viernes, 18 de junio de 2010

El amor y el sexo, ¡Un paraíso!




El amor y el sexo, ¡Un paraíso!


Hoy vamos a tratar un tema muy espinoso y controvertido, considerado por muchas sociedades del mundo actual, como un verdadero “tabú”, aún viviendo ya en pleno siglo XXI.

Un tema que nadie quiere tocar y mucho menos tratarlo dentro de los hogares, e incluso con nuestras mismas parejas. Muchas mujeres se preguntarán: ¿para qué voy a hablarles de sexo a mis hijos, si ya lo aprenderán cuando sean grandes? ¡Pues no amigas! La educación sexual también es parte de la formación integral de nuestros pequeños, y ésta debe empezar por casa.

Una mujer por ejemplo, que desconoce todos éstos aspectos de lo que el amor y el sexo representan en la vida de todo ser humano, se limita a sí misma, e incapacita a sus hijos para adoptar decisiones correctas respecto a la importancia que tiene conocer las necesidades biológicas de su organismo, conforme éste va enfrentando cada etapa de su crecimiento.

Nos resulta muy cómodo y fácil enseñar a nuestros hijos a bañarse, a vestirse, a alimentarse, a cepillarse los dientes, etc., pero nunca, jamás nos atrevemos a enseñarles las funciones de su sexo y la forma cómo se manifiestan las primeras sensaciones sexuales y la forma en que deben ser canalizadas para que no caigan en manos de un “mal informante de la calle”, o lo que es peor, empiecen a desarrollar hábitos y vicios solitarios aberrantes y desgastantes como la masturbación temprana indiscriminada y hasta exagerada.

Es por eso que los chicos adolescentes enfrentan sus primeros retos con una tremenda confusión de euforia e impulsos desmedidos porque no saben cómo manejarlo, no saben cómo tratarlo, no saben cómo identificarlo, ni saben cómo reaccionar ante ese tipo de energías poderosas, emanadas de su organismo.

Un buen método de enseñanza sobre cuestiones sexuales, de donde nos podemos apoyar para tocar éste tema con nuestros menores, son los libros de texto que se expenden gratuitamente en las escuelas primarias del mundo, ahí viene explicado todo generosamente y hasta con lujo de detalles y dibujos ilustrados, el aparato reproductor y sus funciones específicas de cada género, el resto ya nos será más fácil de explicarlo con nuestro propio conocimiento y experiencia.

Pero vayamos mas allá de la adolescencia y tratemos el amor y el sexo en la vida del adulto:

Es todavía más complicado tratar este tema con gente adulta, con seres maduros que ya tienen desarrollados y establecidos sus propios conceptos y defienden sus ideas a capa y espada, pero lo que sí es innegable amigas queridas, es que: "Realmente el Amor es una efusión, una emanación energética que fluye desde lo más hondo de la Conciencia; es, dijéramos: Un sentido superlativo de la Conciencia. La Energía, o corriente magnética, que fluye del fondo de nuestro corazón, estimula a las glándulas endócrinas de nuestro organismo, y las pone a trabajar, entonces muchas hormonas son producidas y ellas inundan los canales sanguíneos y nos llenan de una gran vitalidad.

En la Grecia antigua la palabra “Hormona” significa “Ansia de Ser”, “Fuerza de Ser”. Y en realidad de verdad, el Amor revitaliza, el Amor despierta en nosotros innatos, poderes de querer ser, saber querer y saber tener, tales como: La fidelidad, la comunión, el respeto, la tolerancia, la educación, el conocimiento, la valoración de nuestra pareja, etc. Realmente, el Amor, en sí mismo, es el extracto de toda sapiencia y ternura.

Escrito está que la Sabiduría, en última síntesis, se resume en Amor, y el Amor en auténtica Felicidad. Cuando verdaderamente se está enamorado, se torna el ser humano muy intuitivo, sublime y hasta místico. En tales instantes presiente lo que en un futuro le ha de suceder, y muchas veces exclama: “Me parece que lo que me está sucediendo es un sueño, me temo que más tarde tú habrás de encontrar a otra persona en tu camino”.

