LOS INVENTARIOS DE FIN DE AÑO
Siempre, o casi siempre cuando se acerca el final de un año que se va y nos dejará con tantas vivencias, experiencias y recuerdos a flor de piel, es muy común que la gente empiece con los famosos inventarios de todo lo vivido: Lo bueno, lo malo, lo que hicimos, lo que no hicimos, y todos los sucesos que de manera esperada o inesperada, sucedieron a lo largo de estos 365 días del año que están por terminar... ¡Un ciclo más de vida!
Quizá muchas cosas que pasaron fueron agradables y a nuestro favor. Quizá se lograron cumplir algunas metas o propósitos: Quizá, conseguimos un buen trabajo, quizá conocimos a alguien especial, o quizá logramos comprar la casa de nuestros sueños o por fin pusimos el negocio que tanto habíamos esperado, o quizá logramos hacer el viaje tan soñado, o tal vez se nos hizo realidad una boda, una graduación, un ascenso, o simplemente sentimos que este año que está por terminar, ha sido el mejor año de nuestra vida, pues nos ha dejado buen sabor de boca por tantas razones, sin embargo...
Sucede que a veces no todo es color de rosa como quisiéramos en este mundo. Para algunas personas tal vez este año que se aleja, dejó algunas cuentas pendientes que saldar: "No pude bajar de peso", "no pude dejar de fumar", "en el trabajo me fue como en feria", "tres de mi amigos se fueron para siempre", "continúo deprimida", "otra vez despido el año sola y triste", etc. ¿Y qué decir de esos estados de ánimo traicioneros?
Es tan tradicional festejar los fines de año, preparar todo para la despedida de ese año que se va, y recibir al nuevo año que llega a nuestras vidas. La gente quiere estar feliz esa última noche del año y se prepara para el brindis y otra rica comilonga con la familia, con los amigos, con los vecinos, o donde sea, pero no falta por allí alguien que no disfruta tanto como quisiera de esos momentos:
"Mi vida no tiene sentido, no sé que hacer para cambiar mi suerte o mi destino, me siento tan sola, tan desamparada emocionalmente que nada me agrada, todo me molesta... ¡Y estos vecinos tan ruidosos caray, que yo no sé de qué fregados se ríen tanto y gritan tanto, como si esa música que pusieron fuera tan bonita... bola de vulgares y corrientes!, ¡viejas ridículas allí andan todas borrachas dizque despidiendo el año, ¿qué no se dan cuenta del espectáculo que están dando?
Los inventarios de cada fin de año, arrojan saldos impresionantes de lamentos inútiles de algunas personas, lágrimas, risas, deseos, amarguras, propósitos nuevos, y un gran girar sobre el mismo círculo vicioso de siempre repetir lo que siempre les hace sufrir. ¿Porqué no parar esa rueda de tantos infortunios desvelados y tratar por lo menos de tomar las cosas como son sin mezclar sentimientos?. Si te fue bien este año, agrega la palabra "Gracias" a tu inventario, pero si te fue mal, agrega dos veces esa palabra en tu diario antes de cerrarlo, ¿sabes por qué?
Porque cada momento del año que se va, ha sido un placer y una experiencia, un trocito de vida que va anotando un punto a tu favor, ya que la experiencia amigas queridas, no es lo que vivimos, sino lo que hacemos con lo que vivimos. El dolor ya sabemos que es inevitable, en todo aprendizaje, pero el sufrimiento recuerda... ¡Es tu elección! y si estás ahora haciendo tu inventario de fin de año y algunas cosas no te gustaron, no olvides entonces elegir ser feliz para el próximo año que comienza. ¿De acuerdo?
Salud y saludos,
Doral.
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