sábado, 11 de septiembre de 2010

¡Mujeres agresivas!



¡Mujeres agresivas!


Muchas veces nos preguntamos porqué las mujeres somos más proactivas, ésto indica que tenemos más capacidad de planear las cosas con más serenidad que el hombre. El hombre en cambio suele ser reactivo cien por ciento, reacciona con alta actividad emotiva ante un estímulo desagradable y no puede controlarse, o al menos le cuesta mucho trabajo controlarse, debido a los componentes químicos de su cerebro. Y no es que la mujer no los tenga, ¡Por supuesto que si!, sin embargo; expertos en la materia aseguran que este fenómeno está asociado con los roles y diferencias de papeles laborales que se acentuaron en el cerebro humano, hace más de cien mil años.

De allí que se podría extractar una buena dosis explicativa del porqué las maneras tan diferentes de reaccionar entre hombre y mujer. Pero si se trata de querer entender la agresión de manera generalizada, allí si que tendríamos que aceptar que existen personas (sin importar su género), mucho más susceptibles que otras, a ser agresivas por su propia configuración cerebral.

Y es en este campo donde a la mujer contemporánea se le adjudica la mayor dosis de agresividad, de bravura, de irreverencia, de un no dejarse de nada ni de nadie, a veces incluso en contra de su educación y su propia cultura. Sin embargo otros opinan todo lo contrario, que la mujer es sumisa por naturaleza y que todavía conoce la obediencia y el "respeto" absoluto a las ordenes de su marido. ¿Quién posee la razón?

La única razón y explicación convincentes, se remota a las teorías de algunos estudiosos de la conducta humana, desde la grecia primitiva, hasta la era actual, aún se sigue estudiando ese fenómeno llamado: Agresión y agresividad, que son dos cosas distintas con un mismo común denominador. Pero veamos con más profundidad esto para entenderlo mejor, ¿de acuerdo?

Existe una teoría por ejemplo: El Estadío del Espejo, del Dr. Jacques Lacan (1936), la cual nos muestra que el niño es agresivo a partir de que se vé reflejado en el otro, es decir, por ejemplo: Cuando un niño se refleja en un espejo y la imagen que éste le devuelve es fuerte, el chico se siente desguanzado, no controla sus esfínteres, o reacciona con agresión. Allí se hace presente lo que llamamos: Pulsión, que tiene que ser descargada de alguna manera. La pulsión se alimenta con todo lo que es nuevo para el individuo, si éste, no recibe algo nuevo le genera histeria, irritación, coraje, que son transgresores y conductores de malestares individuales y sociales.

Cada pulsión se forma a través de los deseos, a través de los fantasmas mentales, (o fantasías), a través de las actitudes, se alimenta por el placer, no le gusta sustraerse ni perderse de nada: "Quiero comer", "Quiero dormir", "Quiero tener sexo", "Quiero ir a bailar", Quiero esto, quiero lo otro, etc... busca la autocomplacencia en todo momento, es un continuo desear hacer cosas nuevas. Entonces si la pulsión está regulada por el placer, de allí mismo sale el deseo por lo nuevo.

Los deseos o placeres reprimidos son pulsiones reprimidas tambien, y son como una bomba de tiempo, veamos: ¿De dónde viene la crueldad, o la conducta agresiva?, de la pulsión no subliminada. Entonces eso quiere decir que la pulsión no satisfecha, alimenta o conlleva a la agresión de las personas, desbarata las entrañas del otro.

Entonces ¿Cómo podemos sacar esa pulsión no sublimada? pues encausando lo que hacemos. Al niño por ejemplo, se le debe organizar su tiempo con deporte, con pintura, con arte, lectura, escritura, o con alguna otra actividad, donde éste se exprese plenamente, evitando así, que ese niño crezca reprimido, es un gran error mantener al niño maniatado, prohibiéndole hacer ésto o lo otro, callándolo, limitándolo, encerrándolo, anulándole su desarrollo de inquietudes, y es así como se van incorporando sus tensiones de insatisfacción, entonces a mayor represión, mayor pulsión acumulada y más riesgo de que el niño genere agresión, es por eso que dice el Dr. Sigmund Freud (Padre del Psicoanálisis), que la agresividad se constituye a través de los ímpetus.

¿Se han dado cuenta amigas queridas, cómo los niños agarran del pelo a la madre o al hermanito o hermanita que se le acerca?, Lo agarra tan fuerte con sus manitas, que por más que lo jalen, o lo quieran separar, no logran soltarlo, y a la pobre mamá, casi la deja pelona porque no le suelta el pelo, así lo jaloneen... Pues allí está expresándose una fuerte pulsión, y esa es una manera que el niño tiene de expresar alguna insatisfacción. Lo mismo sucede cuando éste golpea, patea, grita o llora... es su forma de descargar sus pulsiones, ¿Pero qué hacemos los adultos ante esa actitud?, callamos al niño, lo reprendemos, lo castigamos, lo amenazamos, : "Suéltame o te voy a pegar", "Ya estuvo suave, o te calmas o te vas castigado a tu cuarto", y hasta levantamos la mano en señal autoritaria, y por supuesto, como es lógico, al niño no le agrada que lo regañen ni lo amenacen y lo hace peor.

Entonces, que quede claro que la agresión es derivada de una pulsión (es instantánea, y mecánica, no se piensa, no se registra psíquicamente), y la agresividad es algo más derivado de lo social. Sin embargo cada conducta agresiva, lleva inmerso un trasfondo de intencionalidad, no sucede así por que sí nada más, no pasa nomás por pasar, lo hace sin pensar sí; no se mide para nada, pero se fragua desde el inconciente y el inconciente se maneja fuera del tiempo, a eso se le llama: Conducta refleja instintiva, y si queremos saber más sobre este aspecto, nada mejor que leer al Dr. Konrad Lorenz, en su libro "Agresividad instintiva en nosotros". El Dr. Lorenz asegura que a la agresividad instintiva se le encuentra en todos los animales, incluyendo al hombre... ¡Ups!

Volvemos a lo mismo, la mujer no se salva, porque el hombre descarga en la mujer sus frustraciones, sus problemas, sus iras, sus incompetencias, sus inseguridades y todas sus faltas, aunque no preoceda ni corresponda. Y bueno... como la mujer no es de palo ni de acero, obviamente le calientan su pulsión y tambien explota como palomita de maiz y nadie de los dos quiere ceder, si el hombre grita, la mujer grita más fuerte y allí se forma un zipi-zape, una guerra sin cuartel. Marido y mujer en pleno acto de agresividad.

Por otro lado, cuando la mujer descubre infidelidades, eso es otro rollo (como dice Adal Ramones), no quieran estar allí porque la dama se convierte en una verdadera fiera herida y mucho cuidadito con quien se le atraviese en su camino porque no respondo -dice-, pero lo que no sabe la pobre mujer, es que va directo al matadero, victima de su propia pulsión, o la del otro que no se quedará -por supuesto- de brazos cruzados. Por eso se le llama tambien: Pulsión de muerte, porque te descarga todas tus energías.

Y bueno amigas lectoras, ni se preocupen, porque después de todo, las mujeres no somos histéricas sino históricas y a mucha honra. ¿Quién se atrevería a negarlo?, Vamos... ¡Sáca tu pulsión, pero con resonsabilidad, cuida tu decisión!. Eso es todo, hasta la próxima y si deseas opinar sobre el tema o tienes algo más que compartir, no dudes en escribirnos.

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

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