La música de tus recuerdos.
Una dulce melodía que nos haga recordar cosas, lugares, situaciones o personas, es siempre una buena manera de asomarnos al pasado, saber qué tan sensibles fuimos o seguimos siendo, observarnos interiormente al escucharla, para saber si nos duelen o nos causan felicidad esos recuerdos. Incursionar nuevamente en lo que pasó en el ayer de nuestras vidas, cómo nos sentimos en antaño y cómo nos sentimos hoy al escuchar la misma música que en otros tiempos estuvo de moda en la radio, en la televisión, en el tocadiscos casero. etc.
¿Se acuerdan de los famosos fonógrafos que tocaban los discos de plástico de varias revoluciones?, o los tocadiscos caseros que estuvieron muy de moda por allá en los años sesentas en que se tocaban los éxitos de tantos artistas. Las compañías disqueras fabricaban millones de copias que se vendían como pan caliente en las tiendas. Eran discos de vinilo o de plástico duro que te podías sentar en ellos y fácilmente se quebraban, mismos que desaparecieron posteriormente, para darle la bienvenida a una nueva marca de discos compactos más prácticos y con tecnología más avanzada, cosa que ni en sueños hubiéramos imaginado tener en casa.
Muchas canciones aún perduran en el recuerdo de las personas, son joyas de oro y de diamante cuando se trata de rememorar las cosas más hermosas, las cosas que se vivieron intensamente, los grandes amores del ayer, los primeros escarceos entre jóvenes del siglo pasado, sus inolvidables aventuras y experiencias que quedaron grabadas para siempre en el tiempo, y al volver a escuchar la música que nos estremeció en el ayer, nuevamente vuelven los recuerdos, asociamos la música con tantos y tan bellos o tan dolorosos recuerdos. Algunos expertos en la materia, le llaman: "Musicoterapia" a ese fenómeno, el de asociar un ritmo, una melodía, una tonada, o alguna letra de canción, con un recuerdo, esto tiene mucho que ver con alguna zona del cerebro del cual hablaremos en otra ocasión.
Qué curioso resulta ser que un sonido musical nos transporte a otro lugar en el tiempo, y que de pronto nos veamos sintiendo las mismas sensaciones que hace muchos años dejamos atrás. Se vuelven a recordar cosas que dijimos, que hicimos, con quien tratamos, quiénes eran nuestros mejores amigos en ese entonces, qué solíamos hacer, pensar y transmitir a otros, cuál era nuestra conducta en su momento, cuáles eran nuestros gustos y preferencias en la forma de vestir, de calzar y hasta de peinarnos. Las modas cambian y todo tiene su tiempo, su época, su generación que por supuesto ya no sería lo mismo para nosotros, si esas modas del ayer, volvieran a los tiempos modernos. ¿Se imaginan a un anciano de 70 u 80 años bailando el rock de los recuerdos, y deseara imitar el peinado de Elvis Presley?, sería ilógico… ¡pobrecito! Ya ni pelos encontraría en su cabeza para llevar a cabo su imitación. ¿verdad?
Entonces, una sola nota musical, puede mover el mundo entero de una sola persona en cuestión de segundos. Se trate de una balada, de un bolero, de una música pop, rock & roll, jazz, rap, cumbias, salsa, zumba, bachata, clásicas y hasta rancheras, etc. El mundo gira alrededor de la música, y sin música algunas personas no pueden vivir. Lo bueno es que abunda una enorme variedad de formas y estilos, el género musical es muy generoso (valga la redundancia), pero si se trata de recordar, siempre optaremos por buscar lo mejor de lo mejor de la época de oro, la música romántica, la música suavecita, la música que sacude el alma o levanta muertos, como decía mi abuelo Gregorio (q.e.p.d.) y vaya que él tocaba maravillosamente la guitarra y hasta llevaba serenatas.
Bueno... todo está bien y bajo control, siempre y cuando no se les ocurra a los chicos de hoy, llevar serenata de la forma como lo hizo alguien que yo conozco: ¿Saben cómo lo hizo?, uf... ¡Con un equipo de sonido modular!, ¿se imaginan? andar cargando con aquél aparatote a las tres de la mañana y tener un cómplice dentro de la casa de la novia para que recibiera el cable tomacorriente y lo conectara para que el aparato pudiera tocar las canciones preferidas de su amada, canciones de los Bee Gees, New Kids on the block y de los Backstreet Boys, ¡Por Dios!, es como para morirse de la risa, o del susto porque la traviesa perrita de casa, desconectó el cable y se acabó la serenata.
