martes, 29 de junio de 2010

¿Las lágrimas envejecen a la mujer?




¿Las lágrimas envejecen a la mujer?


Es incuestionable el hecho de saber que sonreir es la mejor terapia para generar endorfinas, ¿y qué es la beta endorfina?, Pues es una sustancia que se produce en el cerebro, especialmente en la glándula pituitaria, y que bloquea la sensación de dolor. Se produce en respuesta al dolor, el ejercicio y otras formas de estrés. Es un tipo de hormona polipéptida. ¿Y qué es un péptido? son los aminoácidos que se secretan (principalmente desde el páncreas), para regular todas las funciones del organismo.

Pero, ¿qué tiene que ver el dolor con el envejecimiento?... ¡Mucho! y veamos por qué.

La hormona del crecimiento, llamada: Somatotropina, es producida por la glándula hipófisis, y es la encargada de convertirse en canal transportador de los aminoácidos, llevándolos a través de las membranas celulares hacia el interior de la célula y a su vez, fortalece, refresca y reactiva la vida a los tejidos del organismo.

Entonces si la palabra hormona, quiere decir: Mensaje de vida, o equivale a... ¡Una ansia de ser!, es lógico suponer que detenemos la producción cuando lloramos por algo o por alguien, o por lo menos se minimizan las ganas de ser o de vivir, cuando le damos rienda suelta al sufrimiento sin ponerle ningún freno, o como comúnmente se dice: No ponemos nada de nuestra parte para reflexionar en el daño que le hacemos al organismo ni le ayudamos a crecer, a desarrollarse y progresar en bienestar y armonía corporal.

Todo lo anterior es por el lado de la química sanguínea del ser humano, pero si nos vamos a observar detenidamente cómo funciona el sistema inmunológico de una persona que es muy llorona, pues encontraremos de frente un buen concentrado de desgaste físico y emocional, además de una baja considerable en el campo de las defensas orgánicas. Una persona llorona por lo general se convierte automáticamente en una persona frágil, quebradiza, enfermiza, y es precisamente por esa razón.

Entonces, partiendo de ese presupuesto, se puede asegurar que las lágrimas sí son elementos que conducen al detrimento o deterioro orgánico y celular del ser humano. Eso sin contar con la forma tan debastadora en que quedan los portales del alma cuando son inundados por los ríos de lágrimas (especialmente las de la mujer que son muy abundantes), ¿Por qué creen ustedes que cuando terminamos de llorar nos agarra una santa suspiradera? ¡Dios mío!, casi nos acabamos el aire de tanto suspirar. Descansamos sí; (llorar es un desfogue), pero en ese inter se pierden millones de átomos de fuerza que pudieron ser conservados de manera más inteligente en vez de botarlos en la sal de las lágrimas.

Llorar por lo tanto, es una manera de perder fuerza, de perder energía, de perder las ganas de conservarse íntegro, firme, seguro, de pié... ¿que exagero?, nomás echemos un vistazo a una persona que llora hasta el cansancio y el consuelo no le llega... ¡No puede ni ponerse de pié! o si lo logra, se siente todo tembloroso... ¡Y sigue suspirando! ¿o nó?... Bueno... hay de suspiros a suspiros y de llorar amargamente a llorar de alegría, hay una enorme diferencia, pero es llanto al fin y se debe tener muchísimo cuidado de no cultivar el hábito de estar llorando por cualquier cosa.

Amiga Lectora, te invito a que hidrates y embellezcas tu piel bebiendo agua natural en abundancia, te conservarás losana, bella, primorosa, limpiarás de paso tus riñones, tu hígado y tu páncreas te lo agredecerán y finalmente habrás ganado la batalla contra la mala digestión, el estreñimiento (causa de cánceres de cólon), la resequedad de tu cutis, y la reforestación de tu sistema respiratorio te permitirá alimentar a tu cerebro con oxigeno limpio de impuresas químicas, ocasionadas por lo que respiramos, bebemos y hasta de lo que comemos.

¿Tienes necesidad de llorar para trascender algún duelo de tu vida? ¡vívelo!, estás en todo tu derecho, pero no intensifiques ni prolongues demasiado tu dolor, ni aproximes con sufrimiento tu propia partida, ahogando tu derecho a ser feliz, en el mar de tus propias lágrimas.

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

lunes, 28 de junio de 2010

Hay un ángel en tu hogar, ¡Descúbrelo!



Hay un ángel en tu hogar, ¡Descúbrelo!


Es cierto que mucha gente no está siempre tan de buen humor para hablar de cosas espirituales, ni tiene tiempo de escuchar lo que otros hablan al respecto. Hay tantas otras prioridades en la mente de las personas materialistas que viven con mucha prisa en este mundo para lograr sus alegrías prefabricadas (temporales), o luchar por sus objetivos tan ilusos que por supuesto no sustituyen metas trascendentes, ni llenan sus vacíos existenciales del alma.

Ese tipo de personas tan burdas y tan superficiales, abundan en nuestro mundo, se les encuentra donde quiera, donde menos uno se las espera y qué lamentable es tener que reconocer que una inmensa mayoría son mujeres... ¡Sí, mujeres!... Mujeres que trabajan, que cómodamente dejan a sus hijos al cuidado de la mamá, de la abuela o de la suegra, que a parte de cuidarles a los hijos, se encargan de preparar la comida, de lavar la ropa, de planchar, de asear la casa, de hacerse cargo de todos, o casi todos los menesteres del hogar como si fuera el propio.

Mujeres que después de salir de sus jornadas laborales, no regresan directo para su casa, se van con las amigas de compras, a tomar la copa, al cine, al cafecito, a los compromisos sociales como si fueran mujeres solteras, como si no tuvieran un hogar, un esposo e hijos que atender. No quieren entender que se están perdiendo la mejor etapa de sus hijos: Su niñez y su adolescencia. Están tan acostumbradas a divertirse, a relajarse, a desestrezarse que realmente hasta se llegan a sentir "libres" y más... si tienen un esposo comprensivo y trabajador que también siempre está ocupado en sus labores, por lo tanto los hijos están sin sus padres la mayor parte del día y de la noche.

¿Qué pasa cuando la madre o la abuela o la suegra se enferma o fallece? ... ¡Los chicos quedan a la deriva de las circunstancias!, y por supuesto empiezan a mostrar conductas de franca rebeldía, chantaje y falta de respeto a los padres que nunca han estado presentes cuando más se les necesitó y es allí donde la misma mujer que se sentía tan apoyada, tan liberada y tan afortunada, se siente morir:

"¿Y ahora qué voy a hacer?"

Ni pensar en dejar su trabajo, no está dispuesta a dejar de frecuentar a sus amigas del alma, ni dejar de depender de sus "escapaditas" para relajarse, pero tampoco está convencida de querer hacerse cargo de las responsabilidades del hogar. Por un lado sufre el duelo de la pérdida maternal, pero por lado, no sabe cómo tratar a sus hijos ingobernables, ha perdido la autoridad sobre ellos, no la respetan ni la obedecen porque nunca ha sabido ganarse ese respeto, mucho menos el cariño o la preocupación que nunca ha sabido mostrarles a sus hijos, por vivir de sus frivolidades.

No quiere aceptar la realidad...
¡Siente que el cielo y la tierra van a aplastarla!

Y lo que es peor, jamás se dará cuenta de la magnitud y alcance de la situación que prevalece en su hogar desintegrado, el tiempo perdido y el precio real del ángel que se ha ido, el ángel que moró callado y sumiso en su hogar, el ángel que veló sus sueños, y veló por los todos, un ángel que ella nunca supo valorar como tal, el ser que adoptó sus roles, sus deberes y sus responsabilidades sin pedir nada a cambio. Un ángel que nunca fue escuchado, ni considerado, ni bien conservado ni bien valorado... ¡Qué triste es tener que decirlo así!

Muchos hogares del mundo tienen un ángel protector dentro de sus cuatro paredes, que vela de dia y de noche por todos los moradores, sean grandes o chicos, jóvenes o adultos... ¡Descubramos cuán útil nos es ese ángel de amor! cuidémosle, amémosle, demostremosle cuánto nos importa y cuánto nos duele como ser humano, no le carguemos tanto el trabajo... ¡No abusemos!... los ángeles tambien se cansan, tambien pierden sus alas, tambien un día se van, y yo espero que tu ángel amiga lectora, te llene de bendiciones y te haga entender que lo más valioso que tenemos en esta vida... ¡Es el hogar y una familia feliz!

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

sábado, 26 de junio de 2010

¡Un club para jubiladas!




¡Un club para jubiladas!

No cabe duda que llegado el momento de tener que decir adiós a los campos de toda actividad laboral, por un lado es causa de orgullo para algunas mujeres (tambien para algunos hombres), pero por otro lado, se genera un halo de tristeza en el corazón de la mujer, un suspiro de nostalgia cuando tiene que despedirse de todo y de todos, una fuerte preocupación para quienes no tienen en puerta proyectos de vida que continuar.

Se llegan a generar sentimientos tremendos de que se es inútil, de que ya no se tiene las fuerzas, ni la agilidad mental ni física, ni el carisma de antaño, de que tiene que entrenar en su puesto a la persona joven, activa, fresca, ágil que ha llegado a sustituirla, etc.... ¡Por supuesto que todo eso hace sentir fatal a muchas mujeres!, sobre todo si tienen que retirarse entre los 45 y 55 años de edad, cuando todavía la mujer tiene muchas y muy buenas maneras y habilidades para servir, pero...

Soltar de pronto toda una bolsa de responsabilidades, horarios, labores, contactos, relaciones, obligaciones que se han tenido por casi media vida, teniéndose que levantar más temprano llueva, truene o relampaguee, e irse a trabajar pase lo que pase y se sienta uno como se sienta, habiéndose desayunado o no, teniendo que dejar a veces la casa tirada, los hijos al cuidado de gente ajena, los mil problemas y cosas pendientes que resolver, uf... ¡por supuesto que implica un cambio emocional muy drástico para la mujer y para cualquiera!

Entonces aquí sucede que la mujer se siente a la deriva de las circunstancias, no haya qué hacer, ni cómo organizar su nueva etapa de vida. Recuerda todos los pendientes que quedaron inconclusos en su centro laboral y desea continuar unos días más, como no queriendo soltar de golpe, todo el poder de su silla, su escritorio y sus responsabilidades de empleo. Se le junta el cielo con la tierra tan sólo de pensar ¡ya soy una mujer jubilada! ¿y ahora qué?

