Amor y Pasión.
Un amigo me dijo un día: “Sabes, yo nunca he podido vivir amando a una sola mujer”…
Caray, la franqueza de mi amigo, marcó en mi rostro una cachetada de asombro, por tal desfachatez plagada de descaro, que no logré asimilar en el momento.
Dije: -¿Cómo es posible que se pueda amar a dos personas al mismo tiempo y con la misma intención e intensidad?
-Eso me suena a vaquetonería- … me respondí inmediatamente.
Cierto es que existen muchas formas de amar y muchas clases de amor, pero admitir abiertamente que se pueda amar a dos personas a la vez, me parece burdo y exagerado o mejor dicho “inapropiado” para alguien que siempre está hablando de moralidad y buen juicio.
¿Sano entendimiento? – pensé para mis adentros -
¡NO! -me contesté indignada de mi falta de criterio, o excesivo don a mis tradicionalismos y apegos al sentimiento de pertenencia y fidelidad absoluta.- Imposible de entenderlo y mucho menos aún de aceptarlo.
Sin embargo; al transcurrir de los días y observando que yo seguía molesta por el proceder vulgar y prosaico de mi amigo (cosa que a mi no tenía por qué afectarme). Una noche cualquiera me propuse analizar con seriedad y profundidad este aspecto importante que como factor de riesgo, pudiera convertirse en una amenaza o una mancha imborrable en la tela de juicio de todo honor, y que de paso sea dicho, se lleva “entre las patas” indecorosamente el pudor y hasta la dignidad de cualquier ser humano.
Observando con profunda sinceridad, se puede descubrir que la imagen que tenemos de sí mismos, por supuesto jamás coincidirá con la que los demás tienen de nosotros, ya que en medio de éstos dos aspectos, pulula “salerosamente” un concepto muy importante que no quiero darle nombre, porque no vale la pena etiquetar algo que no tiene cabida como soporte de algo que es muy evidente y claro:
-¿Por qué me siento un chingón (a)…. si con mis actitudes estoy demostrando ser un pobre pendejo (a)?, qué lugar ocupa la congruencia, la sinceridad en éste este planteamiento?-
A ver… vamos a ver, analicemos esto con detenimiento…. Ejemplifiquemos.
Tengo una pareja, gozo del convencimiento que se trata del amor de mi vida, estoy profundamente enamorado(a), tengo planes serios, ilusiones, alegría, sueños…cuido a mi amor, lo atiendo, lo cuido, lo amo, lo valoro y quiero conservarlo. ¿Cómo es posible …que en determinado momento, sin que yo lo espere, ni me lo proponga deliberadamente, ni lo provoque, y además….por circunstancias que desconozco, me encuentro con alguien del pasado, alguien que fue importante para mi en el ayer. Me gustaba, me atraía, me ponía los nervios de punta, me aceleraba el ritmo cardiaco, la sangre me la revolucionaba al mil por hora, me temblaban las piernas, me comía las uñas, me resultaba insoportable cruzar la mirada de frente con la suya, la piel se me erizaba, empezaba a tartamudear, me apendejaba de manera total al sentirle irresistible… en fin… me llevaba al borde de un infarto al miocardio….. casi me daba el “pata-tus” al sentirle cerca de mi… y que…puf! ….
Se constituyó en todo un RETO, y que debido a mi falta de experiencia, o quizá de madurez, no tuve en ese momento la suficiente capacidad de asimilar la situación y preferí esconder mi cabeza bajo la tierra como las avestruces, para no hacer el oso de mi vida, o mejor dicho, el mayor ridículo de toda mi adolescencia. Lo dejé ir, se encontró otro amor y ya no supe mas nada qué pasó con ese “alguien” que logró sacudirme completito el tapete de mi existencia.
Pasó el tiempo, los años…. La vida nos colocó a ambos por caminos distintos… pero… pero… pero… cupidito travieso que es tan juguetón y que no suelta nunca su arco y sus flechitas, se pone a hacerle apuestas al destino para divertirse, volviendo a unir esos caminos donde necesariamente tenemos que volver a encontrarnos.
