¿Hasta dónde llega mi responsabilidad como madre?
Es verdad que ser madre implica convertirse en la protagonista de una buena dosis de paciencia, de tolerancia, de entusiasmo, de voluntad, de fe, de saber ser una excelente experta para sortear eficientemente situaciones difíciles e inesperadas, conflictivas y desalentadoras. Ser madre significa abrir todos los pétalos de las manos y tambien los del corazón para estar serenas cuando se trabaja bajo presión, cuando se trae en el vientre un peso de nueve meses y hasta de manera repetida con los pies hinchados y la espera en el camino ¿Qué pasará con el pedacito de mi Ser?. Es responsabilidad de la madre comportarse como tal, es cierto, pero ¿Hasta dónde llega el compromiso adquirido con los hijos?
Los hijos no pidieron venir al mundo, ni los padres escogieron a quien traer (nacer), es la Ley de la vida, o de Dios quien selecciona, quien escoge, quien rige (con sus misterios), los hogares donde los hijos han de llegar y bajo las circunstancias que sean, de los padres que sean y cómo estos sean ¿Quienes somos nosotros para cuestionarlo?
Sin embargo, es digno reconocer que cuando se ha cumplido bien, con un buen ejemplo, excelentes cuidados, cariños intensivos, atenciones, educación, comunicación, protección mayor y mejor de la que se nos ha exigido como padres, y en cambio los hijos han decidido por sí sólos tomar actitudes groseras, incomprensibles, irracionales, déspotas, lastimantes, cínicas y hasta desconsideradas hacia la madre, hacia el padre, o hacia ambos, no es tirándose a matar de dolor, como se han de solucionar los problemas, ni otorgándole la razón a quien definitivamente no la tiene.
Hogares hay donde ya la violencia verbal entre padres e hijos, ha rebasado los limites de toda tolerancia, consideración y respeto. La madre ha perdido la autoridad sobre sus hijos, es ella la que suplica, la que implora, la que se humilla, la que hace circo, maroma y teatro para convencer a su querubín de que por favor no cometa más locuras, el hijo por supuesto (no es tonto), y aprovecha la situación a su favor para darse una cínica importancia grosera que no le queda. El padre no puede hacer mucho porque también se ha dejado involucrar en el juego chantajista de los hijos "celosos" hasta de sus propios hermanos: ¿Porqué a ella le serviste más comida que a mí?, ¿Porqué a él si lo llevas y a mí ni me tomaste en cuenta?, ¿Porqué a ella le compraste y a mi nó?, ¿Porqué siempre le tienes más consideración a mi hermana? ¿Porqué ella...¡Siempre ella!, y yo qué?
No es difícil adivinar cuán bajos lucen los ánimos de la madre que aprendió a recibir ordenes e imposiciones altaneras de los hijos en tales circunstancias. Resulta que las condiciones ahora las ponen los hijos y no los padres ¿Verdad?... ¡Pues nó!, allí hay un grave problema que atender de manera seria, urgente y radical. Una cosa es que la madre busque el acercamiento con su hijo o hija para ver qué es lo que le sucede, qué es lo que está pasando para que muestre una conducta tan irresponsable, inmadura y tan brusca y otra cosa muy diferente es tener que perder hasta la autoridad para complacer a su muchachito(a) enfermo(a) de agresividad, de inseguridad, de violencia y de venganzas absurdas.
La adolescencia es la etapa más difícil del ser humano, eso es innegable, pero no por ello tenemos que experimentar (como madres), ninguna sensación de culpa, remordimientos o sentimientos de incapacidad, de frustración o desilusión, cuando las cosas no han salido como las esperábamos. Recordemos que cada persona es individual, y por lo tanto tiene derecho de escoger su propio camino. Los hijos no son propiedad exclusiva de los padres, ni los padres de los hijos. Entonces si los padres se han desvivido por darles lo mejor de sí mismos a los hijos y éstos optan por la calle como solución a sus conflictos emocionales, en vez del dialogarlo sanamente dentro del hogar; ¿Qué sentido tiene tratar de retenerlos a la fuerza?