¿Y ahora qué?... ¡Ahora viene la mejor etapa para levantar la cosecha de todo lo sembrado!. Posiblemente los primeros días le parezcan demasiado largos, posiblemente se siga levantando a la misma hora de siempre, posiblemente quiera tomar las riendas de su hogar, esmerarse en preparar ricas comidas para los suyos, limpiar la casa sin prisas, ir de compras sin tener que regresar corriendo, sentarse un momento reposadamente a ver televisión, disfrutar su nuevo situación de "mujer desocupada" ¿desocupada?... ¡No, qué va! ahora al parecer tendrá más trabajo.

Pero el trabajo que una mujer jubilada realiza es distinto, es más conciente, más experto, más reposado, más valioso porque lleva el ángel en las manos y la experiencia en su corazón. Quizá no haya agilidad en sus movimientos como en otros tiempos, pero hay más certeza que lo que realiza, lo hace mejor que cuando tenía que trabajar de prisa, con el reloj pisándole los talones y encima siempre cansada, aburrida de repetir siempre lo mismo, harta.

La mujer jubilada de pronto se da cuenta que disfruta más lo que vive, lo que tiene, lo que le rodea, lo que es suyo por derecho propio, y tambien sabe que está preparada para incursionar en otros ámbitos de vida, de otras actividades, la social por ejemplo ¿Por qué no?, un club para jubiladas donde hay intercambio de ideas, de experiencias, de actividades diversas con personas de su misma edad, donde ya no se sentirá tan sola ni tan inútil, allí tambien hay otros chicos y chicas retirados con quien compartir bellos momentos de vida, cantando, cocinando, tocando el piano, declamando, leyendo poesía, viajando... ¡Y hasta bailando Zumba! ¿Por qué no? mover el esqueleto no le hace mal a nadie y de paso se fortalece el sistema óseo que es el primero que resiente el paso del tiempo.

Jubilarse entonces no es tan grave como parece para la mujer, ni es cuestión de sentirse anuladas para muchas cosas... ¡Por el contrario!, el jubileo viene del verbo jubilar, prepararse para el retiro y para recibir inmediatos los créditos ganados por casi toda una vida de trabajo continuado, miles de esfuerzos y superesfuerzos constantes y repetidos que finalmente cobran su propio mérito para quienes de alguna manera saben disfrutar con alegría y valorar con paz, la esencia del júbilo, del privilegio de haber servido honradamente a la sociedad y a los seres humanos del mundo en que le tocó vivir y punto. ¿Para qué buscar mejor correspondencia?

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

jueves, 24 de junio de 2010

¡Maduritas y consentidas!



¡Maduritas y consentidas!

Es cierto que después de los cuarenta años, toda mujer se empieza a desesperar porque ya su metabolismo sufre algunos cambios inesperados que no le son muy gratos, se preocupa frente al espejo cuando ya las coquetas llantitas empiezan a aparecer en su vientre, una arruguita por allí discreta en su frente, o la famosa celulitis que nadie quiere tener y con justa razón, pero vamos a ver seriamente aquí y ahora por qué la mayoría de las mujeres no acepta ni quiere entender que la edad es un factor, o mejor dicho un elemento muy generoso a nuestro favor en muchos sentidos y en varias circunstancias de la vida.

Por ejemplo hagamos primero una leve comparación con el permiso de todas las chicas jovenes con todo el respeto que ellas se merecen por supuesto, pero no podrán negar que ellas mismas aún con la frescura de su piel, con el brillo de su pelo, con el sol en su mirada, con su agilidad de movimientos, con su alegría y sus deseos enormes de moverse, de bailar, de cantar y de vivir, muy secretamente en el fondo de su ser, desean ser como su mamá, como la tía, como la abuela o como las señoras grandes que ellas conocen... ¡Son sus modelos de mujer estereotipada!

Esas chicas se saben muy lindas, muy frescas, muy losanas, muy atractivas, provocativas y muy sensuales, pero sufren de desequilibrio emocional al darse cuenta que no poseen la seguridad, la elegancia, ni la experiencia que quisieran tener ¿Y a quien acuden para pedir consejos?, no acuden a sus iguales ¿verdad? ¡jamás lo harían ni de chiste!... ¡Acuden a las expertas!, o mejor digamos... A las mujeres más experimentadas y si son lejanas o ajenas mejor, porque así podrán hablar con más libertad y menos temor de hacer el ridículo.

Las mujeres maduritas poseen ese primer y gran privilegio: El ser las preferidas como confidentes de las y los jovenes que desean saberlo todo de golpe o como comúnmente se dice: Desean devorarse el mundo de un sólo bocado sin digerirlo y eso no es posible. La experiencia no se adquiere de esa manera, sino en el trayecto y proceso que es la vida misma, pero un consejo, una instrucción o una guía nunca está de más.

Pero las mujeres maduritas no sólo son preferidas en ese aspecto, sino que son consentidas en muchos aspectos más; por ejemplo son las que siempre están rodeadas de más hombres, ¿cuáles?, el ginecólogo, el oftalmólogo, el otorrinolaringólogo, el gastroenterólogo, el dentista, el ortodoncista, el alergólogo, el cardiólogo, el psicólogo, el nutriólogo, etc.

Y por si esto fuera poco, las mujeres maduritas todavía tienen la bendita opción de seleccionar sus preferencias y optar por ir a visitar al modisto o diseñador, al manicurista, al pedicurista, al maestro de yoga, al atlético maestro de natación, al masajista, al cocinero del mejor restaurant... ¿Le seguimos?. Nó, mejor aquí le paramos porque seguro nuestros esposos se pondrán celosos y puede que hasta tengamos que solicitar los servicios de un buen abogado y hasta de un apuesto juez.

Las jovenes maduras y las chicas de la tercera edad, son las más afortunadas, pues ya no tienen que soportar los molestos cólicos mensuales, el horrible acné en la punta de la nariz, los arranques de ira botando el aparato telefónico porque pelearon con el novio, ni se desvelan cambiando pañales o hirviendo teteros, las mujeres maduritas se desvelan (si quieren) pero viendo películas románticas, chateando con las amigas, o muriéndose de la risa por cualquier tontería, se levantan a la hora que ellas quieren, pues ya no tienen responsabilidades de llevar chicos al colegio ni de mandar al marido a volar rumbo a la oficina, ¡Son expertas para sonreir, bromear y conservarse jovenes interiormente!

No siempre entonces amigas queridas, es tan frustrante llegar a ostentar la edad de oro en la sabiduría de nuestra piel, ni tan triste como pareciera, ver cómo los años se han transmutado en rayos plateados muy de lujo para nuestras sienes, ni tan decepcionante que a nuestras manos ya le luzcan un par de sombras despigmentadas que hacen un hermoso juego con nuestras sortijas de brillantitos caros, de buen gusto, y que a nuestros rollitos (o llantitas) les encante lucir la ropa cómoda y muy de moda... ay chicas, somos las más suertudas, las preferidas y... ¡Somos las más consentidas que no nos cambiaríamos por nadie! ¿cierto?

Moraleja:
Si por virtud, alguien se atreviese a preguntar si no te preocupa tu edad, responde con orgullo y con la frente muy en alto: ¡A mí no, preocúpate tú por llegar a la edad que yo tengo!

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

miércoles, 23 de junio de 2010

¡Mujer prevenida, vale por cuatro!



¡Mujer prevenida, vale por cuatro!

Siempre o casi siempre, es la mujer quien se hace cargo de velar por la salud de los suyos. Ella es la que está pendiente de que sus hijos reciban a tiempo sus vacunas, les controla su peso, su estatura, es la que alivia los raspones de las rodillas, también las del corazón y ella es la que se encarga de curar los trastornos virales de toda la familia con los remedios caseros de la abuela, ella es precavida en todo sentido.

Es la mamá de casa quien tiene sumo cuidado en balancear y preparar delicadamente todos los alimentos más ricos y nutritivos para todos. Es la mujer quien se preocupa constantemente para que todos los miembros de su familia reciban atención médica personificada, cuando presiente que ella no podrá controlar la eventualidad. Ella es quien lleva y trae a los chicos al colegio para salvaguardar su seguridad, está pendiente de que realicen sus tareas escolares, les acerca su ropa cuando ellos se duchan, les pone sus pijamas al irse a dormir y los abraza amorosamente.

¿Qué no haría la mujer por amor a su familia?... ¡Todo y más!... Pero lo más curioso es que todos en casa aprenden a depender de la mujer en todo momento: "Plánchame la camisa", "Corre a comprar las tortillas", "Dale una limpiadita al coche", "Límpiame mis zapatos", "mamá se me terminaron los rastrillos", "Sírveme la comida", "Pásame la toalla", "Llevas a componer mi reloj", "me compras el pantalón de la tienda", "Abre las cortinas", "Sacas al perro", puf... ¡Por Dios; pura mamitis aguda!

¿Y la pobre mamá?... ¡Bién, gracias! corriendo marathónicamente como gaucho veloz por toda la casa, por toda la vida... ¡Madre mía!... ¿De qué te dan ganas?... de gritar con fuerza: ¡Paren al mundo que me quiero bajar!

Pero, la peor de las realidades no es darse cuenta de cuán eficiente resulta la mujer cuando se toma en serio todos sus roles, sino descubrir con tristeza que un día cualquiera, realmente su mundo se ha parado porque su organismo ya no le responde, y por más que quiera seguir adelante con su ritmo acelerado de vida, ya no le es posible, porque no puede ni moverse siquiera, debe atenderse urgentemente y hay que tomar las cosas de manera serena.

En ese marco de las cosas, es menester aprender a asomarnos tempranamente al portal de las prevenciones amigas queridas, no confiarnos demasiado en nuestra juventud y en nuestra fortaleza, aceptar además que somos seres humanos y por lo tanto falibles y finitos. Todo por servir se acaba, y la vida tarde o temprano nos cobrará la factura. No cometer el error de esperar a que nos estemos muriendo para empezar a visualizar cuán útil hubiera sido la precaución y prevención en todos los sentidos, y más cuando hay antecedentes genéticos de alguna enfermedad como el cáncer por ejemplo.

Es evidente que tanto el hombre como la mujer son por igual propensos a algunas enfermedades, pero existe mucha diferencia en la forma de vivir que tiene el hombre al de la mujer que no se cuida a sí misma, por cuidar a otros primero, y eso aumenta el riesgo de deterioro y más cuando hay antecedentes muy cercanos de tipo familiar.