Llegó ese día, nos tenemos frente a frente nuevamente el uno al otro; afloran uno a uno todos los recuerdos, noto nostalgia en su mirada, ternura en el eco de su voz, añoranza en nuestras manos al tocarse, siento deseos de fusionarme en un abrazo eterno…quizá sin preguntarle nada, sin hablar…. ¿para qué?... no hace falta….Los poros de nuestra piel ya se lo han dicho todo al roce y complicidad de nuestra chispeante mirada llena de preguntas sin respuestas… Un deseo ardiente… un cerrar de ojos al unísono… un revolotear de maripositas sedientas en medio del vientre delirante, un invisible y poderoso imán devorando inclemente la geografía de nuestros cuerpos… y de pronto:
-¡OH NO! …. ¿Qué estás haciendo estúpida?
Un golpe sordo en el centro de la conciencia, me hace detenerme en seco, me para, me mutila de golpe toda la inspiración, transmutándola en un dolor que como muro aprisiona mi garganta…quiero gritar, quiero llorar, la impotencia me desgarra el entendimiento, pero quiero sentir, tengo derecho, que no es pecaminoso lo que estoy haciendo y deseando.
Pero… - ¿Cómo jijos no va a ser malo? - -Estoy poniéndole los cuernos a mi pareja-
- I N S E N S A T A, ¿Que no te das cuenta? - ¡NO! – No le veo nada de malo echarme un taco de ojo de vez en cuando –me digo- Pero esto no se trata de un simple “taquito de ojo con chile piquín”, se trata de que quiero devorarme todo el banquete de un solo bocado…
En ese momento siento que mi “Amor” se vuelve ciego , como en los tiempos de la adolescencia, se vuelve ciego y egoísta, no pienso en las consecuencias, no pienso en el pobre “cachudo”, y “mandilón” que me espera en casa.
Pero.. ¡no!..¡no!..¡no!... yo tengo derecho a pensar… a sentir.. a ser libre…a vivir mi vida como yo quiero vivirla. –A él lo amo-…. –El es mi hombre-… Esto es eventual (quizá), transitorio y pasajero, y mi pareja no tiene por qué enterarse, total no me perderá…seguiré amándolo, seguiré viviendo con él… nada pasará.. nada malo pasará.
- ¿Pero cómo no va a suceder nada malo mujer?, Si estás deseando que otro hombre que no es tu marido, te bese, te abrace te estruje y te haga suya, le estás otorgando todo ese derecho en charola de plata…- ¿no te sientes mal contigo misma?...¿No te remuerde la conciencia con esa doblez?... ¿Dónde quedó el Amor, la Sinceridad, la Fidelidad que dijiste tenerle a quien juraste AMOR ETERNO, y a quien realmente amas y quieres conservar para toda la vida? -
- Sí; es verdad… a mi marido lo amo, lo adoro, lo idolatro porque me es muy útil como pareja, en la casa, en la cama, en mi vida… Pero, últimamente ronca mucho por las noches y me hace la vida imposible con sus celos estúpidos y su posesividad, me ahoga, me asfixia con sus celos y su vigilancia constante. No tengo privacidad, no tengo individualidad, no me tiene confianza… me harta vivir así. Quiero respirar otro ambiente grrrr-
- Me daré una “escapadita” para retomar mi aliento… si.. si.. si..eso es…no pasará nada malo, yo a EL lo amo, yo sé que lo amo.. y solo es eso… estoy cansada, la oficina, la casa, el centro comercial, la cocina, el lavadero, la plancha, es agotante, puf…. Pero sé que lo amo y no lo cambiaría por nada ni por nadie.-
- El no tiene derecho de celarme, ni de enclaustrarme en la casa como si fuera un un mueble decorativo, un objeto de su propiedad, no le falto al respeto si salgo a platicar, o a tomar una charla al aire libre de la plazuela, distraerme o relajarme de vez en cuando. –Lo amo y no sería capaz de faltarle -
- ¿No serías capaz de faltarle?,…Por Dios Mujer….¿quién te entiende?....
