martes, 18 de marzo de 2014

PIENSE EN USTED


PIENSE EN USTED

Desde tiempos remotos de la antigüedad, cada ser humano lleva dentro de sí mismo el deseo de ostentar poder, pero son muy pocos los que lo logran.  El resto de los habitantes de cada comunidad sólo obedece, cree, y permite que aquellos pocos lo dirijan, y le digan lo que debe creer y hacer.

Esto resulta útil cuando los líderes actúan considerando el beneficio colectivo, pero desafortunadamente raras veces es así, ya que muchas veces los dirigentes actúan pensando en su propio tesoro, el de su familia, y en sus amigos.  Esto propicia la acumulación de riquezas en unos cuantos y que cada vez exista mayor número de personas en la miseria, como ocurre actualmente.

Si seguimos haciendo lo mismo, esta situación seguirá empeorando, así que es tiempo de que usted y yo empecemos a pensar y a actuar para revertir este estado de cosas.  Tenemos que darnos cuenta que el cambio está primero dentro de nosotros.  ¿Desea usted ser una criatura condenada al dolor, a la pobreza y al sufrimiento? o un ser con poder que lleva el control de su vida y disfruta de cada momento de su existencia.

¿Qué le impide ser lo que desea?

Sus propias convicciones, sus hábitos, miedos, que ha construido a lo largo de su vida permitiendo faltas a la moral, al respeto a los demás, corrupción, delincuencia a costa de una comodidad que más tarde se transforma en angustias y posteriormente en esclavitud hacia dirigentes que no merecen serlo.

Es el momento de asumirse como adulto. Ya no es un niño que tiene que seguir fielmente las instrucciones de líderes, sino que usted es el constructor de su vida y puede tomar las riendas de nuestro presente.  

Modele su vida y la sociedad actual; actúe a favor del bienestar y felicidad suya y de los demás; usted tiene esa maravillosa facultad de razonar, analizar y discernir cuáles decisiones son las correctas, no permita que otros piensen y decidas por usted, sobre todo si nos llevan a destrucción, violencia, pobreza, desigualdad.  Mejor actuemos para que las cosas cambien para bien, para crecimiento, para prosperidad.


Fuente: Compás y Escuadra
Psic. Roberto Valdez Prado
rvaldezp@prodigy.net.mx

martes, 11 de marzo de 2014

MAMA NO ESTÁ.

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MAMA  NO  ESTÁ

Ocho meses tenía Miguel cuando su papá lo encontró solo con su hermano de diez años y su hermanita de ocho.  Su mamá se había ido desde hacía dos días, sin mirar atrás, con un vecino de la cuadra.

Su padre, muy joven en aquel entonces, no podía creer que la mujer que tanto quería y a quien había aceptado con sus dos hijos como propios, resultara capaz de hacer eso.  Tomó las cosas de los tres niños y se dirigió a la casa de los abuelos de Miguel.  Desde ese momento, ellos se hicieron cargo del niño y aceptaron a los otros dos aunque no fueran sus nietos.

Al poco tiempo, supieron que la mamá estaba en Tijuana y esperaba otro hijo del hombre por el que abandonó al padre de Miguel.  Él, mientras tanto, crecía recibiendo de sus abuelos un amor incondicional.  Papá no estaba en condiciones de dárselo, pues el abandono de mamá lo dejó hundido, deprimido.  Pasaron los meses y ya con el nuevo hijo, la madre reclamó a los niños, llevándose a los medios hermanos, no así a Miguel pues ni sus abuelos ni su padre lo permitieron.

Miguel creció y era un niño enfermizo.  A los nueve años, tuvo problemas con las anginas y se sometió a una operación que se complicó y se ahogó en su propia sangre, provocándole repercusiones en el corazón, como una especie de soplo.  Cuando pensaba en mamá, creía que se había ido por otros motivos y de su abuela recibía el amor que ella no le daba.

Un día, una tía paterna que oía a Miguel decir que tenía ganas de conocer a sus hermanos, tuvo a bien contarle la historia completa: que mamá se fue con otro hombre, luego éste la abandonó y tuvo otros dos hijos con dos hombres más.

Para entonces, Miguel tenía ya trece años.  Estaba en la secundaria y era un estudiante regular.  La declaración de la tía lo hizo sufrir mucho y odiar a la mamá que lo dejó.  Fue entonces cuando hizo caso a las invitaciones de sus amigos de la escuela, que fumaban mariguana.  Un día que estaba a punto de agarrarse a golpes con un compañero, otro le dijo: "cálmate" y le dio un cigarro de mariguana.  Ese fue el primer contacto de Miguel con las drogas, aunque los abuelos no supieron porque tenía buen cuidado de fumar en la calle.

Llegó a la preparatoria y allí, alguien le ofreció cocaína y por qué no, le entró también empezando un camino que lo hizo abandonar la escuela.  Dijo a los abuelos que quería trabajar y ellos aceptaron.  Papá ni se metía.  Entró a trabajar en un laboratorio de análisis clínicos.  Allí los compañeros le mostraron otras drogas que él probó.

