martes, 17 de marzo de 2015

PRODUCTOS DEL DESEO



LOS PRODUCTOS DEL DESEO

Al final somos productos del deseo o de la frustración del deseo.  El deseo de los ricos y poderosos transforma un pantano en aeropuerto, un desierto en oasis, una región árida en una próspera ciudad, en fin, el deseo es el motor que mueve conciencias e induce acciones.

Desde la mujer violada producto del deseo enfermo del violador, hasta el hijo parásito (improductivo) producto del deseo enfermo de sus padres.

El deseo está atrás de cualquier cosa incluyendo las frustraciones. Basta el deseo del presidente para convertir a un mortal en diputado, senador, gobernador, ministro, secretario, embajador, o inventarle cualquier refugio económico que lo vacune para crisis posteriores.

El deseo sexual hizo que el que escribe y el que lee se convirtieran en personas aunque no se tenga conciencia de ello.

El deseo sexual mueve a toda una industria pornográfica, el deseo de ser amada hace que muchas mujeres confundan amor con sexo. El deseo de tener un hijo hace a muchas mujeres presa fácil del deseo sexual del hombre.

El deseo de obtener una migaja de poder político hace que muchas personas transgredan sus principios y valores, el deseo de estar en el ánimo del político hace  que hombres y mujeres cometan desfiguros que jamás imaginaron.

El deseo casi siempre se asocia con el poder, por eso cuando el deseo está huérfano de poder, las cosas se dificultan más o surge la frustración del deseo.

No desearás la mujer de tu prójimo, es uno de los mandamientos de la religión cristiana, es pues el deseo un impulso primario que viene integrado en el paquete de ser humano.

Desear con poder, es igual a éxito y autorrealización, desear sin poder es frustración y lamento.  El deseo está en todas partes convertido en grito de euforia o en un grito de lamento, pero está presente.

Desear salud, dinero, pareja, hijos, bienestar, grados académicos, trabajo, viajes, descanso, tiempo, o cualquier insumo que satisfaga el ardor del deseo, es el remanso y antesala de la muerte, es decir, el mortal quiere satisfacer su deseo antes de morirse.

El mortal espera ver o tener esto o aquello antes de morirse.


Autor:
Dr. David Uriarte Gastélum
Sexólogo, Psicólogo Clínico y Psicoterapeuta.
cienciasex@yahoo.com

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