¿Mujeres histéricas, o históricas?
Todas nosotras sabemos que el mundo actual en el que vivimos, se debate entre los múltiples problemas sociales, económicos, políticos, raciales, territoriales, contaminación de toda especie, etc., sin ninguna esperanza de poder algún día llegar a la tan anhelada solución de la multifacética problemática mundial.
Pareciera ser que todo en nuestro mundo está llegando a un punto decisivo de angustia y desesperación; la explosiva resolución de la naturaleza humana nos está cobrando a nosotras las mujeres, un precio muy alto, una factura con saldos muy elevados, muy costosos que en la mayoría de los casos, algunas damas ya no están dispuestas a pagar, especialmente en materia de sentimientos y emociones mal entendidas y mal canalizadas, con resultados muy tristes, lamentables y catastróficos.
Y la verdad amigas queridas es que no resulta nada fácil subirnos al ring de la existencia femenina solamente como espectadoras, siempre somos nosotras las mujeres las que nos llevamos la peor parte, y algunas hasta piden esquina y gritan, se desgarran, patalean en medio de grandes crisis emocionales: “Por favor, paren al mundo que me quiero bajar", y se quieren bajar del mundo para no salir completamente noqueadas o encerradas como locas en su cárcel de frustraciones y fracasos.
Otras mujeres hasta se sienten anticipadamente vencidas por sí mismas antes de luchar, atrapadas, tragadas por el cotidiano vivir mecanicista en el que han perdido miserablemente su precioso y valioso tiempo, su sentido, su rumbo y su sintonía con la vida. Se sienten devastadas por su propio desaliento, enajenadas en su mundo de lamentos y confusión; lo sienten como un verdadero callejón sin salida, buscan afanosamente una puerta de escape, o de emergencia para salir corriendo, pero en el intento por arañar pisos y paredes de su aleteo agonizante, se sienten aún más agobiadas y extraviadas en el bosque de su pobre vida.
¡Por Dios, mujeres bellas!… ¿Qué nos está pasando? ¿Qué no somos acaso, reinas de la naturaleza misma?
Pero no; algunas mujeres no se sienten reinas, sino víctimas del escorial, convertidas en meras mofas humanas con ojos insensibles, rumiando sus propios dolores, lamiendo como fieras sus viejas heridas sentimentales, causándose y causando lástima y encima propagándola por todo su entorno.
Se quejan estas mujeres de noche y de día de todo y por todo, argumentando ilusamente: “Es que yo ya no puedo cambiar”, “Es que yo ya soy así”, “Es que mi esposo es alcohólico”, “Es que me dice que soy una vieja histérica”, “Es que hasta me dice que soy menopáusica”, “Es que me engañaron”, “Es que me traicionaron”, “Es que me dejaron”, “Es que se burlaron de mí”, “Es que estoy enferma”, “Es que soy muy pobre”, “Es que soy muy torpe”, “Es que soy muy gordita o muy flaquita”, “Es que no tengo suerte”, etc.
¡Hey… Momentito… Alto; quietas todas allí! ¿Cómo se llama todo éso?
Todo eso se llama: Pretextos, excusas, más excusas y más pretextos cada día.
Todo eso se llama: Pretextos, excusas, más excusas y más pretextos cada día.
¡Entendámoslo aquí y ahora porfa de una santa y buena vez!
¿Qué nos duele a las mujeres que nos llamen histéricas?… ¡Sí; nos duele mucho! ¿Pero se han puesto a pensar por qué nos hemos ganado con tanto éxito ese tristemente célebre galardón? ¡Por ingenuas, pero no por mulas! (Perdón que lo tenga que decir así)
La mujer no es histérica sino histórica mis amigas queridas. La histeria viene después de la historia. Nosotras las mujeres somos tan, pero tan audaces y tenaces que nos empeñamos en ir guardando todas las penas, tristezas y dolores en el alma… ¡Hasta que reventamos como palomitas de maíz!
Obvio…¡Nos llaman: Histéricas!. Qué fácil; pero qué fácil les resulta a algunos señores (hay excepciones), colocarnos en el cuello esa preciosa etiquetita rara ¿no?, Pero… ¿Conocen acaso esos hombres el verdadero motivo, circunstancia, causa o razón de que las mujeres adoptemos a veces conciente o inconcientemente tan grande canasta de sufrimientos, pesares y lágrimas en el alma?
¿En nombre de qué, o de quién… ¡Dios Santo!, se sienten con derechos de juzgar y hasta de condenar tan severa y duramente al corazón de la mujer?
–No lo entiendo-
¿Será que las mujeres somos tan tontas o tan brutas (vuelvo a pedir perdón por hablarlo así), como para no poder entender que el corazón de la mujer jamás ha estado, ni estará jamás a discusión?
El corazón de la mujer amigas queridas (histérico o histórico), no es una máquina o una caja de circuitos, silicones y alambres. El corazón de la mujer es el centro mismo donde Dios toma sus decisiones de vida. Pero si el “hombre” no puede, o no quiere entenderlo de esta manera, ¡Está frito!, ¿Qué más podemos esperar de él?
Y sintiéndolo mucho con el corazón abrazado del alma, pero con esas actitudes prepotentes, burdas, prosaicas y soeces del macho incompetente, inmaduro e irresponsable, altanero y grosero, a nosotras las mujeres se nos coloca en la dulce posición de tener que expresar con mucha ternura, delicadeza y agradecimiento: “Lo siento mucho querido, pero tus derechos terminan, donde los míos comienzan, te guste o no”.
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
Hola Doral, amiga:
ResponderEliminarYo digo una cosa:
"Mulita yoooo????, naaa , nomas cuando es justo y necesario" jajaja
Es que pos a veces amis es una reaccion ante una injusticia, que de plano no hay otra manera de reaccionar, que no???
