¡Mujer prevenida, vale por cuatro!
Siempre o casi siempre, es la mujer quien se hace cargo de velar por la salud de los suyos. Ella es la que está pendiente de que sus hijos reciban a tiempo sus vacunas, les controla su peso, su estatura, es la que alivia los raspones de las rodillas, también las del corazón y ella es la que se encarga de curar los trastornos virales de toda la familia con los remedios caseros de la abuela, ella es precavida en todo sentido.
Es la mamá de casa quien tiene sumo cuidado en balancear y preparar delicadamente todos los alimentos más ricos y nutritivos para todos. Es la mujer quien se preocupa constantemente para que todos los miembros de su familia reciban atención médica personificada, cuando presiente que ella no podrá controlar la eventualidad. Ella es quien lleva y trae a los chicos al colegio para salvaguardar su seguridad, está pendiente de que realicen sus tareas escolares, les acerca su ropa cuando ellos se duchan, les pone sus pijamas al irse a dormir y los abraza amorosamente.
¿Qué no haría la mujer por amor a su familia?... ¡Todo y más!... Pero lo más curioso es que todos en casa aprenden a depender de la mujer en todo momento: "Plánchame la camisa", "Corre a comprar las tortillas", "Dale una limpiadita al coche", "Límpiame mis zapatos", "mamá se me terminaron los rastrillos", "Sírveme la comida", "Pásame la toalla", "Llevas a componer mi reloj", "me compras el pantalón de la tienda", "Abre las cortinas", "Sacas al perro", puf... ¡Por Dios; pura mamitis aguda!
¿Y la pobre mamá?... ¡Bién, gracias! corriendo marathónicamente como gaucho veloz por toda la casa, por toda la vida... ¡Madre mía!... ¿De qué te dan ganas?... de gritar con fuerza: ¡Paren al mundo que me quiero bajar!
Pero, la peor de las realidades no es darse cuenta de cuán eficiente resulta la mujer cuando se toma en serio todos sus roles, sino descubrir con tristeza que un día cualquiera, realmente su mundo se ha parado porque su organismo ya no le responde, y por más que quiera seguir adelante con su ritmo acelerado de vida, ya no le es posible, porque no puede ni moverse siquiera, debe atenderse urgentemente y hay que tomar las cosas de manera serena.
En ese marco de las cosas, es menester aprender a asomarnos tempranamente al portal de las prevenciones amigas queridas, no confiarnos demasiado en nuestra juventud y en nuestra fortaleza, aceptar además que somos seres humanos y por lo tanto falibles y finitos. Todo por servir se acaba, y la vida tarde o temprano nos cobrará la factura. No cometer el error de esperar a que nos estemos muriendo para empezar a visualizar cuán útil hubiera sido la precaución y prevención en todos los sentidos, y más cuando hay antecedentes genéticos de alguna enfermedad como el cáncer por ejemplo.
Es evidente que tanto el hombre como la mujer son por igual propensos a algunas enfermedades, pero existe mucha diferencia en la forma de vivir que tiene el hombre al de la mujer que no se cuida a sí misma, por cuidar a otros primero, y eso aumenta el riesgo de deterioro y más cuando hay antecedentes muy cercanos de tipo familiar.
Afortunadamente la ciencia está muy avanzada en estos tiempos, y la mayoría de los especialistas médicos utilizan mucho los estudios clínicos previos llamados: Antígenos carcinoembrionarios, que son sustancias glucoproteínicas encontradas en los enterocitos de la sangre, y son analizados cuidadosamente por los señores químicos, es una prueba sumamente sencilla que se realiza en el laboratorio para ver si los genes codifican para algún tipo de cáncer, y a su vez sirven de marcadores tumorales o sustancias manifestadas en la sangre, directamente en algunos cromosomas. No está de más realizarse esa prueba en etapas tempranas para detectar cualquier tipo de cáncer y con más razón si hay antecedentes familiares.
En fin amigas queridas, recorriendo una vez más la máxima que resa por allí de que la mujer prevenida vale por cuatro, esperemos que todo en sus vidas vaya bien y que tratemos de valorar más la salud, la armonía y la belleza que aún impera en nuestro cuerpo físico y tambien en nuestra alma que es inmortal.
Con mis respetos y cariño siempre.
Doral.
Es la mamá de casa quien tiene sumo cuidado en balancear y preparar delicadamente todos los alimentos más ricos y nutritivos para todos. Es la mujer quien se preocupa constantemente para que todos los miembros de su familia reciban atención médica personificada, cuando presiente que ella no podrá controlar la eventualidad. Ella es quien lleva y trae a los chicos al colegio para salvaguardar su seguridad, está pendiente de que realicen sus tareas escolares, les acerca su ropa cuando ellos se duchan, les pone sus pijamas al irse a dormir y los abraza amorosamente.
