¡Conflictos de Mujer!
En el vasto mundo de las pre-ocupaciones mentales de la mujer está en primer lugar haciendo fila, la concepción de que ella tiene la obligación de resolver todos sus problemas personales y tambien los de su familia... ¡Y así lo hace porque ella es capaz de éso y mucho más!, pero ¿A qué precio?, veamos detenidamente este aspecto tan interesante y delicado que causa estragos en el sistema inmunológico de toda mujer que disfruta ser la milusos de su hogar, la heroína de su entorno y la mártir eterna dentro de su propio corazón, pero ¿Conocemos realmente la causa, y por qué lo hacemos? ¡Aquí está lo interesante!, darnos cuenta del porqué la mujer vive conflictada toda su vida y que no siempre tiene la precaución de resolver esos conflictos a tiempo.
Secretamente la mujer se hace adicta a sus propias lágrimas, con ellas quiere resolver todos los problemas que se le acumulan por montones encima de su alma, arrastrando cansancios milenarios sin ninguna esperanza de poder encontrar una solución que acabe con sus múltiples pesares, pero afortunadamente no todo está perdido, aquí vamos a dejarles unos cuantos secretitos que sirvan de herramientas para conocer al menos, qué es un conflicto, cómo se manifiesta, qué riesgos conlleva y cómo podemos solucionarlo antes de que convierta en crisis.
En primer lugar, todas las personas sabemos que enfrentar un conflicto significa “quemar” muchas energías y tiempo, así como pasar un rato no excesivamente agradable, y que desafortunadamente nunca hemos sido educados para enfrentar los conflictos de una manera positiva y que, por tanto, nos faltan herramientas, recursos y además, ponemos una gran resistencia al cambio, aunque las cosas no estén bien y lo veamos claro, muchas veces preferimos mantenerlas así antes que asumir los riesgos que significa meternos en un proceso de transformación.
En segundo lugar, es menester entonces considerar a los conflictos como magnificas oportunidades para aprender y crecer. Si el conflicto es algo tan natural en las relaciones humanas aprender a intervenir en ellos será algo fundamental. Si en lugar de evitar o luchar con los conflictos, los abordaramos, podemos convertirlos en una oportunidad para aprender a analizarlos y enfrentarlos. Resolver un conflicto por sí mismos, además de hacer sentir más a gusto a otros llegando al acuerdo, nos dará a ambos más capacidades para resolver otros conflictos en el futuro.
El reto a plantearnos será: Cómo aprender a enfrentar y resolver los conflictos de una manera constructiva, “no violenta”. Esto conlleva a comprender qué es el conflicto y conocer sus componentes, así como desarrollar actitudes y estrategias para resolverlo. Entendemos por resolver los conflictos, a diferencia de manejarlos o gestionarlos, el proceso que nos lleva a abordarlos, hasta llegar a descubrir y resolver las causas profundas que lo originaron. No obstante, la resolución de un conflicto no implica que a continuación no surjan otros. En la medida que estamos vivos y seguimos inter-relacionandonos y creciendo, seguirán apareciendo conflictos que nos darán oportunidades para avanzar o retroceder, según cómo los enfrentemos y resolvamos.
Por lo tanto, desde la educación para la paz, se debe ver el conflicto como algo positivo e ineludible que debe ser centro de nuestro trabajo diario, constante, honesto y repetido, si queremos modificar nuestra conducta, teniendo mucho cuidado de no mezclar los conceptos de lo que es un conflicto y lo que es la violencia, que son dos cosas distintas, pero que una puede llevar a la otra, eso sí.
El conflicto es momento puntual como proceso, requiere atención, análisis y paciencia para entenderlo. El no enfrentarlo o no resolverlo, nos llevará a que comience la dinámica de lo que realmente se puede convertir en un serio conflicto. Se irán añadiendo elementos: desconfianza, incomunicaciones, temores, malentendidos, sátiras palabras hirientes, malos deseos etc. En un momento dado, todo esto estallará en lo que llamamos: Crisis emocional y es allí donde se dan las manifestaciones muy violentas, o estallar en llanto sentimental.
Es el momento en el que el conflicto se ha hecho más grande e inmanejable, se nos viene encima y tenemos que darle respuesta inmediata. Esto nos enceguece, nos lleva a no reflexionar, a no analizar qué es lo que pasa y por qué, a no mirar qué recursos tenemos, nos incapacita para buscar alternativas de solución, respondiendo casi siempre de la forma en que tradicionalmente hemos visto, aunque sea negativa y no nos guste. A veces esa reflexión no la hacemos ni siquiera después de pasada la crisis.
Si seguimos esperando a que los conflictos lleguen a la fase de crisis para empezar a solucionarlos será realmente difícil hacerlo. Así como el conflicto es todo un proceso que puede llevar bastante tiempo, su resolución, tal y como la hemos definido anteriormente, también hay que verla como un proceso y no como una acción concreta que acabará con todos los problemas. Se trata de un proceso que podemos y debemos poner en marcha cuanto antes, para formarnos y permitir que cuando surjan, tengamos ya preparadas e interiorizadas respuestas más positivas.
Hay cinco grandes actitudes que podrán ayudarnos a reflexionar ante un conflicto:
1.- El modelo de la competición (yo gano y tú pierdes), que sería en todo caso un modelo egoista y desigual.
2.- El modelo de la acomodación (yo pierdo y tú ganas) aquí entran la personas que no luchan por defender sus derechos ni buscar soluciones para llegar a un acuerdo.
3.- El modelo de la evasión (yo pierdo pero tú pierdes más) aquí no se está enfrentando el conflicto, ambas partes prefieren meter la cabeza bajo el ala y no hay soluciones.
4.- El modelo de cooperación (yo gano y tú ganas) aquí hay reflexión de ambas partes y puede haber un cambio.
5.- El modelo de la negociación: Este es el modelo de los acuerdos, en el que ambas partes ganan en lo fundamental.
Las habilidades para trabajar seriamente en la solución de conflictos se podrían llevar a cabo de la siguiente manera:
a) Crear un ambiente de aprecio y confianza
b).- Favorecer la comunicación
c).- Toma de decisiones por mutua acuerdo
d).- Trabajar en cooperación equitativamente.
e).- Negociar un acuerdo y si es posible establecer reglas que deben ser respetadas por ambos.
Lo anterior, serían algunas formas de intervención para resolver los conflictos emocionales, familiares, laborales, sociales, económicos, sentimentales, de salud, etc. hay otros muchos más que podrían adecuarse según el grado o magnitud del problema, tambien depende de la disposición que tenga cada persona de resolver sus propios conflictos con el fin de acomodar sus emociones y por ende modificar su conducta y tener otras circunstancias de vida. Estoy a tus ordenes amiga lectora, si deseas mayor información no dudes en escribirme, tu privacidad será respetada si así lo deseas. ¿de acuerdo?
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
Tack!!! muy lindo ! Los magnolios estan floreciendo en forma fantastica!!!!!
ResponderEliminarBUENAS NOCHES ANONIMO:
ResponderEliminarArgumentos de las culturas pide el conflicto para manifestarse amigo querido, y algunos autores al respecto dicen que el hombre es un animal inserto en tramas de significación que él mismo ha tejido y Max Weber dice que cultura es esa urdidumbre que en su análisis ha deser por lo tanto, no una ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca de significados y paz. Otro autor Geertz busca la explicación y la interpretación de expresiones sociales en este sentido, que por cierto son inimaginables en su superficie.
¡Tack! (Gracias), a usted maestro Orlich! Saludos hasta Suecia, con todo el respeto merecido a un gran señor.
Doral.