He ahí la trama, de un dilema completo de muchas mujeres que a través del tiempo y todos los tiempos hemos tenido que enfrentar, y con todo el dolor de nuestra dignidad y de nuestro corazón (somos imbéciles, pero fieles), reconocemos que preferimos muchas veces sacrificar hasta nuestras propias emociones, lacerando nuestra razón atormentada por amar y dormir con un hombre y pensar en otro, pero llega el momento en que decididamente nos gritamos a si mismas:
- ¡YA BASTA! – YA ESTUVO SUAVE DE HACER EL RIDICULO. HASTA HOY HE SIDO UNA MUJER DEBASTADA POR MI PROPIO DESALIENTO, CAUTIVA DE MIS EMOCIONES Y MIS INSTINTOS, AGOBIADA POR LA ANGUSTIA Y EL CARIÑO QUE HE DADO A RAUDALES… SOY UNA MUJER CON UN PROPÒSITO DEFINIDO, EN EL QUE NO QUIERO INCLUIR YA….. LA INFLUENCIA DE NINGUNA TENTACION NEFASTA… NO ESTOY DISPUESTA A PERDER LO MEJOR POR LO PEOR.-
- ME VOLVI LOCA CON MOMENTOS DE DEBILIDAD, NO SOY PERFECTA, PERO POSEO LA FUERZA Y EL CARÁCTER PARA NO CEDER, PARA NO CAER EN ESAS TENTACIONES…. PERDI MIS PROPIOS LIMITES, ESTUVE A PUNTO DE TRAICIONAR A MI FAMILIA, A MIS PADRES, A MIS HERMANOS, A MI ETICA, A MI DIGNIDAD Y SOBRE TODO…. ESTUVE A PUNTO DE FALLARME A MI MISMA Y DE FALLARLE A MI MAS GRANDE AMOR.
Claro es que no es fácil agarrar al toro por los cuernos, enfrentar y trascender nuestras pruebas de fuego.- Sin embargo cabe recordar que precisamente es por el fuego, a través del fuego como se miden y se prueban todos los metales. Y bien vale la pena el sacrificio de “atar, amarrar nuestros instintos carnales” que son hasta cierto punto, normales en la piel de toda mujer normal, que vive, que sueña, que siente, que desea, que ama, pero que también reconoce que tiene el derecho de ser plenamente respetada en la misma proporción por su pareja… y que no es justo que se nos tome como “objetos de supermercado” que pueden obtenerse con el poder de una firma, y muchas veces hasta sin ella.
Pero vale la pena… claro que vale la pena hacer un alto en el camino para elaborarle un nudito al corazón, cerrarle el paso a las tentaciones en pos de valores y sentimientos de alto y refinado protocolo, amores y formas de amar mucho mas elevados que un simple momento de “calentura” … fiebre o “pasión de un rato” … llamarada de petate, como diría mi abuelo. (hay que saberle robar el fuego al diablo)
En esto de “robarle el fuego al diablo”, existe un peligro más común y en el que casi todos hemos caído, es el de "jugar con fuego" con el corazón, con los sentimientos. Ese fuego tremendo que quema por una mirada, por el leve roce de una mano amada pero indebidamente deseada: desgraciadamente este peligro se vive constantemente ya que no es raro el caso de la esposa o esposo solitario, que se dicen incomprendidos o que por circunstancias especiales hay ausencias; en un momento surge una amistad, se entienden maravillosamente, vibran ambos con un atardecer, descubren bellezas escondidas en las personas, circunstancias o cosas, gozan con el mismo tipo de música, disfrutan el murmullo del mar, admiran las olas de la playa que llegan como escarolas de organdí, a besar la arena aunque vengan cansadas de viajar. Naturalmente que el trato continuado y la atracción les hacen llegar a "jugar con fuego", porque no pueden vivir plenamente unidos, tienen ya otros lazos que les atan, los momentos fugaces de alegría sirven de alimento para continuar adelante, pero con frecuencia crean vacío o remordimientos.
Vivir esto, es muy peligroso por delicioso que sea, no olvidemos que es "fuego y quema", destruye y mata. Parece cosa de niños, probablemente no le demos importancia pero a la larga nos lleva a perder la PAZ. No debemos olvidar que Dios nos perdona siempre, los hombres algunas veces, pero la naturaleza ¡nunca!. Si las cosas que hacemos nos alteran, nos quitan la paz y no nos llevan a la unión con Dios.. . .¡no valen la pena! nos debemos de alejar a tiempo, pidiéndole fuerzas a nuestro Padre Dios para no caer mas en tentación. Solo lo que nos lleva a EL da verdadera plenitud y paz en el corazón.