Ese camino era sinuoso, más tomando en cuenta las secuelas de la operación de su niñez.  Un día vino su madre desde Tijuana: quería conocerlo pues no lo veía desde que tenía ocho meses, cuando lo dejó.  Miguel estaba lleno de coraje y no quiso, prefirió irse a Mazatlán a visitar a unos tíos.  Más porque no podía entender que su padre, después de todo lo que hizo su madre, todavía intentaba regresar con ella, aunque no funcionó y ella volvió a Tijuana.

Las drogas han sido el falso refugio de Miguel, más fuertes en muchas ocasiones que Janeth, la novia a la que ama, vecina de su colonia.  Ella intenta que él deje las drogas y vive en esa constante lucha, pero aún no lo ha logrado.

Un año después de que se negó a conocer a su madre, sufrió una sobredosis de cocaína y fue a dar al hospital, con un pre-infarto.  Cuando estaba en urgencias, intentó salir y al levantarse tuvo un infarto.  Permaneció una semana internado, dañado física y emocionalmente.

Hoy Miguel tiene 23 años y cuatro en una lucha constante por abandonar las drogas.  Decidió volver a la preparatoria y estudia en el turno nocturno.  Las dejó por cinco meses yendo a un grupo de Alcohólicos y recayó, lo vuelve a intentar y lo logra por días y hasta semanas, pero tanto en su colonia, en su trabajo como en la preparatoria, encuentra quién le ofrezca.  Él ya no quiere, porque tiene ahora una meta: estudiar, entrar a la profesional y ahorrar para casarse con Janeth.

A su mamá ya la ha perdonado, aunque acepta que fue muy dura la vida sin ella.  Ya la conoce, pero no convive con ella, ni acepta sus invitaciones para irla a visitar.  En una carta que probablemente nunca llegue a sus manos, le dice: "Los días más difíciles mamá, eran los de las madres.  Veía a mis amigos con sus mamás y yo no te tenía a ti para abrazarte y festejarte".

Miguel considera que su mamá cometió muchos errores, aunque él no es quién para juzgarla.  Sus ojos, sin embargo, muestran la añoranza de esa mamá que no estuvo con él. Su lucha con las drogas está ahí, pero mamá no está. Mamá se fue.

Fuente:
Dra. Yesenia Zazueta Jiménez
FéminasMagazine
Producción: Culiacán, Sinaloa
Contacto: feminasmagazine@hotmail.com
Foto: Tomada de internet.
Responsable de publicación: Doral.

viernes, 7 de marzo de 2014

DEPRESION EN LA VEJEZ


LA  DEPRESION EN LA VEJEZ

Tal pareciera que la necesidad y el dolor, son los únicos caminos que recorren las personas de la tercera edad. Aquí no vamos a referirnos únicamente a las mujeres sino también a los señores que en la mayoría de los casos son los más afectados, y mueren primero que ellas.

Y con respecto a las mujeres, estudios recientes han arrojado un índice muy alto de población femenina afectada por la depresión, y nos indican que: "Entre un 50 y 60 por ciento de la población de mujeres de la tercera edad resultan afectadas por la misma.  Depresión que puede presentarse desde leve hasta severa, afirmó la Dra. Dulce Patricia Galindo Galarza, (Geriatra especialista del Centro de Investigación y Docencia en Ciencias de la Salud (Cidocs), al impartir su conferencia magistral "Depresión en Adultas Mayores".

La Dra. Galindo, dijo que esta enfermedad de salud pública provoca la pérdida de placer para disfrutar de las cosas que antes se hacían y también, con ella disminuye el apetito por ingerir alimentos.

Los síntomas de la depresión en la vejez, pueden ser de corte psíquico y orgánico: Los achaques típicos de la edad, la tristeza, la soledad , las pérdidas y duelos patológicos, como por ejemplo: Su salida de los campos de actividad (jubilación), y merma en su economía, la pérdida de familiares, amigos y seres queridos, pérdida de roles habituales, los cuales disminuyen sus redes sociales, pérdida de autonomía, pérdida de su juventud, deterioro cognitivo, pérdida de la memoria y aprendizajes, que muchas veces confunde a los clínicos con una verdadera demencia senil o enfermedades más frecuentes como el Alzheimer, o el Mal de Parkinson que afecta las células nerviosas o neuronas del cerebro que controlan los movimientos musculares, ocasionando temblor en manos, brazos, piernas rodillas y hasta temblores faciales en los ancianos, sin contar con la rigidez de extremidades, lentitud de movimientos y hasta problemas de equilibrio y coordinación motora.

Aquí es muy importante, saber diferenciar lo que es la depresión con lo que podría significar demencia senil, que obliga a los clínicos a realizar algunas pruebas para detectar si realmente se trata de alguna enfermedad como los arriba mencionadas,

La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha definido un concepto muy completo al referirse al Ser Humano, como un ente biopsicosocial,  ya que constituye un estado perfecto de bienestar físico, mental y social, pero veamos:

¿Porqué un ente biopsicosocial?

