¡El acoso sexual y la mujer!
La Organización de las Naciones Unidas, (ONU), tiene a su vez un organismo especializado en el trabajo, llamado: Organización Internacional del Trabajo (OIT), y las estadísticas de esta institución tan importante, arroja cifras alarmantes de que la mujer ocupa un elevado índice, en materia de acoso sexual por parte de sus jefes, en sus centros laborales.
Esto no es de extrañarle a nadie si nos remitimos a echar una mirada hacia el fenómeno de la sexualidad irresponsable, la falta de moral y la bancarrota de todos los valores, donde desgraciadamente y en muchísimos casos, es la misma mujer quien hostiga, o da lugar a que le falten al respeto, la acosen, la utilicen, la manipulen, la chantajeen, le hagan estafa de sentimientos y hasta la violen.
Las "inocentes bromas" son la puerta de entrada a muchas oportunidades para aquellos señores mujeriegos casanovas, infieles, burdos y prosaicos que poco o nada les importa la suerte de la empleada, y ésta a su vez tampoco le importa desprestigiarse, ni enlodar su propia dignidad, ni le importa siquiera saber con quién se está metiendo, si ese hombre es casado, o tiene familia, hijos, esposa... No piensa en eso, a ella lo único que le importa es estar bien con él y obtener beneficios de manera fácil, gratuita o regalada.
De las bromas, es fácil pasar a la siguiente etapa del acoso: Las insinuaciones, las provocaciones, los juegos verbales que conducen a ambos a una situación más comprometedora, lastimera y humillante (denigrante), donde intimar a través de la mirada ardiente, de los "dulces roces", el corte del paso, el acercamiento delicioso por la espalda, los abrazos, los besos y los movimientos de cuerpos pegados, resultan ser los elementos coaccionarios para llegar directamente a mantener una relación sexual y de allí, dirigirse hacia el amasiato.
Es triste y vergonzoso reconocer que es la mujer la víctima principal del abuso sexual y más lamentable resulta que sea ella misma quien no sepa valorarse ni entenderlo de esta manera. Se enganchan con una facilidad increíble y luego se quejan de que se les llama: "mujeres fáciles" ¿Pues cómo no?, si ellas mismas no son capaces de ejercer sus derechos a ser respetadas, valoradas ni amadas, sino simplemente "usadas", "tomadas" como un objeto, una "cosa" para satisfaccer los instintos carnales del macho adulador, embustero, infiel, caliente y corriente.
Afortunadamente no todas las mujeres reaccionan de esta manera ante los acosos sexuales, sea en sus centros laborales, en sus escuelas, colegios, hospitales, fábricas, comunidades o donde sea. No todas las mujeres han perdido la dignidad ni la verguenza, aún hay miles de chicas que saben respetarse y darse a respetar y tambien darse a merecer. Mujeres que primero se pondrían a batir lodo y se lo comería antes de caer en los brazos de un cochino "cara bonita", o "cara fea" para venderse por unas cuantas monedas, abaratarse o ponerse en oferta.
Muchas mujeres que son hostigadas, intimidadas sexualmente en sus trabajos, por supuesto que se estresan emocionalmente, disminuyen su producción, y bajan su rendimiento y en otras ocasiones hasta se abstienen de ir a trabajar, pierden su iniciativa, se sienten amiedadas, temerosas de que las despidan si no acceden, se sienten humilladas, impotentes, ansiosas o angustiadas, fatigadas, enfermas de tanta amarga reacción. ¿Quién podría trabajar a gusto con una situación así?. Sería muy interesante que todas las empresas del mundo, tomaran nota de todo ésto, pues finalmente quien tambien sale perdiendo es la misma empresa.
Entonces, trabajar bajo conductas o condiciones inaceptables no es grato para ti ni nadie mujer, y en esos casos es mejor buscarse un nuevo trabajo donde reine la armonía, la productividad, el respeto y sobre todo el valor a tu propio esfuerzo y a tu trabajo, único patrimonio que tienes para tus hijos. ¡Piénsalo dos veces antes de actuar!, tu conciencia y tu salud física y mental te lo agradecerán.
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Trate de no escribir en mayúsculas por favor, a parte de ser de muy mal gusto, da la impresión de estar gritando. ¡Gracias por su comprensión!