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
Caray, la franqueza de mi amigo, marcó en mi rostro una cachetada de asombro, por tal desfachatez plagada de descaro, que no logré asimilar en el momento.
Dije: -¿Cómo es posible que se pueda amar a dos personas al mismo tiempo y con la misma intención e intensidad?
-Eso me suena a vaquetonería- … me respondí inmediatamente.
Cierto es que existen muchas formas de amar y muchas clases de amor, pero admitir abiertamente que se pueda amar a dos personas a la vez, me parece burdo y exagerado o mejor dicho “inapropiado” para alguien que siempre está hablando de moralidad y buen juicio.
¿Sano entendimiento? – pensé para mis adentros -
¡NO! -me contesté indignada de mi falta de criterio, o excesivo don a mis tradicionalismos y apegos al sentimiento de pertenencia y fidelidad absoluta.- Imposible de entenderlo y mucho menos aún de aceptarlo.
Sin embargo; al transcurrir de los días y observando que yo seguía molesta por el proceder vulgar y prosaico de mi amigo (cosa que a mi no tenía por qué afectarme). Una noche cualquiera me propuse analizar con seriedad y profundidad este aspecto importante que como factor de riesgo, pudiera convertirse en una amenaza o una mancha imborrable en la tela de juicio de todo honor, y que de paso sea dicho, se lleva “entre las patas” indecorosamente el pudor y hasta la dignidad de cualquier ser humano.
Observando con profunda sinceridad, se puede descubrir que la imagen que tenemos de sí mismos, por supuesto jamás coincidirá con la que los demás tienen de nosotros, ya que en medio de éstos dos aspectos, pulula “salerosamente” un concepto muy importante que no quiero darle nombre, porque no vale la pena etiquetar algo que no tiene cabida como soporte de algo que es muy evidente y claro:
-¿Por qué me siento un chingón (a)…. si con mis actitudes estoy demostrando ser un pobre pendejo (a)?, qué lugar ocupa la congruencia, la sinceridad en éste este planteamiento?-
A ver… vamos a ver, analicemos esto con detenimiento…. Ejemplifiquemos.
Tengo una pareja, gozo del convencimiento que se trata del amor de mi vida, estoy profundamente enamorado(a), tengo planes serios, ilusiones, alegría, sueños…cuido a mi amor, lo atiendo, lo cuido, lo amo, lo valoro y quiero conservarlo. ¿Cómo es posible …que en determinado momento, sin que yo lo espere, ni me lo proponga deliberadamente, ni lo provoque, y además….por circunstancias que desconozco, me encuentro con alguien del pasado, alguien que fue importante para mi en el ayer. Me gustaba, me atraía, me ponía los nervios de punta, me aceleraba el ritmo cardiaco, la sangre me la revolucionaba al mil por hora, me temblaban las piernas, me comía las uñas, me resultaba insoportable cruzar la mirada de frente con la suya, la piel se me erizaba, empezaba a tartamudear, me apendejaba de manera total al sentirle irresistible… en fin… me llevaba al borde de un infarto al miocardio….. casi me daba el “pata-tus” al sentirle cerca de mi… y que…puf! ….
Se constituyó en todo un RETO, y que debido a mi falta de experiencia, o quizá de madurez, no tuve en ese momento la suficiente capacidad de asimilar la situación y preferí esconder mi cabeza bajo la tierra como las avestruces, para no hacer el oso de mi vida, o mejor dicho, el mayor ridículo de toda mi adolescencia. Lo dejé ir, se encontró otro amor y ya no supe mas nada qué pasó con ese “alguien” que logró sacudirme completito el tapete de mi existencia.
Pasó el tiempo, los años…. La vida nos colocó a ambos por caminos distintos… pero… pero… pero… cupidito travieso que es tan juguetón y que no suelta nunca su arco y sus flechitas, se pone a hacerle apuestas al destino para divertirse, volviendo a unir esos caminos donde necesariamente tenemos que volver a encontrarnos.
