnos a otra cosa muy distinta. ¡Mucho cuidado con esas necias fantasías! Resulta pues que, el retrato que te pusieron en el recuadro del mensajero, o que recibiste por el correo electrónico no corresponde a la persona que dice ser, o mejor... resulta que la camarita digital te muestra a una persona con apariencia honorable, seria, decente que está muy lejos de serlo. Hey... observa   todos los detalles objetivamente, investiga por tu cuenta antes de otorgar concesiones. 

Qué increíble, pero encontrarás que quizá hay personas con buenas intenciones, personas inteligentes, comprensivas, sencillas y aparentemente sinceras... ¡Buenas personas!, que tienen muchas y muy variadas habilidades para relacionarse, buena dote de ortografía, excelente presentación en la cámara web, bellísima voz, dulce, tierna o viril (hombre o mujer), no tienen nada que esconder ni nada de qué avergonzarse, ¡Toda una esperanza! y soñamos o gritamos de alegría: ¡Me saqué la lotería sin comprar cachito!, la felicidad se derrama por todos los poros de la mirada o de la piel y en fin... 

Todo parece ir viento en popa con esa persona, no hay motivos (aparentemente) para desconfiar. Pero pasa el tiempo: Un año, dos, tres o más... y resulta que nuestro "amor de lejos", no quiere, no puede, o no parece decidirse a formalizar la relación, no hay planes para conocerse físicamente, ni condiciones o fechas para viajar, y mucho menos interés para realizar una propuesta de matrimonio legal, ni nada por el estilo, o en el peor de los casos, tal vez el galán (en su zona de confort) espera que sea la mujer quien vaya a buscarlo hasta las puertas de su propia casa, ¡Puf!.

Para ese tipo de personas, la relación amorosa se reduce a una simple costumbre, una cita diaria frente a una fría e indolente máquina de computador, o una espera desvelada en el teléfono que no suena a la misma hora siempre, o quizá podría transformarse en una simple transacción de toma y daca, puro trueque, "Si me buscas te busco, y si no me buscas, ¿Porqué tengo que buscarte siempre yo a tí primero?", "Hoy no apareciste en la pantalla de mi computador, ah, pues mañana no apareceré yo... ¡Para que sepas lo que se siente!", etc.. La relación se vuelve quebradiza, enfermiza o sosa e infantil. 

Esos juegos psicológicos que todos jugamos no nos lleva a nada objetivo, productivo o satisfactorio, por el contrario, en ese tipo de relación, es como estar abrazados a una ilusión que en cualquier momento puede desvanecerse, esfumarse y dejarnos suspendidos entre el cielo y el infierno... Una utopía, ¡Un ideal muy pobre que defender!. 

Por lo tanto y ya para terminar mis caras amigas, sólo me resta hacer énfasis en algo importante que no debemos olvidar: La prudencia no abunda en nuestro mundo y la sabiduría de la abuela sigue estando vigente, más que nada porque las redes, además de redes, son sociales, pero sobre tu vida, ¡Solamente decides tú!.

Feliz día del amor y la amistad, 

Doral. Lic. en Psicología,
E-Mail: doralorama@gmail.com

domingo, 10 de febrero de 2013

El Amor: ¡La mejor Medicina!



















El Amor: ¡La mejor Medicina! 

Aunque parezca increíble, está comprobado científicamente que las bondades de ese hermoso sentimiento llamado: "AMOR", tiene muchísimas propiedades curativas, y aporta grandes beneficios para quienes dan y reciben ese tipo de emociones de tan alto voltaje y nutritivo chacty potencial para el organismo humano, y por supuesto... ¡Alimento especial para el alma!.

Por si esto fuera poco, el bendito sentimiento del amor, suprime dolores, alivia las penas, alimenta la esperanza, fortalece la voluntad, aumenta la fe y más... ¡El organismo rejuvenece!, gracias a que la glándula pineal (que está situada en la base del cerebro), libera una sustancia "inteligente" llamada Melatonina, que es la encargada de proporcionar una sensación de vitalidad al cuerpo, chispa y armonía... ¡Más allá de la piel!. 