Tales presentimientos intuitivos, a través del tiempo y de la distancia, se cumplen exactamente; así es el Amor. El acto sexual, es la realización plena entre dos almas que nacieron por y para amarse, es la consubstancialización del Amor en el realismo psico-fisiológico de nuestra naturaleza. Cuando se estudia esta fuerza del cariño, cuando se comprende lo que es éso que se llama “Amor”, sentimos que debe existir en el fondo del sexo, un “algo” misterioso y potente que puede, en realidad de verdad, traernos la comprensión creadora, el conocimiento y deseos de querer proteger de todo y de todos a la persona que amamos, y que hasta podría transformarnos en seres diferentes y definitivamente superiores.

No hay quien no presienta que mediante el Amor se puede cambiar; y en verdad, es que sólo mediante esa fuerza maravillosa es posible cambiar. Es muy conocido cuando un hombre se fija en una mujer, motivado solamente por sus encantos femeninos, unos lindos labios, una bella cabellera, unas curvas de película, unas piernas de conferencia, unas bubis sensuales y se tira de cabeza por conquistarla, pero una vez satisfecho su impacto visual, se rompe la magia y el encanto, se le acaban los deseos, no hay tal amor, solo era pasión, deseo efímero, pasajero.

Pero el verdadero Amor, en sí mismo, es otra cosa, es algo divino. Miremos nosotros al cisne; el Cisne kala-hamsa es el símbolo del Amor. Él vuela sobre las aguas del Lago de la Vida; un par de cisnes, en algún lago, ¡QUE BELLEZA!… Y cuando uno de la pareja muere, el otro sucumbe de tristeza; y es que el Amor se alimenta con Amor. Pero, hay que saber amar; desgraciadamente, el ser humano no sabe amar todavía como debiera.

Muchas veces, el hombre trata muy mal a la mujer en su primera noche de bodas; no quiere comprender que la virginidad es sagrada, y que hay que saberla respetar; podría decirse que viola a su misma mujer. No quiere entender que hay que saber tratar a la mujer con sabiduría, que hay que saber llevarla por el camino del Amor con suprema ternura, inteligencia y delicadeza.

En la vida cotidiana, riñen muchas veces hombre y mujer, riñen por cuestiones insignificantes, riñen. El hombre dice una cosa, la mujer otra. A veces, sucede que una palabrita es suficiente para que uno de la pareja reaccione, no saben controlarse a sí mismos, no quieren entender que el hogar es el mejor gimnasio psicológico para conocerse y aceptarse tal como ambos son. Precisamente, en la vida del hogar podemos autodescubrirnos; es en el hogar donde venimos a descubrir nuestros defectos de tipo psicológico.

¿Nos hieren? ¿Por qué nos hieren? ¿Será que tenemos celos, será que nos han herido el amor propio, será que nos han herido el orgullo, la vanidad, o qué? Cuando uno descubre que tiene un defecto psicológico, tiene también la oportunidad para desintegrarlo, para reducirlo a polvareda cósmica. Eliminando nuestros errores, nuestros defectos, un día de esos tantos podremos lograr el despertar de la conciencia, ya no reaccionaremos como seres débiles ni quebradizos y más las mujeres que somos tan sensibles y susceptibles, a la primera palabrita mal dicha ya estamos hechas un mar de lágrimas.

Desgraciadamente, la gente no quiere eliminar sus defectos; dicen: “Yo soy iracundo, ése es mi modo de ser”. Otro dice: “Bueno, yo soy celoso, así soy, ¿y qué?” El de más allá exclama: “¡Yo soy lujurioso, me gustan las mujeres; así soy, así nací, ¿y qué?”… Con ése modo de pensar, con ése modo de sentir, no es posible lograr una transformación verdadera ni rescatar una relación que pudiera ser valiosa. Cuando uno reconoce que tiene un defecto psicológico debe eliminarlo. Pero uno viene a descubrir que tiene tal o cual error, precisamente en la casa, en el hogar, por eso es que el hogar sirve de Gimnasio Psicológico para conocernos y tratar de ser mejores.