¿Qué no haría la mujer por amor a su familia?... ¡Todo y más!... Pero lo más curioso es que todos en casa aprenden a depender de la mujer en todo momento: "Plánchame la camisa", "Corre a comprar las tortillas", "Dale una limpiadita al coche", "Límpiame mis zapatos", "mamá se me terminaron los rastrillos", "Sírveme la comida", "Pásame la toalla", "Llevas a componer mi reloj", "me compras el pantalón de la tienda", "Abre las cortinas", "Sacas al perro", puf... ¡Por Dios; pura mamitis aguda!
¿Y la pobre mamá?... ¡Bién, gracias! corriendo marathónicamente como gaucho veloz por toda la casa, por toda la vida... ¡Madre mía!... ¿De qué te dan ganas?... de gritar con fuerza: ¡Paren al mundo que me quiero bajar!
Pero, la peor de las realidades no es darse cuenta de cuán eficiente resulta la mujer cuando se toma en serio todos sus roles, sino descubrir con tristeza que un día cualquiera, realmente su mundo se ha parado porque su organismo ya no le responde, y por más que quiera seguir adelante con su ritmo acelerado de vida, ya no le es posible, porque no puede ni moverse siquiera, debe atenderse urgentemente y hay que tomar las cosas de manera serena.
En ese marco de las cosas, es menester aprender a asomarnos tempranamente al portal de las prevenciones amigas queridas, no confiarnos demasiado en nuestra juventud y en nuestra fortaleza, aceptar además que somos seres humanos y por lo tanto falibles y finitos. Todo por servir se acaba, y la vida tarde o temprano nos cobrará la factura. No cometer el error de esperar a que nos estemos muriendo para empezar a visualizar cuán útil hubiera sido la precaución y prevención en todos los sentidos, y más cuando hay antecedentes genéticos de alguna enfermedad como el cáncer por ejemplo.
Es evidente que tanto el hombre como la mujer son por igual propensos a algunas enfermedades, pero existe mucha diferencia en la forma de vivir que tiene el hombre al de la mujer que no se cuida a sí misma, por cuidar a otros primero, y eso aumenta el riesgo de deterioro y más cuando hay antecedentes muy cercanos de tipo familiar.
Afortunadamente la ciencia está muy avanzada en estos tiempos, y la mayoría de los especialistas médicos utilizan mucho los estudios clínicos previos llamados: Antígenos carcinoembrionarios, que son sustancias glucoproteínicas encontradas en los enterocitos de la sangre, y son analizados cuidadosamente por los señores químicos, es una prueba sumamente sencilla que se realiza en el laboratorio para ver si los genes codifican para algún tipo de cáncer, y a su vez sirven de marcadores tumorales o sustancias manifestadas en la sangre, directamente en algunos cromosomas. No está de más realizarse esa prueba en etapas tempranas para detectar cualquier tipo de cáncer y con más razón si hay antecedentes familiares.
En fin amigas queridas, recorriendo una vez más la máxima que resa por allí de que la mujer prevenida vale por cuatro, esperemos que todo en sus vidas vaya bien y que tratemos de valorar más la salud, la armonía y la belleza que aún impera en nuestro cuerpo físico y tambien en nuestra alma que es inmortal.
Con mis respetos y cariño siempre.
Doral.
Doral:
ResponderEliminarcada que leo un articulo me dejas muy sorprendida ya que tus palabras traen muchas sabiduria y yo en lo particular e aprendido tantas cosas de ti.
Eres ejemploa seguir,felicicidades por ser como eres una mujer maravillosa.
Desde lugo que mujer prevenida vale por 4 y por màs,yo antes era la que como dise el tema veia todo lo de mi casa y lo que querian mis hijos,despues dije no ellos tienen que madurar y aprender a ser responsables porque yo no le voy aser eterna.
Todos en la casa saben planchar,me ayudan cuando yo lavo a tender,despues a meter la ropa cuando ya esta seca,y los roles de la casa se vuelen menos pesado,antes yo lo asia todo y no medaba tiempo ni de descansar y menos de respirar.
Uno como mamà tiene que esta bien de salud para poder seguir caminando en la vida.
Ves como aprendo cada dìa màs de ti.
Excelente mi Conchy, ¡Lo dicho! mujer prevenida vale por cuatro, pero tú vales por más y eso sé que lo sabes y lo sientes.
ResponderEliminarSaluditos mi hermanita chula,
Doral.
Hola, entré a ésta página buscando unas palabras de apoyo y me encontré mucho más, gracias por todo lo que escribes yo tambien soy de Culiacán.
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