Llegó ese día, nos tenemos frente a frente nuevamente el uno al otro; afloran uno a uno todos los recuerdos, noto nostalgia en su mirada, ternura en el eco de su voz, añoranza en nuestras manos al tocarse, siento deseos de fusionarme en un abrazo eterno…quizá sin preguntarle nada, sin hablar…. ¿para qué?... no hace falta….Los poros de nuestra piel ya se lo han dicho todo al roce y complicidad de nuestra chispeante mirada llena de preguntas sin respuestas… Un deseo ardiente… un cerrar de ojos al unísono… un revolotear de maripositas sedientas en medio del vientre delirante, un invisible y poderoso imán devorando inclemente la geografía de nuestros cuerpos… y de pronto:
-¡OH NO! …. ¿Qué estás haciendo estúpida?
Un golpe sordo en el centro de la conciencia, me hace detenerme en seco, me para, me mutila de golpe toda la inspiración, transmutándola en un dolor que como muro aprisiona mi garganta…quiero gritar, quiero llorar, la impotencia me desgarra el entendimiento, pero quiero sentir, tengo derecho, que no es pecaminoso lo que estoy haciendo y deseando.
Pero… - ¿Cómo jijos no va a ser malo? - -Estoy poniéndole los cuernos a mi pareja-
- I N S E N S A T A, ¿Que no te das cuenta? - ¡NO! – No le veo nada de malo echarme un taco de ojo de vez en cuando –me digo- Pero esto no se trata de un simple “taquito de ojo con chile piquín”, se trata de que quiero devorarme todo el banquete de un solo bocado…
En ese momento siento que mi “Amor” se vuelve ciego , como en los tiempos de la adolescencia, se vuelve ciego y egoísta, no pienso en las consecuencias, no pienso en el pobre “cachudo”, y “mandilón” que me espera en casa.
Pero.. ¡no!..¡no!..¡no!... yo tengo derecho a pensar… a sentir.. a ser libre…a vivir mi vida como yo quiero vivirla. –A él lo amo-…. –El es mi hombre-… Esto es eventual (quizá), transitorio y pasajero, y mi pareja no tiene por qué enterarse, total no me perderá…seguiré amándolo, seguiré viviendo con él… nada pasará.. nada malo pasará.
- ¿Pero cómo no va a suceder nada malo mujer?, Si estás deseando que otro hombre que no es tu marido, te bese, te abrace te estruje y te haga suya, le estás otorgando todo ese derecho en charola de plata…- ¿no te sientes mal contigo misma?...¿No te remuerde la conciencia con esa doblez?... ¿Dónde quedó el Amor, la Sinceridad, la Fidelidad que dijiste tenerle a quien juraste AMOR ETERNO, y a quien realmente amas y quieres conservar para toda la vida? -
- Sí; es verdad… a mi marido lo amo, lo adoro, lo idolatro porque me es muy útil como pareja, en la casa, en la cama, en mi vida… Pero, últimamente ronca mucho por las noches y me hace la vida imposible con sus celos estúpidos y su posesividad, me ahoga, me asfixia con sus celos y su vigilancia constante. No tengo privacidad, no tengo individualidad, no me tiene confianza… me harta vivir así. Quiero respirar otro ambiente grrrr-
- Me daré una “escapadita” para retomar mi aliento… si.. si.. si..eso es…no pasará nada malo, yo a EL lo amo, yo sé que lo amo.. y solo es eso… estoy cansada, la oficina, la casa, el centro comercial, la cocina, el lavadero, la plancha, es agotante, puf…. Pero sé que lo amo y no lo cambiaría por nada ni por nadie.-
- El no tiene derecho de celarme, ni de enclaustrarme en la casa como si fuera un un mueble decorativo, un objeto de su propiedad, no le falto al respeto si salgo a platicar, o a tomar una charla al aire libre de la plazuela, distraerme o relajarme de vez en cuando. –Lo amo y no sería capaz de faltarle -
- ¿No serías capaz de faltarle?,…Por Dios Mujer….¿quién te entiende?....
