miércoles, 11 de enero de 2012

¡Perdí tu número telefónico!


¡Perdí tu número telefónico!

Ante el increíble avance de la ciencia y la tecnología, hoy en día se queda uno corto con las mil y una maravillas que existen para comunicarse al instante, sin importar la distancia geográfica donde las personas se encuentren, llámese correo electrónico, chats con voz, msn, (mensajerías), facebook, twiter, youtube, suscripciones vía RSS, foros, websites, redes sociales, etc., y también los teléfonos privados de casa, los celulares tan comunes con bastante rooming, las famosas y exóticas blacks berrys con su referencia privada de PIN, pero desde luego, todos estos sistemas requieren de una clave de acceso, un "input" (entrada) y un "output" o acceso de salida de nuestros mensajes verbales o escritos.

Pero lo más interesante de todo esto, no es que todo mundo traiga siempre su "aparatito" colgado del cuello, o fajado sobre su cintura, o guardado dentro del bolso, o simplemente en la mano durante el día y dormir con él, bajo la almohada de noche, principalmente los jóvenes (que se han hecho adictos al celular), sino que el 98% de los usuarios, se han aprendido de memoria una cantidad estratosférica de números telefónicos para comunicarse a todas horas con la mamá, con el papá, con los hermanos, con la pareja, con los tíos, con los abuelos, con los amigos, con los primos, con los compadres, con los maestros, con los vecinos, y si supieran hablar... ¡uf!, me cae que se comunicarían hasta con el perro y el gato que dejaron encerrados en la casa. ¿Qué remedio? si el celular está al último grito de la moda, aunque algunas personas no traigan ni saldo y sólo se concretan a recibir llamadas o mensajes económicos de texto.

Y bueno, es importante estar bien comunicados ¿verdad?, nos merecemos eso y mucho más, sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas de maíz en materia de comunicación, y nos estamos refiriendo enfáticamente a las cuestiones de actitud, cuando de llamar por teléfono se trata, o por lo menos, de conservar organizadamente un directorio y guardarlo en un lugar accesible, para tener siempre a la mano los números telefónicos de las personas que son importantes en nuestra vida, sobre todo las que están lejos y no nos es posible localizarlas a la vuelta de la esquina.

Entonces sucede muy a menudo que las personas se intercambian sus números telefónicos pero también frecuentemente una de ellas es más cuidadosa que la otra para conservar el número o clave, o la forma rápida de poder comunicarse cualquier día y a cualquier hora, y más cuando se trata de fechas especiales, tales como: Cumpleaños, onomásticos, día de las madres, día del padre, las navidades, el año nuevo, el día del amor y la amistad, etc., o simplemente porque se nos da la gana hablarle a ese ser tan querido y porque tenemos anhelos de escuchar esa voz amada, sin embargo...

Hay quienes se dan el lujo de apagar su celular cuando no desean ser localizados, o de abstenerse de llamar: Por orgullo, o porque son tacaños, o porque les da flojera llamar o no les gusta, y otros no llaman por desidia, o por falta de interés, o porque siempre andan muy ocupados, o simplemente porque perdieron el número telefónico, y se echan la cola al hombro resignadamente y prefieren esperar tras la comodidad de sus líneas telefónicas, a que sean los otros quienes llamen siempre, ¿Yo por qué? -dicen- pero... ¡Hey, esa actitud desdenosa, o mejor dicho desleal con los amigos o familiares, no es como para enviar un aplauso de felicitación, aunque sea a la distancia o a control remoto como dicen por allí: ¡Bravo, qué valiente actitud! ¿Debemos estar agradecidos y no resentidos?, No poder vernos lo entiendo, ¿Pero no llamarnos?. Veamos con detenimiento ésto:

Aunque no suene muy grato expresarlo de esta manera, sería honesto de nuestra parte aprender a reconocer que cuando se ha cultivado ese marcado desinterés por mantenernos comunicados con quienes decimos que más amamos en la vida, o ya no queremos llamar a aquellas personas que en un tiempo fueron especiales en nuestra vida, allí hay algo que convendría investigar, detectar, analizar y aceptar abiertamente qué es lo que está pasando realmente. Porque el hecho de decirle a la otra persona: "Perdí tu número telefónico, dámelo otra vez" significa que algo hay allí... algo que quizá nos aporte datos importantes sobre nuestra conducta o nuestro comportamiento con los otros.

Obviamente que a nadie le resulta muy dulce o tierno preguntar: "¿Otra vez perdiste mi número telefónico?", ¿Cuántas veces te lo he dado y siempre lo pierdes?, ¿Qué me estás indicando con esa actitud? -yo te lo diré- y con tu permiso o sin él, me concretaré a señalar las posibles variantes que intervienen en ese tipo de "cosas" que para muchas personas pasan desapercibidas, pero no para todas, principalmente si son personas sensibles, reflexivas, profundas, honestas, leales, fieles, o altamente espirituales.

Cuando alguien ha perdido un número telefónico, puede deberse a los siguientes factores:

1.- Que de primera, no le dio mucha importancia,
2.- Que lo anotó "sólo por si se ofrece algo",
3.- Que no pensaba usarlo muy seguido.
4.- Que le dió prioridad a otros números telefónicos.
5.- Que lo tiene guardado sí, pero quién sabe dónde.
6.- Que confiaba en que mejor le llamaran.
7.- Que se le borró, "seguramente" de manera accidental. ¿qué casualidad no?
8.- Jura que no sabe qué pasó: "Si yo lo tenía, pero ya no lo encuentro"
9.- Que cambió su equipo y ya no pudo recuperar los números de sus contactos.
10.- Y en última instancia: "Te llamo pero nunca me contestas o me cuelgas" etc.

Y claro amigas queridas, desde que se inventaron las excusas y los pretextos, todo mundo queda bién con la lavadita de manos como Pilatos (jó), y qué bueno que sean las manos y no los pies, porque de apóstol ya no queda ¡Ni la muestra!. Así que por si las dudas, mejor hay que comprarse un nuevo directorio, o actualizar el viejito, total que estamos empezando el año, y sobre aviso no hay engaño: "El que llama, paga" pero si no pago, hasta el teléfono de casa me van cortar, y allí sí que con más razón para la próxima, tendremos un elemento para explicar: "Perdí tu número de teléfono, por eso no te pude llamar".

Hasta la proxima amigas y recuerden, el teléfono se hizo para acortar distancias, no para alargar conversaciones y punto.

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

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