Mi vida es un desastre, ¡Ya no puedo más!
Todos sabemos que la era moderna se debate entre la multifacética problemática mundial; guerras, enfermedades, explosión demográfica, alto costo de la vida, calentamiento global, contaminación del medio ambiente, terremotos, maremotos, las capas de ozono rotas en un planeta ya de por sí, herido de muerte por la deforestación, la tierra cansada de dar sus frutos casi a la fuerza… y las condiciones climáticas cada vez más fuera de órbita que mantienen al ser humano cada vez más a la deriva de las circunstancias o a la expectativa del famoso “qué pasará”, o “qué sucederá” también con tanto azote bacteriológico, como la Influenza, o el Sida por ejemplo o la ola de violencia intrafamiliar que igual destruye hogares, familias y asesina sentimientos.
La vida actual, se percibe para muchas personas (especialmente si son mujeres), como algo similar a una carretera de alta velocidad, donde todo mundo tiene que correr le guste o no, y quien no corre; pues igual corre el riesgo de ser rebasado o hasta de ser arrollado, si no está dispuesto a ceder el paso al más intrépido, tal pareciera que vivir en un mundo de competencia diaria, se está convirtiendo para todos en un hábito, una costumbre, un vicio o más bien, en un estilo de vida sociocultural ineludible, que si el día tuviera 50 horas, créanme, también las estaría rebasando.
Veamos por ejemplo, qué sucede en la vida cotidiana de cualquier ser humano, sin importar su raza, su bandera, su credo o su nacionalidad: Nace, crece, se reproduce y muere; pero nunca, casi nunca o muy pocas veces alguien se preocupa por investigar qué está pasando con su vida, sobre todo si esa vida está llena de inconformidades.
El ser humano se inquieta, se queja, se inconforma, se rebela, grita, llora, patalea, se lamenta sintiéndose el ser más miserable del mundo, pero nunca hace nada por corregirlo, no le da por esforzarse, por hacer algo para mejorar, para crecer, para progresar en algún sentido caray. El ser humano por naturaleza quiere que todo le caiga solito del cielo como si se tratara de un milagro gratis y de regalado… y la verdad mis caras amigas, es que para una persona que es tan comodina y tan perezosa así; los milagros no existen, ni existirán nunca, porque para poder que exista bendición en la vida de las personas, primero se tiene que poner por delante el honor, el esfuerzo y el trabajo. Es lo único que Dios nos pide, para darnos bendiciones.
¿Pero qué va a tener éxito quien ni siquiera sabe lo que quiere o busca en la vida? ¿Cómo va a triunfar alguien que no se preocupa por descubrir siquiera para qué vive o porqué existe, o cuál es el motivo de su vida o de su existir, o como le quieran llamar?, les resulta mas fácil caer en el charco de autoconmiseración o autocompasión: “¿Porqué me pasan estas cosas a mí?”, “¿Porqué tengo tan mala suerte?”, “¡Estoy harta de vivir así!”, “¡Tengo ganas de mandar todo pa’l carajo!”, “No es justo que siempre esté o estoy sufriendo”, “¿Porqué tengo que ser yo siempre la única sacrificada?”, “¿Porqué siempre tengo que terminar sola, abandonada, o llorando si yo quiero ser feliz?”, o en última instancia: “¿Porqué no puedo ser feliz en esta vida?”
Sí; efectivamente amiga querida; tú que me lees, quieres ser feliz en esta vida, y lo deseas con toda tu alma, eso es entendible, comprensible, pero mírate hoy en un espejo, mírate fijamente y sin pestañear y respóndete: ¿Qué estoy haciendo el día de hoy para crecer?
Y por favor, cuando te dignes responderte, sé sincera contigo misma, enfrenta tu realidad, enfrenta tu verdad, acepta con dignidad frente a ti misma que te equivocaste, que simple y sencillamente no hiciste lo que debiste haber hecho, y punto.
