sábado, 10 de julio de 2010

La mujer y el conocimiento


La mujer y el conocimiento

Hay una máxima muy famosa por ahí, que dice: “No se sale adelante celebrando éxitos, sino superando fracasos”, y en este sentido a su vez, es lógico entender (no suponer), que el peor de los fracasos no puede derivarse de otra cosa más clara o directa que de un factor muy trillado conocido con el nombre de: Ignorancia.

La ignorancia es atrevida, cruel e irreverente porque no respeta edades, géneros, credos ni nacionalidades y que además nada tiene que ver con la cultura, ni con el medio. Pues hay mujeres que nacen en hogares muy humildes, su entorno muy desalentador, y sin embargo, terminan siendo unas madonas muy sabias. Entonces allí vemos que hay dos tipos de conocimiento: El adquirido y el propio.

El conocimiento que es innato en la mujer, es un valor incalculable, que no se puede medir ni cuantificar, pero sí se puede cualificar, porque realmente se trata de una cualidad muy íntima y para tener cualidades o habilidades propias, no se necesita asistir a ninguna universidad del mundo, pero si se trata de adquirir conocimientos del mundo, pues para eso están las escuelas, los colegios, las instituciones de educación básica, media y superior, y hasta la universidad de la vida que por cierto es gratuita y se aprende mucho a través de los golpes y el dolor.

La mujer por naturaleza es mucho muy inquieta, intuitiva y bastante perceptiva, pero tiene un gran defecto que es la curiosidad. Algunos conocimientos se adquieren sólo por curiosidad, otros por accidente y otros por vanidad. A ver… por ejemplo: ¿A qué mujer no le gusta aprender cosas?, creo que no hay una sola mujer en el mundo que no le guste aprender cosas, empezando desde su infancia en la que se aprende por imitación.

La chiquita coquetona ya quiere aprender a maquillarse como la mamá, le urge adquirir ese conocimiento y la mejor modelo estereotipada, la tiene en casa. ¿han visto cómo las niñas siempre están observando todo a su alrededor y empiezan a hacer siempre lo mismo? e incluso hasta llevan a su casita de juegos los mismos roles observados: ¿A qué estás jugando? –pregúntenle a una niña- y esta seguramente les contestará con bastante éxito: “Estoy aprendiendo a ser mamá”.

Bueno, y para muestra un botón, desde allí se inicia la mejor carrera profesional de la mujer, desde el seno familiar, desde los patrones conductuales adquiridos, desde la cocina de la abuela o de la mamá, desde su tocador, desde su guardarropa, desde su sala donde se reciben a las visitas, desde la forma cómo actuar y ser la mejor mujer, pero…

En pleno siglo XXI, no todas las mujeres se conforman con ser amas del comal y del metate por no decir del hogar o de casa. La gran mayoría de las mujeres modernas ya han salido a los campos de actividad más allá de las fronteras de su cocina, de cuarto de lavado y de su jardín. La mujer contemporánea ya ha incursionado en ámbitos más competitivos, más productivos y más globales; ésta, ya no se conforma con sólo saber cocinar, lavar, planchar, coser, tejer, bordar… ¡Y atender borrachos!, ella va mucho más allá de todo lo establecido.

La mujer de hoy está interesada en hacer ciencia… ¡Su propia ciencia! a través de los conocimientos, habilidades, destrezas y fortalezas que va acumulando a lo largo de su vida. ¿Se ha observado que la mujer siempre está haciendo sus propios ensayos y sus propios experimentos? En el campo de la salud por ejemplo, ella es la mejor doctora para su señor esposo y para sus hijos, en el ámbito de la socialización, la mujer es la más popular, la más notable, la más amiguera. En el área laboral, la mujer es la más trabajadora, la más destacada. ¿Y qué decir del campo de la educación?, la mujer es la mejor maestra, la mejor educadora, siempre está corrigiendo: “Lávate bien los dientes, lávate las manos”, “acerca tu tarea”, “no llegues tarde a casa”, “ten cuidado en el camino” etc., ella también enseña actitudes a sus hijos.

Entonces vemos que la mujer moderna, está preparada para crecer y desarrollar sus aptitudes de una manera ilimitada, ella es una experta ejecutiva doméstica con especialidades en economía , en relaciones humanas, en psicología, en gastronomía, en arte y decoración etc.. Que además le gusta ir a la universidad a aprender las bases para incursionar e involucrarse en ámbitos generosos, más ambiciosos y hasta mejor pagados, tales como: Laboratorios, hospitales, industrias, fábricas, escuelas, comercios, publicidad, relaciones públicas, periodismo, informática, comunicación social, gerencias, direcciones, jefaturas de departamento, de análisis, de coordinación, instituciones gubernamentales, tales como: Secretarías, puestos diplomáticos, embajadas, consulados… ¡Y hasta presidencias de repúblicas!

A la mujer de nuestro mundo con su carismático entusiasmo por el conocimiento, ya se le abrieron las puertas no sólo de los lugares donde se hace la ciencia de nuestro mundo, sino que algunas más valientes y con sangre de acero ya se atrevieron a montarse en la vestimenta para viajar al espacio, desafiando las leyes de la gravedad… -Pregúntenle a las mujeres astronautas-, ¿Qué se siente?, seguramente ellas responderán con bastante éxito: “Se siente como si te pusieras un mandil y te metieras a cocinar el manjar de más alto y refinado protocolo que lleva el dulce sabor del saber, con caldo de conocimiento universal… ¡Y sin sal!

Con mis respetos y cariño siempre.
Doral.

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