¿Porqué me cuesta tanto perdonarte?
Es lógico que cuando una persona lastima tus
sentimientos, la primera reacción es
sentirte muy mal, sentirte herida, dolida, resentida y desconfiada… ¡Te sientes
fatal porque tu ser querido te falló!, te faltó al respeto, te engañó, te mintió, te hizo fraude sentimental, te
acosó o te humilló, te gritoneó o te manipuló, te usó o te abusó, etc… Esa conducta no era la que tú esperabas, ni las cosas
salieron como tú las habías soñado, deseado o planeado, en fin…
¡Se vino todo al suelo y tú te sientes noqueada
y tirada en la lona!, piensas que nunca vas a poder perdonar, pero él vuelve a
buscarte una y otra vez, te ruega, te suplica, te implora, te promete cambiar y
vuelves a hacerte ilusiones: “Ahora sí va a funcionar”, “Ya rectificó su
error”, “Su arrepentimiento es sincero”, “Lo voy a perdonar y a ver qué pasa”…
¡Yo lo amo y es todo lo que importa!
La relación entre ustedes ha retomado su curso,
están juntos de nuevo, pero al convivir e interactuar de nuevo con él; te das
cuenta de que vuelven los recuerdos de lo que él te hizo en el pasado, vuelven
las imágenes, las palabras, los lugares, las personas involucradas, y por
supuesto vuelven los reclamos de lo que ya pasó y que no has podido perdonar
realmente y mucho menos olvidar ni vivir con paz.
A ver, piensa:
¿Cuántas veces se juzga un delito en cualquier
Corte, Juzgado o Tribunal?, seguramente ya sabes que la Corte sólo juzga los
delitos una sola vez, deliberando una sola sentencia, pero que es radical.
¿Entonces porqué tú si dices que lo único que importa es el amor hacia tu
pareja, le juzgas y le condenas sin piedad no una, sino dos o tres o más veces
de manera desordenada y hasta con palabrotas altisonantes?
¿Porqué te cuesta tanto trabajo perdonar?
El problema no reside en el hecho de que
solamente pienses en perdonar por conveniencia, por educación, por
costumbre, por amor, o por lo que
sea. El problema del no poder perdonar
de todo corazón, tiene su origen en el miedo que tienes de que te vuelvan a
lastimar. Oye, si ya perdonaste una vez y te lo vuelven a hacer y perdonaste
otra vez y la persona vuelve a reincidir, ¿de qué te dan ganas?
Se trata pues de entender que, no es posible
aceptar fácil ni de perdonar rápido, porque lo más seguro es que te vuelvan a
fallar. El perdón (en todo caso), se
convierte en un acto de liberación muy personal. No es que debas estar perdonando y soltando
tu confianza cada vez… ¡No!, sino ir regulando la situación inteligentemente,
mientras te aseguras de que aquella persona no te volverá a fallar… pues ni
siquiera es a la persona a quien estás perdonando sino el hecho, porque a lo
mejor la persona ni cuenta se da de lo que está haciendo, en cambio tú te estás
enfermando con tanta amarga reacción.
Puedes dejarle muy claro que ya lo perdonaste
una vez y te falló, volviste a perdonarle y no parece interesarle hacer ningún
cambio, y esos casos la relación se vuelve enfermiza, frágil, quebradiza o
codependiente, de allí nacen para multitud de trastornos obsesivos compulsivos,
tales como: Problemas de ansiedad, Bloqueos de Neurosis, Estrés,
Baja-Autoestima, y depresiones profundas que son muy difícil de erradicar,
entre otros.
La solución radica en reunir una buena dosis de
valor para entrar al campo del auto-conocimiento, ver de qué forma te
menosprecias, cómo te tratas a ti misma, qué cosas te dices y qué cosas no te
has dicho frente a un espejo. Una
técnica infalible para elevar tu autoestima es hablar diariamente contigo misma
frente a un espejo y decirte: “ME AMO”… “ME AMO” y “ME REQUETE-AMO”. Oye, si eres capaz de decirle a tu ser amado
“TE AMO”, ¿Porqué no te lo dices a ti misma primero?. Quizá las primeras veces te sentirás
“extraña” o “rara” al mirarte y escucharte te dará risa y hasta voltearás hacia
todos lados asegurándote de que nadie te vea ni te escuche, ¡No importa!, busca
el lugar más apropiado para hacer esta práctica diaria, y verás que obtendrás
resultados a corto plazo.
¿Quieres comentar alguna experiencia personal
al respecto?, es el momento de hacerlo, escríbenos y con mucho gusto te
responderemos en la brevedad que nos sea posible.
Cariños,
Doral.
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