He ahí la trama, de un dilema completo de muchas mujeres que a través del tiempo y todos los tiempos hemos tenido que enfrentar, y con todo el dolor de nuestra dignidad y de nuestro corazón (somos imbéciles, pero fieles), reconocemos que preferimos muchas veces sacrificar hasta nuestras propias emociones, lacerando nuestra razón atormentada por amar y dormir con un hombre y pensar en otro, pero llega el momento en que decididamente nos gritamos a si mismas:
- ¡YA BASTA! – YA ESTUVO SUAVE DE HACER EL RIDICULO. HASTA HOY HE SIDO UNA MUJER DEBASTADA POR MI PROPIO DESALIENTO, CAUTIVA DE MIS EMOCIONES Y MIS INSTINTOS, AGOBIADA POR LA ANGUSTIA Y EL CARIÑO QUE HE DADO A RAUDALES… SOY UNA MUJER CON UN PROPÒSITO DEFINIDO, EN EL QUE NO QUIERO INCLUIR YA….. LA INFLUENCIA DE NINGUNA TENTACION NEFASTA… NO ESTOY DISPUESTA A PERDER LO MEJOR POR LO PEOR.-
- ME VOLVI LOCA CON MOMENTOS DE DEBILIDAD, NO SOY PERFECTA, PERO POSEO LA FUERZA Y EL CARÁCTER PARA NO CEDER, PARA NO CAER EN ESAS TENTACIONES…. PERDI MIS PROPIOS LIMITES, ESTUVE A PUNTO DE TRAICIONAR A MI FAMILIA, A MIS PADRES, A MIS HERMANOS, A MI ETICA, A MI DIGNIDAD Y SOBRE TODO…. ESTUVE A PUNTO DE FALLARME A MI MISMA Y DE FALLARLE A MI MAS GRANDE AMOR.
Claro es que no es fácil agarrar al toro por los cuernos, enfrentar y trascender nuestras pruebas de fuego.- Sin embargo cabe recordar que precisamente es por el fuego, a través del fuego como se miden y se prueban todos los metales. Y bien vale la pena el sacrificio de “atar, amarrar nuestros instintos carnales” que son hasta cierto punto, normales en la piel de toda mujer normal, que vive, que sueña, que siente, que desea, que ama, pero que también reconoce que tiene el derecho de ser plenamente respetada en la misma proporción por su pareja… y que no es justo que se nos tome como “objetos de supermercado” que pueden obtenerse con el poder de una firma, y muchas veces hasta sin ella.
Pero vale la pena… claro que vale la pena hacer un alto en el camino para elaborarle un nudito al corazón, cerrarle el paso a las tentaciones en pos de valores y sentimientos de alto y refinado protocolo, amores y formas de amar mucho mas elevados que un simple momento de “calentura” … fiebre o “pasión de un rato” … llamarada de petate, como diría mi abuelo. (hay que saberle robar el fuego al diablo)
En esto de “robarle el fuego al diablo”, existe un peligro más común y en el que casi todos hemos caído, es el de "jugar con fuego" con el corazón, con los sentimientos. Ese fuego tremendo que quema por una mirada, por el leve roce de una mano amada pero indebidamente deseada: desgraciadamente este peligro se vive constantemente ya que no es raro el caso de la esposa o esposo solitario, que se dicen incomprendidos o que por circunstancias especiales hay ausencias; en un momento surge una amistad, se entienden maravillosamente, vibran ambos con un atardecer, descubren bellezas escondidas en las personas, circunstancias o cosas, gozan con el mismo tipo de música, disfrutan el murmullo del mar, admiran las olas de la playa que llegan como escarolas de organdí, a besar la arena aunque vengan cansadas de viajar. Naturalmente que el trato continuado y la atracción les hacen llegar a "jugar con fuego", porque no pueden vivir plenamente unidos, tienen ya otros lazos que les atan, los momentos fugaces de alegría sirven de alimento para continuar adelante, pero con frecuencia crean vacío o remordimientos.
Vivir esto, es muy peligroso por delicioso que sea, no olvidemos que es "fuego y quema", destruye y mata. Parece cosa de niños, probablemente no le demos importancia pero a la larga nos lleva a perder la PAZ. No debemos olvidar que Dios nos perdona siempre, los hombres algunas veces, pero la naturaleza ¡nunca!. Si las cosas que hacemos nos alteran, nos quitan la paz y no nos llevan a la unión con Dios.. . .¡no valen la pena! nos debemos de alejar a tiempo, pidiéndole fuerzas a nuestro Padre Dios para no caer mas en tentación. Solo lo que nos lleva a EL da verdadera plenitud y paz en el corazón.
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
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