Si ya se sienten tan creciditos, maduros y seguros como para manejar su vida lejos de casa, ¡pues adelante!... ¡Pero si te vas, es tu responsabilidad, no la mía!... ¡Te vas por tu propia voluntad y aunque me cueste dolor y lágrimas, voy a respetar tu decisión!, pero caray... ¿Cómo está eso de que al rato mandarás a un embajador en tu representación a recoger tu cama, tu silla, tu ropa, tus zapatos, tu tocador, tu plato, tu cuchara, tu vaso, tu sillón, tus cosas, tu espacio...?
¡Hey, momentito por favor, alto allí... Ubíquese!
Usted tenía todo eso y más en el hogar de sus padres... Eso dije: "En el hogar que lo vio nacer" pero al marcharse de allí, ha renunciado a todo ¿No que ya no necesitaba nada de esa casa ni a sus padres? ¿Entonces de qué rayos se trata ese juego?, ¿Con qué cara manda a alguien por sus cosas?, ¿Qué no tiene manos para trabajar y sostenerse solo? ¿Qué no fue tan valiente como para irse y tomar su propia decisión de hacer lo que se le dió su gana?... Entonces ¿Porqué tiene que seguir dependiendo como un bobo, de lo que usted mismo botó a la basura?... ¡Su casa, su familia!... ¿Dónde está su talento y su seriedad para conservar su comodidad? ¿O qué cree usted que sus padres somos un par de viejos tontos para convertirse en los cómplices de sus rabietas y sus niñerías?
¡Se equivoca!, sus padres merecen respeto, consideración y amor. ¿Porqué juzgarlos como los malos de la pelicula cuando lo único que han hecho por sus hijos desde su nacimiento es cuidarlos, formarlos, alimentarlos, vestirlos, educarlos, guiarlos, aconsejarlos, protegerlos y amarlos?, ¿Con qué derecho el hijo usa a los padres para salirse con la suya y encima saquear pertenencias de manera indebida? En todo caso: ¿Porqué no presentarse personalmente y carajos, mínimamente pedir disculpas y aceptar: "Me equivoqué", vengo por mi cama ¿Me la podrías regalar mamá? ¿me la puedo llevar?
Es obvio que en tales circunstancias, las cosas hubieran sido muy distintas, ¿pero porqué anularse para toda comunicación y encima pretender sentirse con los mismos derechos como si no hubiera pasado nada? ¡Eso me parece completamente absurdo!, ¿O será que yo como madre, sólo porque soy madre tengo que aguantarme toda esa sarta de patanerías del hijo ingrato que no se le da la gana dormir en las banquetas de la calle, aunque él mismo eligió vivir en la calle? ¡Oigame NO!.., ya se fué y ahora se aguanta... Ya escogió vivir así y ahora aprende o... ¡Aprende!... ¿No que tan machito y sigue pidiendo su ch...? ¡Mejor no digo más!
¿O será que como soy su madre, tengo la responsabilidad de mandarle su cama, sus chanclas, su toalla y hasta sus pijamas? ¡ah! y por si tuviera hambre... ¿También le mando sus taquitos de chicharrón?, carajos... ¡Eso ya sería el colmo!. ¿Entonces cómo bledos van a madurar los hijos si no dejamos que se golpeen si eso es lo que ellos buscan y quieren? ¿Porqué las mamás tenemos que ser tan oportunas y tan leales para forrarles de algodón las paredes del mundo a todos los hijos?
Por todo lo anterior, es obvio comprender que para todo hay límites en esta vida, y que el ser madre no exenta en su derecho a la mujer de conservar su integridad y tambien su dignidad, de cuidar su salud física y mental... ¡Hay hijos que pisotean la dignidad de los padres! ¡No les importa dejarlos en un mar de sufrimiento!, y es la madre quien termina enferma primero con tanta amarga reacción y con toda la justa razón.
