¿Cómo puedo ayudar a mis hijos a madurar?

¿Cómo puedo ayudar a mis hijos a madurar?

La pregunta inquietante para todas las mujeres que son madres y que a su vez, se sienten responsables de brindar a su hijos la mejor educación, el mejor ejemplo, el mayor tiempo posible, y la más noble de todas las formaciones integrales que ella les quisiera dar, y ¿cómo no? si la misma mujer sabe perfectamente que de ella depende el futuro de los chicos y más cuando escucha por allí decir que educar a un varón es forjar a todo un hombre, pero educar a una mujer, es prepararla para forjar a toda una familia, ya que la mujer representa el núcleo familiar, el punto integrador de enlace entre el cariño y el crecimiento de todos los que viven en casa, incluyendose a ella misma.

Sin embargo sucede muy a menudo que la mujer se siente incapaz e insuficiente cuando los hijos llegan a la edad de la pubertad o la adolescencia. Los chicos la rebasan, no entienden de ejemplos, ni acatan consejos, ni respetan principios, valores y normas del hogar, se fracturan las relaciones entre los miembros, hay fricciones, enojos, rebeldías, se pierde el respeto, hay discordias, altercados, gritos y hasta portazos mañana, tarde y noche. ¿Qué está pasando entonces?

Lo que está pasando es que nadie entiende o no desea nadie entender que cada ser humano, sea grande, mediano o pequeño de edad, tiene derecho a vivir su momento, aún con todas las circunstancias generadas a su alrededor. La mamá se angustia, presiona y castiga al hijo o a la hija, se desespera. El padre se muestra autoritario, adusto y certero ¡Me obedecerás porque soy tu padre y punto!. Caray, con unos padres así, tan conductistas e inflexibles y tan caciques ¿a quién le dará ganas de seguir viviendo en esa casa?... ¡Los chicos quieren escapar, quieren salir corriendo, y con justa razón!

No estamos en contra de que existan reglas que deben cumplirse como en todo hogar, pero así como hay obligaciones para todos, también existen los derechos humanos para todos. ¿Y cuál sería la mejor manera de ejercer el derecho humano empezando por casa?. Dándome cuenta primero de que todos, absolutamente todos los seres humanos tenemos un proceso para madurar, para crecer, para progresar, para trascender los errores.

Pero los padres a veces somos tan inflexibles e intransigentes que queremos que nuestros hijos maduren casi a la fuerza, en el menor tiempo posible o cuando se nos da la gana: "Hasta cuándo vas a aprender muchacho tonto", "Te dije que eso no se hace así, está mal", "Qué te pasa escuincle que no entiendes lo que yo te digo", "Eres un cabezón, un inepto", "Eres un tonto que no entiende las cosas" etc. El padre o la madre gritan, lastiman, etiquetan, traumatizan al hijo que en vez de ayudarle en su proceso de lento aprendizaje, lo vuelve más torpe, y eso señores... ¡Eso no procede ni corresponde!, ¡Eso no se vale!

¡Eso no es así!, cada persona tiene diferente nivel de ser y de saber, distinta capacidad de asimilación y acomodación, distinta forma de percepción y distinto nivel de captación para el aprendizaje significativo, distinto nivel de coeficiente intelectual, e incluso diferentes habilidades para el uso del lenguaje, que en estos casos tiene muchísimo más que ver de lo que parece. Los procesos cognoscitivos del ser humano tienen las mismas posibilidades sí; pero desgraciadamente el factor sociocultural, influye poderosamente en cada cual, el factor económico, el medio ambiente o su entorno, etc.

No es igual la oportunidad que tiene un niño o una niña (por ejemplo) que viven en una zona marginada, para aprender sus lecciones en la escuela, cuando éstos llegan con sus estómagos vacíos a clases porque en casa no había nada para desayunar. En cambio el chico o la chica bien, de un estrato social superior que tienen la oportunidad de asistir a colegios privados, se desayunan muy bien, y hay un coche esperándoles a la puerta para llevarles a su escuela, además llevan mochilas de marca, con sus útiles completos, dinero en su bolsa y uniformes caros ¿Qué va a ser igual? ¡Nunca, por supuesto!

Sin embargo, e independientemente de que el niño acomodado o el niño desamparado tengan distintas oportunidades o las mismas opciones para aprender, aún así habrá un márgen en sus procesos de maduración emocional. Los chicos precoces son aquellos que más roce social tienen, o que tienen más interacción con sus iguales. Son extrovertidos, sociables, inquietos, preguntones, pero eso no garantiza que posean un grado superior de madurez en relación a los chicos que no tienen estas habilidades, por lo tanto:

La madurez deviene del factor conciencia, del factor reflexión, del factor voluntad, del factor entendimiento, del factor inteligencia real, y del factor sabiduría del Ser... Ah; y tambien del factor: MI-SER-HABLE, porque todo aquél elemento poderoso que sale del interior del individuo, convertido en verbo creador, impacta a cualquiera, justo y precisamente porque está dejando que su Real Ser se manifieste, se exprese y hable, pero una persona que vive constantemente intimidada, ¿Tendrá el valor de dejar que su ser se exprese?

X-PRESS-ATE (Deja que tu ser se exprese, desátalo de toda atadura) y enséñale a tus hijos a hacerlo, es la mejor manera que tienes para ayudarlos a crecer. No debes forzar ninguna situación, permite que cada niño que hay en tu hogar, ejerza su derecho a la independencia, a la democracia, a la libertad en absoluta responsabilidad de sus actos, y que se va a equivocar ¡Claro, se va a equivocar y mucho, es lo más seguro!, pero ¿Quién eres tú para impedirlo?, ¿Acaso es tu proceso de aprendizaje y no el suyo?, ¡Déjalo que se equivoque! y entre más se equivoque mejor (qué cruel parece esto ¿verdad?), pero cuando alguien se equivoca demasiado tiene más posibilidades de darse cuenta de sus errores y trascenderlos, en relación con aquellos que no hacen nada por crecer ni madurar... y ni lo intentan siquiera por temor a equivocarse, (Son las personas medio-ocres) ¿Cuál de estos dos elementos dejarás que escojan tus hijos a partir de hoy? ¡Piénsalo y ya luego me contarás!

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.