LA BLANCA NAVIDAD DE LOS MILAGROS

LA BLANCA NAVIDAD DE LOS MILAGROS. 

En el artículo anterior hablábamos sobre los preparativos para recibir la navidad y el adviento es eso; el período de preparación para celebrar la navidad, empezando desde los cuatro domingos anteriores a éste, (ya llevamos tres), y el último domingo será justamente el 23 de diciembre, por lo tanto, si ya hemos preparado el ambiente físico para recibir la navidad, ahora enfocaremos los preparativos hacia el estado mental, si ya se cumplieron las metas que nos habíamos propuesto para este año, pues ahora hay que cumplir nuestros sueños. 

¿Cómo cumplir nuestros sueños?, pues empezando por hacer un inventario de lo que hemos hecho y de lo que no hemos hecho todavía, veamos: 

Quizá pensaste que este no era tu año, porque los "casi" doce meses de este año que está por terminar, estuviste trabajando arduamente en y de manera simultánea, en todos tus proyectos de vida: Trabajo, hogar, familia, escuela, pareja y sociedad, pero nada te hizo feliz, ni suficiente… o simplemente no te enfocaste en lo que más te interesaba o en lo que más significaba una meta para ti. Tu ánimo empezó a decaer al no ver realizados tus anhelos y quizá hasta te habías resignado a trasladar esa meta para el próximo año, ya habías hecho de todo, habías apelado a todo y ya no había nada más que hacer, pero… 

Justamente cuando estás a unos cuantos días de cerrar completamente tus círculos de este año 2012, suceden los milagros: Te entregan tu título y cédula profesional, te llaman para ocupar un nuevo puesto laboral, hacen tuya la plaza laboral por la que tanto habías luchado y esperado, llega dinero a tus manos, te cambia la perspectiva de tu cotidiano vivir, se te levanta el ánimo, empiezas a sonreír, a ser feliz y a dar gracias a Dios, porque sientes que te han quitado una carga emocional bastante densa y pesada que ya te estaba asfixiando demasiado… y es en ese instante cuando alguien te pregunta: ¿Sigues pensando todavía que no existen los milagros? 

Algo pasó y no sabes qué es, pero las evidencias están allí, en tus manos y frente a tus ojos, sonríes secretamente y todavía no lo puedes creer: ¡Wow, por fin! ¿Sabes lo que sucedió?, pues simple y sencillamente sucedió que estás recogiendo un poco de todo lo que sembraste… ¡Llámalo milagro si tú quieres! 

Dolor, reflexión, sacrificio, espera y más tiempo de espera, invocando a Dios, a todos los santos y hasta a la misericordia divina… ¡Y nada sucedía!, Bueno… pues ¿qué esperabas?, es obvio que eso te desesperaba y mucho ¿cierto?, pero como no todo es para siempre, tampoco el sufrimiento lo es, y éste desaparece cuando tú te hartas de sufrir, de esperar lo que otros no te pueden dar, y lo sueltas, lo dejas ir, te quedas “en blanco” porque ya no sabes ni qué pensar ni qué hacer, ni cómo funcionar en ningún terreno; ni físico, ni social, ni emocional, ni familiar, ni laboral, ni sentimental, ni intelectual, ni psicológico ni espiritual, te das cuenta de que los milagros suceden cuando tú estás allí, tranquila(o), serena(o) y en paz para recibirlos.

Entonces, tienes que pensar y razonar con absoluta sinceridad, ¿quieres cultivar lo que no ha sucedido?, empieza primero por sembrar, y verás que todos tus cultivos dependerán de tu cosecha, no hay más y por ahora, no hay que olvidar que no todos pueden disfrutar como nosotros, y tratar en lo posible de dar algo de lo mucho que tenemos. 

No olvidemos que esta noche de navidad tenemos un invitado especial por el que estamos ahí reunidos, estamos ahí por el cumpleañero y es justo ponerlo en el centro de nuestra celebración (en el corazón), darle a ÉL, el lugar que merece, darle a él un regalito, un detallito que se sienta halagado, feliz de compartir con nosotros una feliz navidad, una fecha muy importante en la que debemos estar contentos de disfrutar un año más el nacimiento del Niño Jesús. 

Reúne a toda tu familia, sé feliz en esta navidad, y verás que los más grandes milagros de amor sucederán por simple lógica y también por añadidura. 

¡Salud, Saludos y Paz en el corazón! 

Psic. Dora Lidia Pérez Rochín (Doral.)