martes, 10 de diciembre de 2013

LAS VOCES DE DICIEMBRE


LAS VOCES DE DICIEMBRE


Tal parece que el espíritu navideño tiene la magia de poder encender todos los fuegos sagrados de las personas en el mundo, o será que la percepción de las cosas cambia en estas fechas tan cargadas de luz, sonido, sabores, olores, regalos y algo más... pero es evidente que la calidad de vida emocional de la mayoría de la gente en diciembre, sacude a muchos corazones, sobre todo si se trata de corazones femeninos, sin embargo esto no quiere decir que los señores no sientan emociones, ¡Por supuesto que si!

¿A qué se debe este fenómeno de que sea precisamente en navidad cuando las personas salen de sus rutinas y cambian sus conductas?, ¿Será que se trata acaso de la influencia que ejercen los regalos, las posadas y las fiestas decembrinas?, ¿Serán acaso las tradiciones familiares?, ¿Los viajes, las visitas o las vacaciones? ¿Las comidas navideñas?, ¿El árbol de navidad o el nacimiento tan clásico y tradicional? 

En diciembre todo mundo recibe sus dineros, llamados "Aguinaldos", pero no a toda la gente le hace feliz ese aguinaldo, porque si bien es cierto;  ese dinero cumple con una función específica que es compartirlo  con los demás a través de los obsequios, regalos mil y cosas de diferente valor, pero no deja de ser "extraño", que también el verdadero valor emocional varía, a pesar de que la bolsa se ha llenado de dineros. 

Para muchas personas el mes de diciembre significa nostalgia, añoranza, tristeza y soledad. Sus voces se apagan con el llanto, se lamentan de sus miserias psíquicas:  

"¿De qué me sirve tener dinero si no me puedo comprar nada?", "Estoy gorda o estoy muy flaca", "No encuentro zapatos que me sirvan, unos son muy grandes y otros me aprietan demasiado los pies", "Lo que recibí de aguinaldo no me alcanza, mejor ni me compro nada, ¿para qué?", "Todas van a ir bien vestidas y arregladas a la posada y yo como tamalito mal envuelto y estos pelos rebeldes que no me los puedo arreglar, y hasta caspa me sale por la resequedad que me produce el frío... ¿Porqué habré nacido tan defectuosa?

Otras personas descargan sus bloqueos de neurosis aislándose de todo y de todos, se encierran en su cuarto a vaciar sus experiencias en la escritura emocional. Escriben y escriben sendos mensajes y cartas de amor y en cada letra van dejando sus trocitos de vida: "¿Porqué estoy tan sola en navidad?, "Si yo tuviera a mi familia a mi lado qué diferente fuera", "Si yo hubiera nacido en otro país y no en esta fregada ciudad que ya me tiene harta", "Si yo tuviera un hombre que me amara con locura yo sería tan feliz", "Si yo pudiera bajar de peso", "Si yo pudiera dejar de fumar",  "Si yo pudiera viajar", "Si yo pudiera conocer a alguien tierno(a) etc.

Las voces de diciembre se van convirtiendo en tristes lamentos desvelados, hijos de toda la amargura del mundo, tan adicta y tan tirada al desencanto total, cuando en realidad de verdad, debería ser todo lo contrario. ¿O será que esas personas desconocen el verdadero sentido que tiene la navidad? Un tiempo de adviento, de paz, de calor de hogar, de cariño, de comprensión, de unión y de amor.  La misma palabra "hogar" deviene de "Hoguera", y cuando no hay calor en el hogar, la casa se muestra fría,  lúgubre, apagada, con un ambiente denso, sin luces, ni risas ni algarabías, pero no hay que abusar tampoco por favor. ¿Porqué ser tan extremistas?

La decoración debe ser adecuada, y tener mucho cuidado con la iluminación. Ser prudentes con las luces de colores en las paredes, puertas, ventanas o jardines, pues no deben ser exageradas, ni los adornos deben ocupar todos los rincones la casa. Las grandes cantidades de guirnaldas adornadas con licopodio, piñones dorados o plateados, musgo verde, listones metálicos, coronas, arreglos con flores de noche buena y velas, esferas de todos los tamaños y escarchas mil que llevan hasta campanas musicales y de pilón allá encima de la casa colocan a un Santa Claus regordete y cachetón que por poco y con tantita lluvia o aire, amenaza con venirse al suelo con todo y todo... ¡Por Dios! ¿Para qué tanta ostentación?

En fin... Las voces de diciembre son tantas y tan variadas que si todas se unieran al unísono para rendir tributo al Niño Dios y todas se convirtieran en coros angelicales  como si fuera el cielo en la tierra, con toda seguridad que el Niño Jesús también sonreiría, pues como invitado de honor al festejo por su nacimiento, Él mismo llevaría a cada corazón, toda la abundancia, la felicidad, el amor, la paz y el perdón que todos necesitamos en este, o en cualquier otro mundo de conciencia. ¿No lo creen ustedes así?

¡Suya es aún la voz y bendita su palabra hecha promesa!

Psic. Doral.

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