miércoles, 30 de marzo de 2011

Prometes y prometes... ¡Y nada!



Prometes y prometes… ¡Y nada!


Si nos propusiéramos observar, nos daríamos cuenta de que existe una tendencia muy elevada a comprometerse en repetidas ocasiones, sólo por salir del paso. Las personas que padecen de este “espasmo” mentiroso, fraudulento, falso y engañador, ni cuenta se dan de que, cada vez que prometen y vuelven a prometer y no cumplen, se están devaluando como personas. ¿Qué valor puede tener la palabra de alguien que nomás promete y nunca cumple?

Es muy feo hacer promesas y no cumplirlas, ¿Entonces para qué comprometerse?. Prometer algo o comprometerse con alguien y dejar “volando” al aire suelto las promesas, son actos de deshonestidad, cobardía, apatía, cinismo y por demás un acto de completa irresponsabilidad o hasta de inmadurez demostrada no sólo en la palabra, sino en los hechos, ¿Se podría confiar en una persona así?

Las personas que suelen abaratarse de esa manera se creen muy hábiles, muy listas, muy “fregonas para todo”, se auto-engañan miserablemente y ni cuenta se dan, están atrapadas por sus hábitos, sus costumbres, sus vicios de traicionar, porque a eso también se le puede llamar: “Traición”.

Alta traición es un acto alevoso contra la soberanía y la pertenencia, se trate de un lugar, situación, sentimiento o persona, lo mismo significa infidelidad, y una persona que dolosamente es infiel con otros, por simple inducción lógica, primero lo es consigo misma: Entonces si alguien te promete amor, primero investiga si ese alguien se ama a sí mismo primero. Si alguien no te respeta, es porque no se respeta a sí mismo primero. Los hechos hablan más claro que las palabras.

¡Qué fácil!... ¡Pero qué fácil es engañar a quien se deja! ¿verdad?, falsearle con embustes disfrazando el verbo (o hablarle bonito) para clavar la estocada por la espalda y después salir huyendo como lo hacen los cobardes, ¿Pero tiene sentido vivir así? Eso es un delito, un crimen moral contra el mismo Ser humano y las leyes terrenales pocas veces se preocupan por castigar este tipo de crímenes donde dolosamente se abusa de las confianzas, se vuelven traicioneras, se matan, se asesinan sentimientos sin escrúpulos y sin piedad.

¡Alto allí; paremos por favor!... ¡Ya basta!, hagamos un alto en el camino para reflexionar aunque sea por un momento en todo ese tipo de situaciones que tanto daño causan a la integridad humana. No permitamos mujer, que alguien nos juegue el dedo en la boca, primero hay que darnos el gusto de preguntar, de investigar, de inquirir, y… ¿por qué no? hasta de dudar de todo lo que nos prometen (y nomás prometen), pero nos dejan siempre en la lista de espera.

O bien… Por favor amiga lectora, te invito a que analices de manera seria, oportuna y profundamente tus actitudes cuando prometes algo ¿Realmente prometes lo que crees que podrás cumplir, o lo haces solamente de manera económica y política? ¡Piensa!, vuélvelo a pensar y cuenta hasta 10 cuando prometas algo que no piensas cumplir.

¿Sabes por qué? Porque al mentir también te estás alejando velozmente de la verdad… ¡De tu verdad! Y que finalmente no te debes preocupar tanto por lo que entra por tu boca, sino por lo que sale de ella. Procura que sean bendiciones cargadas de asertividad, de sinceridad, de optimismo, de alegría, de esperanza, de fe y de amor, pero nunca prometas por favor, lo que tú sabes que nunca podrás cumplir y eso es todo.

Con mis respetos y cariño siempre
Doral.

2 comentarios:

  1. Aun la palabra de Dios respalda tus sabio mensaje cuando dice mejor es no prometer que prometer y no cumplir (la biblia;buscar en concordancia)

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  2. Me encata su publicación!
    Considero que es una ofensa al razocinio humano cuando alguien hace una promesa y no la cumple. Observar y analizar al individuo es fundamental, y no engañarnos a nosotras mismas, muchas veces se idealiza a las personas y es cuando se sufre. Dice un dicho "Hechos son amores y no buenas razones"

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Trate de no escribir en mayúsculas por favor, a parte de ser de muy mal gusto, da la impresión de estar gritando. ¡Gracias por su comprensión!


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