miércoles, 14 de agosto de 2013

¡ NO QUIERO SABER NADA DE TI !

 


¡NO QUIERO SABER NADA DE TI!


"¿En qué te fallé?, ¿En qué parte de nuestra relación nos perdimos? Cada quien tomó su camino cuando iniciaron tus exigencias, tus presiones, tus acosos psicológicos, tu hostigamiento, tus reclamos constantes y repetidos, tu afán y tu obsesión enfermiza por vivir mejor. ¿En qué me equivoqué tanto contigo?, o ¿En qué nos equivocamos tanto los dos? ¿Porqué cambiaste tanto?

Tu ambición desmedida me estremecía el alma cada día, haciéndome sentir responsable de que nuestro hogar lo consideraras un "Arnero"... un "Cuchitril", un "lugar inhóspito para vivir" (según tus sueños de grandeza), y fui infeliz a pesar de mis esfuerzos inútiles para que a tí y a nuestros hijos no les faltara nada, no te privaras tú de nada, incluso sin importarme tampoco que no me tomaras en cuenta para nada.

¿Qué más esperabas de mí?, toda mi vida, mi tiempo y mis ingresos eran tuyos, te entregaba todo mi sueldo, mis atenciones, regalos, detalles... Y querías más, querías competir con el estrato social de otras personas que tú conocías y con las que alternabas.  ¿Cambiar de trabajo constantemente buscando un mejor estatus y un mejor ingreso?, -SI-  y tampoco fueron suficientes para ti. ¿Entonces qué otra opción tenía yo?

Tuve que irme lejos, viajar para traer a casa ingresos superiores a los que realmente se necesitaban en el hogar que yo soñé contigo, y desde el lugar donde yo anduviese trabajando y  en las condiciones en que me encontrase, siempre estuve pendiente de tí, de tus solicitudes, de tus "necesidades" y  me preocupé de que nuestros hijos tuvieran un techo decoroso, educación en colegio privado, ropas de marca, alimentos, calzado y atención médica, un buen coche de modelo reciente para que ustedes tuvieran en qué movilizarse o cumplir con los compromisos escolares y sociales que tú, mi mujer se daba el lujo de ostentar y a la que acostumbraste a nuestros hijos.   ¿Qué importaba cómo me sintiera yo o cómo me matara trabajando de sol a sol y de luna a luna sin descansar, para conseguir los dineros y qué ustedes pudieran llevar esa vida?, ¡Créeme no me importaba porque los sabía felices!. 

Pero ¿Te preguntaste alguna vez cómo me sentía yo, o cómo llegué a sentirme ante tus delirios, tus excentricidades y tus sueños de grandeza? ¿Te importó alguna vez saber si yo había comido o dormido bién o dónde o en qué condiciones me encontraba: Si estaba cansado, solo o enfermo?, ¿Te doliste de mí alguna vez cuando me viste asfixiado, deprimido, ahogado en deudas aquí, allá y acullá, deudas que tú sabías eran por reemplazarte productos, servicios, muebles y enseres que tú considerabas obsoletos en nuestro hogar?.  Tus ahorros personales eran intocables, y callé, te lo respeté, "era mi deber darle todo a mi esposa", yo lo que más quería era tener una familia integrada, relajada, holgada, tranquila... ¡Una familia unida y feliz! y vaya que lo conseguía, sólo cuando depositaba todos mis dineros en tu cuenta bancaria. Todo lo tuyo era tuyo, y todo lo mío, también era tuyo... ¿Y yo qué?...

Los contratos laborales llegaban a su término y yo volvía a casa con la piel tostada, los bolsillos vacíos, los pies deshechos por el cansancio y con enormes deseos de disfrutar del calor de mi hogar, de la presencia de mis hijos, del amor, del cariño y  atenciones de mi amada esposa, a la cual entregué todo: Cuerpo, alma, sentimiento, razón y más... ¡Te dí todos los frutos de mi esfuerzo como profesionista, mi amor y mi fidelidad como hombre y como caballero, te fui fiel y te adoré!... ¿Qué hiciste conmigo? ¡Yo te lo diré!.  Con tu frialdad afectiva me convertiste en el flojo, desorganizado, sucio y conformista, en el hombre antisocial, en el hombre inestable, el mal padre, mal esposo, mal amigo, me convertiste en el peor, me convertiste en un hombre minimizado, ninguneado, limitado, anulado, hasta aquella noche que...

