LA TALLA DEL CORAZÓN.
"El corazón del hombre es como el horizonte: Una parte del cielo. Pero como el horizonte cambia noche y día... Lord Byron."
No cabe duda de que le gente de nuestro Sinaloa, aquí en México, tiene una talla grande de corazón; le caben muchos buenos sentimientos hacia los demás cuando están en desgracia, y se solidariza con las víctimas, volcándose en multitudes para ayudar, dar, consolar, reconstruir, abrazar con el corazón.
Así lo hemos constatado en anteriores ocasiones y lo vemos ahora con lo acontecido a causa de las inundaciones que dejó el reciente huracán Manuel que arrazó con nuestro estado.
Tenemos corazón talla XXXL, con gran espacio para la fraternidad, la amistad, la filantropia, el altruísmo, el cariño, la comprensión, el perdón y el apoyo incondicional a nuestros hermanos en desgracia.
También lo vemos en las muchas Instituciones de Asistencia Privada, que existen en Sinaloa, unas para ayudar a niños en situación y riesgo de trabajar en la calle, otras para atender gratuitamente a niños con problemas ortopédicos o quemaduras, otras haciéndoles mejor calidad de vida a niños con cáncer, o con parálisis cerebral y muchas más.
Entonces, ¿Cómo es posible que entre tanta gente buena, subsistan algunos destructores, malos, pistoleros y ladrones?
¿Quizá porque los corazones talla grande son también muy receptivos a la tolerancia excesiva, al temor?
¿O será que por ser talla grande, también tiene fácil alojamiento para sentimientos negativos como el odio, rencor, venganza, envidia, maldad o iniquidad?
Sea lo que sea, si el corazón se abriera solamente a las actitudes y acciones justas y se cerrara a las iniquidades, podríamos tener un mundo mejor.
Si el corazón se armonizara con lo creativo, lo constructivo, lo divino que existe en la naturaleza y después de eso fuera el que siempre dirigiera nuestras acciones, todos seríamos más felices. Que los sentimientos de solidaridadd y amor hacia los demás prevalecieran siempre, y no solamente en situaciones de desgracias causadas por tempestades, ciclones, terremotos, etc.
Nosotros podemos, cada quien, con uso de nuestra voluntad, lograr que nuestro corazón de gran talla, lleno de sentimientos positivos, domine siempre nuestras acciones cotidianas.
O tú... Sí;... te hablo a tí amiga(o) querida(o) que has sido víctima de un siniestro y sabes lo que se siente... ¿Prefieres tener un corazón de piedra?
Comentarios a:
rvaldezp@prodigy.net.mx
Compás y Escuadra de El Debate de Culiacán.
Suplemento Artes, pág. 15 C.
del 1° de Octubre de 2013.
p.d. Gracias al Dr. en Letras Roberto Valdéz por su bellísima reflexión. ¡Gracias Roberto!
Sobre el corazón y su control, tenemos una letra en el flamenco:
ResponderEliminarAl corazón no se manda
que el corazón no obedece;
el que diga lo contrario
es que corazón no tiene.
Hola José Luis:
EliminarMuchas gracias por tu valioso aporte reflexivo. Mira que tambien se escucha decir que el corazón no es una máquina ensamblado en una caja de silicones con alambres y circuitos, dicen que el corazón es el centro mismo donde Dios toma sus Decisiones, que de allí nace la idea de que las emociones y los sentimientos nacen del corazón. Sin embargo la ciencia opina otra cosa; la ciencia habla de sustancias químicas segregadas en el cerebro, mismas que producen emociones en el ser humano, que obviamente hacen "sentir" orgánicamente sea en el corazón, o en la cabeza y hasta en el ombligo, jajaja.... ¡Qué cosa! Todo un tema para sentarnos a debatirlo por cierto.
Saludos José Luis, muchas gracias por escribirnos.
Cariños,
Doral.