Sucede pues, que entre tantas historias y experiencias del ayer, siempre habrá algunas anécdotas interesantes que volverán a convertirse en "osos" que nos pongan la cara como semáforo, o sea cambiantes de color, sobre todo al volver a escuchar la música de los recuerdos, ¿qué remedio? ¡Fue nuestra época! y para las épocas, están todas llenas de la vida. ¿Quién dijo, o dónde está escrito que está prohibido recordar?
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
¿Se acuerdan de los famosos fonógrafos que tocaban los discos de plástico de varias revoluciones?, o los tocadiscos caseros que estuvieron muy de moda por allá en los años sesentas en que se tocaban los éxitos de tantos artistas. Las compañías disqueras fabricaban millones de copias que se vendían como pan caliente en las tiendas. Eran discos de vinilo o de plástico duro que te podías sentar en ellos y fácilmente se quebraban, mismos que desaparecieron posteriormente, para darle la bienvenida a una nueva marca de discos compactos más prácticos y con tecnología más avanzada, cosa que ni en sueños hubiéramos imaginado tener en casa.
Muchas canciones aún perduran en el recuerdo de las personas, son joyas de oro y de diamante cuando se trata de rememorar las cosas más hermosas, las cosas que se vivieron intensamente, los grandes amores del ayer, los primeros escarceos entre jóvenes del siglo pasado, sus inolvidables aventuras y experiencias que quedaron grabadas para siempre en el tiempo, y al volver a escuchar la música que nos estremeció en el ayer, nuevamente vuelven los recuerdos, asociamos la música con tantos y tan bellos o tan dolorosos recuerdos. Algunos expertos en la materia, le llaman: "Musicoterapia" a ese fenómeno, el de asociar un ritmo, una melodía, una tonada, o alguna letra de canción, con un recuerdo, esto tiene mucho que ver con alguna zona del cerebro del cual hablaremos en otra ocasión.
Qué curioso resulta ser que un sonido musical nos transporte a otro lugar en el tiempo, y que de pronto nos veamos sintiendo las mismas sensaciones que hace muchos años dejamos atrás. Se vuelven a recordar cosas que dijimos, que hicimos, con quien tratamos, quiénes eran nuestros mejores amigos en ese entonces, qué solíamos hacer, pensar y transmitir a otros, cuál era nuestra conducta en su momento, cuáles eran nuestros gustos y preferencias en la forma de vestir, de calzar y hasta de peinarnos. Las modas cambian y todo tiene su tiempo, su época, su generación que por supuesto ya no sería lo mismo para nosotros, si esas modas del ayer, volvieran a los tiempos modernos. ¿Se imaginan a un anciano de 70 u 80 años bailando el rock de los recuerdos, y deseara imitar el peinado de Elvis Presley?, sería ilógico… ¡pobrecito! Ya ni pelos encontraría en su cabeza para llevar a cabo su imitación. ¿verdad?
Entonces, una sola nota musical, puede mover el mundo entero de una sola persona en cuestión de segundos. Se trate de una balada, de un bolero, de una música pop, rock & roll, jazz, rap, cumbias, salsa, zumba, bachata, clásicas y hasta rancheras, etc. El mundo gira alrededor de la música, y sin música algunas personas no pueden vivir. Lo bueno es que abunda una enorme variedad de formas y estilos, el género musical es muy generoso (valga la redundancia), pero si se trata de recordar, siempre optaremos por buscar lo mejor de lo mejor de la época de oro, la música romántica, la música suavecita, la música que sacude el alma o levanta muertos, como decía mi abuelo Gregorio (q.e.p.d.) y vaya que él tocaba maravillosamente la guitarra y hasta llevaba serenatas.
Bueno... todo está bien y bajo control, siempre y cuando no se les ocurra a los chicos de hoy, llevar serenata de la forma como lo hizo alguien que yo conozco: ¿Saben cómo lo hizo?, uf... ¡Con un equipo de sonido modular!, ¿se imaginan? andar cargando con aquél aparatote a las tres de la mañana y tener un cómplice dentro de la casa de la novia para que recibiera el cable tomacorriente y lo conectara para que el aparato pudiera tocar las canciones preferidas de su amada, canciones de los Bee Gees, New Kids on the block y de los Backstreet Boys, ¡Por Dios!, es como para morirse de la risa, o del susto porque la traviesa perrita de casa, desconectó el cable y se acabó la serenata.
Sucede pues, que entre tantas historias y experiencias del ayer, siempre habrá algunas anécdotas interesantes que volverán a convertirse en "osos" que nos pongan la cara como semáforo, o sea cambiantes de color, sobre todo al volver a escuchar la música de los recuerdos, ¿qué remedio? ¡Fue nuestra época! y para las épocas, están todas llenas de la vida. ¿Quién dijo, o dónde está escrito que está prohibido recordar?
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
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