sábado, 10 de abril de 2010

¡Las razones del corazón!


¡Las razones del corazón!


Que necias e ilusas deben de parecer ante otras personas, las cosas que, en su soledad el corazón entiende y defiende por sobre todas las cosas. Su único delito, es el: "Sentir".

Podría parecer entonces hasta irónico pensar que el corazón humano tambien tiene su propia razón, médula espinal de todo sentimiento y emociones. "El corazón tiene razones que la misma razón desconoce"(frase de Blaise Pascal). Y desde esta perspectiva enfocaremos nuestro tema de hoy, para conocer los ejes centrales de la existencia humana: "El amor".

Para empezar, quiero invitar a todas mis amigas lectoras a reconsiderar dos aspectos importantes y lo mostraré de manera sencilla y práctica:

1.- ¿De qué forma atendemos las razones del corazón? y,
2.- ¿De qué manera entendemos la sabiduría del amor?

Hay personas que consideran, que en el "Sentir" está contenido todo el néctar o secreto de cualquier relación, llámese: Amistad, afinidad, identidad, acuerdo, amor, etc... sin embargo, es menester reconsiderar que estamos viviendo en un mundo que tiene sus exigencias, que tiene sus normas, leyes, estatutos, reglas o como se le quiera llamar; elementos que por supuesto no podemos ni debemos pasar por alto porque imagínense, si no somos capaces de respetar las leyes terrenales, ¿Estaremos preparadas para obedecer leyes superiores?

Una persona que no es capaz de alinearse o de respetar ni lo más elemental de su hogar (me refiero a la sociedad, a su entorno, a su mundo), ¿Con qué cara pretende que se le respete en otro donde ni siquiera existe conocimiento, información, contrastación de sus propias creencias, su cultura, sus paradigmas propios de vida y otras variantes? Resultaría ilógico pedirle a alguien: "Vé, vuela a la luna en una avioneta de corto vuelo, porque yo lo quiero así", o "Vé, recoge todo el agua del océano con tus manos", parecería un sueño de niño, ingenuamente pretencioso.

El corazón por naturaleza es un órgano amoroso y soñador (ojo, suele crear adicciones), no entiende ni acepta ordenes de la razón atormentada, sobre todo si vive y palpita otra razón más poderosa en el pecho de una mujer: "El amor"

Entonces allí empieza una lucha campal entre los argumentos que propone la razón y los elementos que se adjudica y expresa el corazón. Hasta allí todo bien, es comprensible que ambos tienen derecho a defender sus partes. Lo interesante es ver cómo se coinciben cada uno para si; porque lo curioso de todo esto, es que ambos creen tener la razón... ¡Y a veces sí la tienen! Entonces, ¿Qué hacer con este hermoso desafío?

¿Debo obedecer fielmente a lo que siente mi corazón, mandando al carajo lo que me exige la razón? ¿Qué es la razón? ¿Lo que debe ser y no es? ¡Entonces para qué existe! ¿Para complicarme la vida? ¡No gracias! ay... ¡Qué fácil es decirlo así!, pero...

Poniendo los pies sobre la tierra; seamos realistas y menos soñadoras señoras: Esto lo podríamos visualizar desde un sólo enfoque, y este es por supuesto las razones que tiene el corazón para sentir y eso nadie lo puede quitar porque es un derecho propio; lo que sí habría que analizar seria y profundamente es que nadie tiene derecho a lastimar a terceros con la toma de decisiones precipitadas, sólo por seguir los impulsos de su corazón, que la mayoría de las veces suele ser pura llamarada de petate y deslumbramiento, sobre todo si de mujeres se trata.

Pero tampoco podemos ser tan extremistas como para mandar callar a la voz del corazón por cobardía, o evadir los sentimientos por miedo, por temor, por desconocimiento o por lo que sea. Es válido si; examinar, o mejor dicho analizar (irnos regulando para ver), hasta dónde debemos permitirnos ser felices con lo que sentimos por algo o por alguien, sin incurrir en transgresiones o delitos morales, que incluso algunas ocasiones pueden resultar nefastos, y pueden terminar causándonos más daño a nosotras mismas que a otros, un capricho o una obsesión enfermiza por ejemplo, puede llevar a la mujer a estados o cuadros depresivos muy profundos y difíciles de erradicar.

Por lo tanto las razones que tiene el corazón pueden ser muy hermosas, muy nobles, muy elevadas, muy tiernas, sugestivas y llenas de buenas intenciones... ¡Una excelente posibilidad de ser feliz!, pero si no tenemos claro hacia dónde nos dirigimos al cultivar sentimientos tan sutiles y delicados, tarde o temprano esas emociones podrían salirse fuera de nuestro control formándose una caos sentimental y causando estragos internos, no sólo al corazón sino también a la mente humana.

Si hay alguna pregunta al respecto de este tema, prometo que será respondida, con mi respeto y cariño siempre.

Doral.

2 comentarios:

  1. Doral:

    Felicidades por tan hermoso temas,tienes un corazòn que vale oro y una isnpiraciòn tremenda,que Dios te siga Bendiciendo.

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  2. Gracias Conchy, por permitir que mis humildes palabras hagan eco en tu hermoso corazón de mujer.

    Tu hermana siempre,

    Doral.

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