AMANECER DE NOVIEMBRE
Amanece un sueño en la oscuridad sedante del desvelo,
una gota de mi esencia que se pierde en el olvido.
¿Un suspiro?... Ya no tengo esa espera esperanzada,
del que vive soñando, con sus propios sueños.
Amanece, y en cada aurora de mis noches me disuelvo en un suspiro,
para morir un poco en las estelas frágiles, de mi lenta agonía.
Cielo y luz, mis ojos se van cerrando bajo los negros velos,
de esta triste soledad, que se convierte en sueños.
Son sueños de amanecer de mi cálida ternura,
que derraman mis delirios gota a gota al despedirse.
Son sueños saciando esta sed devoradora que reclama,
beberse la espuma de esta bruma, que supura milenaria.
Amanece otra vez.... ¿qué remedio?
Cierro la puerta de mis sueños para decirte adiós,
pero ni tú ni yo creemos en ese adiós, hasta que uno de los dos se haya ido.
Y seguiré quizá abriendo la puerta, para asomarme noche a noche a los recuerdos
y atrás de la cortina del ayer, descubrir aún llorando a la añoranza.
Un abrazo de mi corazón al suyo, deseando que sea muy feliz,
un hálito de amor y tiempo, que se ha convertido en obelisco de floridos sueños.
Amanece y cierro el círculo con llave, para dejar prisionero
al inmortal suspiro, que subyuga en la distancia, eternamente a mi Ser.
Autor: Doral.
@Derechos Reservados.
Siete veces sueños en un poema de veinte versos. Una soñadora a fondo, como tal poeta. Hermoso. Mi enhorabuena, un slaudo.
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