viernes, 24 de septiembre de 2010

El carácter, garantía de toda mujer.



El carácter, garantía de toda mujer.


El carácter está asociado a la voluntad y conducta de la mujer (y del hombre en general), que lo diferencía de los demás; en otras palabras, es toda la personalidad del individuo.

La importancia que le damos a la integridad de nuestros pensamientos en la vida, nos ayuda a conocer nuestro carácter real, pues no debemos olvidar que lo que un hombre piensa, en eso se convierte. Así mismo dice una máxima que reza por allí: "El hombre es lo que es su vida", y mejor diríamos que el hombre es, todo aquello que hace con su vida.

Entonces es muy importante señalar que el carácter de una persona se forma en la sumisión de la obediencia humilde, pero se evidencia en la adversidad, por tal motivo formar carácter en cada individuo ha sido una labor inalcanzable en la mayoría de los seres humanos, pues se requiere de tiempo, diligencia y mucho esfuerzo en la disposición del ánimo. Y al respecto, algunas mujeres eligen por lo que les place y no por lo que les conviene, pero con otras sucede todo lo contrario.

Las sagradas escrituras nos dicen que Dios siempre está más interesado en formar el carácter de una persona y después le da su labor para hacer. Mientras el mundo es inconstante, variable y cambiante e inestable según las circunstancias, siempre emergiendo de un carácter endeble, la humanidad a su vez reclama a los inconmovibles.

Conozco perfieles de hombres que en un momento hablan con toda seguridad y confianza emocional y en un instante lo puedes encontrar actuando de una forma totalmente opuesta; esta persona por lo regular cree que sus emociones son él mismo, y no es así. En un momento puede ser la persona más segura y valiosa del mundo y otro día puede tener su autoestima por los suelos.

Algunas de las cualidades del carácter son la estabilidad, la firmeza en sus convicciones y su flexibilidad. Un hombre o una mujer inestables, lo son principalmente por tres razones:

1.- Porque es muy emocional,
2.- Porque tiene miedo a la pérdida y al dolor del yo, deseando siempre complacerse.
3.- Porque teme ser rechazado.

Las personas que viven según lo que sienten, son muy inestables y cambiantes, al son que les tocan bailan, porque viven de los estímulos de sus emociones y sus circunstancias, cuando lo correcto sería tener autocontrol y dominar las emociones para pensar alto y sentir claro.

La buena noticia es que formar el carácter implica meterse de lleno en una actividad que es aprendible, pero es necesario tener firmeza en lo que se quiere lograr porque el hombre o la mujer de doble ánimo es y seguirá siendo inconstante en todo lo que hace y su inestabilidad no le permite ni le permitirá nunca alcanzar nada de lo que se propone.

Amigo(a) lector(a), puedes querer con toda tu alma formar un cáracter estable y definido, pero para esto se necesita mucho más que emociones y deseos profundos, necesitas conocer primero a tu verdadero yo, y observar cómo te maneja en las emociones y no tú a él, como debería ser... ¿Quién manda dentro de ti?, ¿Quién es el regente de tu interior?, seguro aún no conoces ni siquiera el poder que tiene el báculo de tu voluntad y necesitas conocer tu propósito (que significa propuesta)... ¡Acepta la propuesta de luchar contra tu peor enemigo: ¡Tú mismo!, hasta lograrlo.

Una persona cuyas emociones no han sido quebrantadas, siempre vivirá basándose en ellas, y quizá hasta se considere auténtica, pero la realidad es que es y seguriá siendo gobernada solamente por su perfil añejo... ¡Rompe tus esquemas caducos!, ábrete a lo nuevo. Recuerda que si no rompes la odre vieja, de nada te servirá echarle agua nueva, porque lo único que conseguirás es que ésta, se revuelva con el agua sucia y maloliente que por mucho tiempo allí tenía estancada.

Nuestro impulso emocional no es nuestro verdadero ser, decimos amar a los nuestros y hasta juramos amar a Dios, pero nos amamos más a nosotros mismos, creemos vivir por Él, pero no estamos dispuestos a morir por Él. ¿Entonces en qué quedamos? ¿Dónde queda el valor de nuestra palabra?

No podemos confundir nuestro perfil con el verdadero yo, muchas veces tenemos una emoción de valentía, pero como personas somos débiles y cobardes, deseamos entregar nuestra vida en lo que creemos, pero terminamos protegiéndonos. Sólo una clase de persona es estable: La que decide ser fiel a sus convicciones del alma y a su Creador... ¡Hasta la muerte del Yo!, eso es todo.

Autor: Psc. Luz María Bustamante
Foto: Lic. en Comunicación: Tere Bermea
Adaptación: Doral.

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