viernes, 31 de julio de 2009

¡El lado oscuro del amor!




¡El lado oscuro del amor!


El amor es la causa más maravillosa de este mundo amigas queridas, de eso ni duda cabe. El amor mueve montañas como la ilusión de una mujer y su fe. Se convierte en un poderoso detonante para generar fuerzas extraordinarias que también pueden llegar a mover al mundo entero. Basta con asomarnos al mundo particular de cada uno de los enamorados: Una sonrisa, un beso, una mirada, una flor, un detalle… bastan para poner a cada uno “fuera de órbita” (como se estila decir), para pisar sobre una alfombra mágica de nubes con aroma a pétalos de rosa.


Entonces con justa razón se podría decir que una mujer enamorada es capaz de llevar hasta el cielo a su hombre y de amarlo, abrazarlo y protegerlo con su hermosa sábana de estrellas.

¡Qué hermoso es estar enamorada!, las cosas más difíciles se vuelven fáciles, todo lo que en otros tiempos nos parecía imposible, ahora nos parece posible de lograr, vemos la vida desde otra perspectiva, nos nacen bríos, seguridad, confianza y muchísimo amor para ver la vida color de rosa.

Pero desgraciadamente no todo es color de rosa en la vida de los enamorados, porque los excesos echan todo a perder. Una relación que pudo haber sido hermosa toda la vida, se convierte de pronto en un infierno para toda la vida, si no detenemos esa vida a tiempo.

Tal es el caso de Alethia, una chica universitaria muy joven, muy noble y una morena hermosa que desde niña mostró un carácter fuerte y decidido. Nació para ser una valiente guerrera, una amazona segura, inteligente, suficiente, independiente y convictiva para defenderse de todas las trampas de la vida, hasta que se enamoró perdidamente.

El amor la llevó a conocer los extremos más oscuros de su mundo, cometiendo los errores más graves y más grandes que puede cometer una mujer por amor: “Entregarse en cuerpo, alma, sentimiento y razón, sin dejar reservas para si misma”, “perder a sus amigas”, “alejarse de su familia”, “olvidarse de sus derechos”, “abandonar sus estudios” “perderse el respeto a sí misma” y perder hasta su propia individualidad, para convertirse en “una cosa” propiedad exclusiva de su marido que no la dejaba ni asomarse por la ventana sin su permiso, mucho menos salir a la calle y tardarse tantito, porque para el pobre hombre enfermo de machismo, celos e inseguridad era el acabose del mundo.

Nuestra amiga Alethia dejó de ser la muchachita contenta y feliz, activa y soñadora. La niña dinamita que tenía dichosa a su madre y el orgullo de toda la familia, para transformarse en una mujer apagada, triste, sin fuerza, sin luz, temerosa, nerviosa, dependiente, neurótica, insegura y ciega.

¡Todo su mundo giraba alrededor del padre de su hija!,

hasta que su propia hija de escasos nueve años, la sacudió de golpe: “Me das lástima, mira cómo te tiene mi papá, pareces un guiñapo, te ves fea mamita”.

Entonces amigas queridas, no tenemos ninguna necesidad de llegar a tal extremo, de generar lástimas, ni lastimar el corazón de nuestros seres más queridos con nuestras actitudes ciegas, abramos los ojos ante los excesos del amor, no perdamos el respeto y el amor que nos merecemos primero a nosotras mismas, rescatemos nuestros valores, nuestra individualidad, nuestra esperanza, nuestra fe, nuestra voluntad y alejémonos de aquel hombre que nos hace llorar en vez de hacernos sentir las mujeres más amadas y respetadas de este mundo, y unas reinas de la naturaleza por derecho propio.


Con mis respetos y cariño siempre.

Doral.

¿Te está matando la soledad?




¿Te está matando la soledad?

Amigas queridas: La vida nos va poniendo momentos en que realmente nos sentimos muuy solas, especialmente cuando se sufren duelos por la muerte de un ser querido o cuando se han roto los vínculos de comunicación con un ser muy amado, cuando se terminó una relación que creíamos sería para siempre, y ya no queremos hablar de este asunto, ni de ningún otro, con las personas que nos rodean. Especialmente cuando aquél rompimiento es muy reciente, y en este estado tan lamentable, muy cómodamente la mujer opta por aislarse y llorar su pena, sintiéndose la más miserable del mundo, con la autoestima hasta el suelo y sin ganas de ya más nada.

Es normal sentirse así, cuando como mujer sabes que pusiste todo para que tu relación amorosa funcionara y no fue suficiente, se burlaron, te engañaron, te humillaron y encima te hacen sentir culpable de algo que tú sabes en el fondo de tu corazón que no lo eres. Te sientes lastimada y es normal que no quieras habla con nadie, tienes derecho a estar sola por un tiempo para acomodar tus ideas y reconstruirte internamente, pero no puedes darte el lujo de quedarte así prolongadamente.

