Cuando sientes que algo anda mal.
En la vida, solemos echarle la culpa al destino de todo lo que nos pasa, y cuando nos va mal, casi siempre culpamos a otros, menos a sí mismos de nuestra desgracia, pero no queremos darnos cuenta de que ni el destino, ni la gente tiene la culpa de nuestras transgresiones y vacíos existenciales, de nuestras frustraciones, de nuestra soledad, de nuestras equivocaciones que se han ido acumulando a través del tiempo.
Cuando eramos niñas, todo era color de rosa, la vida nos sonreía, todo tenía el toque de tul ilusión, el rubor a flor de piel, el juego de muñecas y casitas con las amigas, y en la piel la losanía de la seda, la luz en la mirada, la chispa en la sonrisa siempre fresca, gentil, inocente y amorosa, todo era bello a nuestro alrededor, cuánto disfrutabamos ese olor a hogar en casa, y la sopa caliente o el chocolate y los panecillos de la abuela, los zapatitos del ballet, los dibujos animados de caricaturas, la alberca, el tobogán o los paseos al mar con toda la familia... ¡Qué hermosa es la vida cuando se vive una niñez plena!
Pero la vida lo va cambiando todo porque está siempre todo en constante movimiento, los años van marcando las etapas en nuestra vida, algunas felices, otros dolorosas en las que parece que hemos perdido todo: Perdimos peso, las amigas del ayer ya no están, los días del colegio que ya se quedaron atrás, el cambio de casa, de ambiente, de trabajo, etc. Y otras etapas en las que pareciera que el mundo se nos va a venir encima aplastándonos con todo y zapatos, ¿cierto?, pero en realidad de verdad, ni el mundo se nos va a caer encimo y lo único que hemos perdido son las ilusiones.
Cuando se llega a la edad adulta, definitivamente estamos todos(as) en otro rumbo y tenemos otro estilo de vida muy diferente al que teníamos en la niñez, ahora hay que adoptar otros roles, y cumplir otros compromisos de vida, otra deberes que quizá no nos sean tan gratos, pero tenemos que aceptar la realidad tal como es, (ubicarnos en nuestro momento), sin mezclar sentimientos que son los que nos hacen sufrir, los apegos por el pasado, por lo que ya fue y que ya no es, por los días felices al lado de papá y mamá en los que no teníamos que preocuparnos por nada, y que definitivamente, en el fondo, seguimos añorando con todo nuestro ser.
En eses estado de las cosas, vemos pasar los años abrazadas a esa inconformidad, a ese vacío cruel que nos duele más allá de la piel; que no nos permite sentirnos felices ni plenas como esposas, ni como madres, ni como hermanas, ni como mujeres. Por momentos nos asomamos a un leve disfrute o una breve felicidad prefabricada y pasajera, pero cuando pasa ese instante, volvemos a quedarnos solas con nuestra soledad del alma, aunque sigamos rodeadas de gente, y lo peor del caso es que generalmente esa gente próxima a nosotros, es quien siempre paga los platos rotos, es con quien desquitamos nuestras frustraciones.
Cuando sientes que algo anda mal, ¿Te has preguntado qué esta pasando dentro de tí?, ¿Te has dignado en investigar cuáles son los motivos reales o imaginarios que te hacen sentir perdida, extraviada en el bosque de tu vida? Has llegado a un punto decisivo en el cruce de caminos de tu existencia en el que forzosamente sientes la necesidad de autoconfrontarte, pero no sabes cómo hacerlo, no encuentras a quién contarselo, no sabes qué hacer, ni cómo reaccionar, no entiendes cómo es posible que a tí;.... ¡A tí te esté pasando ese caos emocional que te tiene toda confundida y abatida!
Quizá lo más fácil y cómodo sería en esos momentos etiquetarte de manera burda: "Creo que me estoy haciendo loca", "No entiendo lo que me pasa, esto no es normal", "Necesito una orientación, pero ¿a quién carajos se lo comento sin que se enteren lo que me pasa?. Los mecanismos de defensa afloran como por arte de magia: "Estás loca, ¿cómo se los vas a contar a tu marido?, ¡Te encerraría en un manicomio!, o ¿Cómo se los voy a contar a mi jefa(e)?, ¡Me correrían del trabajo!, ¿O cómo se lo voy a contar a mi mejor amiga?, ¡Si ella está peor de loca que yo!
