La música: ¿Condiciona la conducta humana?
A veces las personas neciamente se dicen a sí mismas que nada ni nadie puede influir en su estado de ánimo, que nada ni nadie les puede condicionar a hacer algo, y menos obligar, para salirse con la suya y quizá algunos tengan razón, pues seguramente disponen de una muy buena dosis de talentos, voluntad, suficiencia, independencia y valores que sean capaces de hacer sobrevivir a éstas, sin ayuda de nada ni de nadie, pero...
Estas personas índigo, especiales e inteligentes, que son tan autosuficientes, ¿Son capaces también de no sentir nada cuando escuchan la música? o nosotras mismas amigas queridas, cuando estamos a solas en casa, atareadas con los quehaceres propios del hogar, ensimismadas con nuestros pensamientos, planes y organización de todas las cosas que tenemos pendientes por realizar, sucede que cuando encendemos la radio, el estéreo, el modular, o la misma televisión y de pronto escuchamos una canción o una melodía que nos transporta hacia las emociones más escondidas y profundas, inmediatamente la asociamos a algo o a alguien y segurito que nos afloja toditito el parche, como se dice coloquialmente por allí... ¡Nos desparramamos!
¿A qué creen ustedes que se deba este fenómeno?, se debe a que las ondas teleoginoras que viajan desde nuestros impulsos eléctricos, a través del espacio y del tiempo, llevan y traen mensajes subliminales a nuestra mente receptora o son emitidas desde nuestra mente hacia el lugar, espacio, tiempo o persona que nos recuerda aquella nota musical que tanto nos sacude el corazón y los sentimientos.
Estas "ondas magnéticas" son energía pura, son condensaciones fluídas que viajan a velocidades estratosféricas desde nuestro cerebro, hacia el exterior y más allá. Por supuesto que no se pueden ver físicamente, pero sí se pueden sentir. Las sentimos nosotras al generarlas y las puede llegar a sentir la persona hacia quien se emiten los pensamientos, (algunos le llaman telequinesis, otros, telepatía). Es noble emitir buenos pensamientos o buenas vibraciones de positivismo, por la simple y sencilla razón de que todo lo que generamos, sea bueno o malo, tarde o temprano regresa a buscarnos más las consecuencias.
Pero el cerebro y la mente humana, aunque están asociadas a todas las conductas, pensamientos y sentimientos humanos, no lo son todo por separado, sino que una buena dosis de responsabilidad, es producto de lo que llamamos "verbo creador". El poder de la palabra es un arma de dos filos, con una palabra se puede bendecir, pero tambien se puede maldecir. Con una palabra puedes generar alegría a otra persona, o puedes generarle tristeza, por ejemplo:
Hay personas que tienen el cerebro saturado de tantas negatividades, de apatía, de incredulidad, de abandono, de envidias, de celos, de rencores, de odios y de miseria psíquica en general, el interior profundo de esas personas (llamado inconsciente), no puede emitir otra cosa que éso, ¡su mala vibra!. Pero si por el contrario, las personas se preocupan por ser positivas, empáticas, comprensivas, altruistas, amorosas y buenas personas, el amor que irradian no puede reaccionar de otra forma que con amor puro, virginal, auténtico, y como es lógico, en la mente y el cerebro de esas personas no hay espacio para el odio y sus consecuencias.
Entonces, así como los pensamientos no se pueden ver, tampoco la mente humana se puede ver, ¿o sí? vamos a ver: Si por ejemplo un médico neurocirujano le abriera el cráneo a una persona en un quirófano para extirparle su mente con el bisturí, jamás encontraría la mente porque como órgano absoluto no existe eso es obvio, pero si se ha podido comprobar científicamente que: "Gracias a los avances científicos de innumerables estudiosos, hoy en día no tenemos ninguna duda sobre la localización física de la memoria en nuestro organismo.
La memoria no es algo abstracto que pulula por la mente sin orden ni concierto, sino que físicamente se localiza en determinadas zonas del cortex cerebral.
Los recuerdos son re-creaciones de sucesos vividos filtrados a través de los sentidos. Dependiendo del órgano que haya intervenido en su percepción (vista, olfato, oído…), el recuerdo será de un sentido o de otro y será almacenado en una parte u otra del cerebro. Más tarde esos recuerdos aflorarán a la conciencia bien de manera casual o evocados conscientemente por el sujeto.
