¡Los hombres también lloran!
Parece mentira que en pleno Siglo XXI, aún tengamos que aceptar la milenaria idea de que el hombre no debe llorar, nomás porque es hombre, y que pobrecito de aquél que se resista y termine llorando, porque inmediatamente será etiquetado como un "marica" y que encima de todo, no tenga escrúpulos para "chillar" y hasta "moquear" como lo hacen libremente las mujeres.
Llorar de por sí; se ha considerado desde siempre, como un signo de debilidad, un acto exclusivo del género femenino. Las mujeres lloramos por alegría, por tristeza, por abandono, por decepción, por amor, y algunas hasta por odio, principalmente aquellas que acostumbran reaccionar violentamente, y no de manera sentimental como la mayoría lo hace. ¿Qué mujer no recurre a las lágrimas por cualquier motivo?
Las lágrimas por lo tanto, son un símbolo inequívoco de la emoción desbordada. Algunas mujeres dicen: "Me emocioné al grado de las lágrimas" y vaya que lloran como unas magdalenas, sin que nada ni nadie se atreva a juzgarlas y menos a condenarlas por algo que es tan natural en el ser humano.
El llanto es una forma de expresar los sentimientos y las emociones, pero ¿Porqué al hombre no le es permitido ese acto ante la sociedad?.
En todas, o casi todas las culturas del mundo, se estila que es la madre quien primeramente le enseña al niño las buenas maneras y las costumbres de cómo comportarse, qué es lo que debe y no debe hacer, y sobre todo, que no debe imitir ni de chiste a sus hermanitas, y que como hombre... ¡Ni se le ocurra jugar a la comidita ni a las muñecas!, eso es de viejas -le dicen-, y por lo tanto, el niño desde muy pequeñito aprende a jugar con carritos, con motocicletas, con canicas, con pistolas, con cuerdas, etc. ¿Qué remedio?, si para eso nació hombre -le aseguran-.
Eso ocurre cuando son los padres quienes no coinciben la idea de que su hijo aprenda a vestir una muñeca, o que aprenda a revolver la cazuelita de juguete, o que llore cuando lo regañan sus papás de a mentiritas. El niño aprende a ser adusto e inexpresivo desde que se lo permite su conciencia. Creció y se formó seco y rudo para todo y por lo tanto, ante el mundo representa la rudeza, y no así la mujer que por su enorme sensibilidad siempre a flor de piel, simboliza la sutileza, ella es toda ternura desde que aprende a ser mujer.
Sin embargo y en honor a la verdad, las cosas no siempre son como parecen, pues quizá los hombres ante el mundo aprendieron muy bien su rol de ser y comportarse como hombres fuertes, indolentes y rudos, pero tambien incapaces algunos para demostrar el más leve sentimiento de ternura y mucho menos a derramar un par de lágrimas directas desde su corazón. "El qué dirán" es un elemento que siempre está y estará presente en la puerta de las emociones del hombre, impidiendo la salida al mundo que separa el simulacro de su realidad.
Señores hay que les importa mucho aparentar ante el mundo, una fortaleza que están muy lejos de sentir o de poseer. Muestran su imagen perfecta de "machos, muy machos", pero un simple dolor de estómago y ya están postrados en la cama, quejándose otra vez como aquellos niños del ayer. ¡Ah!, pero no se trate de decepciones amorosas o rupturas sentimentales porque tampoco son capaces de derramar una lágrima, aunque se acaben todas las botellas de vino de la cantina o el bar más cercano de casa. ¡Son muy hombres! ¿Porqué van a llorar?
Hey... Momentito por favor; ¿Que acaso al emborracharse no están evadiendose de su realidad?, mejor sería que lloraran su pena y así se ahorrarían los estragos que el alcohol les deja en la sangre, y en su bolsillo gastado, total que una vez pasado el efecto de la borrachera, tendrán que volver a enfrentarse a su realidad aplastante ¿no les parece?
En fin; cosas y casos se ven en la vida, tan increíbles como encontrar por allí uno que otro hombre que sí lo es de verdad y que no acostumbra andar por las cantinas botando sus frustraciones dentro de una copa de vino. Hombres que saben comprender y entender sus verdaderos sentimientos, hombres que no ocultan ni disfrazan sus pesares, porque a pesar de todo, saben amar y valorar lo que tienen y lo que traen por dentro... ¡Esos son hombres de verdad! y no imitaciones.
Hombres como éstos, son los que necesita el mundo, son los que busca la vida, son los que requiere la familia y... ¡Son los que exige Dios!