Estudios realizados en algunas Universidades del mundo, aseguran que el amor actúa como analgésico natural e infalible y comprobaron además, que el amor apasionado tiene la capacidad de aliviar, de sanar, con la misma intensidad que lo hace un medicamento, es decir; actúa como un analgésico...¡Y cura de verdad!. 

Otras investigaciones avaladas científicamente (FEC, Fundación Española del Corazón), también ha comprobado que el amor es un fenómeno maravilloso, que influye directamente en la salud de nuestro corazón, reduce los riegos de padecer enfermedades cardiovasculares y contribuye, de esta forma a alargar la esperanza de vida, e incluso, los vínculos con la pareja, amigos y familiares mejoran la presión arterial, lo que ayuda a reducir los niveles de ansiedad, estrés y depresión, conocidos como "factores psicológicos de riesgo" cardiovascular.

Según otro estudio realizado en la Federación Mundial del Corazón, nos dice que las personas que siguen algún tratamiento para abordar cardiopatías y tienen un entorno feliz, mejoran entre dos y cuatro veces su capacidad para reponerse de la enfermedad. 

Por el contrario, otra investigación del Instituto Karolinska de Estocolmo, ha demostrado que las mujeres con matrimonios estresantes tienen el triple de riesgo de sufrir un infarto, que aquellas con una buena relación con su pareja. En cambio, estar casado o tener una pareja estable reduce la producción de cortisol, la "hormona del estrés", según otro estudio dirigido por el Dr. Darío Maestripien, de la Universidad de Chicago, Illinois USA, quien cree "que el matrimonio parece hacer más fácil enfrentarse a las situaciones estresantes de la vida diaria"

Entonces, el amor alivia dolores, aumenta la creatividad, reduce el estrés, previene el envejecimiento prematuro, protege de la demencia, fortalece el sistema inmunológico, previene enfermedades, etc. Esto gracias a las endorfinas que aumentan la sensación de bienestar en nuestro cuerpo y nos ayudan a soportar mejor el dolor, ya sea físico o psicológico. 

En fin, nos queda claro que el amor cambia nuestra forma de pensar y potencia en todo sentido la creatividad y por ende, ¡Alarga la vida!.

(Fuente informativa: Oxígeno, EFE, www.eldebate.com) 
Foto: Tomada de internet. 

Hasta la próxima amigas, sean felices. 

Doral.

domingo, 3 de febrero de 2013

¿Porqué sentir temor de los cambios?




¿Porqué sentir temor de los cambios?


Sucede a veces que cada vez que se nos avecina un cambio en el terreno que sea: Casa, oficina, país, ciudad, colonia, barrio, e incluso un cambio de aspecto o de piel por la edad, etc.,  la primera expresión es de asombro, de desagrado, de pereza física y mental, de desaliento, de incógnitas revoloteando en las paredes de todos los pensamientos: ¿Y ahora qué va a pasar?, ¿Cómo voy que empezar de nuevo?, "Ya nada va a ser igual", "Otra vez a empezar una nueva vida", ¿Cómo me voy a ver o a sentir?, ¿Qué voy a tener que hacer?, etc.. 

Por supuesto que asomarnos a lo desconocido siempre genera miedo, temor, nervios, tensión, estrés y por supuesto presiones e incertidumbres que genera otras preguntas: ¿Qué voy a hacer ahora?, ¿Dónde voy a estar? ¿Hacia dónde voy a ir?, ¿Cuáles serán mis roles o mis funciones? ¿Qué va a pasar con este otro cambio en mi vida?, ¿Qué debo hacer, o no hacer? ¿Cómo me voy a ver?, etc.

Es apenas normal que cambiar de ubicación un estado físico, generará un diferente estado mental, ¿Porqué?, pues porque se trata de incursionar en otro Status, otro ambiente, otras circunstancias, quizá otro lugar y tratar tal vez con otras personas que no conocemos o incluso aprender de otro estilo de vida que ni remotamente nos imaginábamos que llegaríamos a vivir.

El problema es que está allí presente, todo un reto frente a nosotros, una nueva oportunidad de  revisarnos externa e internamente, y encontrar de inmediato todas las cosas y objetos de los que debemos emanciparnos antes de hacer el gran cambio: Aquí los apegos son los primeros en presentarse a recibirnos: "Son mis cosas, no tengo porqué dejarlas", o "Yo no quiero desechar ni tirar nada, porque todo me sirve"... aunque esas cosas ya estén para mirarlas y tirarlas.

