viernes, 10 de diciembre de 2010

¡El milagro más grande en esta navidad!



¡El milagro más grande en esta navidad!


Mis amigas queridas, faltan muy pocos días para que llegue la navidad de este año 2010 y creo que a estas alturas ya todas nosotras habremos planeado qué cosas vamos a regalar o compartir con nuestros seres queridos, ¿verdad?, pero tengo una pregunta:

¿Porqué siempre pensamos en las personas más cercanas a nosotras nada más?, ¿Nunca se nos ha ocurrido ir más allá de las fronteras de nuestro hogar, nuestra familia, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo o vecinos?

Es cierto que el amor, las sonrisas, los buenos deseos y tambien los regalos (¿porqué no?), deben empezar por casa, con los nuestros primero, ¡claro!, eso es muy obvio, pero sería interesante echar una mirada hacia el fenómeno de la marginación y la pobreza extrema de nuestros semejantes, una visitadita a aquellas personas, hogares, lugares y hasta comunidades donde no hay formas de ver llegar la navidad cargada de dulces, esferas, luces de colores y un festín de comida, bebida y regalos todos los años, porque son personas que ni trabajo tienen, ¿Y cómo creen ustedes que esas familias van a pasar la navidad?

Por un momento pensemos que donde hay un hogar, siempre hay una esperanza, ilusiones, sueños, imaginación, fantasía y una dulce espera de ver llegar el milagro de Dios, por el caminito polvoriento de las calles de la periferia, que conduce hasta el corazón de las ciudades donde las luces de neón estrenan sus radiantes colores fosforescentes que se encienden y se apagan centellantemente dibujando las sonrisas del viejito panzón vestido de rojo tan sonriente como toda la vida: ¡Jo, Jo, Jo... Es Santa Claus! -dicen todos los chiquitines al verlo-

Esos niños hablan maravillas de Papá Noel y su trineo empujado por renos, corriendo sobre la nieve, él viene siempre cargado de juguetes muy bonitos. Hay que acostarse muy temprano niños porque el que no se duerma temprano, Santa no le traerá regalos, -ordenan sus papás-, pero cabe preguntarse: ¿Será que se tienen que ir a dormir temprano para que no pasen frío en la espera, o para ahorrarse la cena de navidad? y otro día, ¡Oh sorpresa!, Santa Claus sólo dejó una bolsita de dulces baratos para que se repartan entre todos. ¿De qué les dan ganas amigas? ¡No se vale!, y vuelvo a preguntarme:

¿Qué pasaría si cada una de nosotras nos conviertiéramos esta navidad, en ese milagro tan esperado para esos niños de la periferia, los barrios más humildes o las comunidades más desarraigadas donde sólo se vive miseria, tristeza, ignorancia o enfermedad?

Hay muchas formas de compartir, no se necesita dinero para saber compartir, sólo es cuestión de meternos a nuestro cuarto y seleccionar la ropa que ya no usan nuestros hijos, los juguetes que a nuestros niños ya no les llama la atención, los zapatitos y medias que quedaron nuevecitas porque ya los chiquitos crecieron, una gorra, un sueter, un pantalón, un par de camisas, un vestido, un blazer, ¡Por Dios... lo que sea!, hay tanto que dar a quienes menos tienen o no tienen nada, y si fuesemos con la tía, con la hermana casada, con la sobrina que vive ostentosamente, con la vecina que trabaja en la juguetería, con la comadre que trabaja en el mercado, con el amigo de mi compañero de trabajo que tiene una tienda de ropa, con la señora de la esquina que tiene una dulcería... Vamos... ¡Vamos!, seguramente también ellos querrán compartir un poco con esas familias y niños que esperan el milagro de la navidad.

Llenemos las cajas con ropa, despensas de comida, calzado, juguetes, medicamentos, abrigos, cobijas o con lo que sea, lo que nos regale la gente es útil y bueno... ¡Dios Mío!, si ustedes supieran el valor tan grande que todo eso representaría para quienes no tienen de verdad, ¡absolutamente nada!, y qué tristeza que no tengan nada, tampoco para esta navidad... Los niños creen en los ángeles porque los ángeles sí existen, ¡Conviértete en un ángel que hace milagros, mujer... Tú puedes hacer feliz a una carita triste esta navidad!

¿De qué te sirve tu riqueza si no la sabes compartir?, ¿No sientes feo que en tu casa haya muchísima comida, bebida, dulces, regalos costosos, joyas, pieles, coches, ropa de marca empacada finamente en elegantes envolturas y moños dorados o plateados que hasta parece que le arrancaron una tajada a la luna, tienes un árbol grandísimo con mil luces que alumbran toda tu sala y hasta los jardines radiantes, edredones calientitos en tus recámaras, y tu nevera repleta de carnes, frutas, verduras, lácteos y tantas cosas sabrosas para comer, cuando en otros hogares sólo tienen tortillas duras o a veces ni eso para cenar en navidad?

No pretendo parecer extremista, pero respiremos profundo y hagámonos el propósito de caminar anticipadamente a esta navidad, por una de esas calles de Dios donde sólo abundan los niños descalsos, flacos, hambrientos o enfermos, para conocer cuánta ayuda necesitan y lo poco o mucho que les podamos llevar, para ellos significa todo: La promesa de Dios en su puerta, la esperanza de una sonrisa amable, el aliento de salir algún día de su miseria, la fe que motiva y levanta, la alegría de sentir que ya no son ignorados por la sociedad indolente, su estómago lleno de alimento sano, y el corazón de Dios, presente en todos esos dones llegados del cielo.

¿No lo crees mujer?, entonces inténtalo, vamos.... ¡inténtalo!.... ¡Conviértete en un milagro esta navidad! y ya luego me contarás toda la inmensa satisfacción íntima que se siente amar a tu prójimo en plena Natividad de un Niño Dios, que también nació humilde, y su cunita sólo era de paja, de heno perfumado y su única riqueza: ¡El amor que lo vió nacer, para convertirse en el Amor mismo, que sirvió para redimirnos de todos los pecados del mundo!, que sigue y seguirá salvándonos por Amor, si nosotras como mujeres sabemos transmitir ese Amor a los nuestros, y también a quienes nada tienen y esperan con infinita fé... ¡El milagro más grande en esta navidad!.

Ojalá que haya muchos milagros, ¡lo deseo de todo corazón!
Doral.

1 comentario:

  1. Doral;

    Es muy cierto todo lo que dises,en el mundo hay muchos niños que no tienen ni para llevarse un bocado a la boca y pasan frio,sabes yo asia eso antes de ir a los pueblitos màs pobrecitos y les llevaba ropa tanto a niños como a grande,les pedia a todos en mi trabajo,en mi casa con mis hermanas y con mis vecinos,lo ise por mucho tiempo despues el tiemp me envolvio en otras cosas,hoy pido perdòn por no aserlo màs,les mando a todos esos niños bendiciones y le pido a Dios que los cuide. ya me voy a dar màs tiempo para alegrarle el corazòn a otros niños.
    Compartir es lo mejor que podemos aser como humanos.

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