Afortunadamente la ciencia está muy avanzada en estos tiempos, y la mayoría de los especialistas médicos utilizan mucho los estudios clínicos previos llamados: Antígenos carcinoembrionarios, que son sustancias glucoproteínicas encontradas en los enterocitos de la sangre, y son analizados cuidadosamente por los señores químicos, es una prueba sumamente sencilla que se realiza en el laboratorio para ver si los genes codifican para algún tipo de cáncer, y a su vez sirven de marcadores tumorales o sustancias manifestadas en la sangre, directamente en algunos cromosomas. No está de más realizarse esa prueba en etapas tempranas para detectar cualquier tipo de cáncer y con más razón si hay antecedentes familiares.

En fin amigas queridas, recorriendo una vez más la máxima que resa por allí de que la mujer prevenida vale por cuatro, esperemos que todo en sus vidas vaya bien y que tratemos de valorar más la salud, la armonía y la belleza que aún impera en nuestro cuerpo físico y tambien en nuestra alma que es inmortal.

Con mis respetos y cariño siempre.
Doral.

lunes, 21 de junio de 2010

¡Mujeres fragmentadas!


¡Mujeres fragmentadas!

No cabe duda de que la mujer nació para amar de mil maneras y conforme pasa el tiempo, se prepara afanosamente para amar de otras mil formas coincibiendo como un deber ineludible y triplemente bendecidas sus maneras de entregarse, de dar, de ser y de fragmentarse en mil pedazos dentro de su corazón guerrero, amazón, y titán, que no acepta equivocaciones, ni da cabida a las frustraciones ni fracasos, sino que aprovecha esos elementos para aprender a subir peldaño a peldaño, la dura cuesta del amor más grande, enclaustrado en la palabra: "Inmortalidad", la forma más elevada de amar, la que no muere ni pone condiciones, aún por encima de su propio mar de lágrimas.

¡Es heraldo el sentimiento puro, que del alma más grande emana!, y el hidalgo corazón que lo pare, lo forja y lo cría, no pide a veces a cambio nada, radicando allí, precisamente la gloria. ¿Qué mujer no conoce este sublime sentir?, sin embargo, a veces de tanto dar, a la mujer le salen callos en las manos y callos en el corazón, vive soñando con ojos que esperan, deseando saquear a quienes tanto ha dado porque nunca deja reservas para si misma y por momentos se siente desfallecer.

Aquí cabe hacer una buena y profunda reflexión del porqué la mujer se siente desfallecer a base de tanto dar, a base de tanto fragmentarse, a base de tanto pertenecer a todos, menos a sí misma.

La mujer se siente profusamente triste, confusa, adolorida y agotada cuando sabe y siente en su corazón, que todo lo que ha dado no basta para lograr sus propósitos definidos y que resulta a veces inútil dividirse para todo y para todos, porque nadie valora justamente la magnitud y el alcance de sus intenciones más hermosas y duraderas. ¡Qué decepción tener que decirlo así!, pero no hay remedio, tenemos que decirlo así.

Entonces, bajo esas circunstancias, a la mujer no le queda otra opción más que hacer un alto en su camino, pensar más alto y sentir más claro:

1.- ¿Qué sentido tiene lo que estoy haciendo?,
2.- ¿Cómo puedo recuperar el tiempo perdido?,
3.- ¿En qué me equivoqué?
4.- ¿Hasta dónde debo seguir amando?
5.- ¿Cuál es la mejor forma que poseo para amar?
6.- ¿Debo clasificar o racionar lo que doy?
7.- ¿Qué hacer si no se dejan ayudar?
8.- ¿Porqué me duele tanto amar así?
9.- ¿Tengo derecho de aprender a decir, basta?
10.- ¿Cómo y por dónde debo empezar?

Una buena forma de empezar a cambiar tus esquemas o modelos mentales, es primeramente hacerte estas 10 preguntas básicas de manera íntima, como si tú fueses tu propia doctora corazón, o tu propia terapeuta. Tomarás una hoja en blanco y un lapicero, donde sinceramente desde tu alma, responderás con asertividad y franqueza cada una de las preguntas, anotando los detalles por ejemplo: persona, tiempo, espacio, motivos, la forma cómo te afectó positiva o negativamente el resultado.

Y es sobre esto último: ¡Los resultados! sobre los que vamos a empezar a trabajar seriamente poniendo las cartas sobre la mesa y aunque parezca frío, pasivo o indolente, no importa, debes aprender a decir: "Bueno, ya te dí, ya te apoyé, ya te aconsejé, ya te acompañé, ya te escuché, ya te guié, ya te respeté, ya te amé, y tú no lo apreciaste, no lo aprovechaste, no lo retuviste, no lo conservaste ni lo valoraste, ahora yo lo siento mucho pero mi labor o mi misión contigo terminó, y no es mi responsabilidad si te sigue llendo mal, no es mi culpa, yo no lo generé y no tengo por qué sentirme culpable de tus actos, eres libre de seguir con tus mismas actitudes, lo que tú haces con tu vida no tiene por qué afectar la mía, pero que quede claro yo no pagaré por tus errores. Me dueles, te amo, te respeto pero no permitiré que me conviertas en tu cómplice"

Debe quedarte muy claro a tí amiga lectora, que todas las cosas y las personas tienen un límite, y que cuando se rebasa ese límite, se entra en riesgo de convertirse en candidato expreso hacia el mundo de la enajenación y la más completa locura. No es posible vivir siempre con el alma en un hilo, ni con el corazón lleno de tristezas, dolor, lágrimas... y de paso, la presión sanguínea golpeando fuertemente la base del cerebro, las neuronas pasándose la información atormentada al mil por hora, las dendritas vibrando al unísono desbocado, generado por los mil problemas que se pasan por las corrientes eléctricas de forma atropellada... ¡Por Dios!... ¡Cuidado con una embolia, o un derrame cerebral!, con la salud física y mental no se juega amigas queridas y vivir fragmentadas en mil cosas y mil problemas cada día no es vida, ni para ustedes ni para nadie.

Entonces, es justo y necesario de que todas las mujeres del mundo hagamos un examen profundo de conciencia; en qué gasto y desgasto mi tiempo, ¿vale la pena vivir como vivo? y en todo caso; aceptar con resolución y valor una última respuesta... ¿Cómo estoy aplicando las enseñanzas de todo lo que me ha dejado lo vivido?

Ya para terminar, sólo me resta decir amiga lectora, que no importa lo que hayamos hecho, dicho, o dónde hayamos estado, lo importante es darnos cuenta aquí y ahora, en qué dirección se está desplazando nuestra vida, darnos cuenta que la experiencia no es lo que vivimos, sino lo que hacemos con lo que vivimos y eso es todo.

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

domingo, 20 de junio de 2010

Sí... ¡Existen mujeres necias!



Sí... ¡Existen mujeres necias!

¿Castillitos en el aire? Amigas, creo que desde siempre han estado en el aire y nunca van a pasar de moda, como tampoco pasará de moda la imaginación y la necia fantasía de toda mujer. Ah, pero… ¿Encima nos enojamos cuando nos tildan de ser mujeres necias?

Veamos: ¿Qué es la necedad?
Bueno; pues por principio de cuentas, dicen que necedad implica: Ineptitud, simpleza, estupidez, tontería, ignorancia, insuficiencia, incapacidad, incompetencia y una persona necia está muy lejos de ser: Sabia, ingeniosa, apta, hábil, capacitada, etc.

¿Hay reflexión en el corazón mujer? ¡Excelente!, porque eso indica que también puede haber un cambio. Pero del dicho al hecho hay un buen trecho y del plato a la boca se nos puede caer la sopa, -dicen- y mejor es prevenir que lamentar y por mera precaución, consignaremos aquí y ahora de manera muy atenta para todas nuestras amigas lectoras, algo que posiblemente nos haga rosquillitas en el corazón, o cosquillitas en el ombligo… ¡Puro cuete de rabia!, pero no hay remedio, tengo que decirlo: ¡Sí hay mujeres necias!… ¡Y habemos muchas! Sin pretender ninguna ofensa a título personal de nadie por favor, pero…

Si hemos de hablar con verdades, yo lo siento mucho pero hablaré con verdades “aunque se me enronche el cuero” (como decía mi abuela), pero démonos cuenta de que a estas alturas de la vida, todavía caemos en juegos de niñas ingenuamente pretenciosas, tales como creer que los milagros llegarán solitos del cielo sin hacer ningún esfuerzo o superesfuerzo propio cuando queremos lograr algo y más cuando nos urge que suceda tal o cual deseo íntimo en el corazón.

¿Cuántas horas divagas en el día? ¿Cuántas horas le dedicas a la imaginación por la noche?

-Hey; ¡Alto aquí! Y mucho ojo… ¡Aterriza mujer!

¿Te ha sucedido que vas por la calle sumida en tus más profundos pensamientos y ni siquiera te fijas en dónde pisas? Y luego te quejas de que te caíste, o que te resbalaste, o que te pisaron, o pisaste a alguien… ¡Pues cómo no… si vas dormida, clavada en tu mundo de oropel!

O bien, quizá tuviste la necesidad de abordar un bus para trasladarte a alguna parte de la ciudad, pero te metiste tanto en tus rollos mentales que te fuiste a volar, allá planeando tus pensamientos como papalotes en el aire, que ni cuenta te diste que te fuiste de paso varias cuadras y cuando volviste a tí, descubriste que tu parada ya se quedó muy atrás, tuviste que gritar al chofer: “Hey oiga…esquina bajan por favor”

¿Y qué decir de la mujercita coquetona que se pone todos los moños y perfumes que tiene en su tocador porque está segura de que ahora sí se le declarará el hombre de sus sueños, y se pone una gotita de loción atrás de la oreja: “Ahh pero si se me acerca por este otro lado, me pondré otra gotita en este otro lado”, “pero si llega a saludarme y me besa la mano; ahh pues me pondré otra gotita de perfume en la mano”… “No; no, pero tal vez me bese la frente; mhhh pues hasta allá va otra gotita de perfume a la frente”… ¡Por Dios mujer… Aterriza ya! ¡Date cuenta cómo te manipulan tus excesos. Es bueno tener imaginación, pero no someterse a ella.

De gotita en gotita se le va llendo la vida a la mujer de trocitos, llenando su vida de fantasías, sueños, ilusiones y quimeras. Y lo peor de todo es que si sus fantasías o caprichos no se le cumplen, la mujer se siente frustrada, fracasada: “¡Tanto para nada!”, “¡Pasó por mi lado y ni me miró!” “Ya me puse este vestido, ¿cuál me pondré mañana… mañana sí se fijará en mí?”

