SINDROME DE LAS REDES SOCIALES
Una sesión que no fue cerrada en
las Redes Sociales o un WhatsApp abierto
en un teléfono celular sin contraseña,
son situaciones que invariablemente se transforman en un problema de pareja en
los tiempos actuales.
Las infidelidades descubiertas a través de
Facebook o de una conversación furtiva en la era de las comunicaciones
digitales, que se pueden derivar en rupturas o divorcios, se han convertido en
una verdadera epidemia.
Existen comunicaciones de
relaciones terrenales, pero otra interrogante es si se puede considerar
completa la infidelidad cibernética, una impresión íntima de las Redes Sociales
es que navegan en los océanos de la
fantasía y que circunstancialmente puede cruzar las fronteras hacia lo físico.
Se considera que el 80% de las
personas que buscan ayuda psicoterapéutica en consultorios, es a causa del
“Sindrome de las Redes Sociales”, predominantemente Facebook y WhatsApp, entre
otros.
Se trata de novios, novias,
esposos, esposas, que tienen problemas que ponen en riesgo su relación, su
matrimonio, porque fueron descubiertos en alguna infidelidad virtual a través
de facebook o WhatsSapp, independientemente que esta pudiera ser también
física.
A la consulta psicológica llegan
muchas personas con trastornos de ansiedad, el estrés, ese gran tirano de la
vida moderna, pero ahora el estrés ya tiene otro nombre, ahorita los pacientes
que están llegando a la consulta, padecen el “síndrome del Facebook y del
WhatsApp”
Las tecnologías de la información
y de la comunicación deberían servir para facilitar la vida de los seres
humanos, no para complicarla.
Quizá venga otra tecnología donde
ya solamente el celular registre el tono de voz o algo para que no lo abra
nadie mas, pero mientras lo pueda abrir la esposa, el esposo, la novia o el
novio, se seguirán presentando estas situaciones.
La ansiedad, por estas causas, ya
está generando otro tipo de problemas: “Antes el cortisol –esa hormona que
relacionamos con el estrés”- se generaba solamente cuando había un conflicto
fuerte, cuando necesitábamos solucionar
una situación rápida, hoy ya es un conflicto permanente, sobre todo si
tenemos contratiempos en muchos roles de nuestra vida y estamos generando esa
hormona cortisol que estamos enviando en cantidades masivas a la sangre.
Como resultado de todo eso, ya se
asocia el estrés con la diabetes, hipertensión, asma y gastritis, entre otros
padecimientos, de tal manera que el mal manejo de nuestras emociones deriva en
patologías y por supuesto, muchas personas buscan apoyo para ser ayudadas en
ese sentido.
Lo anterior también porque
aplicaciones como el WhatsApp, ciertamente adictivas, son herramientas
controladoras, en la interacción entre personas y representan una grave
interferencia con la vida que ocasiona una gran ansiedad incontrolable.
WhatsApps es una aplicación que
brinda servicio de mensajería gratuito por el teléfono celular que permite
intercambiar fotos, vídeos y comentarios al conectarse e internet y en México es una de las formas de comunicación
más usadas.
Muchas veces las personas acuden
a recibir psicoterapia debido a que tienen conflictos de pareja debido al
Facebook o el WhatsApp y el tratamiento que busca incrementar el bienestar y
propiciar cambios en su conducta cotidiana, actitudes y pensamientos, pero no
existen resultados milagrosos, cada atención
psicoterapéutica es un viaje particular cuyo resultado que puede ser
gratificante, es siempre distinto.
LA PROXIMIDAD Y LA DISTANCIA
VIRTUAL.
Cuando la palabra “proxémica” fue
acuñada en 1963 por el antropólogo estadounidense Edward T. Hall (1914-2009), a favor de la dimensión oculta,
obra en la que estudia la proximidad o acercamiento entre los seres humanos en
sus relaciones interpersonales, quedó fuera de su clasificación la proximidad y
la distancia virtual.
En efecto, T. Hall descubrió que
la percepción del espacio físico que separa a las personas cambia dependiendo
con quienes interactúa, estableciendo cuatro categorías:
1.- Distancia íntima; oscila entre 15 y 45 centímetros,
se da entre personas que están unidas por lazos afectivos o se tienen confianza
recíproca.