Osea, si estas viendo que tus hijos dejan un tiradero cuando una acaba de limpiar o el marido hace de las suyas y una quedarse como si nada???
Aaaa pos no, una tiene que defenderse, si no lo hiciera, mmmmmm hacen lo que quieren con una, como dice el dicho: "Entre màs se agacha uno... màs se lo ven!" jajaj
Siento yo que no caigo en la "histeria", pero de que me enmulo de vez en cuando, eso que ni què! jejejeje
Con todo mi respeto y cariño, Mujercita
MUJERCITA QUERIDA:
ResponderEliminarGracias corazona linda por inaugurar simbólicamente este tema.
Y respecto a tu comentario, debe ser que cuando la mujer se ha acostumbrado a reaccionar violentamente ante lo que ella considera "una muestra de violencia" es porque es parte del patrón conductual generado en el mismo hogar, sin embargo, existen otras maneras de reaccionar de otras mujeres, por ejemplo la forma sentimental que todo lo quiere arreglar con lágrimas, pero si vamos más allá de todo esto tan común, todavía podemos apostarle a una tercer forma de aplicar las cosas para lograr cambios, o mejor dicho para re-educar a la familia a hacerse más conciente de sus responsabilidades y deberes.
Que si hay dos, o tres o más personas viviendo en un hogar, no ha de ser la mujer quien tenga toda la responsabilidad de hacerse cargo de todo sólo por el hecho de ser mujer, sino que es la mujer misma quien tiene que enseñar a cada uno de los miembros a cumplir con sus deberes y responsabilidades: ¿qué le cuesta a cada quien lavar su plato donde come? ¿o recoger su ropa sucia y no dejarla tirada sobre el piso del baño? o mantener el orden en su recámara, donde la cama siempre debe estar disfrutable, la ropa del closet bien colgada en sus ganchos, los zapatos limpios y acomodados en su lugar, y tambien los frascos del tocador, el cepillo y demás utencilios para el arreglo personal, deben estar siempre en su lugar y bien localizables, porque hay veces que se pasea uno por toda la casa y nadie sabe quien agarró el cepillo del pelo, ni donde lo dejó, ¿cierto?. Entonces la mamá en vez de ser madre, se convierte en sirvienta gratis que todo tiene que hacerles a sus querubines y al esposo "tan a gusto" que tiene a su lado, nomás porque a los demás no se les da la gana ser organizados ni ordenados ¿verdad?
Bueno, pues... es por esa razón muchas mujeres pasan a ser histéricas en vez de históricas, ya que al perder el control de sus vidas, terminan con los nervios de punta, y con el tiempo comiéndoles los talones siempre y nunca terminan su quehacer, porque simple y sencillamente cada vez tienen más y más cargas de trabajo muy mal remunerado o sin ello incluso.
Tienes razón amiga querida: Entre más se agacha la mujer, mhhh ¡Pos más enseña mi vida! ¿qué remedio?
Gracias por tu valioso comentario Mujercita querida, en verdad muy agradecida de todo corazón.
Vuestra amiga siempre.
Doral.
Amiga,
ResponderEliminarMuchas gracias por contestarme, tienes razon amis, toy aprendiendo a delegar las responsabilidades de la casa, y me esta llendo bien jeje, parece que si me hacen caso, yo creo que eso de que la mamà se "deba" de encargar de toooodos los quehaceres de la casa, ya està obsoleto, como una como mujer trabajadora aporta economicamente, lo justo es que todos los miembros hagan su parte, incluyendo al marido...
asì que nimodo, me toca hacer que lo hagan :)
Besitos, Mujercita
MUJERCITA QUERIDA, BUENOS DIAS:
ResponderEliminarEso mismo es mi reina; la mujer siempre será una guía, una institutriz, una maestra dentro de casa, y con los suyos aportar los conocimientos para que todos participen de las labores del hogar, que tú no vives allí sola, ni eres una "chacha", sirvienta gratis ni una ejecutiva doméstica... ¡Eres la esposa!, la madre, la hermana, la prima, la hija, etc. y tienes tus roles propios, pero de que la cultura y las holgazanerías de otros te convierta en una mujer mil-usos, nomás por puro gusto, ¡Pos nó mi'ja!, por supuesto que eso ya está demodado, obsoleto y fuera de tiempo/lugar, no procede y no corresponde.
Sin embargo; hay países tan densamente poblados, donde la economía ya nos pisa los talones, en que la mujer tiene que salir a trabajar para que alcancen los dineros dentro del hogar, y eso no cuenta para el hombre, no es suficiente que la mujer tenga que matarse trabajando tres turnos corridos (mañana, tarde y noche), las 24 hrs. del día y los 365 días del año. Oye... eso es de locura, hasta las máquinas se cansan ¿te imaginas la frágil figura femenina que encima tiene que subirse a un par de tacones todos los días para salir a trabajar fuera de casa? ¡Puf!, nomás de acordarme me vuelvo a cansar, jajaja ¿Cuántos años me tocó vivirlo en mi propio pellejo? ¡Muchísimos! y lo sigo haciendo en la actualidad, pero ya no sobre los tacones de las zapatillas, sino en zapatitos cómodos de piso, sobre los que puedo correr incluso para alcanzar los horarios de mis múltiples ocupaciones que a veces me rebasan, jeje pero ese es: "otro rollo", como dice nuestro amigo Adal Ramones, ¿lo conoces verdad?.
Gracias mi niña por tus siempre valiosas opiniones que admiro, valoro y quiero conservar.
Muchísimas gracias desde mi corazón.
Doral.