Los amores más tiernos.
Leyendo algo sobre los amores tiernos, en alguna ocasión me llamó la atención esto: "Los amores son tantos y tan variados, los hay dulces, amargos, agridulces, mezquinos, generosos, posesivos, controladores, caprichosos y calculadores. Amores y amares en verdad que no hay muchos, sin embargo lo que abundan mucho y siempre son los falsificadores", es decir: Aquellos que hacen estafas de amor y otros que lo difrazan para obtener de él, ganancias gratuitas.
¿Cómo conocer entonces al amor verdadero, si todos esos parecen serlo, y hasta quisieron ser como el amor sincero?
Hay que tener mucho cuidado y saber diferenciar unos de los otros y sobre todo no confundir cuando un sentimiento tiende a ser vislumbrativo pero que contiene pura llamara de momento, o mejor dicho: "llamarada de petate" como se dice coloquialmente. Para saber diferenciar es necesario comprender que sólo un amor es verdadero, el que es realmente sincero, aquél que es firme en las tristezas y en las alegrías, aquél que te pide que seas tú, la luz del día, y cuando llega la noche, quiere que seas tú, la única estrella, la más brillante, que ilumine el camino por más oscuro que sea.
El amor más tierno y verdadero es aquel que confía, que no engaña, que no miente, que no es falso ni doble, y aquél que no le falta al otro ni con el pensamiento. El amor verdadero es aquel que huele a eternidad, a firmeza, a fidelidad, aún en la distancia y perdura a través del tiempo... ¡Esos son los amores más tiernos! aquellos que se brindan compañía, que respiran del mismo aliento y no encuentran diferencias sino cercanía, aunque estén lejos.
El amor eterno, lo es porque es tierno, amplio, protector y generoso, es espontáneo y cariñoso, comprensivo y comprometido. El amor es presente constante, y renovador como insustituíble. El amor es siempre amor para ti, aunque otros te fallen.
Hay muchos amores que no son amores, sólo visten sus ropajes para parecerlo, pero en el fondo ellos mismos saben que son puro oropel, quizá costumbre, o miedo a la soledad, conveniencia o interés, pero siempre se sujetan de algo o de alguien que necesitan para subsistir, y al otro lo mantienen engañado, confiado con los cachos bien puestos en la frente, qué ironía tener que decirlo así, pero no hay remedio, tenemos que decirlo así.
Hay amores que dicen amar profundamente a su pareja desde siempre, o que la han esperado desde la eternidad y no es cierto, ¡Mienten miserablemente!, engañan a su pareja y se engañan a ellos mismos de la peor forma, porque al menor ruido, al menor detalle, o a la menor insinuación, no se pueden resistir ante los aires del ayer y allí están de mucho galanteo saludando "muy amablemente" a su ex, y hasta festejando con un "salud" inocente por tal reencuentro. ¿Qué tanto tienen que andar de acomedidos y sobrones saludando a alguien a quién encima de todo se portó tan mal en el tiempo que estuvieron juntos?.
¿Porqué seguirle otorgando tantas concesiones y atenciones? ¿Qué buscan con esa actitud?, ¿No será que en el fondo aún prevalece algún tipo de interés?
Bueno, el caso es que esos amores no son ni eternos ni tiernos ni nada y en esos casos ¿qué sentido tiene seguir luchando por ellos?
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
¿Cómo conocer entonces al amor verdadero, si todos esos parecen serlo, y hasta quisieron ser como el amor sincero?
Hay que tener mucho cuidado y saber diferenciar unos de los otros y sobre todo no confundir cuando un sentimiento tiende a ser vislumbrativo pero que contiene pura llamara de momento, o mejor dicho: "llamarada de petate" como se dice coloquialmente. Para saber diferenciar es necesario comprender que sólo un amor es verdadero, el que es realmente sincero, aquél que es firme en las tristezas y en las alegrías, aquél que te pide que seas tú, la luz del día, y cuando llega la noche, quiere que seas tú, la única estrella, la más brillante, que ilumine el camino por más oscuro que sea.
El amor más tierno y verdadero es aquel que confía, que no engaña, que no miente, que no es falso ni doble, y aquél que no le falta al otro ni con el pensamiento. El amor verdadero es aquel que huele a eternidad, a firmeza, a fidelidad, aún en la distancia y perdura a través del tiempo... ¡Esos son los amores más tiernos! aquellos que se brindan compañía, que respiran del mismo aliento y no encuentran diferencias sino cercanía, aunque estén lejos.
El amor eterno, lo es porque es tierno, amplio, protector y generoso, es espontáneo y cariñoso, comprensivo y comprometido. El amor es presente constante, y renovador como insustituíble. El amor es siempre amor para ti, aunque otros te fallen.
Hay muchos amores que no son amores, sólo visten sus ropajes para parecerlo, pero en el fondo ellos mismos saben que son puro oropel, quizá costumbre, o miedo a la soledad, conveniencia o interés, pero siempre se sujetan de algo o de alguien que necesitan para subsistir, y al otro lo mantienen engañado, confiado con los cachos bien puestos en la frente, qué ironía tener que decirlo así, pero no hay remedio, tenemos que decirlo así.
Hay amores que dicen amar profundamente a su pareja desde siempre, o que la han esperado desde la eternidad y no es cierto, ¡Mienten miserablemente!, engañan a su pareja y se engañan a ellos mismos de la peor forma, porque al menor ruido, al menor detalle, o a la menor insinuación, no se pueden resistir ante los aires del ayer y allí están de mucho galanteo saludando "muy amablemente" a su ex, y hasta festejando con un "salud" inocente por tal reencuentro. ¿Qué tanto tienen que andar de acomedidos y sobrones saludando a alguien a quién encima de todo se portó tan mal en el tiempo que estuvieron juntos?.
¿Porqué seguirle otorgando tantas concesiones y atenciones? ¿Qué buscan con esa actitud?, ¿No será que en el fondo aún prevalece algún tipo de interés?
Bueno, el caso es que esos amores no son ni eternos ni tiernos ni nada y en esos casos ¿qué sentido tiene seguir luchando por ellos?
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
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