2.- Distancia personal; Entre 46 y y 120 centímetros, es común en
reuniones de amigos y compañeros de trabajo.
3.- Distancia social; Entre 121 y 360 centímetros, Distancia entre
personas que no se conocen o no se tienen confianza.
4.- Distancia pública: Mas de 360
centímetros; es la que se da en conferencias o eventos en escenarios adecuados
para tal efecto.
Entonces, ¿Existe la proximidad y
la distancia virtual? Medio siglo después, evidentemente, es una realidad inobjetable a través de las tecnologías de la
comunicación y de la información.
¿LA PSICOTERAPIA FUNCIONA EN EL
SINDROME DE FACEBOOK Y WHATSAPP?
La oficina es cómoda y
acogedora. Es un despacho actual y bien
equipado. Algunos rasgos característicos revelan el ambiente típico de un
consultorio de psicología, por supuesto no puede faltar el diván. Se busca saber más sobre la posibilidad de
que la psicoterapia sea realmente efectiva para atender los problemas de pareja
que causan los comportamientos derivados del uso de las Redes Sociales.
Los seres humanos tenemos
sentimientos, emociones y pensamientos que nos llevan a actuar de cierta manera
y son precisamente esas acciones las que conducen a la felicidad y al dolor en
su entorno natural y social. Claro que la psicoterapia combate el dolor
psicológico del individuo y sus consecuencias, pero es absolutamente
determinante la clase de relación paciente-psicoterapeuta, y por supuesto, el tipo
y gravedad de cada caso. Se trata de un
vinculo complejo donde el lazo de comunicación que se establezca entre paciente
y psicoterapeuta es fundamental.
Efectivamente un buen
psicoterapeuta puede ayudar a manejar mejor sus sentimientos y síntomas , y a
cambiar los patrones de comportamiento que generan la enfermedad, pero para
lograrlo también se requiere de la confianza del paciente. Tanto las psicoterapias
exitosas como las fracasadas resultan pues, según las diversas combinaciones de
los elementos citados.
El psicólogo o psicoterapeuta no
es un mago. La psicoterapia no soluciona
problemas ni cura a nadie, es una disciplina, un arte, de confianza, respeto y comunicación,
que ayuda al sujeto a solucionar sus conflictos y curarse por sí mismo.
“En ocasiones queremos que una
terapia funcione cuando hay problemas graves, ¿verdad?, y aquí cabe aclarar que
cuando yo hablo de de un problema grave, no estoy hablando de un trastorno de
una magnitud elevada, sino como ese trastorno, esa ansiedad por la que la
persona está pasando, ese desfase emocional, ha invadido a esa persona en sus
roles”
“La terapia funciona excelentemente, pero la cuestión es
de esas circunstancias, de eso que acabamos de detallar, de esas situaciones,
entre otras cosas de la falta de empatía, preparación, o comunicación idónea
con el paciente, solo eso podría hacer que no funcione en realidad de verdad.”
“Por esa razón algunos pacientes
dicen que les funciona algún terapeuta con el que logran tener esa empatía, y
otros dicen: Ya fui con este terapeuta, este y este y el otro, y no me ha
servido, no me ha funcionado, y de repente llegan con otro terapeuta con el que
logran tener esas características que la persona necesita”
Una vez concluida esta charla,
queda claro que para una psicoterapia sea exitosa se deben establecer una
relación de apoyo, de entendimiento, empatía y comunicación entre el
psicoterapeuta y el paciente con el síndrome de Facebook o WhatsApp.
Una terapia puede ser capaz de
disminuir el estrés, la dependencia de las Redes Sociales, rescatar o mejorar
su relación de pareja y su calidad de vida, sanar al individuo en sus problemas
emocionales y crear un puente hacia una relación más saludable con su pareja.
Al final de cuentas, el amor es
un fenómeno más complejo en una era de la tecnología que se vuelve contra su
creador; el ser humano, pero desde los tiempos más remotos –y a pesar de todo-
el amor prevalece como una energía universal y la fuerza verdadera que lo cura
todo.
Autor:
Dr. Miguel Alonso Rivera Bojórquez
E: mail: correo@miguelalonsorivera.com