¡Buscando un espacio en tu corazón!
Platicando con una buena amiga, ella me decía que no tenía suerte en el amor, que nadie le hacía caso, que como mujer, no le interesaba a nadie, y que nadie se había interesado nunca en ella, que a pesar de haber hecho esfuerzos y superesfuerzos constantes y repetidos no lograba atraer la atención de ningún galán y que posiblemente se iba a quedar exclusiva para vestir santitos y santotes.
Las palabras de mi amiga a parte de sonar fatalistas y desalentadoras, llevaban una buena dosis de desamparo emocional, de falta de fe, cero esperanza y una completa voluntad anulada en el alma: "No hay un espacio para mí; en el corazón de nadie" ¡Vaya!, me entero... ¿Cómo que no hay lugar en el corazón de nadie para una mujer tan llena de amor? Creo que aquí hay algo muy interesante que conviene analizar, veamos:
En primer lugar, nada en la vida es como parece. El mundo es muy hermoso para que alguien tan joven viva devastada por su propio desaliento, piense y sienta que ya no hay un lugar para ella... siempre hay un lugar para todo en la vida. Y le invitamos a nuestra amiga a hacer un experimento sencillo:
Vacía por favor todas estas canicas dentro de este frasco, hasta que esté lleno. ¿Ya está lleno?, ¿estás segura que ya no cabe ni una más? -Sí; respondió convencida-. Bién, ahora voy a demostrarte que el frasco no está lleno como parece, allí le caben muchas cosas más. Toma por favor con tus manos este puño de arena y vacíalo dentro del frasco lleno de canicas. Ella muy sorprendida vació todo el puño de arena que cupo perfectamente en el frasco. Ahora dime: ¿Crees que ese frasco está completamente lleno y que ya no le cabe absolutamente nada? -Así es, respondió bién segura-. ¿Estás segura de que ya no le cabe nada más al frasco lleno de canicas y de arena? -¡Ya no le cabría nada más, respondió mi amiga!. Toma este vaso con agua y póngaselo al frasco con canicas y arena... ¡Vamos, hágalo!. Mi amiga sonriendo nerviosamente alarmada y con los ojos muy abiertos respondió: ¡No es posible, si le cupo toda el agua!
Por supuesto que allí dentro del frasco lleno de canicas, arena y agua, aún quedaba espacio para muchas cosas más si yo hubiera continuado con mi experimento para convencer a mi amiga de que las cosas no son como parecen, y nuevamente surge su duda al preguntarme: ¿Pero cuáles cosas más podrían caber en un frasco que está repleto y pesado?
¿Que nó?, ¡Claro que cabrían muchas cosas más tontita sentimental, allí en el frasco está frente a ti, aún hay espacio para que entren rayos de luz, tonos de color, el calor de tus manos, la fuerza de tu mirada, y todo el infinito amor que posees en tu propio corazón, ¿Sabes por qué? porque cuando quieres algo ¡Puedes lograrlo! si llevas en medio la intención de tu esperanza viva en la hostia consagrada de tu bendita fe.
Lo mismo que sucedió con el frasco, sucede en el corazón humano. A veces cuando el corazón (especialmente el de la mujer), ya está muy saturado, muy pesado de cosas, frusfraciones, decepciones, amarguras, pesares, insomnios, lágrimas, sufrimientos, etc... pensamos que ya no hay lugar para más sentimientos y pensar o sentir así, es un grave error... El espacio que posee el corazón no es como el de una computadora ni es una caja de circuitos y alambres. El corazón de la mujer (y tambien del hombre), es el centro mismo donde Dios toma sus decisiones, y debemos estar dispuestas para aceptar de buena fe esa voluntad divina, pero poniendo de nuestra parte todo lo mejor que tenemos.
Pero, ¿Cómo va a lograr el éxito quien no sabe lo que busca ni lo que quiere en esta vida?. Puedes haberte muerto y nadie te extrañará si no te haces valer, si no te haces escuchar, si no ejerces tu derecho a la paciencia para esperar que las cosas se den por voluntad de Dios y prepararte en el inter para ser la mejor compañía para tu pareja, para tu hombre, para tu amor. Cultivar tu corazón de cosas buenas, de música, de flores, de sonrisas, de bondades y de amor.
Abandonar las lamentaciones inútiles: "Es que nadie me quiere", "Es que a nadie le importo", "Es que me siento muy sola", "Es que soy muy fea". "Es que soy muy tonta", "Es que no tengo suerte", "Es que soy muy pobre", "Es que estoy enferma", "Es que soy muy torpe", "Es que soy muy insignificante", hey, hey, heeeeyyy... ¡Momentito allí!, todas esas frasesitas de bolsillo se llaman excusas... excusas... excusas ¡Entiéndelo de una vez por favor"
Si buscas un espacio en el corazón de tu amado, abre primero tu propio corazón al mundo de la posibilidades, sé como tú eres en esencia mujer, sin fingimientos, sin caretas, sin dobleces ni mentiras, ¡Sé auténtica, única e irrepetible", sólo así... y únicamente así, empezarán a ocurrir las cosas que tú querías para ti, encontrarás no solamente un lugar, sino un espacio en la persona adecuada para ti. La persona que siempre esperaste para ti, y quizá la que siempre estuvo esperando por ti. Eso es todo.