La soledad cuenta como tal, sólo cuando no se está interrelacionando con nadie, cuando los intereses del corazón, se han quedado eclipsados por ese gran dolor de una pérdida, una desilusión o una frustración. El mal de nuestro mundo ¡Es la Soledad!. Se sienten tristes miles de mujeres porque les fue mal en el pasado, pero el pasado ya no está, ya se fue, ya no tiene regreso posible y es hora de darnos cuenta que enfrentar la realidad es lo mejor que podemos hacer en el presente que es todo lo que tenemos aquí y ahora mujer amiga.

Y a nuestra amiga “La soledad” sólo se le puede clasificar de dos maneras sencillas: La soledad interna, y la soledad externa (aún estando acompañadas). Hay personas que llegan a sentir una soledad tan grande y fuerte que les oprime el alma, sienten tantas nostalgias persistentes, añoranzas tremendas que les comprime el corazón llenando el aparato respiratorio de suspiros profundos y una melancolía tan grande que les abraza toda la existencia en un sólo suspiro.

Es muy común hoy en día, ver cuántos miles de mujeres se sienten con un vacío existencial tremendo, una sensación enorme de profunda soledad y que nadie las entiende ni las comprende, como si la misma vida hubiera perdido sentido para ellas, ya no hay nada que les entusiasme, nada que les llame la atención, ni nada que las motive. Renuncian a la esperanza convencidas de que todo terminó para ellas y dejan entrar a la inseparable compañera “la tristeza” a casa, y de allí, hay un paso pequeñito para adquirir problemas serios de depresión y por lo tanto, también otros trastornos emocionales difíciles de erradicar.

La soledad radica por lo tanto en un alto índice de: Carencia de afectos, falta de comunicación, desamparo emocional, timidez, baja autoestima, inseguridad, miedos al qué dirán, qué pensarán, o qué pasará, traumas, fobias, angustias emocionales, pérdida de interés en socializar, temor a no ser aceptados, delirios de persecución, de manipulación, de que quieren hacerte daño o burlarse de ti o incluso delirios de que sólo buscan utilizarte, etc.

No es fácil detectar a tiempo este tipo de problemas, a menos que se estén viviendo en pellejo propio. Es muy conocido cuando alguien se siente solo, lo primero que hace es aislarse más, y pensar miles de cosas, nada positivas por cierto: “No sé porqué me tiene que pasar esto a mí”, “Yo soy una buena persona, no merezco esto”, “Entre más doy, más me exigen”, “Se fue y me abandonó porque ya no le soy útil”, “Soy una tonta sentimental, por eso me pasa lo que me pasa”, “Creer en él fue mi más grande error”. “Ya no quiero nada con nadie”, etc., ¿Pero porqué tienen que pagar todos, por lo que una sola persona hizo? y lo que es peor, estas mujeres terminan por juzgar y condenar al pobre amor que no tiene la culpa del mal uso que los seres humanos hacen de él. ¡El amor reacciona con amor porque Es Amor!... y él no quiere saber nada de la soledad, por eso son incompatibles casi siempre.

Pero hay otro tipo de soledad que es la más preocupante y delicada; esa se le conoce cuando nos sentimos solas aún estando con los nuestros o en cualquier otra compañía. Estamos allí, pero no estamos, nos hablan y nosotras allá viajando por las nubes, nos vuelven a hablar y aterrizamos de un solo golpe: ¿Qué? ¿Me hablabas?. Es como vivir dentro de tu propio globo que aquí y ahora vamos a reventar o tronar entre todas ¿os parece chicas?


Coméntanos por favor tu experiencia al respecto. ¿Te sientes sola? ¿Cuáles crees tú que sean los motivos para que la soledad te esté abrazando en estos momentos?


Con mis respetos y cariño siempre.

Doral.

¡Suélta tu pasado, déjalo atrás!




¡Suélta tu pasado, déjalo atrás!


¿Por qué nos cuesta tanto sacrificio dejar o soltar las cosas que nos hacen daño?

