¡La esencia de ser Mujer!
Es increíble que tan apasionadas como somos las mujeres por vestirnos a diario con el aroma más delicado, femenino y exótico como el emanado por nuestra propia piel, encima tengamos que ser tan inconformes y egoistas con nuestra naturaleza que nos ofrece en abundancia las mieles, el elixir generoso y delicioso de un olor tan peculiar que se caracteriza como la quinta esencia de la madre natura: ¡La esencia de ser mujer!
Alguien dijo por allí alguna vez (no recuerdo quién), que de todos los perfumes del mundo, había uno que en especial era inconfundible, sutil, dulce, tierno y que además no tenía competencia por no poderse comparar a nada ni a nadie, ya que en sí; era una aroma: "Extraordinaria, original, única y profundamente exquisita"... ¡El aroma esencial de la mujer!
Y qué curioso parece todo ésto, pero al decir: Aroma o esencia de mujer, se nos viene a la mente esas lociones de marcas caras que se usan para todo estilo y para toda ocasión, dependiendo de la persona y del presupuesto, por ejemplo: La versión de Carolina Herrera, un Ralp Lauren, o cualquiera de la gama de Givenchy, los secretos de la Paris Hilton en sus Heiress, Satin Rouge, Deseo, My Glow, Still de Jenifer López, Obsesión, Poison, Diamonds (diamantes) de Elizabeth Taylor, Halston, Dune, Coco Channel, etc., aunque si de escoger se tratara, varias mujeres optaríamos por el Touch of pink de Lacoste que huele delicioso, no es ácido y es un aroma dulce, huele a limpio y no empalaga, snif, snif, snif... ya se me terminó, (jajaja broma)
Pero hay quienes prefieren usar aceites perfumados para su piel, como por ejemplo: las esencias de sándalo, duraznos frescos, almendras dulces, cacaos, flores de peral, vainilla y hasta aceititos con aroma a bebé que son un encanto para usarse de preferencia por la noche después de la ducha, son altamente relajantes.
Ah; pero no vamos a dejar pasar por alto otra característica aromática que es la preferida de todos los señores, y que se constituye en toda una tradición milenaria, me refiero enfáticamente al aroma de las feromonas que son sustancias químicas que segrega el organismo femenino y que actúan como agentes sexuales, o mejor dicho señales que atraen al varón, al macho. Pero se conoce que tambien el organismo masculino produce muchas feromonas o esencia masculina que los hace irrestibles ante las mujeres y tambien son señales químicas de disponibilidad viril.
Cabe señalar a este respecto, que el olfato de los animales está extraordinariamente desarrollado en este sentido y que los machos pueden oler a distancia a una hembra madura o en etapa reproductiva que segrega este tipo de señales con sutil encanto para el sexo opuesto. Este sentido no está tan desarrollado en los seres humanos, pero sí hay excepciones y está claramente demostrado que algunos señores son muy perceptivos y tiene muy refinado su sentido del olfato, pueden detectar el olor a feromonas de la mujer a cierta distancia inimaginable.
Sin embargo y en honor a la verdad, hay otro aroma más elevado, más refinado, más costoso, más sutil que no se encuentra a ningún precio en ninguna perfumería del mundo, y esta es; el aroma de una sonrisa, el atractivo visual de una figura ágil y graciosa, unas manos serviles, un corazón de oro y en el pecho un par de fragantes rosas, en su vientre el misterio más profundo y en su vida, la fortuna y el privilegio de haber encarnando la esencia de ser mujer. Eso es todo.
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
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