Porque Bio, viene de biología, de células, de vida, y Psico, hace alusión a la mente, y con ella, la oportunidad de hacer conciencia de su existencia y de su vida, y Social, porque desde el nacimiento el ser humano aprende a recibir influencias de su entorno, primero de mamá y papá, de sus hermanos, de sus abuelos, de su familia y aprende también a interactuar con ellos.

Es importante autorregular estos tres aspectos para vivir dentro del equilibrio que es básico para toda salud física y mental de nuestros anciano y evitar así, otro tipo de trastornos somatoformos, que son un grupo de molestias diversas, entre las cuales, la depresión es muy difícil de diagnosticar.

 ¿Cómo podemos ayudar a prevenir una depresión mayor en adultos mayores?

1.- Brindarles tempranamente atención y cariño,
2.- Hacerles sentir que son importantes para nosotros,
3.- Brindarles una terapia ocupacional,
4.- Solicitar sus opiniones y/o consejos (incluirlos en la toma de decisiones familiares)
5.- Fomentar su socialización en grupos de psicoterapia (por lo menos c/15 días)
6.- Suspender cualquier medicamento que pueda estar empeorando los síntomas depresivos.
7.- Dejarles hablar de sus sentimientos, saber escucharle con atención.
8.- Visitas regulares a su médico de confianza.
9.- Alimentación balanceada, deporte y ejercicio regular si el médico lo autoriza.
10.- Respetar sus horarios de sueño, evitar el alcohol y los somníferos
11.- Ejercer Tolerancia, que es índice de amor y respeto, 
12.- entre otros...

Amiga(o) Lectora(or) si deseas escribirnos y compartirnos tus valiosas experiencias y opiniones, nos dará mucho gusto responder a tus comunicados, nuestra dirección es: doralorama@gmail.com

Salud y Saludos,

Psic. Doral.

lunes, 3 de marzo de 2014

CUANDO PARECE QUE SE HA PERDIDO TODO



CUANDO PARECE QUE SE HA PERDIDO TODO

Es muy común que perdamos fuerzas y entusiasmo cuando las cosas no nos resultan como lo planeamos, o como lo deseamos.  Es por ello que lo primero que no debemos de perder ante estas vicisitudes, es la fe en un mismo objetivo y el creer que sí podemos alcanzar el objetivo tan ansiado, o tan necesitado.

Siempre es posible salir adelante en la vida personal, familiar, laboral, profesional, empresarial, e incluso cuando nos encontramos afligidos con una enfermedad curable o no.

Nuestra primer fortaleza es creer en uno mismo, aceptando la vida como es, y nuestras limitantes.  Todos tenemos limitantes.  Nadie es perfecto ni omnipotente.  Todos tenemos carencias o debilidades en cuanto a lo personal, incluyendo todo nuestro cuerpo y sus capacidades.

Aceptarnos tal y como somos es el inicio del camino que nos conducirá directo al éxito que buscamos, sin olvidar que también debemos aceptar las condiciones del entorno en donde nos desenvolvemos.

La segunda fortaleza es la fuerza de voluntad para apartarnos de todos los obstáculos que nos engañan con su  brillo, y que son todas aquellas conductas, actitudes y sentimientos que nos dan placer momentáneo y que nos restan capacidad de decidir para tomar la acción adecuada para encaminarnos por el sendero de la sabiduría y del éxito.

La pereza, los vicios, la falta de sensatez, la ignorancia, y el pensar que uno tiene la razón en todo sin importar a quién lastimamos, o incluso sin darse cuenta del daño que se hace uno mismo, es lo que no permite que la felicidad y el éxito lleguen de manera natural a nuestra vida.

La fuerza de voluntad es la que nos impulsará a seguir luchando por lo que deseamos a pesar de los sinsabores del diario acontecer.

La tercera fortaleza es la de los valores.  Cuando uno ha sido educado con los valores más altos de la humanidad, como lo son el respeto, el amor, la comprensión, la autoestima, el trabajo, el orden, la disciplina, la constancia, la tolerancia, la honestidad, la amistad, la familia, la bondad, la generosidad, y el espíritu de servicio, nada nos detendrá camino al éxito, aún si los obstáculos son mayúsculos.

El sufrimiento debe ser visto como el trance que nos ayuda a seguir adelante.  Si queremos parar de sufrir debemos alejarnos de todo aquello que nos provoca ese sufrimiento, aún tenga que ser el separarnos de personas que nos importan pero que nos hacen daño; así como de trabajos, lugares y ya no se diga de conductas impropias o comportamientos nocivos.

Aceptación, fuerza de voluntad y valores, deben ser nuestros principales impulsores y férreos acompañantes en la vida diaria.  Si el cansancio nos hace flaquear, paremos el tiempo necesario para descansar.  Si es el desconocimiento, paremos para aprender.  Si es el miedo, paremos para asegurarnos.  Si es la sensación de impotencia, paremos para revisar lo que hemos hecho, porque seguramente es necesario cambiar el rumbo, el plan o la estrategia.

Nada nos debe detener.  Siempre debemos caminar con paso firma hacia el éxito que sabemos nos colmará de múltiples satisfacciones

Autor: 
Psicólogo Óscar Fosados
de su libro: Fortalezas para triunfar
cuando parece que se ha perdido todo.



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