Muchos señores se quejan de sus mujeres: Que son irascibles, que son celosas; y desean conseguirse otra mujer que sea un Paraíso, que sea un Ángel bajado de las estrellas, etc. No quieren entender que el hogar es un “Gimnasio” extraordinario, y que es allí donde podemos todos autodescubrirnos. Precisamente en el hogar tenemos la oportunidad para descubrir nuestros errores, y si lo logramos, conseguiremos el despertar de la Conciencia, dejamos de ser los mismos seres enfermizos que hasta lo que no comemos nos hace daño.

Hay que aprender a amar amigas lindas, digo; en la casa debe reinar siempre la comprensión entre el hombre y la mujer; no debe esperar el hombre que la mujer sea perfecta; tampoco la mujer puede aspirar que el hombre sea un “príncipe azul” hay que aceptar las cosas como son, y tener al hogar como una escuela donde podemos auto-descubrirnos y aprender a ser seres totalmente diferentes.

A medida que nosotros vayamos eliminando tantos y tantos defectos psicológicos que tenemos, la felicidad del hogar irá aumentando; y si un día nos tocó sufrir mucho, después ese hogar se convertirá en un verdadero paraíso terrenal, con amor, respeto, ternura, sexualidad madura y responsable...

¡Todo un cielo, como si fuera en la tierra!

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

3 comentarios:

  1. Doral:

    Mis felicitaciones porque es un tema tremendo,interesante y nos sirve para recapacitar,excelente,yo si le e hablado a mis hijos de sexo,porque asi cuando les llegue el momento nadie los engañaran ni se sentiran desilucionados.
    El sexo debe verse como algo sagrado,con respeto,ya que cuando uno forma un hogar debe estar uno muy seguro y sobre todo amar a la pareja,ya que el amor es un sentimiento que no se compara con ningun otro sentimiento,el amor es unico,el amor es quien nos mantinen con vida,el es pasiòn,comprensiòn.
    El sexo debe aserse con amor y seguro.

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  2. Exactamente Conchy querida, así como el matrimonio es un sacramento, el sexo y la sexualidad de las personas son parte importante de ser respetado como algo vital y fijate tú; qué chistoso parece ser ésto de la educación sexual, que nadie se atreve a incursionar en estas enseñanzas dentro del hogar.

    Los padres pueden enseñarles a sus hijos a cuidar de sus brazos, de sus piernas, de sus manos, de su tórax, de su cabeza, de todo su organismo, pero nunca le indican a los hijos: "Debes cuidar más de tus funciones orgánicas" y es un martirio para los padres tener que decirles a sus hijos: Vá a sucederte ésto o lo otro, cuando lo sientas no debes preocuparte demasiado, hay formas de canalizarlo, son etapas difíciles pero juntos vamos a superarlo. Uf, imagina qué fácil fuera para los hijos enfrentar sus primeras emociones, pero no siempre sucede así y los chicos crecen todos confundidos, haciendo mal uso a veces de su propia sexualidad por desconocimiento.

    Pero en fin, hermanita querida, vamos hacia adelante y tambien habemos muchos padres y madres que primero debemos aprender para poder enseñar a nuestros hijos a través de las conductas y los buenos ejemplos.

    Cariños Conchy,

    Doral.

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  3. ¡No sólo un paraíso!
    Pero el amor cuando vive los dos, sin fronteras, excede el paraíso. De las ilusiones, el buen sentido, la realidad allí, en eso vivió momento…
    La realidad de si vive un amor así tan intenso, refleja la imagen de amar, en la una solamente una imagen…
    de Marcio RJ

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Trate de no escribir en mayúsculas por favor, a parte de ser de muy mal gusto, da la impresión de estar gritando. ¡Gracias por su comprensión!


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