¿Eres un hombre así?, entonces eres bienvenido a esta página de mujeres, déjanos tu valiosa opinión y con mucho gusto la retroalimentaremos a la mayor brevedad posible.
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
Llorar de por sí; se ha considerado desde siempre, como un signo de debilidad, un acto exclusivo del género femenino. Las mujeres lloramos por alegría, por tristeza, por abandono, por decepción, por amor, y algunas hasta por odio, principalmente aquellas que acostumbran reaccionar violentamente, y no de manera sentimental como la mayoría lo hace. ¿Qué mujer no recurre a las lágrimas por cualquier motivo?
Las lágrimas por lo tanto, son un símbolo inequívoco de la emoción desbordada. Algunas mujeres dicen: "Me emocioné al grado de las lágrimas" y vaya que lloran como unas magdalenas, sin que nada ni nadie se atreva a juzgarlas y menos a condenarlas por algo que es tan natural en el ser humano.
El llanto es una forma de expresar los sentimientos y las emociones, pero ¿Porqué al hombre no le es permitido ese acto ante la sociedad?.
En todas, o casi todas las culturas del mundo, se estila que es la madre quien primeramente le enseña al niño las buenas maneras y las costumbres de cómo comportarse, qué es lo que debe y no debe hacer, y sobre todo, que no debe imitir ni de chiste a sus hermanitas, y que como hombre... ¡Ni se le ocurra jugar a la comidita ni a las muñecas!, eso es de viejas -le dicen-, y por lo tanto, el niño desde muy pequeñito aprende a jugar con carritos, con motocicletas, con canicas, con pistolas, con cuerdas, etc. ¿Qué remedio?, si para eso nació hombre -le aseguran-.
Eso ocurre cuando son los padres quienes no coinciben la idea de que su hijo aprenda a vestir una muñeca, o que aprenda a revolver la cazuelita de juguete, o que llore cuando lo regañan sus papás de a mentiritas. El niño aprende a ser adusto e inexpresivo desde que se lo permite su conciencia. Creció y se formó seco y rudo para todo y por lo tanto, ante el mundo representa la rudeza, y no así la mujer que por su enorme sensibilidad siempre a flor de piel, simboliza la sutileza, ella es toda ternura desde que aprende a ser mujer.
Sin embargo y en honor a la verdad, las cosas no siempre son como parecen, pues quizá los hombres ante el mundo aprendieron muy bien su rol de ser y comportarse como hombres fuertes, indolentes y rudos, pero tambien incapaces algunos para demostrar el más leve sentimiento de ternura y mucho menos a derramar un par de lágrimas directas desde su corazón. "El qué dirán" es un elemento que siempre está y estará presente en la puerta de las emociones del hombre, impidiendo la salida al mundo que separa el simulacro de su realidad.
Señores hay que les importa mucho aparentar ante el mundo, una fortaleza que están muy lejos de sentir o de poseer. Muestran su imagen perfecta de "machos, muy machos", pero un simple dolor de estómago y ya están postrados en la cama, quejándose otra vez como aquellos niños del ayer. ¡Ah!, pero no se trate de decepciones amorosas o rupturas sentimentales porque tampoco son capaces de derramar una lágrima, aunque se acaben todas las botellas de vino de la cantina o el bar más cercano de casa. ¡Son muy hombres! ¿Porqué van a llorar?
Hey... Momentito por favor; ¿Que acaso al emborracharse no están evadiendose de su realidad?, mejor sería que lloraran su pena y así se ahorrarían los estragos que el alcohol les deja en la sangre, y en su bolsillo gastado, total que una vez pasado el efecto de la borrachera, tendrán que volver a enfrentarse a su realidad aplastante ¿no les parece?
En fin; cosas y casos se ven en la vida, tan increíbles como encontrar por allí uno que otro hombre que sí lo es de verdad y que no acostumbra andar por las cantinas botando sus frustraciones dentro de una copa de vino. Hombres que saben comprender y entender sus verdaderos sentimientos, hombres que no ocultan ni disfrazan sus pesares, porque a pesar de todo, saben amar y valorar lo que tienen y lo que traen por dentro... ¡Esos son hombres de verdad! y no imitaciones.
Hombres como éstos, son los que necesita el mundo, son los que busca la vida, son los que requiere la familia y... ¡Son los que exige Dios!
¿Eres un hombre así?, entonces eres bienvenido a esta página de mujeres, déjanos tu valiosa opinión y con mucho gusto la retroalimentaremos a la mayor brevedad posible.
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
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