lunes, 24 de octubre de 2011

Carta a mi Hermana Evangelina



Carta a mi Hermana Evangelina

“Hola Vita:

Donde quiera que te encuentres en este momento, deja que el recuerdo que vive fresco en los latidos de mi humilde corazón, te alcance. Hace tres años exactamente el día de hoy, que te fuiste de este mundo, tu mundo, mi mundo, el mundo de todos los que te aún te recordamos, te queremos, te extrañamos, te retenemos a cada instante, en cada gesto, en cada detalle, en cada movimiento de esta vida, en cada hoja de los árboles que se mueve al compás del viento, en cada gota de rocío, en cada flor que se abre al amanecer… ¡Ay, cuánto duele!, el amanecer que tanto amabas de cada día… y ya no estás... Ya no estás para mirar los rayos del sol asomándose por la colina o colándose por las copas de los árboles en cada amanecer.

¡Qué tristeza! Aún no puedo creerlo que te hayas ido para siempre, se me olvida a veces que ya no estás, y a menudo suelo hacer planes de ir a tu casa, pero me resulta aplastante la realidad: Tu cuerpo ya no está, ni estará nunca más bajo el naranjo de tu patio, ni en el aroma suave de tus plantas que tanto amabas Eva querida, ¡Tus plantas te lloran… te lloran los rosalitos cuajados de suspiros al cielo, derramando su dolor sobre el verde césped que se niega a renunciar a la esperanza de ver tu regreso… tu ausencia física duele Eva… ¡Duele mucho aún!... ¡Nos duele a todos!

Pero la vida es así; ciclos inician, y ciclos terminan en la rueda incesante de los misterios de la vida y la muerte… ¡Oh misterios del ser y del ya no ser!; o quizá mi mente atormentada por tanto dolor, este día tan triste del tercer aniversario de tu partida, no alcanza a comprender que para morir nacimos, y que es muy difícil tener que aceptar la idea de que sólo al morir, se inicia una nueva vida, quizá en otros planos superiores de conciencia universal, mi mente humana es cruel y egoísta, no quiere soltarte, no quiere dejarte ir, ¡Te lo confieso!


¿Sabes Vita? Anoche te soñé. No sé si será el infinito deseo que tengo de verte, de platicar contigo, de reírnos, de compartirnos mutuamente nuestras cosas como siempre solíamos hacerlo en medio de lágrimas a veces y otras en medio de tantas carcajadas por cualquier tontería. Hoy quiero que sepas, que extraño esas tonterías… ¡Infinitamente las extraño Eva! Porque ya no escucho tus pasos subiendo las escaleras, ni tus piedritas tocando mi reja a la vez que me gritabas para que te abriera: ¡¡¡DORY!!!!. (Suspiro y me bebo el llanto), ¡Cuánto diera por escuchar de nuevo esa voz llamando a mi puerta!

Pero ya no estás, te has ido para siempre, te llevaste tu sonrisa, tu voz, tus confidencias, tus pasos, tus chanclitas rotas… ¡Ay, tus chanclitas rotas Vita!... ¡TE EXTRAÑOOOOOOOOOO, TE EXTRAÑO HERMANA DE MI ALMA!, y en verdad cuánto calan estos tres años sin ti porque ya no hay más pasos, ni risas, ni confidencias, ni planes para navidad ni para año nuevo, ni para ir a Rancho Viejo y porque ya no seco con mis manos tu llanto mi flaquita hermosa, mi niña-madre, mi protectora amorosa y consentidora… ¡No llores!, ya me hiciste llorar ¿ves? Seguimos vibrando en la misma sintonía, tú llanto es mi llanto, tu risa es mi risa, tu amor es mi amor, ¿Cómo no serlo si nacimos del mismo vientre materno?

Pero la sangre tuya se ha secado ¡Daría la mía porque volvieras a vivir!... La daría toda si fuera necesario, ¿Porqué fuiste tú, y no yo quien tuvo que partir?, tú eras más útil –lo sé- será por eso que a fuerza de tanto dar, se quedaron vacías tus manos y vacío el corazón bajo la tierra que devoró las migajas de tu cuerpo entero mija, ¿qué sientes ahora? ¿qué piensas donde estás? ¿Qué quieres decirme?... ¡Por favor dímelo!, entenderé tu mensaje en lo que quieras manifestarte: “Una melodía, una voz, una página de un libro, algo.. –lo que tú quieras no lo sé- ¿Qué quieres que te diga? Si no encuentro las palabras humanas para describirte fielmente lo que yo siento en este momento… ¡Este momento! ¿Sabes qué hora es?, exactamente la hora que saliste para siempre de tu casa rumbo a la funeraria hace tres años… ¡Qué vacío se siente sin ti!, qué sinrazón abraza los corazones de tus hijos y los míos, tu esposo, tus hermanos, tus amigos y tanta gente que aún te ama y te recuerda con tanto cariño, y yo…

Ay…. ¡YO!… la pobre loca enamorada de sus letras (ahora tuyas), hermanita querida, que ni aún reteniendo tu tiempo en mi memoria puedo calmar mi corazón ni silenciar en mí, la agonía de mi voz llamándote en este dolor que como muro, aprisiona mi garganta sin tu presencia. Pero sé que hasta tí, llegará mi pensamiento, sé que sentirás el calor de mi llanto, aunque ya no te mojen mis lágrimas, sentirás la fuerza de mi amor y abrazarás el clamor silencioso de mi pobre vida que sigue su rumbo solitario en pos de un mundo futuro mejor y en la siembra inmortal, las alas del conocimiento, que será para otros quizá, el mejor y más dulce camino que tú y yo Vita querida, no llegamos a disfrutar juntas en este mundo, quizá en otro tiempo y otros mundos hermanita… ¡Quizá! Y así lo espero con todo mi corazón.

Nó; por favor no te preocupes si no puedes contestarme esta carta, -yo lo entiendo de verdad- sólo tómala en tus manos, acércala a tu pecho… ¡No llores tontita te sigo queriendo igual o más!, déjame hacerlo por tí, por mí, por todas las mujeres del mundo que viven y aman el amor más profundo, aunque algunas ya no podamos demostrarlo ni con palabras (El amor es algo más que palabras), a nuestros seres queridos, también a los que ya se han ido. Me pregunto si realmente te has ido porque sigues aquí, cada minuto de nuestras vidas, por eso:

Silencio y muerte no importan hermana de mi alma, sólo recibe mi corazón entero, adentro de esta carta.

Te amo en el tiempo y la eternidad.

Doral."

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