Entonces, si es tu caso amiga lectora, te invito a que sueltes esa situación, ya hiciste de tu parte lo más hermoso que pudiste, ya hablaste con el corazón, ya suplicaste, ya lloraste, ya te humillaste, ya te rebajaste, ya te denigraste, ya te devaluaste, ya fuiste más allá de lo establecido, ¡ya te anulaste!... ya no hay más nada a qué apelar... Está bien; es okay... ahora ha llegado la hora de reconstruirte, no puedes controlar la vida de tus hijos, pero la tuya sí; escucha a tu voz interior, que te pide a gritos: ¡Cambia!... ¡Cambia!... ¡Ya cambia por favor!, si tú estás bien, todo y todos estarán bien, pero si tú estás y te sientes mal... ¡No esperes que otros lo hagan por ti... jamás!
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
Doral:
ResponderEliminarGracias por lo que has escrito,desde el fonde de mi corazòn te lo agradesco.
Muy cierto eso que dices que los HIJOS no pidieron venir al mundo,ni nosotros los PADRES escogemos a los HIJOS eso ya es a elcciòn de DIOS y el sabe el porque,el escoge a la FAMILIA que nos va a tocar.
Muy cierto tambien que los hijos no son nadie para juzgarnos el unico que tiene todo el derecho de aserlo es DIOS, a el es el unico a quien le debemos explicaciones, y solo a el se le debe humillar uno.
Sabes tus plabras son tan sabias y me han llegado a mi alma yme han dejado una sencaciòn de paz de tranquilidad de serenidad,eres un ser increible.
Apartir de hoy dejo el DOLOR a un lado no màs lagrimas,no màs ruego,no màs humillaciones se acaba todo eso.
No permitire por ninguno de mis 4 HIJOS màs chantajes,màs manipulaciòn,no màs culpa,hoy libero todo sentimiento y soy libre muy libre.
Cada ser humano es libre de escoger que camino tomar y se agrarra el equivocado y cae,es a el mismo que le corresponde levantarse,sacudirse y seguir adelente.
Tus palabras me han dado una buena sacudida de las buenas y te lo agradesco tanto.
Muy cierto es que cuano los HIJOS se den contra la pared hay que dejarlos para que maduren para que agradescan y sobre todo para que valoren y amen las cosas de la vida.
Ya no màs ya no me dejare pisotear,defendere mi dignidad que la arrastre hasta el suelo y defendere sobre todo mi integridad.
Hoy es el momento de RECONTRUIR MI VIDA y de ser FELIZcon ellos o sin ellos,solo les dare mi BENDICION.
Claro que si hermanita yo soy la que tengo que salir de todo esto tengo que estar bien para que los que esten a mi alrededor tambien lo esten.
Rompo toda atadura que quiera destuirme,ahora pongo atenciòn a mi voz interior que me dice desesperadamente amate a ti misma primero.
Muchas veces a la perona màs importante a la que tienes queperdonaran uno es a uno mismo,hoy lo hago yo,me perdono por toda mis equivocaciones y por las cosas que no fueron de la manera que pensaba.
Ahora mi carga esta màs libre para que yo me mueva hacia mis objetivos,asi mi felicidad,hacia mi paz.
Los hijos son como los dedos de las manos,ninguno es igual y todos son de importancia,cada uno de ellos tiene manera diferente de ser de sentir y de actuar.
Solo le digo a DIOS que toque la mente de cada uno de ellos,que quite de ellos sus preocupaciones,que elimine sus miedos,que llene sus vida y su corazòn de paz,alegria y sobre todo de amor.
Que DIOS TODO PODEROSO les de sabiduria,ternura,amor,fuerza y sobre todo fe en el,que sepan que el es un DIOS de amor un DIOS de perdòn un DIOS de oportunidades.
Puedo decirte con toda seguridad que hoy me siento muy en paz.
TE QUIERO Y APRECIO TANTO,TANTO,gracias doral mil
gracias.