martes, 19 de enero de 2010

La conciencia del dolor



La conciencia del dolor.

No cabe duda de que, comprender al dolor es una tarea bastante ardua en la vida. Necesariamente (nos guste o no), todos los seres humanos pasamos por un instante en el que sentimos todo el sentimiento concentrado a plenitud, en un conjunto de tristeza, sensación de abandono, pena total, oscuridad, el sumum de los momentos de pesar y de gran sensibilidad.

El dolor tiene una parte positiva y otra negativa. Es lógico sufrir y sentir dolor en momentos como la muerte de un ser querido, y es normal porque hemos tenido una pérdida importante. Pero, los momentos de inconciencia que nos ha conducido a cometer errores y equívocos y el alma se nos sobrecoge por el arrepentimiento, es un dolor distinto, pues nos hace reconocer nuestro error.

No es positivo definitivamente sufrir o sentir dolor cuando la objetividad y el sentido común nos dice que hay de por medio sentimientos de capricho, identificación, autocastigo (sadomasoquismo), etc. El dolor auténtico es cuando hay de por medio sentimientos de amor trascendental, donde manejamos con destreza también el sacrificio y el anhelo de servir y de tender lo mejor de nosotros a los demás.

El dolor es una escuela profunda de la cual hay que extraer las grandes lecciones para poder madurar y trascender los estados psicológicos que siempre se están procesando en nuestro interior.

La persona que detiene su proceso de maduración, previamente identificado con los embates de las tempestades emocionales del dolor, nunca aprenderá las lecciones que le harían modificar lo que necesita ser cambiado.

Cuando algo nos duele, es ahí donde necesitamos el re-fuerzo al punto débil. Las reacciones de dolor muchas veces también no son las mas apropiadas: Se reacciona con mucha tristeza y llanto, lo cual oxigena el alma y el espíritu; la depresión es una reacción enfermiza y fuera de control. Si se reacciona con ira, es porque se intenta en forma caprichosa e inmadura rebelarse en contra de las lecciones que hay que aprender, porque rechazamos practicar la humildad y la reflexión en un momento decisivo de aprendizaje íntimo.

Si se reacciona con evasión e indiferencia, es que no se ha comprendido que cuando la conciencia corrige, el hombre debe callar y aprender. Es legítimo llorar, mas no es bueno caer en los extremos. El que sabe crecerse ante las adversidades de la vida triunfa y se alza victorioso.

El ave fénix de las sagradas escrituras por ejemplo, se incinera para renacer cada vez más fuerte y poderosa. El ave fénix da sus lágrimas para sanar todas las heridas y luego decide incinerarse para volver cada vez más fuerte y poderosa. El ave fénix es la figura de una paloma blanca que las diferentes religiones le llaman Espíritu de Dios, o espíritu santo, pues para el caso es lo mismo, que siempre nace y luego muere por amor a la humanidad, para alzarse victorioso y resurrecto en el corazón de los hombres que nacieron por y para amar de manera incondicional.

El dolor nos conduce a la mas profunda de todas las reflexiones de que todo lo que nos sucede tiene una razón especial de ser, y que nada en la vida es una casualidad, sino una CAUSALIDAD. Que pensemos ésto, sí que: El dolor también tiene su belleza oculta, porque gracias a él, aprendemos a exigir, a tocar puertas, a abrir caminos a nuestro entendimiento. Y que en los momentos en que debamos llorar, es para darnos un tiempo de reflexión y meditación, oración y redención, o mejor dicho: PURIFICACIÓN.

Sólo las almas sensibles a las enseñanzas de la doctrina del corazón, saben reconocer en el dolor una verdadera escuela para La conciencia.

Debe llegar un momento en que aprenderemos a soportar cualquier dolor, por mas duro que sea, porque ya hemos procesado su lento aprendizaje en carne propia... Para el EGO el dolor es una daga hiriente y martirizante, porque reacciona en nosotros la autocompasión y el amor propio. Ciertamente ante el dolor necesitamos COMPRENSIÓN, mucho análisis y también mucha REFLEXION.

Aceptar nuestros defectos, conocer el proceso de cómo nos manipulan, nos ayuda a desarrollar el sentido de la COMPRENSIÓN CREADORA. Pues de esa forma llega la luz y/o entendimiento, de lo que significa sufrir y aprender en silencio.

“Dolor y reflexión, he ahí el camino”. Es la única forma de aprender y de trascender del mero sentimentalismo subjetivista egoico, a la ciencia del PROBISTMO concientivo objetivista. ESO ES TODO.

Mis respetos y cariño siempre,

Doral.

2 comentarios:

  1. Hola amiga Doral, que bien has reflejado ese sentimiento que es el dolor, quien no ha conocido el dolor a lo largo de su vida por el motivo que sea por la perdida de un ser querido, por un desamor, por enfermedad, etc,creo que todo ser humano, pero como tu bien dices que el dolor nos hace mas fuerte, llorar un tiempo el que se necesite pero no pararnos en el dolor.
    Doral esta mañana estado viendo la tele un rato ese dolor que se esta viviendo en haiti familias entera desaparecidas,personas que lo han perdido toda su familia y se han quedado solos, es un dolor muy grande un dolor que llega atodos nosotros yo cuando veo todo ese dolor te juro amiga que me siento ridicula con mi dolor y siento una impotencia muy grande,, cuando veo que estan salvando algunas personas de los escombros las lagrimas no las puedo evitar, una de las ultimas supervivientes que han rescatados de 67 años,, dice esta bella mujer,,, yo cuando me vi enterrada me comende a mi jefe DIOS, eso es para que nos demos cuenta el verdadero dolor,,,, bueno mi linda amiga Doral gracias por tus articulos que son acuales mejor yo difruto mucho con tu escritura, un abrazo y un beso de tu amiga Lola.

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  2. MUY QUERIDA LOLYS:
    Estrella del Mar de Inspiración:

    Concuerdo totalmente con tus conceptos querida de mi vida, pues si nos ponemos a reflexionar profundamente en todos esos factores enunciados, tendremos por resultado general que no tiene sentido preocuparnos por las cosas inútiles de este mundo y sufrir por ellas me parece una santa tontería.

    Es bueno reflexionar, sufrir y hasta llorar cuando debemos lavar el alma, pero lo que yo no entiendo es una cosa: ¿Por qué a la mayoría de las mujeres nos gusta clavarnos en el dolor y fijarnos en algunos sufrimientos como si los difrutaramos? ¡Con justa razón nos hemos ganado el galardón de mujeres masoquistas!¿cierto?

    Gracias mi niña santa por tan amable respuesta tan valiosa que admiro, agradezco y deseo conservar.

    Siempre tu amiga y tu hermana,

    Doral.

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