Hay una máxima del Sr. Thomas Jefferson que admiro mucho: ¡Me gustan más los sueños del futuro que la historia del pasado!
En éste marco, tenemos que aceptar que es muy hermoso vivir con sueños e ilusiones, pero con los pies bien puestos en la tierra.
La historia del pasado, sólo es eso: “pasado”, está muerto y enterrado y no tiene regreso posible. El futuro aún no existe, apenas lo estamos construyéndolo aquí y ahora.
Si tú eres una mujer que vive anclada en el pasado, tu presente se tornará en una vida muy accidentada.
No es bueno estar reciclando siempre en lo mismo, girar alrededor del mismo círculo vicioso de quejas y dolores: “Es que mi esposo es alcohólico y aparte es histérico”, “Es que es un irresponsable y no me da para el gasto”, “Es que me violaron”, “Es que me engañaron”, “Es que me dejaron”, “Es que se burlaron de mí”, “Es que estoy enferma”, “Es que soy muy pobre”, “Es que soy muy torpe”, “Es que no tengo suerte”. Oye, ¿Sabes cómo se llama todo eso?, Esas frases se llaman: Excusas, excusas, excusas, entiéndelo de una vez, o habrás perdido tu tiempo miserablemente.
¡Deja ya el pasado atrás! ¡suéltalo! deja que se vaya,¡Atrévete a decirle adiós!
No puedes pasarte la vida tratando de retener todo aquello que no te es útil para nada. Aquello que te estanca en tu progreso, superación personal y te impide crecer como persona. Te puedes pasar años tratando de reconstruir una relación rota y lo más seguro es que te quedes sola, aruñando los techos y paredes de tu vida, añorando el tiempo perdido y diciendo: “Quisiera, quisiera, quisiera, cuánto hubiera querido que fuera”… Pero no fue y punto.
Tampoco puedes darte el lujo de forzar situaciones que sabes que a la larga se convertirán en tu propia trampa, en tu propio martirio, en tu propio infierno. No puedes definitivamente, ser tan ingrata contigo misma, enclaustrándote, encasillándote, sujetándote al ayer, limitándote, negándote a una nueva oportunidad de encontrar tu verdadera felicidad.
¿Qué te juzgarán y te condenarán? sí; ¿Y qué?, Nadie sabe lo que pesa el muerto, más que el que lo trae encima, defiéndete, arrójate, vence tu temor, tu miedo y tu angustia al qué dirán. Nadie hará por ti, lo que tú misma no hagas primero. Hazlo aunque te juzguen y te condenen. Recuerda que si no lo intentas, jamás sabrás de lo que fuiste capaz de lograr.
Además, ¿A quién le importa si tu comes? ¿si tú vives?, ¿si tú tienes qué vestir y calzar? ¿si tú te enfermas? ¡A nadie le importa más que a ti misma!
Por lo tanto; suelta el pasado, arrójalo, despójate de tu inseguridad, de tu trauma de mujer abandonada, burlada, humillada, desprotegida, suelta tu timidez, deshazte de tus resentimientos del pasado o quedarás atrapada, hundida para siempre en ellos.
Si alguien te lastimó, te hizo daño, no correspondió a tu amor, o no te respetó ni te valoró… ¡Suéltalo, déjalo ir! marca tu raya, suelta el ancla, desata amarres y libérate de la esclavitud de todos los recuerdos que atormentan tu razón y tu corazón. ¡Tú vales demasiado!, deja de rogarle, deja de buscarle, apártate, valórate, hazte valer, hazte oir, hazte respetar y respétate a ti misma, primero como mujer.
La mujer no nació para ser esclava, ni para quedarse en un compás de espera eterna, la vida está en constante movimiento y cada día hay más compromisos y más cosas hermosas que realizar con resultados diferentes.
A veces nos aferramos a las ofensas pasadas, seguimos lamiendo las heridas añejas ¿para qué? o ¿por qué?. A ver amigas: ¿Para qué volver a vivir lo que ya nos es bastante conocido y sabemos anticipadamente, que nos volverá a hacer infelices?
No es bueno vivir rindiéndole pleitesía a los recuerdos nocivos, tóxicos… en vez de generar situaciones nutritivas que nos alienten, nos levanten, nos llenen de energía, de confianza y valor.
Desatórate, suelta las costumbres, los hábitos, los vicios, los apegos que te hacen esclava de tus propios sentimientos y resentimientos ¿por qué seguir siéndole fieles a un recuerdo del ayer que sólo nos produjo daño y dolor? ¿Para qué conservar algo que no nos es útil para nada?.
¿Qué sentido tiene que tratemos seguir amando a alguien que ni siquiera quiso aprender a amarse a sí mismo?, mucho menos nos hubiera amado a nosotras como ilusamente lo pretendimos en el pasado.
Suelta ya el pasado de tus manos, atrévete aquí y ahora, a poner las riendas de tu corazón y de tu vida en manos de Dios, verás que empezarán a sucederte cosas hermosas, las cosas que Dios quiere para ti, las cosas que tú querías para ti. Pero nadar contra corriente acarrea sacrificios, esfuerzos y perseverancia constante y repetida, valdrás más, pero también se te exigirá más, ése es el precio que hay que pagar por ser alguien en la vida. Y no te preocupes por el qué dirán, por cómo te verán y por todo lo que opinarán de ti, acuérdate que el que se ríe de lo que desconoce, está en el camino de ser un idiota, decía alguien por ahí, y con cuánta razón se lo admiro y agradezco.
Por lo tanto y ya para concluir: Tienes que soltar el pasado de tus brazos mujer amiga, tienes que dejarlo ir, y aprender a apelar a cosas superiores, para que dejes de ser adicta a tus propios fracasos. Deja que Dios decida por y para ti, dale la oportunidad de que sea EL, quien seleccione por y para ti, lo que es mejor y más conveniente . No siempre nos da Dios lo que le pedimos, sino lo que nosotras necesitamos como mujeres para llegar a ser realmente felices en esta vida.
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