Confundido por tus llegadas tarde a casa, molesto constantemente por tus excusas y pretextos para quedarte a dormir en casa de tus amigas o de tus padres, angustiado y preocupado porque siempre tenías algo que hacer fuera de casa, tu trabajo, (eres jefa se me olvidaba), a altas horas de la madrugada mi mujer estaba ocupada en reuniones de oficina, cenas de negocios o trabajos de su "maestría", etc. ¿Qué raro no?, ¡Siempre atendiendo a tu círculo de amigos divorciados",  y mis hijos al cuidado de quien se dejara, ¿qué importaba fuera tu familia o la mía?. ¡Qué tristeza decirlo así!, a mi mujer ejecutiva parecía no importarle nada, ¡Ni siquiera que yo estuviera de regreso en casa!.

Y en la espera de verte llegar, aquella noche (casi media noche), llega una señora a tocar la puerta de nuestro hogar, ¡NUESTRO HOGAR!... ¡jó, qué ironía! se presenta ante mi persona como la ex-esposa de tu amante, y según ella: Un malandro vividor, estafador, vicioso golpeador y adicto quien sabe a cuántas cosas, me dio los datos de dónde y con quién te encontrabas en esos momentos y la información exacta, completa y cierta de todos los días que no llegaste a casa y todas las concesiones que le tienes a ese hombre, otorgándole regalos y hasta llevándole comida, cuando a mí me tenías aquí esperando como un perro a su dueña, solo, hambriento de tí... desconsolado, entristecido, deprimido y todavía encima buscando justificaciones para tí. ¿Pero cómo justificar lo que es injustificable?, ¿Cómo entender lo que no tiene razón de ser? y ¿Cómo perdonar lo que es imperdonable?

¿Cómo crees que me sentí?, ¿De qué crees que me dieron ganas en ese momento?, ¿Debo acaso estarte agradecido y no resentido por tu marcado desinterés, tu falta de atención, tu falta de respeto, tu burla, tu uso y tu abuso a lo que no tenías ninguna necesidad de llegar?, y dicho sea de paso, poner en riesgo tu seguridad, la de mis hijos y hasta la mía propia.  Júzgame entonces tú a mí, si puedes... Júzgame y condéname ante mis hijos porque he abandonado la casa, no me defenderé ante ellos, ni te justificaré ni te defenderé más ante los tuyos, ¿Qué explicación vas a darles?, ¿Que fuí yo quién generó tu actitud por demás prepotente, deshonesta, ambiciosa e infiel?... ¡No vales la pena! ¿sabes?, quédate con tus títulos y tus cartones, deseando que te sean suficientes para que algún día te hagan ser una mejor persona y que ellos te salven del juicio final que tus propios hijos te harán algún día y con respecto a mí... por lo pronto... ¡Ya no quiero volver a saber nunca más nada de tí!."

Como esta carta escrita por un hombre lastimado en su dignidad, herido, ofendido en lo más profundo de todo su ser, el odio, la desconfianza, el resentimiento, el desencanto, la ira y la frustración ocupan un gran porcentaje de emociones que llevan al hombre mismo en general a "desilusionarse de la mujer" y en especial de aquella mujer que a pesar de haber terminado una carrera profesional, a pesar de haber concluido especialidades académicas como maestrías, doctorados y más... Mujeres que incluso han traído hijos al mundo, aún no han sabido madurar, ni valorar al hombre sencillo, amoroso, entregado, al hombre que con miles de sacrificios ha luchado por forjar un mundo mejor para sus hijos y los hijos de sus hijos, un hombre que ha ido contra corriente por sobresalir para los suyos y que no ha hecho otra cosa más que dar y servir más y mejor de lo que se le ha exigido.   Un hombre golpeado donde más duele, noqueado en su hombría, pulverizado y burlado en lo más íntimo de su ser, propenso a convertir su vida ahora en un desierto incierto de pensamientos sin luz, sin rumbo y sin destino.

MENSAJE:
Mujeres, esposas, novias, amigas, os invito de todo corazón a valorar lo que tenemos ahora, a darle su lugar a nuestros hombres, a cuidarlos, a amarlos, a respetarlos a promoverlos, ¿No dicen que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer?, pues demostrémoslo ¿no?, es lo menos que podemos hacer.  Eso es todo.

Gracias al protagonista de esta carta, muchísimas gracias Bendito Gran Ser, como hombre es Usted más grande de lo que parece.  ¡Animo campeón!,  Usted vale mucho y por siempre merece todo mi cariño y mi respeto.

Psic. Doral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Trate de no escribir en mayúsculas por favor, a parte de ser de muy mal gusto, da la impresión de estar gritando. ¡Gracias por su comprensión!


Got My Cursor @ 123Cursors.com