Las comidas de navidad

Las comidas de navidad

Ya pronto llegará la navidad amigas queridas, y seguramente muchas amas de casa, ya están pensando qué van a preparar en navidad, porque cada año todas quieren quedar bien con los suyos, quieren pulirse en todos los detalles para decorar los platillos que han de ponerse con mucho bombo sobre la mesa esa noche especial en que todos celebraremos el nacimiento del Niño Jesús, pero...



Es justo y precisamente con los niños con quienes más hay que batallar anticipadamente cuando se acerca la navidad: ¿Otra vez pavo mamá?, ay, nó; ya me harté de que todos los años comemos lo mismo, y de pilón otro día el recalentado, oh nó... ¡Otra vez rebanadas de pavo con puré de papa y ensalada!, caray... ni siquiera relleno quedó ¿Por qué no preparas otra cosa por favor? -es el clamor general dentro de nuestra cocina- ¿cierto?



En otros hogares más favorecidos, sucede lo mismo, allí el tío, el abuelo, el papá o el sobrino consentido de la familia empiezan a refunfuñar desde muy tempranito: ¿Bacalao y romeritos otra vez? ¿Que no sabes preparar otra cosa?, ¡Vaya por Dios, qué gancho al hígado para la pobre mujer que se esmeró tanto para preparar los romeritos y el bacalao que por cierto siempre le queda todo riquísimo!, pero como nadie es experto en darle gusto a todos pues, siempre sucederá que a alguien le moleste cenar siempre lo mismo en navidad.



Pero no todo es amargura y descontento, en algunos hogares que incluso son más humildes, nadie se queja, por el contrario, todos saben que pronto llegará navidad y que en casa de la abuela, la tía consentidora, la hermana, la mamá, la suegra o la amiga de la suegra de la familia, habrá una vianda muy especial: El famoso pozole rojo de puerco, que se prepara con granos de maíz fresco y precocido (llamado nixtamal), Chiles varios, especias (ajo, pimienta, laurel, sal, cominos, azafrán, cilantro, orégano, jitomate en consomé) y espinazo de puerco, (éste trae mucha carnita) como para chuparse los dedos, ya que se sirve con rabanitos tiernos, cebolla morada, o blanca y col o repollo picadito, cilantro y chiles serranos muy verdes y finamente picados y a algunas personas les gusta espolvorearle un poquitín de orégano, harto limón y salsa picante con chile de árbol. Se acompaña con tortillas tostaditas, doradita y crujientes o con pan de teleras.



Ah, pero hay quienes no tienen para comprar pavo para toda la familia, ni bacalao con romeritos ni pozole de puerco, pero si preparan una tamaleada de primera clase; los tamales no faltan en algunos hogares que tradicionalmente acostumbran cenar en navidad. Los hay de puerco, de pollo, de elote (choclo), de piña, naturales y hasta tamales dulces, llamados "tontitos" que se preparan de frijol (guisantes) y piloncillo con calabacita muy tierna picada finamente, se cocinan al vapor sobre las hojas de los elotes o en hojas de plátano, son riquísimos ¿se les antojan?

En fin, en gustos se rompe el género y como no hay género que se prive de estas delicias culinarias en plena Natividad del Señor, pues que se conformen con lo que hay y punto, ¡Faltaba más! no hay que ser tan formales y gastar hasta lo que no va de acuerdo con nuestro presupuesto familiar, y peor aún, a aquellos que durante todo el año se portaron mal, ¡mejor!, a esos yo no les preparo ni un torcido con mermelada, (jó) y mejor me voy a cenar tacos a la esquina y me ahorro hasta la fatiga jajaja (broma), qué mala soy ¿verdad?.

Lo cierto amigas queridas es que con dinero o sin dinero, todas las mamás queremos consentir a quienes se les antoja venir a cenar en nuestra mesa la noche de navidad, pero una buena idea es planear con anticipación, qué comida será más práctica, más económica, más deliciosa, y que sobre todo, no tiraremos la mitad en sobrantes, ya que si hemos de ser francas... ¡Cómo se desperdicia comida en esas fechas!, siempre quedan muchas sobritas en los platos porque ya los niños comieron muchos dulces y golosinas, los adultos ya llevan varias copas y a la hora que se sirve la cena, resulta que nomás la pican, y el resto se queda allí en el plato... Hey ¡Eso no es justo!, ¿tanto gasto y ajetreo para nada? ¡Pues nó! que si no hay ánimos, ni tiempo, ni dinero ni nada para preparar una comilonga de alto y refinado protocolo en esa noche especial, no importa, en verdad que no importa.

Miren mis bellas amigas, que hasta un simple sandwichito bien preparado con amor, sabe riquísimo si se comparte en armonía con los nuestros, pero sobre todo, con el corazón en paz y la fe más grande e inquebrantable en aquél humilde bebito santo que nació en un pesebre y que no tenía ni siquiera una triste cobijita para cubrir su cuerpo del frío y su santísima madre, la vírgen María lo arropó con su manto bendito, dándose calor entre paja, heno perfumado, bueyes y vacas. ¿Lo recuerdan?, entonces me pregunto: ¿De qué tanto tenemos que preocuparnos nosotros porque no hay un pavo para navidad, o un buen bacalao con sus romeritos, o un sugestivo pozolazo de puerco, ni tamalitos, ni sandwichitos ni nada ¿Y qué?, ya vendrán tiempos mejores, pero lo que ya no vuelve jamás es la esperanza de celebrar a Dios en su cumpleaños, quizá sin cena de navidad como quisiéramos, pero felices y con el corazón en paz.

Feliz navidad mis bellas amigas queridas,
Doral.