¡La búsqueda del hombre ideal!
"Tengo 49 años, no soy una mala mujer, siempre me he preocupado por cultivarme en todo sentido dentro de mis humildes posibilidades, me considero respetuosa, amante de la lectura y las manualidades, soy hogareña, amo mi familia y deseo lo mejor para ellos. Desde mi divorcio me he mantenido ocupada en cosas muy productivas, no salgo con hombres, pero he conocido por internet algunos que me han dejado con el ánimo peor que como estaba antes, sin embargo no pierdo la esperanza de encontrar al hombre ideal que me haga feliz, que me permita amarlo y sentirme amada.
He sido engañada muchas veces, burlada en lo más íntimo, cuando he conocido por internet a algunos señores aparentemente serios, pienso en ese momento que mi hora de ser feliz llegó o que ha ocurrido el milagro tan esperado, que el amor nuevamente tocó a mi puerta, y vuelvo a confiar, -no sé ni por qué- me piden mi msn y se los doy, me piden mi teléfono y se los doy, me empiezan a tutear, a llamarme "mi amor", "cariño" o bebé, o "amorcito" y eso no me gusta mucho y mucho menos intimar de buenas a primeras, soy conservadora y chapada a la antigua, prefiero el cortejo serio y formal, pero tal parece que todos los hombres son iguales, no saben de conquistas decentes, limpias ni sinceras, se creen con derechos de meterse hasta la cocina de mi vida cuando tenemos apenas unas horas de conocernos. ¡Detesto eso!
Sería tan fácil hacerme feliz, me conformaría con tan poco, pero no tengo nada y ha pasado mucho tiempo con esta búsqueda incansable, siento que ya no voy a poder rehacer mi vida. En la vida real no tengo opciones que valgan la pena tampoco, ni mucho de donde escoger, mi trabajo está lleno de jovencitos inexpertos que me ven como a su mamá o su abuela, me respetan, me quieren, pero nunca pensaría en una relación con jovencitos, allá en mi barrio todos los señores están casados, no me interesa tampoco salir con hombres casados, hay quizá uno que otro macho panzón solo, oportunista, borracho, burdo, soez, prosaico o aprovechado que como la ven a una sola, se creen con derechos a todo. ¡Cuánto se equivocan, conmigo se joden!, pido perdón por decirlo así, ahora entiendo porqué los abandonaron. ¿De qué otra forma lo puedo decir?
No puedo creer que no pueda encontrar a mi hombre ideal. ¿Cuántos hombres desearían tener a una mujer como yo y están solos por no saber valorar a una real mujer que sólo busca formar una familia dentro de los preceptos de la moralidad y buen juicio?, no entiendo qué pasa, conozco parejas en verdad muy disparejas -qué ironía- se llevan maravillosamente bién, él se mata trabajando para ella, y ella no cuida mucho el patrimonio familiar o viceversa, ¡pero siguen juntos!, y yo que soy tan organizada, estoy más sola que un perro, me gusta economizar, fabrico sueños, pero no despilfarro dineros en ello, no tengo con quien compartir mis valores.
En verdad no sé qué hacer, ayúdenme por favor, me siento muy triste y estoy a punto de naufragar, no quiero renunciar a mi búsqueda, porque pienso: ¿Qué sería de mí, sin una ilusión? pronto cumpliré 50 años y me siento cada vez más sola en este mundo".
Esta carta llegó a nuestro buzón el día de hoy y la consigno inmediatamente de manera pública como un testimonio de esperanza, de perseverancia, de fe y de amor a las ganas de vivir para amar, de reconstruir lo que un día se destruyó por la inconciencia, quizá de un hombre que como dice nuestra protagonista "no supo valorar las virtudes de una real mujer", hay muchos hombres que no saben valorar lo que tienen a su lado y ni cuenta se dan del daño tan grande que están ocasionando con su ceguera emocional, no sólo a la mujer que tienen a su lado, sino a toda su familia.
¿Qué podemos decirle a nuestra protagonista?, que su búsqueda es producto de una horfandad afectiva muy grande y que no debe sentirse engañada ni burlada cuando algunos "parásitos de la red" ponen de frente sus halagos traicioneros para jugar con los sentimientos de nuestras semejantes o cuando otros "vivales" que se creen muy listos, sólo buscan pasar un buen rato ilusionando a mujeres incautas que por sentirse desesperadamente solas, confían, en sus promesas y palabras tan bonitas, pero huecas, vacías, impregnadas de falsedad, muy propia de "buitres cibernéticos" que como hombres y seres humanos... ¡No valen nada!
Sin embargo, es evidente que el corazón de las mujeres como la dueña de esta carta, es un tanto tenaz, está cargado de una fuerza y un optimismo muy especial, no se deja vencer por su propio desaliento, ni se derrumba tan fácilmente y sería normal que después de tantas decepciones sentimentales, se tuviera la intención de continuar la famosa búsqueda del hombre ideal, el hombre de sus sueños que no aparece por ningún lado ¿verdad?, pero aquí cabe hacerse una pregunta: ¿Qué culpa tiene todo el mundo, por lo que sólo unos cuántos seres del mundo hicieron?, renunciar a la búsqueda de mantener viva la esperanza es un acto de cobardía y francamente yo no encuentro ninguna culpa o ninguna cobardía en el corazón de la protagonista. Entonces si ella desea continuar su búsqueda está en todo su derecho de hacerlo ¿verdad?
Y mi linda corazona, ¡Adelante!, sólo cuida que no lastimen más tu hermoso corazón, tu cartita está al aire amiga querida, ¡Buena suerte!, ya me contarás.
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
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