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
Las palabras de mi amiga a parte de sonar fatalistas y desalentadoras, llevaban una buena dosis de desamparo emocional, de falta de fe, cero esperanza y una completa voluntad anulada en el alma: "No hay un espacio para mí; en el corazón de nadie" ¡Vaya!, me entero... ¿Cómo que no hay lugar en el corazón de nadie para una mujer tan llena de amor? Creo que aquí hay algo muy interesante que conviene analizar, veamos:
En primer lugar, nada en la vida es como parece. El mundo es muy hermoso para que alguien tan joven viva devastada por su propio desaliento, piense y sienta que ya no hay un lugar para ella... siempre hay un lugar para todo en la vida. Y le invitamos a nuestra amiga a hacer un experimento sencillo:
Vacía por favor todas estas canicas dentro de este frasco, hasta que esté lleno. ¿Ya está lleno?, ¿estás segura que ya no cabe ni una más? -Sí; respondió convencida-. Bién, ahora voy a demostrarte que el frasco no está lleno como parece, allí le caben muchas cosas más. Toma por favor con tus manos este puño de arena y vacíalo dentro del frasco lleno de canicas. Ella muy sorprendida vació todo el puño de arena que cupo perfectamente en el frasco. Ahora dime: ¿Crees que ese frasco está completamente lleno y que ya no le cabe absolutamente nada? -Así es, respondió bién segura-. ¿Estás segura de que ya no le cabe nada más al frasco lleno de canicas y de arena? -¡Ya no le cabría nada más, respondió mi amiga!. Toma este vaso con agua y póngaselo al frasco con canicas y arena... ¡Vamos, hágalo!. Mi amiga sonriendo nerviosamente alarmada y con los ojos muy abiertos respondió: ¡No es posible, si le cupo toda el agua!
Por supuesto que allí dentro del frasco lleno de canicas, arena y agua, aún quedaba espacio para muchas cosas más si yo hubiera continuado con mi experimento para convencer a mi amiga de que las cosas no son como parecen, y nuevamente surge su duda al preguntarme: ¿Pero cuáles cosas más podrían caber en un frasco que está repleto y pesado?
¿Que nó?, ¡Claro que cabrían muchas cosas más tontita sentimental, allí en el frasco está frente a ti, aún hay espacio para que entren rayos de luz, tonos de color, el calor de tus manos, la fuerza de tu mirada, y todo el infinito amor que posees en tu propio corazón, ¿Sabes por qué? porque cuando quieres algo ¡Puedes lograrlo! si llevas en medio la intención de tu esperanza viva en la hostia consagrada de tu bendita fe.
Lo mismo que sucedió con el frasco, sucede en el corazón humano. A veces cuando el corazón (especialmente el de la mujer), ya está muy saturado, muy pesado de cosas, frusfraciones, decepciones, amarguras, pesares, insomnios, lágrimas, sufrimientos, etc... pensamos que ya no hay lugar para más sentimientos y pensar o sentir así, es un grave error... El espacio que posee el corazón no es como el de una computadora ni es una caja de circuitos y alambres. El corazón de la mujer (y tambien del hombre), es el centro mismo donde Dios toma sus decisiones, y debemos estar dispuestas para aceptar de buena fe esa voluntad divina, pero poniendo de nuestra parte todo lo mejor que tenemos.
Pero, ¿Cómo va a lograr el éxito quien no sabe lo que busca ni lo que quiere en esta vida?. Puedes haberte muerto y nadie te extrañará si no te haces valer, si no te haces escuchar, si no ejerces tu derecho a la paciencia para esperar que las cosas se den por voluntad de Dios y prepararte en el inter para ser la mejor compañía para tu pareja, para tu hombre, para tu amor. Cultivar tu corazón de cosas buenas, de música, de flores, de sonrisas, de bondades y de amor.
Abandonar las lamentaciones inútiles: "Es que nadie me quiere", "Es que a nadie le importo", "Es que me siento muy sola", "Es que soy muy fea". "Es que soy muy tonta", "Es que no tengo suerte", "Es que soy muy pobre", "Es que estoy enferma", "Es que soy muy torpe", "Es que soy muy insignificante", hey, hey, heeeeyyy... ¡Momentito allí!, todas esas frasesitas de bolsillo se llaman excusas... excusas... excusas ¡Entiéndelo de una vez por favor"
Si buscas un espacio en el corazón de tu amado, abre primero tu propio corazón al mundo de la posibilidades, sé como tú eres en esencia mujer, sin fingimientos, sin caretas, sin dobleces ni mentiras, ¡Sé auténtica, única e irrepetible", sólo así... y únicamente así, empezarán a ocurrir las cosas que tú querías para ti, encontrarás no solamente un lugar, sino un espacio en la persona adecuada para ti. La persona que siempre esperaste para ti, y quizá la que siempre estuvo esperando por ti. Eso es todo.
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.
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