jueves, 30 de julio de 2009

¡Lágrimas de Mujer!

Image Hosted by ImageShack.us


¡Lágrimas de Mujer!

Vamos a tratar un tema interesante y reflexivo amigas queridas, el cual nos colocará seguramente a cada una de nosotras, en una posición muy cómoda e intimista, que muchas veces adoptamos las mujeres como una salida rápida, una puerta de escape que siempre nos está esperando, ante los eventos que hacemos parte de nuestro diario vivir.
¿Por qué lloramos tanto las mujeres? –me preguntaba a mi misma alguna vez-¡Vaya pregunta!Las mujeres lloramos por cualquier cosa.
Algunas chicas están fatigadas y enfermas de tanta amarga reacción, han venido sufriendo miseria y dolor a lo largo de su vida, esperanzas vanas que no les han fortalecido ni les han hecho felices.
¿Acaso será en vano tanta dolorosa tristeza y llanto de algunas mujeres?, pero aún con tristeza y lágrimas, siguen adelante, ¿Para qué, y por qué?, veamos:
Algunas se preguntan en medio de grandes crisis emocionales: ¿Qué he hecho y qué no hecho con mi vida? ¿Qué descuidé de la vida?, ¿Qué más sacrificios he de ofrecer?, ¿Qué me aguarda al final de las lágrimas?
Otras mujeres más inteligentes se preguntan: ¿Por qué lloro por alguien o por algo que no vale la pena?, ¿Encontraré el amor verdadero alguna vez?, “Ya no puedo llorar”, “Mi cuerpo se ha debilitado demasiado por tanto llanto, pero mi ser se rebela dentro de mí contra el despiadado vacío; la voz profunda de quietud me responde con completo silencio: ¡Ya no puedo más!o no sé cuánto tiempo he de vivir esta que está cerca el final de la larga jornada y se aproxima como una ola que baña con su frescura mi cuerpo como si fuera en la mar?”
¡Vaya forma de sufrir, y vaya forma de llorar! …y cuántas veces nos preocupamos y lloramos por cosas inútiles.
Una mujer llora porque le dolió una traición, porque le negaron alguna satisfacción, porque perdió a algún ser querido, porque está enferma, porque tiene escasez económica, porque su pareja no la respeta, no la valora, no la atiende y no la ama. Llora porque se quedó sola, porque está triste o porque está alegre, porque le subieron el sueldo en su trabajo, o porque la restringieron en su trabajo. Llora porque extraña algo o a alguien, porque está deprimida, porque tiene cólicos menstruales o porque le duele una muela, o simplemente porque ella piensa que todo lo sale mal.
Las lágrimas de una mujer siempre están a flor de piel, principalmente cuando nos vemos abandonadas por el ser querido. Lloramos tanto a veces que creemos que se nos secaron las lágrimas para siempre, nos abatimos hasta el grado del cansancio, y el consuelo no llega, ¿por qué no llega el consuelo a nuestro corazón amigas cuando lloramos las mujeres?
Dicen que las lágrimas lavan el alma, y no lo dudo ni tantito, pero a veces el llanto no nos es suficiente para calmar las tempestades del alma, nos vence el cansancio y nos llega el sueño, pero no somos capaces de decir: “Quiero amarte sin aferrarme a ti”, ”Quiero apreciarte sin juzgarte”, ”Quiero unirme a ti sin invadirte”, ”Invitarte sin exigirte”, “Dejarte ir sin sentirme culpable”, ”Criticarte o reclamarte sin hacer que te sientas culpable” y “Ayudarte (si tú me lo pides), sin que te sientas ofendido”, “Darte todo sin que me duela que tú no me des nada”.
¿Se atreverían amigas queridas a hacer todo esto alguna vez a pesar, a sentir más hondo y a mirar más claro aún a través de sus lágrimas?
Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

Got My Cursor @ 123Cursors.com