Mujercita necia, tontita… ¿qué importa que no se fije en ti? ¡Pónte linda para ti!, no importa que no volteen a verte ni que te digan que tu vestido te queda hermoso, ¿te sientes bien así como vas por la vida? ¡Eso es todo lo que importa! Aterriza tus emociones, suelta tus fantasías veletas, deja que se las lleve el viento, pon firmes tus pies sobre la tierra, disfrútala y piensa una cosa, ¡sólo una!… “Piensa en ti primero”…. y la vida será toda tuya con zapatos y hasta sin zapatos ¿de acuerdo?

Con mi respeto y cariño siempre.
Doral.

viernes, 18 de junio de 2010

El amor y el sexo, ¡Un paraíso!




El amor y el sexo, ¡Un paraíso!


Hoy vamos a tratar un tema muy espinoso y controvertido, considerado por muchas sociedades del mundo actual, como un verdadero “tabú”, aún viviendo ya en pleno siglo XXI.

Un tema que nadie quiere tocar y mucho menos tratarlo dentro de los hogares, e incluso con nuestras mismas parejas. Muchas mujeres se preguntarán: ¿para qué voy a hablarles de sexo a mis hijos, si ya lo aprenderán cuando sean grandes? ¡Pues no amigas! La educación sexual también es parte de la formación integral de nuestros pequeños, y ésta debe empezar por casa.

Una mujer por ejemplo, que desconoce todos éstos aspectos de lo que el amor y el sexo representan en la vida de todo ser humano, se limita a sí misma, e incapacita a sus hijos para adoptar decisiones correctas respecto a la importancia que tiene conocer las necesidades biológicas de su organismo, conforme éste va enfrentando cada etapa de su crecimiento.

Nos resulta muy cómodo y fácil enseñar a nuestros hijos a bañarse, a vestirse, a alimentarse, a cepillarse los dientes, etc., pero nunca, jamás nos atrevemos a enseñarles las funciones de su sexo y la forma cómo se manifiestan las primeras sensaciones sexuales y la forma en que deben ser canalizadas para que no caigan en manos de un “mal informante de la calle”, o lo que es peor, empiecen a desarrollar hábitos y vicios solitarios aberrantes y desgastantes como la masturbación temprana indiscriminada y hasta exagerada.

Es por eso que los chicos adolescentes enfrentan sus primeros retos con una tremenda confusión de euforia e impulsos desmedidos porque no saben cómo manejarlo, no saben cómo tratarlo, no saben cómo identificarlo, ni saben cómo reaccionar ante ese tipo de energías poderosas, emanadas de su organismo.

Un buen método de enseñanza sobre cuestiones sexuales, de donde nos podemos apoyar para tocar éste tema con nuestros menores, son los libros de texto que se expenden gratuitamente en las escuelas primarias del mundo, ahí viene explicado todo generosamente y hasta con lujo de detalles y dibujos ilustrados, el aparato reproductor y sus funciones específicas de cada género, el resto ya nos será más fácil de explicarlo con nuestro propio conocimiento y experiencia.

Pero vayamos mas allá de la adolescencia y tratemos el amor y el sexo en la vida del adulto:

Es todavía más complicado tratar este tema con gente adulta, con seres maduros que ya tienen desarrollados y establecidos sus propios conceptos y defienden sus ideas a capa y espada, pero lo que sí es innegable amigas queridas, es que: "Realmente el Amor es una efusión, una emanación energética que fluye desde lo más hondo de la Conciencia; es, dijéramos: Un sentido superlativo de la Conciencia. La Energía, o corriente magnética, que fluye del fondo de nuestro corazón, estimula a las glándulas endócrinas de nuestro organismo, y las pone a trabajar, entonces muchas hormonas son producidas y ellas inundan los canales sanguíneos y nos llenan de una gran vitalidad.

En la Grecia antigua la palabra “Hormona” significa “Ansia de Ser”, “Fuerza de Ser”. Y en realidad de verdad, el Amor revitaliza, el Amor despierta en nosotros innatos, poderes de querer ser, saber querer y saber tener, tales como: La fidelidad, la comunión, el respeto, la tolerancia, la educación, el conocimiento, la valoración de nuestra pareja, etc. Realmente, el Amor, en sí mismo, es el extracto de toda sapiencia y ternura.

Escrito está que la Sabiduría, en última síntesis, se resume en Amor, y el Amor en auténtica Felicidad. Cuando verdaderamente se está enamorado, se torna el ser humano muy intuitivo, sublime y hasta místico. En tales instantes presiente lo que en un futuro le ha de suceder, y muchas veces exclama: “Me parece que lo que me está sucediendo es un sueño, me temo que más tarde tú habrás de encontrar a otra persona en tu camino”.

Tales presentimientos intuitivos, a través del tiempo y de la distancia, se cumplen exactamente; así es el Amor. El acto sexual, es la realización plena entre dos almas que nacieron por y para amarse, es la consubstancialización del Amor en el realismo psico-fisiológico de nuestra naturaleza. Cuando se estudia esta fuerza del cariño, cuando se comprende lo que es éso que se llama “Amor”, sentimos que debe existir en el fondo del sexo, un “algo” misterioso y potente que puede, en realidad de verdad, traernos la comprensión creadora, el conocimiento y deseos de querer proteger de todo y de todos a la persona que amamos, y que hasta podría transformarnos en seres diferentes y definitivamente superiores.

No hay quien no presienta que mediante el Amor se puede cambiar; y en verdad, es que sólo mediante esa fuerza maravillosa es posible cambiar. Es muy conocido cuando un hombre se fija en una mujer, motivado solamente por sus encantos femeninos, unos lindos labios, una bella cabellera, unas curvas de película, unas piernas de conferencia, unas bubis sensuales y se tira de cabeza por conquistarla, pero una vez satisfecho su impacto visual, se rompe la magia y el encanto, se le acaban los deseos, no hay tal amor, solo era pasión, deseo efímero, pasajero.

Pero el verdadero Amor, en sí mismo, es otra cosa, es algo divino. Miremos nosotros al cisne; el Cisne kala-hamsa es el símbolo del Amor. Él vuela sobre las aguas del Lago de la Vida; un par de cisnes, en algún lago, ¡QUE BELLEZA!… Y cuando uno de la pareja muere, el otro sucumbe de tristeza; y es que el Amor se alimenta con Amor. Pero, hay que saber amar; desgraciadamente, el ser humano no sabe amar todavía como debiera.

Muchas veces, el hombre trata muy mal a la mujer en su primera noche de bodas; no quiere comprender que la virginidad es sagrada, y que hay que saberla respetar; podría decirse que viola a su misma mujer. No quiere entender que hay que saber tratar a la mujer con sabiduría, que hay que saber llevarla por el camino del Amor con suprema ternura, inteligencia y delicadeza.

En la vida cotidiana, riñen muchas veces hombre y mujer, riñen por cuestiones insignificantes, riñen. El hombre dice una cosa, la mujer otra. A veces, sucede que una palabrita es suficiente para que uno de la pareja reaccione, no saben controlarse a sí mismos, no quieren entender que el hogar es el mejor gimnasio psicológico para conocerse y aceptarse tal como ambos son. Precisamente, en la vida del hogar podemos autodescubrirnos; es en el hogar donde venimos a descubrir nuestros defectos de tipo psicológico.

¿Nos hieren? ¿Por qué nos hieren? ¿Será que tenemos celos, será que nos han herido el amor propio, será que nos han herido el orgullo, la vanidad, o qué? Cuando uno descubre que tiene un defecto psicológico, tiene también la oportunidad para desintegrarlo, para reducirlo a polvareda cósmica. Eliminando nuestros errores, nuestros defectos, un día de esos tantos podremos lograr el despertar de la conciencia, ya no reaccionaremos como seres débiles ni quebradizos y más las mujeres que somos tan sensibles y susceptibles, a la primera palabrita mal dicha ya estamos hechas un mar de lágrimas.

Desgraciadamente, la gente no quiere eliminar sus defectos; dicen: “Yo soy iracundo, ése es mi modo de ser”. Otro dice: “Bueno, yo soy celoso, así soy, ¿y qué?” El de más allá exclama: “¡Yo soy lujurioso, me gustan las mujeres; así soy, así nací, ¿y qué?”… Con ése modo de pensar, con ése modo de sentir, no es posible lograr una transformación verdadera ni rescatar una relación que pudiera ser valiosa. Cuando uno reconoce que tiene un defecto psicológico debe eliminarlo. Pero uno viene a descubrir que tiene tal o cual error, precisamente en la casa, en el hogar, por eso es que el hogar sirve de Gimnasio Psicológico para conocernos y tratar de ser mejores.

Muchos señores se quejan de sus mujeres: Que son irascibles, que son celosas; y desean conseguirse otra mujer que sea un Paraíso, que sea un Ángel bajado de las estrellas, etc. No quieren entender que el hogar es un “Gimnasio” extraordinario, y que es allí donde podemos todos autodescubrirnos. Precisamente en el hogar tenemos la oportunidad para descubrir nuestros errores, y si lo logramos, conseguiremos el despertar de la Conciencia, dejamos de ser los mismos seres enfermizos que hasta lo que no comemos nos hace daño.

Hay que aprender a amar amigas lindas, digo; en la casa debe reinar siempre la comprensión entre el hombre y la mujer; no debe esperar el hombre que la mujer sea perfecta; tampoco la mujer puede aspirar que el hombre sea un “príncipe azul” hay que aceptar las cosas como son, y tener al hogar como una escuela donde podemos auto-descubrirnos y aprender a ser seres totalmente diferentes.

A medida que nosotros vayamos eliminando tantos y tantos defectos psicológicos que tenemos, la felicidad del hogar irá aumentando; y si un día nos tocó sufrir mucho, después ese hogar se convertirá en un verdadero paraíso terrenal, con amor, respeto, ternura, sexualidad madura y responsable...

¡Todo un cielo, como si fuera en la tierra!

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

jueves, 17 de junio de 2010

¿Miedo de volver a amar?




¿Miedo de volver a amar?

Dicen que de los grandes amores, siempre hay mucho que aprender, sobre todo si éstos perduran en el tiempo. Y la verdad, el que dos seres se sepan conservar, se sepan amar mucho o mejor por muchos años, es algo digno de admiración, valor y respeto. ¡Es algo hermoso!, sobre todo el envejecer al lado de quien más amas en la vida ¡Tu pareja de siempre!, quien te entiende, te comprende, de aguanta con infinita paciencia, te sabe confortar en los momentos tristes, te conoce los gustos y los disgustos, conoce tus conductas, tus reacciones, tus esfuerzos, tu manera de pensar, de sentir y hasta tu forma de roncar en la cama.

Es un arte saber amar, y benditos son los seres que se aman, pero cuando las cosas no salen como las esperabamos o como las planeamos, se apodera de nosotros una gran tristeza, una gran desesperación, una gran frustración, pero sobre todo... una gran desconfianza y un terrible miedo de volver a amar.

