El Duelo y la Navidad
Ha llegado otra navidad más a nuestras vidas; pero quizá esta duele más que todas para algunas de nosotras, mujeres que atesoramos recuerdos muy valiosos y en este día especial, el llanto nos acompaña por muchos motivos.
La alegría agridulce que se trata de retener casi a la fuerza en el corazón, nos recuerda que muchas cosas ya no podrán ser esta navidad; los seres queridos que se han ido este año y los años anteriores ya no están con nosotras, ¡ya no estarán nunca más!, y cuánta falta nos harán sus risas, sus bromas, sus palabras, sus acciones… ¡Ya no puede ser!
Se ha teñido de gris el cielo de nuestra navidad última, y los negros nubarrones dejaron honda tristeza en el alma de los míos y los tuyos, pero ¡La vida debe continuar!, hay que pintar las puertas, techos y paredes de nuestro hogar, hay que darle brillo a las lámparas, cambiar las macetas, hacer limpieza de armarios, cortinas y alfombras antes de poner el nacimiento y el arbolito de navidad… ¡no hay ánimos! –ya lo sé- pero hay que adornar la entrada con musgo, licopodio y flores… muchas flores de noche buena…
¡Es cumpleaños del niño Jesús… nuestro Dios!
Y todos aquellos corazones que hoy atravesamos por algún duelo, tenemos que hacer que suceda el milagro más grande del mundo esta navidad, al entregarle nuestro dolor al Salvador, como un holocausto en un ramillete de dolor y lágrimas para que Él las transforme en frescas gotas de rocío y esperanza que resurjan a la nueva vida.
Ya nada será igual sin esa presencia tan amada en el seno familiar, y quizá hasta ni ganas tengamos de festejar la navidad, pero recordemos que detrás de la cortina del luto y duelo, detrás de cada dolor y detrás de cada lágrima, hay un ángel de amor velando por cada una de nosotras, las mujeres guerreras y amazonas que tenemos la misión de llevar alegría a los nuestros, aunque en nuestro propio corazón esté lloviendo.
Tratemos de levantar el ánimo a los demás, preparemos una cena amorosa en casa, abramos las ventanas para que entre aire nuevo, dejemos que entre a nuestro hogar el espíritu navideño y dejemos que el ángel de la navidad, haga la vida amable a quienes están tristes. Pongamos un poco de música suave y flores frescas en un jarrón.
Si es posible encender un par de veladoras perfumadas o un poquito de mirra e incienso de maderas o sándalo, será una buena táctica para limpiar la atmósfera de malas vibraciones y alejar las tristezas. Yo acostumbro quemar rajitas de canela y manzana deshidratada, a parte de depurar el ambiente, despide un olor riquísimo como al ponche de frutas que se antoja tanto en los países de América y que se acostumbra además en las navidades como bebida tradicional.
La velada navideña puede ser de mucho cariño con los nuestros, de mucho calor humano y acercamiento sincero, principalmente en los hogares donde siempre había sido todo de pura dicha y felicidad y la desgracia no había tocado en nuestra puerta. En la abundancia, la alegría y la prosperidad se olvida uno del recogimiento espiritual y los más elevados valores místicos, pero cuando se sufre, se está más cerca de Dios, aprende uno a mirar al cielo y ya no tanto al suelo.
Aprendamos a soltar amarres y ataduras, enseñémonos a elevar las velas de la paz y el amor, y soltemos el ancla de tantos sufrimientos, dejemos que esta navidad del 2009, sea El Salvador del mundo quien sostenga el timón y guíe bendito, nuestra barca hacia los confines de la verdadera dicha, felicidad y nuevos horizontes llenos de luz, de fe, de confianza, de esperanza y por supuesto, de abundancia y salud para todas nosotras y nuestras familias.
Recuerden que no está tan lejos el Amor del Todopoderoso, sólo tenemos que abrir con franqueza y sinceridad todos los pétalos del corazón y dejar que venga a nosotras su reino, Él morará en nuestro cuerpo y pondrá sus bienes al alcance de nuestras manos, donde nosotras los podamos tomar… ¡Qué hermoso será el privilegio de ponernos a su servicio y permitirle que se haga en nosotras su voluntad!
¡Viva Dios en las alturas, y paz en la tierra, a los hombres (y mujeres) de buena voluntad!
¡Feliz navidad amigas de nuestra casita virtual!
Con mi respeto y cariño siempre:
Doral.
Mi admirada amiga Doral, que bonitas palabras para aquellas personas que en esta navidadad lo esten pasando mal por falta de algun ser querido.
ResponderEliminarPero la vida sigue para los que estamos en la tierra, y tenemos que ser fuerte y aceptar las cosas menos buena que se presente en nuestro camino de la vida, y sobre todo buscar la felicidad por nosotros mismos y por los seres queridos que nos rodea, a mi me falta por estas fiestas tan señalada mi madre mi padre mi hermano y mi sobrino, pero yo pienso, mis padres mi hermano y mi sobrino me querian mucho, y a ellos no les gustaria que yo sufriera, no les gustaria verme con dolor y sufrimiento que me impida ser feliz, ellos querian verme feliz, pues a si me lo dijeron en vida sobre todo mis padres me lo decian cada dos por tres, a si que cuando la tristeza llega a mi recuerdo sus deseos para mi, y eso me hace ser mas fuerte.
Bueno mi linda amiga Doral te deseo una bonita y feliz Navidad y un prospero año 2010, lleno de salud amor y paz en union de todos tus seres queridos, te quiere y te recuerda Estrella del Mar, Lola. !!FELIZ NAVIDAD¡¡.
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MUY QUERIDA AMIGA ESTRELLA DE MAR:
ResponderEliminarMi Bellísima Lolis:
Gracias por tan lindo mensaje que recibo de tí en esta navidad querida amiga y hermana española de alto y refinado verbo espiritual que entiendo perfectamente en el magnetismo claro y sensible de tan bellas palabras.
Igualmente deseo para ti, todo un cúmulo de parabienes en estos últimos días del año 2009 y miles para el año venidero que te encuentre llena de paz, de abundancia, de proyectos hermosos, de valores alcanzables, de armonía interior para ti y para los tuyos, pero sobre todo Lolys querida... sobre toda que el año 2010, te encuentre llena de AMOR, todo el amor que tú eres como mujer e hija selecta de Dios nuestro Señor.
Que tus manos benditas lleven dones crísticos a quienes tocas, y que tu mirada limpia, cristalina y transparente, sea luz para otros ojos que te miren, que lleguen a ti, que se crucen contigo por alguna poderosa razón de Dios mi niña de cabellos dorados con alma de cielo y voz de ángel... Te quiero hermanita querida, y agradecida te bendigo con todas mis fuerzas esta Navidad y siempre.
Recibe lo mejor de mi ser.
Doral.