¡Las novias de Diciembre!
El mes de diciembre en algunos países del mundo es el mes más codiciado y el más esperado por la mayoría de las mujeres que están próximas a contraer nupcias, y yo me pregunto: ¿Por qué escogen la fecha de navidad para casarse?
Las novias de diciembre empiezan sus preparativos desde el inicio del año, por allá en enero o febrero son pedidas en matrimonio y tan pronto reciben la sortija o anillo de compromiso, comienzan las carreras contra el tiempo, porque Diciembre las espera con las puertas abiertas de par en par en el templo radiante adornado con flores hermosas y perfumados bouquets de bellísimos ramilletes de rosas blancas, candiles de cristal colgantes del techo con miles de lucecitas de colores, como lámparas suspendidas del cielo, para iluminar su paso hacia el altar, con su vestido blanco y su velo de tul ilusión, sujeto de la diminuta tiara de brillantitos o diamantes.
¡Qué frescas, lindas y lozanas se ven las novias rumbo al altar!, la felicidad se les sale por todos los poros de la piel, mientras el novio espera impaciente para recibirla ya como su esposa y futura madre de sus hijos, justo al pie del altar.
¿Testigos de la ceremonia? ¡sí; muchos!. Por un lado está bien dispuesto un exquisito y hermosísimo nacimiento donde el Niño Dios yace dormidito en su cunita de paja tan cálida como el corazón de María, su madre. Por otro lado tenemos a la Estrella de Belén, centelleando con fulgor para alumbrar el camino de amor de los desposados. Y tres reyes magos que vienen en camino rumbo al pesebre del chiquitín recién nacido. Ojalá lleguen a tiempo a la boda y de pronto y con suerte les toque romper la piñata, o de perdida echarse un par de “chelas” heladitas para brindar por los novios.
Diciembre es el mes de más algarabía, espíritu de fiestas, regalos, armonía familiar, y buenos deseos para todos, especialmente para los novios de diciembre que han escogido una fecha tan especial para contraer nupcias. La ceremonia ha terminado y todos los invitados se disponen a festejar a lo grande la unión de dos seres que nacieron para amarse y formar una nueva familia.
¿La fiesta?... Todo está a punto de turrón esperando a los invitados: Las mesas lucen elegantemente vestidas con manteles largos blancos adornados con moños dorados y florecitas tan blancas como el hermoso vestido de la novia. En el centro de la mesa los recuerdos, una cesta con fruta, dulces, colación, mandarinas, cacahuates, tejocotes, globos, espanta-suegras y… ¡mh, chocolates!. Un par de veladoras perfumadas que hace el ambiente más romántico con los platones decorados con motivos navideños haciendo juegos con los selectos servilleteros blancos con su listón dorado haciendo juego con los manteles.
Las novias de diciembre han trabajado arduamente para escoger detalles mil para su boda. Han tenido buen cuidado en seleccionar de todo… ¡Lo mejor!. Los pajecitos reparten diminutos libritos de buen gusto agradeciendo la asistencia de todos los amigos y familiares. Allá en la mesa principal de los regalos, la champaña se empieza a descorchar y todos aplauden en honor de los nuevos esposos. El mariachi entona las canciones preferidas de los enamorados que han salido a la pista a bailar su primer vals de casados… ¡Con cuánto amor se miran a los ojos!, pareciera que el mismo Dios está en medio de los dos.
Qué bellas son las bodas en diciembre amigas queridas, pero…
¿Han pensado cuánto tiene que trabajar una mujer antes y después de contraer matrimonio justamente en el mes más ajetreado del año?. Es apenas normal que la novia baje algunos kilos de peso con tantas carreras, tanta adrenalina corriendo por sus venas que hasta el sueño ha perdido en los últimos días y apenas ha probado alimento, y no sería extraño que precisamente en su noche de bodas, y en plena luna de miel, se quede profundamente dormida en los brazos de su amado. ¡puf!... o él.
Entonces amiga lectora; si tienes pensado casarte pronto, piénsala dos veces antes de decidir que tu matrimonio se efectúe en el mes de diciembre, o a menos que tengas dos pares de manos extras y una suegra jaladora (huy… digo:), para que no se te cargue tanto el ajetreo que conlleva todo matrimonio civil y eclesiástico y a la hora de la hora tengas que verte como caricatura flotando dentro del vestido blanco.
Comparte con nosotros tu experiencia al respecto, te invito a que nos escribas si es tu deseo y si no; tampoco hay problema ¡no pasa nada!, lo mismo te deseamos mucha dicha, felicidad, un hermoso matrimonio y una muy feliz navidad en tu nueva etapa de vida.
¡Enhorabuena! Con mis respetos y cariño siempre.
Doral.
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