Nunca entenderían estas mujeres (en especial), que esos cambios bruscos de carácter, de gustos, de emociones, de acciones, de procederes, de conductas, o como quiera que le quieran llamar; obedece a varios factores que aquí y ahora es conveniente mencionar:
1.- Podría tratarse de la acumulación cansacio, desvelos, de estrés.
2.- Podría tratarse de fuertes presiones en el hogar, en el trabajo o la familia.
3.- Podría tratarse de una descompensación hormonal tremenda.
4.- Ovulación, climaterio o ya de plano una plena menopausia.
5.- También podría obedecer a problemas económicos, de salud, de afectos, etc.
Son muchos los motivos que ocasiona que la mujer y el ser humano en general suba o baje sus defensas orgánicas. La corteza cerebral es muy sabia, y cuando ríes, ella produce beta-endorfinas que son las que te dan vida en abundancia, y además tienes una glándula suprarenal asociada con el hipotálamo de tu cerebro, muy generosa por cierto que le aporta cortisol a tu sangre, que son los neurotransmisores de la felicidad, del buen humor, del optimismo, de la energía, principalmente en las horas de la mañana, y esta energía va disminuyendo alrededor de las 4 de la tarde, para recuperarse nuevamente con una nueva producción en la noche, durante las horas del sueño. Pero si acostumbras desvelarte, ¿Cómo quieres sentirte bien y radiante durante el día?, ¡Por favor! tienes que ser consciente de que también tu maquinita humana llamada cuerpo, necesita reposo y una buena dosis de alimentos balanceados.
En este último aspecto, o sea el de la alimentación, pondré un ejemplo claro, preciso y conciso para que se entienda cuán importante es saber combinar los alimentos, es decir, comer bién y a sus horas, observen: "Supongamos que vamos de vacaciones a la playa, o al campo, son nuestras vacaciones, vamos todos contentos, la abuela saca una bolsa de naranjas y nos reparte a todos en el camino, mamá le ayuda a los chicos a pelar las suyas, papá maneja el coche feliz tarareando una canción, todo es dicha y felicidad, la familia se dispone a disfrutar, pero de pronto, el coche empieza a "cascabelear", el motor está fallando, parece que algo anda mal, y finalmente el coche se queda tirado en plena carretera en medio de los fuertes rayos del sol". ¿Qué hacer?
Allí lo que hay que hacer, es revisar principalmente el motor del vehículo, chequear el carburador, el transmisor, la corriente eléctrica, puf... al parecer todo está bien, pero ¿Qué pasa? ¿Porqué el coche no quiere caminar más?; Ah, pues por una razón sencilla; es que el tanque de la gasolina se vacío rápido porque era de pésima calidad, además el carburador necesitaba agua, aceite y cariño; así pasa con la máquina humana, es un vehículo que necesita de buenos carburantes, vitaminas, proteínas, minerales, potasio, calcio, fósforo, hierro, etc., un cuerpo mal alimentado, segurito que tarde o temprano se enfermará, como se enfermó el coche en plena carretera ¿verdad?
Entonces mujer; no te quejes si no haces las cosas bién y de manera consciente darte cuenta de que la vida va pasando por nuestro camino, de manera tan veloz y que nadie, absolutamente nadie, excepto tú, puedes darle el valor y el sentido que merece en tu propio existir y que nadie jamás podrá sentir por tí, lo que tú misma sientes, y puedes y debes hacer por ti, sobre todo en esos momentos, cuando sientes que algo anda mal dentro de ti. Sí así lo hicieres que Dios te lo premie, y si no lo hicieres así, que la misma vida te lo demande. ¿Estás de acuerdo?
Con mis respectos y cariño siempre para tí,
Doral.
Doral:
ResponderEliminarExtraordinario tema,sabes que en algunas cosas yo me identifico con ellas,CUANDO SIENTES QUE ALGO ANDA MAL,nosotros tenemos la oportunidad de cambiar las cosas que no nos gusten,tenemos la oportunidad de elegir si somos infelices o felices.Todo tiene remedio en esta vida menos la muerte.