El desamparo emocional atrapa al alma, las lágrimas inundan los ríos de todo nuestro ser, ¿Cómo es posible que después de haber amado tanto a una persona, tenemos que resignarnos a perderla y aprender a aceptar que ya no está y que tenemos que desprendernos y despedirnos de ella para dejarla ir, soltarla y dejarla partir?

Es menester aprender a cerrar ese capítulo de vida para poder iniciar el que sigue, pero no olvidar cerrar bien la puerta y asegurarnos de que que no hay regreso posible al pasado, porque si la dejamos abierta, siempre estaremos volteando hacia atrás, con el corazón destrozado y queriendo volver. Pero aquí hay una pregunta: ¿Para qué volver con una persona que te mostró su marcado desinterés?

No es posible, ni cómodo ni grato para nadie, quedarse fijado, estancado y añorando lo que ya se fue, no importan los motivos, ni las circunstancias por las cuales se haya producido la ruptura sentimental. El pasado ya se fue, ya no está, está muerto y enterrado y ya no tiene regreso posible y en cambio la vida debe continuar, ¿Pero porqué las mujeres (algunos hombres también), estilamos cerrar la puerta del corazón cuando alguien nos quedó mal, nos traicionó o nos fue infiel?

¿Será justo que otros seres del mundo paguen por lo que un ser del mundo nos hizo?, y la verdad es que tampoco es comprensible que a uno le tenga que doler la cabeza porque el otro se portó mal... ¡Se portó mal y que le vaya bien y bonito, pero déjalo ir! ¿Porqué seguirle dando tanta importancia o seguirle rindiendo tanta pleitesía a quien no lo merece? ¡Puf; ni que valiera tanto la pena!

Es noble y de sabios reconocer que a veces se gana más al saber perder. ¿Que vamos a seguir sufriendo por un rato? ¡Sí!, pero con paz. Esperar un poco a que el tiempo cobre su obra para reconstruirte, levantarte y recuperar tu fe, tu valor, tu dignidad, tu fuerza y en el ínter regalarle al otro, lo que se perdió, que al fin de cuentas, todo lo que damos en esta vida, sea bueno o malo, tarde o temprano regresa a buscarnos, por eso es tan importante no perder la serenidad, saber que no todo es para siempre y que si podemos asimilar con calma lo que somos en esencia y de lo que somos capaces ¿Qué sentimiento pudiera sucedernos para lo cual no estemos preparadas?

Hay muchas mujeres que después de un fracaso sentimental, no quieren volver a saber nada que huela a amores,a sentimientos, a hombres y mucho menos a lo que ellas consideran como "halagos traicioneros", se vuelven unas hermosas ostras enclaustradas en sus mutismos color de nacar y se transforman en dulces perlas preciosas, que a la postre terminan por saberse amargas o mejor dicho, ¡Amargadas! con un terrible miedo de volver a amar, de volver a querer, de volver a entregarle su corazón a un nuevo amor.

Por supuesto que el tiempo no espera a nadie, y aquella mujer que se ha quedado atrás por miedo de volver a amar, que se ha quedado estancada en el pasado lamiéndose las viejas heridas sentimentales o sobándose el amor propio herido, se perderá de muchas y muy hermosas oportunidades de ser feliz. El mundo no se termina porque se terminó una relación, seguro vendrán otras relaciones mejores, más valiosos y más duraderas, por eso es tan importante saber seleccionar la tierra fértil dónde se va a depositar la semilla para sembrar y poder algún día cosechar los frutos de joyas que tanto anhela el corazón divino de toda mujer, sobre todo la de aquella mujer que con dolor... ¡Excelsamente aprendió a amar!

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

miércoles, 16 de junio de 2010

Mujeres bien vestidas... ¿O desvestidas?



Mujeres bien vestidas... ¿O desvestidas?


En articulos anteriores hemos visto cómo el último grito de la moda siempre quiere estar en la cumbre del placer de todas las mujeres exigentes, a la vanguardia de sus gustos, estilos y caprichos de estación. Pero hay algo más que mencionar, un fenómeno social muy femenino y bastante discutido por algunos críticos, fanáticos y curiosos muy famosos de la imaginación más sofisticada que por cierto no dejan nada a la imaginación.

Me refiero enfáticamente a los diseñadores de modas que no respetan mucho la cultura, ni el credo, ni la nacionalidad, ni la edad, ni la ocasión. Pues lo mismo confeccionan y venden sus productos y prendas refinadamente elegantes para ceremonias especiales, que para fiestas caseras o casuales o mejor dicho informales. ¡Y todas con sus precios por las nuves!, viva Dios en las alturas, mientras aquí en la tierra algunas mujeres piden una escalera para alcanzar aunque sea... las "ofertas" de la marca.

Pero hay quienes sí pueden darse esos lujos y qué bueno que así sea, mientras otras mujeres solamente se concreten a hacer su maestría y hasta su doctorado en observación y quedarse "nomás mirando". Sin embargo...

Hay algo más serio que merece toda nuestra atención. La moda del vestido, o del vestuario femenino se ha desvirtuado. Hay modelos muy hermosos pero tan densamente poblados de bordados en pedrería y cristales que las chicas jovenes (principalmente), quieren lucir a todas horas del día y en todos lados o en toda ocasión. No esperan ir a la disco o al antro para ponerse sus vestidos ostentosos y escotados... ¡Los usan en la calle, o para salir de compras!

Es innumerable la cantidad de mujeres que han hecho de la moda, un verdadero desastre y es que en gustos (dice un dicho), se rompe el molcajete, por no decir géneros. Pues cuando vamos por la calle, lo mismo vemos a una chica con minifalda que con un shorts bastante cómodo pero bastante cortito, o con un pantalón todo roto, bastante desteñido y muy ajustado que hasta parece que en cualquier agachadita se les quedará todo a la vista libre y la verdad es que a eso se exponen y cabe preguntar: ¿Realmente la mujer andará cómoda con ese tipo de vestuario?

Lugares hay muy cálidos en algunos paises, que como excusa y pretexto para vestir "a la despreocupé" es válido para la mujer, pero eso no la exime de sus responsabilidades de cuidar su presentación adecuada, o mostrar una apariencia por lo menos más "decente" ante el género viril, que por su naturaleza humana, siempre está al acecho, o mejor dicho dispuesto para la cacería. ¿De qué se quejan entonces estas mujeres cuando les sucede una desgracia? ¡Culpan al hombre!, el chivo expiatorio que les queda más cercano en vez de aceptar que por lo pronto deberán aprender a cubrirse más el ombligo o no mostrar todas las pompas o las bubis de manera descuidada por no decir, de manera descarada.

El andar luciendo pues, un vestido hermoso pero muy abierto de todos lados, o un costoso y elegante short pero demasiado cortito, o un pantalón de marca, muy caro por cierto, pero que a la mujer se le sale toda la humanidad de su piel por todos los hilos rotos, no es andar bien vestida, sino perfectamente estrafalaria, ridícula y mal vestida o desvestida y que además es hora de que entiendan, que en el buen vestir naturalito, sencillo, adecuado y muy personalizado, salta a la vista el buen gusto, la elegancia nata, las buenas maneras y por supuesto, el respeto a sí misma primero, en su forma de ser y de vestir que posee para ella y por ende para todos los demás. Eso es todo.

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

martes, 15 de junio de 2010

¡La mujer y sus accesorios!




¡La mujer y sus accesorios!

Es muy evidente y notoria la preferencia que todas las mujeres tenemos por el uso de los cosméticos, los estilos de vestir, de calzado, los bolsos, los peinados, las modas y también por el poderoso detonante que causa el uso de los famosos accesorios para dama, pues sin éstos, nada luciría igual, o cualquier mujer pensaría o sentiría que faltó algo en su arreglo personal, y esto es el complemento de su look, el toque femenino o final para lucir muy bella ante los demás, pero…

Aquí cabe hacernos una pregunta importante:
¿Realmente la mujer se arregla siempre para lucir hermosa ante los demás?

Imaginemos que vamos a levantar una encuesta a muchas mujeres, y en dicha encuesta va inmersa la pregunta obligada: ¿Para quién te arreglas todas los días?. Algunas mujeres responderán enseguida: “Pues para lucir bonita”, otras contestarán: “Para que mi novio me vea hermosa”, y las señoras casadas seguramente dirán: “Porque quiero llamar la atención de mi esposo” y las amantes valientes seguramente no lo dirán pero lo pensarán, y no sólo pensarán que se arreglan para llamar la atención de su amado, sino para conquistarlo y hasta para retenerlo a su lado.

La coquetería y vanidad de toda mujer, es algo tan espontáneo que ella no lo planea, no lo forja, no lo invoca, ni anda preparando nada mentalmente antes de que salga el sol… ¡Para nada!. La vanidad de la mujer es hija de su tiempo y morirá quizá también en su tiempo, porque ella existe por naturaleza humana desde los tiempos más remotos y arcaicos, desde las épocas primitivas en todas las latitudes de este mundo, siempre la mujer se fascina con los accesorios y sus millones de usos y estilos dependen de cada cultura.

Recordemos a la Grecia primitiva, las mujeres ya llevaban en los cuellos y brazos sus joyas de oro y jade, ya se envolvían en sus hermosísimas telas de lino y bordados selectos, no sin dejar de reconocer que lucían muy bonitas con sus broches de brillantes sobre el pelo o mínimo listones de seda enredados sobre la faz de sus trenzados. Recordemos a las Diosas mitológicas, siempre engalanadas con brazaletes de oro macizo, grandes collares y aretes de rubíes y diamantes colgantes hasta los hombros.

¿Y qué decir de la época dorada de Roma? También las mujeres de esa época lucían sus brazos cuajados de joyas, sobre todo las mujeres de la nobleza, las esposas e hijas de los gobernantes de la época. Y me viene a la memoria en este momento la vida de María Magdalena, la discípula de Jesús el Cristo, que en un tiempo de su vida (antes de conocer a su maestro), fue muy acaudalada, muy ostentosa, muy vanidosa, muy elegante y muy discutida por todos. Ella se despojó de todos sus bienes, regaló su cofre de tesoros, se volvió muy humilde para seguir al Gran Kabir.

