lunes, 13 de agosto de 2012

Limpieza de Armarios



Limpieza de Armarios

¿Te has puesto a pensar cuánto tiempo ha pasado desde que hiciste limpieza total en los armarios y en general de toda tu casa?. Algunas mujeres quizá se responderán: "No hace mucho tiempo", "Apenas el año pasado recorrí toda la ropa de invierno hacia el fondo, quedó bien acomodada, ya no es necesario volver a limpiar", "Ya tiré todos los zapatos viejos", "Ya hice limpieza en mi tocador", "Ya tiré todo lo que no me sirve", etc.

Pero veamos: ¿Será cierto que realmente hiciste una limpieza total?, ¿Estás segura de que desocupaste lugares importantes en tu espacio personal, haciendo de tu casa y de tu habitación, un lugar habitable, limpio y armónico?... ¡Confortable! -dices- y hasta te sientes bién, aunque termines estornudando por tanto polvo que tragaste.

La verdad; qué increíble parece todo lo que se guarda en los rincones del hogar, cosas que se van acumulando con el tiempo, cosas que ni tú misma te acordabas que tenías guardado allí, pero que a la hora de hacer la limpieza aparecen, y te da gusto, te da alegría encontrar ese juego de sábanas nuevas guardadas desde hace años, o ese par de zapatillas que se te olvidó que compraste un día y que no recuerdas ni porqué las guardaste sin usar, allí te encuentras probándotelas de nuevo, aunque las ingratas ya estén demodadas, ¿qué remedio? están nuevas, ni modo de tirarlas ¿verdad?, es comprensible, pero...

¿Qué podemos decir de esas cajas de libros y más libros que adquirimos hace añales, y que nunca hemos leído, allí están guardados, quién sabe cuánto tiempo llevan allí esperando por su dueño(a), las pastas se han puesto cenizas por el polvo y las telarañas, habría que ver si las cucarachas y las termitas no se devoraron nuestras letras. ¡Ah!, pero eso no es todo, allá al fondo está otra caja de cartón que guarda retazos, decenas de retazos de tela que aún se conserva nueva y bien doblada, quizá esperando un momento adecuado para que su dueña confeccione alguna prenda relajada; muchas mujeres son adictas a la costura, pero no tienen tiempo de sentarse frente a su máquina de coser, entonces todo lo vamos guardando para usarlo, "después".

Encontramos que por allá más al fondo del closet hay otras bolsas dobles llenas de hilos, agujas para tejer, para bordar, para coser, también hay varios artículos de mercería y bonetería: Cierres, botones de todos los colores y todos los tamaños, descosedores. agujas para ojos cansados ), tijeras, listones, elásticos, hilazas, alfilerillos, cintas de medir, dos pares de aros de madera, y hasta un par de costuras a medio terminar, un mantel de cocina y una bufanda para el frío... ¡Caray!, que si fuera para remedio ya nos hubieramos muerto, con este calor que hace en el norte de méxico ahora, (45 grados a la sombra) ni ganas dan de terminarla, seguramente esa bufanda se empezó a tejer en un diciembre mexicano, es lo más seguro.

Pero eso no es todo; por allí entre las bolsas encontramos una caja de zapatos del año del caldo, guardando cientos de fotografías del ayer, los abuelos, los padres, los hermanos, los hijos, los amigos, la famlia y... ¡ay!, un bulto bastante grueso de cartas añejas y ridículas, poemas de amor y desamor,  ¡vah!... ¿Para qué guardar tanta basura?

Entonces, entre bultos, cajas, bolsas y cartones, se va llenando el armario "para cuando tengamos tiempo de limpiar",  ¿verdad?, es tan común en nosotras las mujeres que nos vayamos quedando en el pasado, o abrazadas a tanta ilusión que nos dieron esas cosas en su momento, ¡Pero las arrumbamos!, las teníamos allí guardadas como una reliquia, o como cosas mucho muy valiosas, y resulta que cuando sí tuvimos tiempo para sacarlas, ya no tenían tanto valor ni tanta importancia como creíamos.

No cabe duda de que las circunstancias cambian y las personas también. Lo que un objeto, una carta o una prenda, pudo haber sido importante para alguien en el ayer, ahora ha dejado de tener la importancia o significado que en otrora lo tuvo. Antes se acariciaba con ternura aquél objeto, o se leía con amor aquella carta, hoy objeto y carta se han ido a la basura.¿Será que han desaparecido los apegos? no lo sé;  pero ese es motivo para otro artículo que próximamente compartiremos contigo amiga lectora.

Sea lo que sea pues; se trate de lo que se trate, lo único que debe quedarnos muy claro es que la costumbre de andar guardando cosas por mucho tiempo debe ser erradicada de nuestras vidas, ese hábito de guardarlo todo para después, a la larga puede costarnos muy caro, ¿no lo crees? ¡Saca la cuenta de todo lo que estás tirando a la basura, por inútil!... ¡Saca la cuenta y no te enfades contigo misma!, asi aprenderás que tu casa no ha sido construida para guardar porquerías, ¿Para qué conservar algo que no nos es útil para nada?

Con mis respetos y cariño siempre,

Psic. Dora Lidia Pérez Rochín (Doral.)

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