¡Cambia tu perspectiva de vida, no temas! ¿Cómo puedes tenerte miedo a ti misma?, mira que si no te entiendes y no te ayudas a ti misma, créeme, nadie jamás lo hará por ti… ¡Aprehéndete, entiéndete, compréndete y ámate a ti misma!, no dejes ir de nuevo esta otra oportunidad que la vida te presenta hoy para ser feliz con lo que tienes (y que por cierto), es lo único que está al alcance de tus manos, ¡Aterriza! ubícate en el aquí y ahora, vive tu momento… ¡Lucha mujer, lucha por tu Ser!, si no lo haces tú, ¿Entonces quién?, si no es ahora ¿Entonces cuándo?
De otra manera; ¿Preferirías continuar con tus lamentaciones inútiles? ¿Con la misma canción?: ¡Soy un desastre, ya no puedo más!, o ¡No me queda más que mi dolor!, o como aquella otra canción que dice: ¡a’i, viene la plaga y no puedo bailar!, o de aquella otra que dice: “Él me dijo que era libre, y yo le creí”, pero amiga querida, ¿En qué cabeza cabe creer lo que otros te dicen cuando ni siquiera conocen lo que significa la palabra: Libertad?
¡Ponga sus pies en la tierra mi reina, despierte y madure!, o en verdad seguirá siendo usted todo un desastre, que no le quedará más nada que su propio dolor, y hasta tendrá que seguir dando hospitalidad a la peor plaga de su vida que es la pereza mental o la ignorancia que es la verdadera causa que le impide ser feliz en plena y auténtica libertad de vivir para ser lo que realmente usted quiere ser o llegar a ser. Eso es todo.
Con mis respetos y cariño,
Doral.
Que motivador mensaje dejas hoy en tu blog, especialmente dedicado a todos equellos que de una u otra manera, nos estamos quejando de la vida que decimos “nos toca vivir”; Como si fuera algo impuesto por el destino.
ResponderEliminar“El ser humano se inquieta, se queja, se inconforma, se rebela, grita, llora, patalea, se lamenta sintiéndose el ser más miserable del mundo, pero nunca hace nada por corregirlo, no le da por esforzarse, por hacer algo para mejorar, para crecer, para progresar en algún sentido”
Con tus sabias palabras acostumbradas, nos sacas de ese gran error, demostrándonos que es posible cambiar el giro de la vida, solo se necesita “esfuerzo de nuestra parte.
“pero mírate hoy en un espejo, mírate fijamente y sin pestañear y respóndete: ¿Qué estoy haciendo el día de hoy para crecer?”
“Y por favor, cuando te dignes responderte, sé sincera contigo misma, enfrenta tu realidad, enfrenta tu verdad, acepta con dignidad frente a ti misma que te equivocaste, que simple y sencillamente no hiciste lo que debiste haber hecho, y punto”
“¡Cambia tu perspectiva de vida, no temas! ¿Cómo puedes tenerte miedo a ti misma?, mira que si no te entiendes y no te ayudas a ti misma, créeme, nadie jamás lo hará por ti…”
Sigue así, querida, motivándonos, empujándonos, tirándonos, para que podamos avanzar hacia nuestros sueños, nuestros anhelos, que nos permitan tener una vida colmada de cosas agradables, esas que proporcionan las luchas ganadas y los sacrificios realizados. ¡¡GRACIAS!!
Un Hombre Especial
taeetyle
SR. DON PATRICIO CARDENAS H:
ResponderEliminarMuy amable comentario el tuyo corazón, tan observador como siempre y qué grato resulta encontrar eco a veces en nuestras palabras que no sólo van cargadas del mejor de los ánimos e intencionalidades, sino de un anhelo sincero de encontrar esa retroalimentación que todo ser humano necesita de su entorno ¿verdad?
Gracias a tí por estar aquí mi pato querido, muchas gracias por tu siempre fiel compañía a mis humildes letras.
Taeetyle,
Doral.