Pero volvamos a la era contemporánea y pongamos los pies sobre la tierra de la vida moderna, ¿cómo lucen las chicas de hoy?, nuestras hijas y nietas no se quieren quedar atrás y buscan la manera de continuar las tradiciones milenarias. Todas las mujeres hemos contribuido de alguna manera con nuestros ejemplos a las nuevas generaciones, pero…

Eso no es lo trascendental por supuesto, sino los hábitos, las costumbres, los vicios, las conductas que causan a veces una obsesión enfermiza cuando no se le puede suministrar la droga que nos pide la vanidad. Todas las chiquitas de hoy, y las no tan chiquitas (también algunos hombres) quieren andar deslumbrando con sus metales colgados hasta por las orejas, en el cuello, en los brazos, en la cintura, en el pelo. Piercings en los labios, en las cejas, en la nariz y hasta cadenas de brillantitos en los tobillos y en sus pies. ¡Por Dios! ¿Qué nos pasa?, al paso que vamos, no tardaremos mucho en convertir a la moda en un ente metalizado. Ah, pero tenemos una disculpa, ¡Todos queremos lucir bien! ¿Será que sin accesorios no se puede vivir, o se luce tan mal?.

Pensemos en ésto mis caras amigas, cuando llegamos a este mundo no traíamos ni un triste alfiler, y cuando nos toque regresar, tampoco nos llevaremos ni una aguja siquiera. Entonces no es tan necesario gastarnos y desgastarnos por conseguir lujos y metales que la mayoría de las veces hasta manchan la piel y en otros casos causan alergias, comezones y enrojecimientos severos.

¿Quieres lucir hermosa?, aprende a pulir tu mejor accesorio natural que es tu hermosa sonrisa de mujer y punto.

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

lunes, 14 de junio de 2010

¡La pareja perfecta!




¡La pareja perfecta!

Una pregunta del tiempo hoy está nuevamente muy de moda: ¿Porqué es tan difícil encontrar a una pareja perfecta?. Al respecto tenemos una extensa variedad de respuestas, supuestos y opiniones que no satisfacen ni convencen a los reflexivos seres que siguen buscando con afan precioso a su media naranja, o mejor dicho... ¡A su naranja completa!

Algunos otros más realistas y menos soñadores se preguntan con incrédula confianza que hasta da la impresión que padece de anemia espiritual: ¿Realmente existen las parejas perfectas en este mundo?... ¡Por supuesto que existen!, pero... ¿Dónde están?, ¿Cómo son?, ¿Cómo le hicieron para encontrarse? y lo más interesante: ¿Cuál es la magia de su permanencia, o de que su amor vaya en aumento?

Cabe aquí mencionar a un gran humanista iniciado, poeta y dramaturgo Francés del Siglo XVIII, llamado: Víctor Hugo (1802-1885), que con respecto al hombre y a la mujer, dijo textualmente lo siguiente:

El hombre es la más elevada de las criaturas,
La mujer es el más sublime de los ideales,
Dios hizo para el hombre un trono; para la mujer un altar,
El trono exalta; el altar santifica,
El hombre es el cerebro,
La mujer el corazón,
El cerebro fabrica la Luz; el corazón produce el Amor,
La Luz fecunda; el Amor resucita,
El hombre es fuerte por la razón,
La mujer es invencible por las lágrimas,
La razón convence; las lágrimas conmueven,
El hombre es capaz de todos los heroísmos,
La mujer de todos los martirios,
El heroísmo ennoblece; el martirio sublimiza,
El hombre tiene la supremacía,
La mujer la preferencia,
La supremacía significa la fuerza; la preferencia representa el derecho,
El hombre es un genio,
La mujer un ángel,
El genio es inmensurable; el ángel indefinible,
La aspiración del hombre es la suprema gloria,
La aspiración de la mujer es la virtud extrema,
La gloria hace todo lo grande; la virtud hace todo lo divino,
El hombre es un código,
La mujer un evangelio,
El código corrige; el evangelio perfecciona,
El hombre piensa,
La mujer sueña,
Pensar es tener en el cráneo una larva; soñar es tener en la frente una aureola,
El hombre es un océano,
La mujer es un lago,
El océano tiene la perla que adorna; el lago la poesía que deslumbra,
El hombre es el águila que vuela,
La mujer es el ruiseñor que canta,
Volar es dominar el espacio; cantar es conquistar el alma,
El hombre es un Templo,
La mujer es el Sagrario,
Ante el Templo nos descubrimos; ante el Sagrario nos arrodillamos.
En fin: El hombre está colocado donde termina la tierra,
La mujer donde comienza el cielo.

Creo que a este gran novelista Francés, no le faltó por decir nada en su hermoso poema "El hombre y la mujer" y al leerle, algunas almas se alimentan en un suspiro para expresar con el corazón abierto: ¡Bendita sea la pareja ideal o perfecta.!, ¡Bendito el amor! y ¡Benditos los seres que se adoran!

Pero como nosotros no somos ni novelistas, ni cuentistas, ni poetas, ni dramaturgos, ni nada que se le parezca, tenemos que abrazarnos fuertemente de nuestro aspecto humano, reconocer que tenemos errores y conductas que debemos modificar, estilos de vida que cambiar. Dejar de esperar más de lo que el otro puede darnos, poner más de nuestra parte para entender las debilidades ajenas y aprender de sus fortalezas. Desarrollar más la fe, la confianza, el entusiasmo (en algunos casos la espera), la comunicación y la visión para nuestra pareja y pensar que estamos a su lado por alguna poderosa razón de Dios, que quizá sea ayudarle a crecer, a resolver sus problemas, no para darle más.

Por lo tanto mis amigas lectoras, no se trata de ver quién ama mucho o quien ama mejor, ni de estar despellejando vivo al prójimo señalándole sus errores durante los procesos de conocimiento, adaptación y consideración que conllevan a la amistad, al noviazgo, al matrimonio o al amasiato ¿Qué importa el nombre que querramos darle?, si lo mismo se trata de buscar el crecimiento, el progreso... ¿Y porqué no decirlo así?: ¡La perfección como pareja!

Sin embargo y ya para terminar, como nadie es tan perfecto como para no cometer un error, entonces aprendamos de los errores, pues a la postre, son los que más dolor causan o generan al ser humano y también del dolor se aprende: Gracias al dolor, aprendemos a exigir, a tocar puertas, a abrir caminos a nuestro entendimiento, lo demás señoras hermosas... ¡Sólo son tropiezos de enseñanza! ¿y que algunas tenemos que seguir aprendiendo solas? ¡Qué importa!, ya llegará el principe azul que nos aguante tal cual somos, porque después de todo... ¿Quién dijo o dónde está escrito que debamos ser perfectas?

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

sábado, 12 de junio de 2010

"De profesión... Mamá"



"De profesión... Mamá"


"Un día fui a sacar el registro de conducir y la oficial que tomaba los datos, me pregunto cuál era mi ocupación. No supe cómo etiquetar mi trabajo de "madre" ni qué responder. Al percatarse de esto la oficial que tomaba los datos me dijo: "Me refiero a si trabaja usted o es simplemente, es una..." -Claro que tengo un trabajo, le contesté- soy una mamá".

A lo que la oficial respondió: "No ponemos mamá como opción, vamos a ponerle "ama de casa", fue la respuesta enfática de la oficial. Había olvidado por completo esta historia hasta que un día me pasó exactamente lo mismo, sólo que ésta vez, en la oficina de un banco. La funcionaria era obviamente una mujer de carrera, eficiente, de mucha postura y tenía un título muy despampanante que decía: "Interrogadora Oficial" -¿Cuál es su ocupación?", me preguntó ella. ¿Qué me hizo contestarle ésto?, no lo sé, pero las palabras simplemente salieron de mi boca: -Soy una "Investigadora Asociada en el campo del Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas."

La funcionaria se detuvo, el bolígrafo quedó congelado en el aire y me miró como si no hubiese escuchado bien. Repetí el título lentamente, poniendo énfasis en las palabras más importantes. Luego, observé asombrada cómo mi pomposo anuncio era escrito en tinta negra en el cuestionario oficial. -¿Me permite preguntarle? -dijo la funcionaria, con un aire de interés- - ¿Qué es exactamente lo que hace usted en este campo de investigación?"

Con una voz muy calmada y pausada me escuché contestarle: -Tengo un programa continuo de investigación (¿qué madre no lo tiene?) en el laboratorio y en el campo (normalmente me hubiera referido a lo anterior como adentro y afuera). Estoy trabajando para mi maestría (la familia completa) y ya tengo cuatro créditos (todas mis hijas). Por supuesto que el trabajo es uno de los que mayor demanda tiene en el campo de humanidades (¿alguna madre está en desacuerdo?) y usualmente trabajo 14 horas diarias (en realidad son más... como 24). Pero el trabajo tiene muchos más retos que cualquier trabajo sencillo y, las remuneraciones más que económicas están ligadas al área de la satisfacción personal...

Se podía sentir una creciente nota de respeto en la voz de la funcionaria mientras completaba el formulario. Una vez terminado el proceso, se levantó de la silla, personalmente y me acompañó a la puerta. Al llegar a casa, emocionada por mi nueva carrera profesional, salieron a recibirme tres de mis asociadas al laboratorio, de 13, 7 y 3 años de edad. Arriba podía escuchar a nuestro nuevo modelo experimental, en el programa de desarrollo infantil (de 6 meses de edad), probando un nuevo programa de patrón en vocalización... Y me sentí triunfante!-

¡Le había ganado a la burocracia! Había entrado en los registros oficiales como una persona más distinguida e indispensable para la humanidad que sólo "una madre más"...

La maternidad: que carrera más gloriosa, especialmente, cuando tiene un título en la puerta. MADRE, AMA DE CASA o "Investigadora Asociada en el campo del Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas. Tú eliges."

Enviado por:
Angel Pablo Pinazo Astudillo

jueves, 10 de junio de 2010

¿Cómo es el amor de una mujer?



¿Cómo es el amor de una mujer?


Me supongo que por alguna poderosa razón, el ser humano de nuestro mundo, establece códigos y códices para etiquetar con gala y pompa cada motivo de su vida o cada ocasión cualquiera que sea, siempre, dependiendo de qué tan representativa sea para cada cual. Por ejemplo en el caso de las mujeres, la forma que tenemos la mujeres para expresar nuestro amor. Nosotras no tenemos que esperar a que se llegue el 14 de febrero de cada año, para hacer nuestras demostraciones de cariño, ¡no, para nada!, nosotras las mujeres expresamos nuestro cariño todo el año completo.

Pero es difícil coincibir por qué, o por quién fue seleccionado un sólo día del año para celebrar y rendir honor a un sentimiento tan hidalgo, coloso y guerrero como es ese álito o soplo divino llamado: "Amor", que emanado de la mujer, se convierte en un trono, un dominio de la vida que se manifiesta en cada latido de nuestro corazón, en cada inhalación y exhalación, en cada sístole y diástole de la existencia femenina, se manifiesta en cada flujo y reflujo de todo movimiento femenino, de la vida universal misma que la mujer ha inventado dentro de su ser para extender su cariño hacia todos los límites de su ser.