Convendría allí mirar hacia adentro para sentir hondo y mirar claro, introyectarnos para saber qué es lo que realmente está pasando en nuestro interior, y cómo es posible que nos apeguemos a lo viejo, a lo caduco, a lo que ya conocemos demasiado, a lo que ya dominamos a la perfección y que nos ha mantenido estancados en una zona de confort muy evidente... ¡No queremos soltar ni abandonar esa zona de confort! ¿Porqué sucede eso?

Sucede eso porque no conocemos más. No conocemos otras formas de trato, ni a otras personas con diferentes caracteres , conductas o culturas, no conocemos otra forma de vivir. Siempre hay otras formas de hacer y ver las cosas, ¿Porqué no conocer primero antes de preocuparse anticipadamente?

Es como aquella persona que ya le llegaron sus primeras arruguitas al rostro,  se espanta, se preocupa, se angustia, se aterra porque nunca las había tenido y no sabe ahora lo que va a pasar con su rostro. ¿Qué puede pasar?, pues adaptarse o acostumbrarse a lo nuevo y buscar una forma nueva de adaptación, es decir, modificar conductas, romper paradigmas, construir nuevos esquemas mentales con los cuales estemos más actualizados con la nueva vida y las nuevas circunstancias de vida, ¿Porqué sentir temor de los cambios?... Vamos, anímate, si no lo intentas, ¿Cómo saber de lo que eres capaz?, sin no lo haces tú, ¿Entonces quién?, si no lo haces ahora, ¿Entonces cuándo?.

Con mis respetos y cariños siempre,

Psic. Dora Lidia Pérez Rochín (Doral).

La Paz del Alma.

















LA PAZ DEL ALMA. 

 “Que la paz sea con vosotros y que os una la fraternidad eternamente”, es una frase muy hermosa que suele repetir el maestro de una logia (no recuerdo cuál), a sus discípulos, al finalizar cada reunión. 

Esas pocas palabras, a veces expresadas de manera automática, tienen un alcance muy importante, tratándose realmente de un deseo profundo, más que de una despedida formalista. Constituye una invocación hacia el alma de los que escuchan, para procurar que la sienta, la busque en su ser interior profundo. 

En el corazón de todos los humanistas, resuena permanentemente la palabra paz. Pero estoy segura de que es un deseo de cualquiera que se precie de ser humano, sea hombre o mujer, sea adulto, anciano o niño; todos deseamos vivir en paz con los demás y sobre todo con nosotros mismos, todos preferimos dormir tranquilos, trabajar tranquilos, sin sobresaltos, sin miedos, aceptando que en el transcurso de la vida tenemos que pasar por experiencias desagradables, diferentes pruebas y vicisitudes. 

Comprendo que nuestro cuerpo es imperfecto, sujeto a enfermedades, dolores, desgaste, vejez y tarde que temprano partiremos hacia el más allá. Pero aún así, mirando a la vida como un regalo, con oportunidades diversas para disfrutarla aún con sus tragos amargos, tendremos paz, estaremos en paz. Nuestra alma está en paz cuando aceptamos el miedo y lo superamos, estaremos en paz cuando dejemos de buscar el “porqué” de cada cosa desagradable y sepamos encontrar un “para qué” de eso mismo. O, si no lo encontramos, saber que existe ese para qué. 

Cuando controlamos nuestros impulsos y nuestras exacerbadas emociones, motivadas por rencores, odios, ansia de poder, envidias, etc., dejándoles reposar por un tiempo, obtenemos pronto un corazón tranquilo, en paz. 

Todos tenemos un guerrero que responde de inmediato quitándonos la paz cada vez que algo sale mal, cada ocasión que no se cumplen nuestras expectativas, pero tenemos que controlarlo, hacerlo esperar antes que nos incite a decir o hacer algo que turbe nuestra paz. Aprendamos a ser sensibles a lo bonito del mundo, a la armonía de la naturaleza y de todos los seres humanos. Permitamos que el Gran Arquitecto del Universo se irradie a través de nuestra conducta diaria y encontraremos la paz. 

rvaldezp@prodigy.net.mx

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