Hay un ángel en tu hogar, ¡Descúbrelo!
Es cierto que mucha gente no está siempre tan de buen humor para hablar de cosas espirituales, ni tiene tiempo de escuchar lo que otros hablan al respecto. Hay tantas otras prioridades en la mente de las personas materialistas que viven con mucha prisa en este mundo para lograr sus alegrías prefabricadas (temporales), o luchar por sus objetivos tan ilusos que por supuesto no sustituyen metas trascendentes, ni llenan sus vacíos existenciales del alma.
Ese tipo de personas tan burdas y tan superficiales, abundan en nuestro mundo, se les encuentra donde quiera, donde menos uno se las espera y qué lamentable es tener que reconocer que una inmensa mayoría son mujeres... ¡Sí, mujeres!... Mujeres que trabajan, que cómodamente dejan a sus hijos al cuidado de la mamá, de la abuela o de la suegra, que a parte de cuidarles a los hijos, se encargan de preparar la comida, de lavar la ropa, de planchar, de asear la casa, de hacerse cargo de todos, o casi todos los menesteres del hogar como si fuera el propio.
Mujeres que después de salir de sus jornadas laborales, no regresan directo para su casa, se van con las amigas de compras, a tomar la copa, al cine, al cafecito, a los compromisos sociales como si fueran mujeres solteras, como si no tuvieran un hogar, un esposo e hijos que atender. No quieren entender que se están perdiendo la mejor etapa de sus hijos: Su niñez y su adolescencia. Están tan acostumbradas a divertirse, a relajarse, a desestrezarse que realmente hasta se llegan a sentir "libres" y más... si tienen un esposo comprensivo y trabajador que también siempre está ocupado en sus labores, por lo tanto los hijos están sin sus padres la mayor parte del día y de la noche.
¿Qué pasa cuando la madre o la abuela o la suegra se enferma o fallece? ... ¡Los chicos quedan a la deriva de las circunstancias!, y por supuesto empiezan a mostrar conductas de franca rebeldía, chantaje y falta de respeto a los padres que nunca han estado presentes cuando más se les necesitó y es allí donde la misma mujer que se sentía tan apoyada, tan liberada y tan afortunada, se siente morir:
"¿Y ahora qué voy a hacer?"
Ni pensar en dejar su trabajo, no está dispuesta a dejar de frecuentar a sus amigas del alma, ni dejar de depender de sus "escapaditas" para relajarse, pero tampoco está convencida de querer hacerse cargo de las responsabilidades del hogar. Por un lado sufre el duelo de la pérdida maternal, pero por lado, no sabe cómo tratar a sus hijos ingobernables, ha perdido la autoridad sobre ellos, no la respetan ni la obedecen porque nunca ha sabido ganarse ese respeto, mucho menos el cariño o la preocupación que nunca ha sabido mostrarles a sus hijos, por vivir de sus frivolidades.
No quiere aceptar la realidad...
¡Siente que el cielo y la tierra van a aplastarla!
Y lo que es peor, jamás se dará cuenta de la magnitud y alcance de la situación que prevalece en su hogar desintegrado, el tiempo perdido y el precio real del ángel que se ha ido, el ángel que moró callado y sumiso en su hogar, el ángel que veló sus sueños, y veló por los todos, un ángel que ella nunca supo valorar como tal, el ser que adoptó sus roles, sus deberes y sus responsabilidades sin pedir nada a cambio. Un ángel que nunca fue escuchado, ni considerado, ni bien conservado ni bien valorado... ¡Qué triste es tener que decirlo así!
Muchos hogares del mundo tienen un ángel protector dentro de sus cuatro paredes, que vela de dia y de noche por todos los moradores, sean grandes o chicos, jóvenes o adultos... ¡Descubramos cuán útil nos es ese ángel de amor! cuidémosle, amémosle, demostremosle cuánto nos importa y cuánto nos duele como ser humano, no le carguemos tanto el trabajo... ¡No abusemos!... los ángeles tambien se cansan, tambien pierden sus alas, tambien un día se van, y yo espero que tu ángel amiga lectora, te llene de bendiciones y te haga entender que lo más valioso que tenemos en esta vida... ¡Es el hogar y una familia feliz!
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.