No lo entiende la gente, que no es para vivirse y celebrarse unas horas al año solamente, sino para sentirse en el tiempo y mas allá del tiempo que ha sido nuestro, desde la eternidad, fuera de toda concepción, fuera de toda lógica, fuera de toda tesis y antítesis, porque el Amor es en si mismo: La Síntesis del Conocimiento Universal mas divino, es la vida, es conciencia, e in-con-dicionalidad, es comprensión creadora, es luz, fuerza, esperanza, y fe, es…EL ES… y …EL ES EL….lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será. Sin fechas especiales, sin etiquetas, ni títulos ni cartones, y quien sabe darlo de esa manera tan exclusiva e incondicional, es la mujer.

El Amor que siente la mujer por todo y por todos los que le rodean, es como un pájaro de albo plumaje que planea majestuoso, es libre y autónomo en pos de su propio latido, la mujer no dosifica ni lo cosifica, no lo parcela ni lo encarcela, no lo claustra, no lo sujeta a nada, ni a nadie, o lo asfixiaría, no movería sus alas, no cantaría, y moriría en su propio sopor.

El amor que siente la mujer de nuestro mundo, es como la fresca risa de un niño, con coraza de inocencia y candor, se nutre de su mas elevada y fantástica imaginación que es comprensiva y creadora, teniendo como único escudo de protección, a la más excelsa y pura ternura que desarma a cualquiera, enaltece y se convierte en antídoto…contra el amor no lo hay…¿De qué otra forma se puede reaccionar ante el amor, sino con amor mismo?

¡Salve!... Oh Dios…. Al Amor en su máxima expresión… -Sí…El amor mismo que irrada toda mujer, por tratarse del ingrediente de más exquisito sabor y de más alto y refinado protocolo, sencillo y sincero chackty potencial en el platillo principal que es: El banquete de la creación y la vida en todas sus manifestaciones: Una hermosa voz, una dulce sonrisa, música, poesía, filosofía, ciencia, arte y mística como pilares principales de toda evolución nutriente y crecimiento en su humilde corazón de la mujer que ha aprendido amar y que al hacerlo, la mayoría de las veces, no espera reciprocidad, más que la dicha enorme de darse entera en cuerpo, alma, sentimiento y razón. ¿Para qué esperar mejor correspondencia?


Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

lunes, 7 de junio de 2010

¿Por qué culpar a otros de nuestros errores?



¿Por qué culpar a otros de nuestros errores?

Hablar de las tácticas indiscutibles que toda mujer procesa en su pensamiento antes de hablar, es incursionar en un océano de supuestos que no existen y observar incluso, que su mente contempla posibilidades en cuestión de segundos, con una agilidad y una seguridad increíble.. Quizá por ello habemos algunas mujeres (me incluyo), que siempre creemos tener la razón, sin siquiera dejar hablar a los otros… no damos oportunidad ni siquiera a que se defiendan los pobres y nos los devoramos vivos. Tal es el caso de nuestra invitada de hoy, que nos dice en su carta:

“Yo era feliz con mi esposo, teníamos 14 años de casados y dos hijos adolescentes hermosos. Nuestra situación económica no era envidiable pero no nos faltaba nada, y hasta podíamos darnos algunos lujos tales como: Tener a nuestros hijos en un colegio particular y esas cosas. Al morir mi cuñada, su único hijo (sobrino de mi marido), se vino a vivir con nosotros, éramos una familia unida, muy integrada, comunicativa y “aparentemente” muy feliz, hasta aquella tarde en que apareció entre las ropas de mi marido un mensaje escrito en una servilleta: “Te espero a las 8 de la noche, en el lugar de siempre”. Sentí que todo mi mundo se vino abajo, me sentí enajenada de dolor, de rabia, de tristeza, de sentimiento, de impotencia y desesperación.

¿Cómo era posible que mi amado esposo me hiciera esto?, jamás me dio motivos para dudar de su amor, ni de su integridad, ni cuando éramos novios, mucho menos después de casados que se volvió más cariñoso, responsable, buen compañero y un excelentísimo padre con nuestros hijos.

No sabía que hacer ni cómo reaccionar, estuve todo ese día pensando cómo abordar el asunto que para mí era tan bochornoso, tan aplastante y tan injusto, no me salían las palabras y tampoco quería hacerle una escenita de celos. Estuve tan triste, tan apagada y tan deprimida que creo que no lo pude ocultar y fue él quien a los dos días me preguntó qué me pasaba y le dije que nada, que me sentía un poco indispuesta pero que se me pasaría.

Con aquella duda que me carcomía el alma, dejé pasar una semana, esperando el momento preciso para vomitar sobre su presencia todas mis indigestiones, pero no pude hacerlo porque para mi doble desconcierto y desconsuelo, encontré nuevamente un segundo comunicado amoroso, pero esta vez por debajo de la puerta: “Gracias por los hermosos momentos que pasamos juntos, te espero hoy, donde siempre. Soy tuya y te amo”. Ya no pude más, agarré a mis hijos y sin darle ninguna explicación, me fui al pueblo a recogerme con mis padres, llevaba mi dignidad de mujer, hecha pedazos, mi alma ausente y mi corazón destrozado, no podía llorar, pero sentía que algo muy grande había muerto dentro de mí.

Pasaron muchos días sombríos, la vida del campo, mi familia y ver a mis hijos contentos al lado de sus abuelos, hicieron que mi pena fuera menos pesada mientras esperaba que “Aquél hombre bígamo” apareciera y fuera a buscarme, pero no fue así. Al mes de haber abandonado yo mi hogar sintiéndome la mujer más miserable de este mundo, llegó hasta el pueblo la triste noticia de que a mi esposo lo había asesinado una mujer de procedencia “dudosa” que había involucrado al sobrinito (menor de edad) en el mundo de la prostitución y las drogas. Sentí que el mundo me aplastaba…No entendía lo que había pasado ¿Qué tenía que hacer el sobrino involucrado con una mujer mucho mayor que él, y en esa vida que yo jamás me imaginé? ¿Y porqué mi esposo nunca me dijo nada? ¿Cuál era el triángulo misterioso que yo ignoraba? ¿Qué pasó? ¡Me estaba volviendo loca!

Dos días después supe que nunca existió tal triángulo; y fue mi propio sobrino quien arrepentido y bañado en lágrimas me comentó todo; aquellos mensajes que misteriosamente mi esposo guardaba en su bolsa no eran para él, sino para mi propio sobrino, y que tal vez mi amado esposo en su momento, y en el afán de no preocuparme me lo ocultó, sabiendo que nuestro sobrino andaba en “malos pasos”, prefirió enfrentarlo él sólo y le costó la vida. Ahora el muchacho purga sus culpas en un Tutelar para Menores, y allí permanecerá hasta que sea mayor de edad o hasta que se reivindique totalmente.

Han pasado ahora cuatro años y no puedo olvidar que por orgullo, por cobardía, por callarme o por mis celos estúpidos compliqué más las cosas y que si yo hubiera tenido más confianza en mí misma y en mi marido, mis hijos no se hubieran quedado sin padre. Comparto mi historia en tu página para todas aquellas mujeres que como yo, tergiversamos las cosas cuando creemos tener la razón y vemos lo que no es, agregamos supuestos que no existen y que muchas veces son tan graves y tan injustos que tenemos que pagarlos con dolor, lágrimas, soledad y luto en el alma. Mis hijos preguntan por su padre, creo que el tiempo se encargará de darme valor para hablarles algún día con la verdad. Tu amiga la viuda arrepentida.”

Agradezco sinceramente el valor que ha tenido esta noble mujer para compartirnos su historia, su cartita está al aire y como es su deseo, mi respuesta inmediata en su correo personal.

A mis amigas lectoras: Si desean comentar esta carta, vuestras aportaciones serán valiosas y bienvenidas a ésta… vuestra casita virtual.

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

sábado, 5 de junio de 2010

Cómo preparar a mi hija para la pubertad


Cómo preparar a mi hija para la pubertad

La pubertad es una etapa que suele ser algo complicada sobre todo para quien la esta experimentando, debido a que aparecen toda una serie de cambios (físicos, emocionales y sociales), los cuales se presentan para los chicos y chicas como de golpe y sin aviso.

Incluso para los padres, ésta situación puede ser un tanto conflictiva, sobre todo por su vulnerabilidad emocional; así que en ocasiones sólo nos queda esperar a que este proceso pase pronto.

Esta actitud no es la adecuada, al contrario, la pubertad como todas las otras etapas por las que han pasado nuestros hijos, deben de ser agradables y disfrutables, tanto para ellos como para nosotros los padres, y la mejor manera de lograrlo es con preparación anticipada.

Previamente y poco a poco, se deben ir encontrando los momentos oportunos para hablar con los hijos pubertos, sobre todo de aquellos cambios naturales que van tener, empleando quizás más tiempo y dedicación a las niñas, de tal manera que comprendan y se sientan cómodas con lo que les ocurrirá en sus cuerpos.

La pubertad en las niñas tiende a comenzar entre los 9 y los 16 años. El inicio de los períodos menstruales (menarquia) es uno de los signos más visibles de la entrada en la pubertad. Antes de la llegada de la primera menstruación, la niña suele experimentar:

• Crecimiento rápido, en especial aumento de estatura.
• Agrandamiento de las mamas.
• Crecimiento de vello en el pubis, axilas y piernas.
• Secreciones vaginales claras o blanquecinas.
• Ensanchamiento de las caderas.

Cambios emocionales y sociales:
Las chicas al igual que los muchachos pasan de la alegría a la tristeza de un momento a otro, quieren más independencia y privacidad. Sus relaciones con amigos y familiares frecuentemente cambian. Puede ser que se enamoren, empiecen a tener citas, experimenten sentimientos sexuales, se enfrenten con la presión de los amigos y comiencen a preocuparse por su apariencia física y la autoestima.

* Ante todas estas manifestaciones, las niñas necesitan estar preparadas. Se debe comenzar a hablar con ellas desde que están en cuarto o quinto grado(9-10 años).

Aunque no lo creamos, ellas en realidad quieren oír de mamá, todo acerca de lo que les va a ocurrir.

* Es importante que ustedes amigas, se sientan lo más cómodas posible con la información que les proporcionen a sus hijas.

* Proporcionar información adaptada a su edad y capacidad de comprensión.

* Hablar con la verdad.