Podemos decir que existen varios substratos o niveles de consciencia de la memoria. Estos niveles, según diversos autores, son tres:
1) Un nivel inconsciente donde se almacenan una enorme cantidad de recuerdos de todo tipo y que sólo cuando aparece un estímulo adecuado, un detonante, aflora a la consciencia. Esta es una memoria involuntaria y con frecuencia es de una importancia capital en el estudio del comportamiento de las personas. Es la magdalena de Proust…Un sabor nos evoca unos recuerdos.
2) La memoria pasiva es aquella a la que accedemos con dificultad. Para recordar cosas de nuestra memoria pasiva debemos recurrir en ocasiones a reglas mnemotécnicas o realizar un esfuerzo de concentración. Es aquello que tenemos en la punta de la lengua…¿Cómo se llamaba…?
3) La memoria inmediata es la que utilizamos en nuestra vida cotidiana. Los datos que manejamos para desarrollar nuestro quehacer cotidiano: El lenguaje común, los nombres de las personas cercanas, la dirección de nuestra casa, fechas de aniversario y cumpleaños, etc…
Así mismo, atendiendo a la proximidad o lejanía con respecto al momento presente podemos también clasificar la memoria en tres estadios diferenciados:
A) La memoria sensorial ultra-corta: recibimos las informaciones pero no las analizamos. Alguien nos dicta una carta y memorizamos las palabras el momento justo para escribirlas. Luego las olvidamos.
B) La memoria inmediata o a corto plazo: recibimos las informaciones y únicamente las retenemos unos instantes, lo suficiente para actuar con ella. Luego olvidamos los datos. Por ejemplo acudir a un listín telefónico cada vez que queremos llamar por teléfono. Retenemos ese dato sólo hasta el momento de marcar. Si tenemos que volver a llamar tenemos que volver a consultarlo. (Esta memoria entronca con la memoria pasiva de la que hemos hablado unas líneas más arriba. Posiblemente podamos recordar ese número de teléfono si hiciéramos un esfuerzo y mediante reglas mnemotécnicas).
C) La memoria a largo plazo: es la memoria propiamente dicha. Es la recogida de información que posteriormente procesamos y analizamos. Más tarde esas informaciones son clasificadas en las distintas zonas del cerebro con el fin de poder ser consultadas en el futuro.
Los recuerdos son almacenados en distintas partes del cerebro según el tipo de información de que se trate:
- Los recuerdos visuales se archivan en el lóbulo occipital del cerebro.- Los recuerdos auditivos se registran en el lóbulo temporal derecho.
- Los sistemas abstractos se encuentran en el lóbulo temporal izquierdo.
- Las informaciones espaciales y la concepción global de las cosas se ubican en el hemisferio derecho.
- Las informaciones verbales y las nociones matemáticas están en el hemisferio izquierdo.
La memoria ha sido en ocasiones comparada con una gran biblioteca, un gran archivo de imágenes, sensaciones, palabras y datos. Si por cualquier causa la memoria falla, los archivos desaparecen o se borran y se hace imposible acceder a esa información. Es lo que ocurre en los casos de amnesia o pérdida de memoria.
Esto puede ser una imagen un tanto simplista, ya que, como sabemos, la memoria no es algo puramente estático, un almacén pasivo de recuerdos, sino que es algo más dinámico y complejo. Es bien cierto que la especialización de cada una de las partes del cerebro es un hecho científicamente demostrado, pero todavía hay un largo camino que recorrer en el estudio del cerebro y de la memoria.
La complejidad de las conexiones neuronales del cerebro hacen que este campo sea todavía un inmenso campo de investigación científica donde hay todavía gran cantidad de mundos por descubrir." (fuente: (c) 1997-2008 Trace Communication, S.L. Todos los derechos reservados.)
Entonces amigas queridas; la música es... dijéramos la fuente, el medio o el elemento que puede influir en nosotros para generar armonía en nuestras células, y las células tienen memoria que puede hacernos trascender o descender a estados anímicos insospechados.
La psicología transpersonal nos habla precisamente sobre estos estados anímicos del alma, y la mujer es cada vez más experta en las técnicas de imaginería, o fantasía dirigida, una ninfa especialista en vincularse con situaciones que no siempre sabe manejar, por eso termina a veces debastada por su propio desaliento. Sin embargo, no todo está perdido, les invito mis bellas amigas, a salvar del ahogado, aunque sea el sombrero. ¿de acuerdo?
Si tienen alguna pregunta al respecto, nos gustaría mucho conocer sus valiosas opiniones.
Con mis respetos y cariño siempre.
Doral.
sábado, 27 de noviembre de 2010
La música: ¿condiciona la conducta humana?
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Etiquetas:
Cerebro,
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