* No escandalizarse ante las preguntas de la hija, ni se les ocurra darles largas porque resulta violento hablar sobre el tema. Probablemente son las mismas preguntas que tenían ustedes a su edad, y que ahora tienen la oportunidad de responder tan bien o mejor que cuando se las respondieron a ustedes.

* Háblenles a sus hijas de la pubertad, basándose en sus experiencias personales; esto además de ayudarles a prepararse para los cambios que le sucederán, también les permiten saber que ustedes están disponibles para darles apoyo durante esta etapa.

* Acerca del primer período menstrual, deben hacerles sentir que éste, es un evento muy importante, ya que muestra su crecimiento e indica que se ha convertido en mujer.

*Asegúrense también de que esté enterada que una vez que tiene el período menstrual puede procrear, pero que sin embargo para tener hijos se necesita que el cuerpo y la mente alcancen cierta madurez.

* Démosles a nuestras hijas algunos libros que ellas puedan consultar para responder sus preguntas en privado.

* Indíquenle unos ejemplos prácticos sobre qué puede hacer ella si le llega su primer período cuando esté fuera de casa.

Una vez que se haya hablado con la debida paciencia y anticipación con la hija acerca de la pubertad, su llegada no será una experiencia frustrante y sobre todo sabrá que ella puede contar con contigo.

Aportación especial:
"http://www.elkiosko.com.mx/

viernes, 4 de junio de 2010

Mujeres embarazadas



Mujeres embarazadas.

Si alguien en este mundo, conoce a la perfección lo que significa la palabra "ternura", que equivale a una enorme sensibilidad y una gran sutileza, es la mujer embarazada, ya que la maternidad le otorga a la mujer el "Don" de percibir éso... lo más sutil y hermoso de la naturaleza, empezando por el tesoro de oro que se gesta en su vientre. La maternidad embellece a la mujer, la sublimiza, la enternece, la ennoblece por tratarse de un ciclo o estado de infinita dulzura. Pero veamos porqué sucede este fenómeno de tanta sensibilidad durante el período de gestación, es interesante saberlo, a manera de cultura general.

Es obvio que no todas las mujeres presentan los mismos síntomas durante un embarazo, que lo clásico sería: Mareos, sueño, apetito, ansiedad, sensación de abultamiento en mamas, caderas, vientre y un enorme deseo de antojos... ¡Huy esos antojos!, que las fresas con crema, que el mango en tiras y con polvito de picante, que el jitomate partido en cuatro pedazos, las manzanas verdes, y todo lo que implique comer aciditos, ¿porqué los aciditos se antojan tanto?

Una explicación científica muestra que esos antojos de consumo de alimentos aciditos, son provocados por la hormona del embarazo llamada: Gonadotropina ciriónica humana, que es la sustancia que detecta el embarazo en todas las pruebas que se hacen las primeras semanas en los laboratorios, a través de la orina y de la sangre de la mujer, entonces allí está la razón. Los primeros días hay más ansiedad por consumir ese tipo de alimentos porque el mismo organismo nos lo pide y hay que complacerlo, o el bebé nacerá con cara de mango o con orejas de fresa -dicen- ¿lo han escuchado ustedes?, sin embargo está demostrado que eso sólo es un mito, una falacia y nada tiene que ver con los antojos que definitivamente se deben a otra cosa como hemos visto.

Además hay otra cuestión interesante de señalar aquí y ahora. La mujer embarazada se vuelve más protectora, más dada a las cuestiones de mimos y caricias maternales, se prepara para derramar en su hijo, todo el cúmulo de sensaciones amorosas que viste su instinto maternal de color púrpura en el corazón, pero tambien existe otra posibilidad de que otras mujeres sientan lo mismo sin estar embarazadas, veamos:

Dicen algunas personas que hay mil quinientas maneras de ser madre biológica y otras mil quinientas para sentir lo mismo cuando se es madre adoptiva, pero la pregunta es: ¿Qué se siente ser madre sin haber estado embarazada? Se puede ser madre involucrando o no nuestro cuerpo, pero todas las maneras de ser madre, implican el ser madre y parir un hijo en vivo, en directo y a todo color o parir un niño de oro desde el corazón ¿cuál es la diferencia?

Ustedes tienen la palabra amigas lectoras,

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

miércoles, 2 de junio de 2010

¡Mujeres exitosas... y solitarias!


¡Mujeres exitosas... y solitarias!


Afirman que ellas pagan el costo del triunfo laboral. Aunque cada vez las mujeres destacan más en el área profesional, expertos ven obstáculos para su vida familiar. Para los hombres, balancear su trabajo y su vida personal nunca ha representado una gran encrucijada. Es natural para ellos tener una carrera absorbente y una familia que atender. No tienen que escoger entre una cosa u otra.

Sin embargo, para las mujeres la historia puede ser diferente. Y es que difícilmente ellas pueden acceder al triunfo profesional, que demanda horas, esfuerzo, talento y a la vez, tener el tiempo suficiente para formar una familia. Las altas expectativas que estas mujeres tienen para ellas mismas, el enfrentar posturas machistas y, sobre todo, su largo horario de trabajo, representan sus mayores obstáculos para sobresalir en el campo personal, como de hecho lo hacen, día a día, en el laboral.

No es extraño, incluso, encontrarse con mujeres ampliamente exitosas, inteligentes y con puestos de toma de decisión en grandes empresas, o en el ámbito de la política, que tienen problemas para encontrar pareja.

El sociólogo Salvador Hernández atribuye este fenómeno a las altas aspiraciones que una mujer con este perfil tiene para su proyecto de vida y a que los hombres se intimidan con el éxito femenino."La mujer profesionista tiene expectativas de acuerdo con su formación, por lo tanto no son bajas, son propias de la exigencia profesional que viva”. "Generalmente si una mujer tiene una pareja que no tiene el ritmo, la formación o su nivel, es común que tengan serios problemas de convivencia y comunicación", asegura el experto.

Adriana González Padilla, psicoanalista del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social, afirma que muchos hombres prefieren salir con mujeres con carreras menos avasallantes."Las mujeres exitosas se sienten incomprendidas y solas. Es como si sus triunfos laborales las alejaran de los varones", menciona. Otro factor de influencia es la competencia que se genera entre el hombre y la mujer, pues el varón tiende a compararse y a subestimarse si su pareja sobresale más que él en lo profesional. "La mujer profesionista promedio, que no está en altos niveles ejecutivos, consigue tener una vida personal más estable, por el tiempo que tiene y porque precisamente no entra en una presionante competencia con su pareja.

"Una mujer exitosa trae un lenguaje, una preparación, una cultura. Esto inhibe a muchos hombres desde el punto de vista del ingreso, de todo. Hay desconfianza, siempre hay una comparación", indica Hernández. Lo ideal para conseguir una vida de pareja exitosa, dice, es que tanto el hombre como la mujer tengan expectativas realistas de sí mismos y de la relación. "Un problema serio en una relación entre dos profesionistas exitosos es que esperan mucho de sí mismos y esto puede fracturar o dañar la relación. Lo ideal es que ambos tengan expectativas realistas".

Acto de balance:
Jeanne Hegner, directora ejecutiva de mercadotecnia en Seguros Monterrey New York Life, asegura que se puede tener vida profesional y vida personal... pero por separado. "Sí es posible, pero es difícil, luchar por tener todo y hacer frente a los roles de una mujer ejecutiva. Puedes tener todo, aunque no al mismo tiempo. En mi caso, he luchado años para tener una vida personal balanceada con la laboral", dice la egresada de Yale, de 39 años.

Nora Elia Cantú Suárez también puede identificarse con Hegner: es directora ejecutiva de contabilidad y fiscal en Banorte y además es presidenta del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas en Nuevo León. Tiene una vida laboral de alto perfil. La egresada de la Facultad de Contaduría Pública y Administración de la UANL ha forjado una trayectoria de 27 años en la empresa y asegura que lo más complicado es el manejo del tiempo. "Una vez que llegas a un puesto directivo, ya superaste el obstáculo del machismo, pero el que subsiste es el desbalance entre vida profesional y personal. "El puesto te demanda horas adicionales de capacitación, viajes, reuniones para tener una red de contactos. Se requiere que seamos templadas para no incurrir en desequilibrios en la salud o desatender a la familia", dice Cantú, madre de dos hijas.

Lo más duro para las mujeres que trabajan en altos puestos, y que además tienen familia, es partirse en dos y hacer tiempo para atender todo al 100 por ciento, dice Lorena Rubio, presidenta del Instituto Nacional de Madres Profesionistas. "Lo más complicado es la falta de tiempo, es la lucha que tenemos, más si eres mamá. Es importante tener tiempo para los hijos. Necesitamos tener tiempo para atenderlos", afirma la egresada de la Universidad Iberoamericana y madre de tres hijos.

Para Aurora Licona, pedagoga con maestría en educación, esposa y madre de dos hijos jóvenes, las mujeres exitosas deben buscar el sitio correcto para contactar a hombres inteligentes y de alto perfil. "Un hombre inteligente es capaz de amar, convivir y aceptar los triunfos de su mujer. Es difícil encontrarlo, pero no imposible. Pero claro, una pareja inteligente necesita de escapes del ámbito profesional hacia el ámbito personal. Entonces deben buscar juntos esos espacios, deben darse tiempo y calidad a ese tiempo". Es importante, también, que la mujer exitosa separe su vida profesional y no se convierta en una "novia o esposa ejecutiva" o en una "madre ejecutiva".

"Hay que dejar en la oficina los “vicios' laborales", señala, "como los son el ordenar, el querer la perfección en todo y el mostrarse súper demandante."La clave es sentirse satisfecha en los dos ámbitos, profesional y personal. Y esa satisfacción se cultiva con el equilibrio de ser hija, hermana, pareja, madre, amiga y profesionista. Es partirse en tres o cuatro".

Para encontrar el equilibrio:
Recomendaciones de expertos para que una mujer exitosa encuentre el balance entre su triunfo profesional y su vida personal. Analiza tus metas, con pros y contras, y si las aceptas, aférrate a ellas. Invierte tiempo en ti misma. Necesitas horas para cuidarte, descansar y crecer. Rodéate de gente exitosa a la que admires. Contacta con nuevos círculos de amistades. Delimita tu vida profesional de la personal, no te conviertas en "novia o esposa ejecutiva" o "madre ejecutiva". Si tienes pareja, busquen juntos espacios de escape del ámbito profesional. Deben darse tiempo de calidad.

Fuente: Periódico EL NORTE
Sección Vida. (Monterrey, N.L. México)
Por: Karla Torres.
(Compartido por: Betty Cardona)

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