ALMA SOLITARIA, ¡FELIZ NAVIDAD!
¿Porqué estás triste?, ¿acaso te han lastimado? ¿Te han herido?, ¿Una ruptura sentimental?, ¿Un divorcio reciente?, ¿Una traición?, ¿No puedes ver a tus hijos? ¿Estás lejos de tus padres?, ¿Extrañas a tus abuelos o a tu familia?, ¿Un mal negocio?, ¿Un mal de amor?, ¿Estás enfermo? etc., Cualquiera que sea el motivo de tu tristeza, sé que te duele, que no puedes evitar mirar el cielo, pensar, sentir, llorar y saber que eres ahora una alma solitaria que se siente a la deriva de las circunstancias esta noche de navidad y que quizá caminas por la calle sin rumbo y sin destino.
Una alma solitaria que sobre su sufrimiento va dejando cada paso en la oscura mirada de aquel que pasa de lado y no entiende tu dolor. Es navidad, todo mundo ríe, canta, come y bebe, festeja, baila y se divierte, excepto aquella alma solitaria que en silencio vaga, girando sobre sus mismos pasos, tratando de serenar su mente, acomodar sus ideas, mitigar su tristeza, quizá hablar con Dios preguntándose: ¿Porqué Señor, porqué... porqué me siento triste esta noche de navidad?.
Las lucesitas de colores centellean el camino, los perros ladran tras los niños, los papás acomodan los regalos bajo el árbol de navidad, la abuela espolvorea clavos de olor sobre los buñuelos crujientes, el ponche de frutas ya está hirviendo, la música ondea sus notas en los hogares dispuestos para empezar la cena de navidad y tú... alma solitaria; sigues caminando por la calle, cabizbaja entristecida con las manos en los bolsillos y tu mirada perdida en lo que pudo haber sido quizá, pero no fue.
¿En qué o en quién piensas?, quizá en tu pareja que ahora no está a tu lado como otras tantas navidades?, ¿Quizá en tus hijos a los que no puedes abrazar esta noche ni regalarles un presente de navidad?, Otros años echabas la casa por la ventana haciendo regalos costosos a todos, ¿pero a qué precio?, pues al final de todo seguías siendo esa alma solitaria que al apagarse el alba, todos se iban a dormir y tú volvías a quedarte sola, como un perro callejero al que nadie le dolías, al que a nadie le importabas pero que todos se aprovechaban de ti.
Hoy quizá no estés tan sola como lo estuviste aquellos años en los que esperabas la navidad acompañada de la mejor ostentación iluminada en una mesa adornada con manteleria de lujo y las mejores viandas: El mejor vino tinto de cosecha o reserva especial, los mejores panecillos y el mejor caviar, o romeritos con bacalao, o barbacoa de cabrito, o pierna al horno, acompañada de las más exóticas ensaladas navideñas y coctel de frutas en almíbar servidas en elegantes copas de cristalería cortada y cubiertos de plata.
Hoy caminas solitaria, como una de esas almas que les pertenece a todos pero que no es propiedad de nadie, y la sombra de tus pasos perfumados de añoranza desvelada, van contando los minutos de esta noche, en el reloj de la esperanza hasta su último segundo, suspiro que se convierte en el anhelado secreto o la espera de un milagro de navidad.
¡Tú eres el milagro más hermoso de Dios, alma solitaria!, tu vida misma es el mejor regalo que tienes esta noche para ti ¿qué no te das cuenta?, una noche especial, una noche llena de estrellas, magia celestial, con olor a incienso manzana y canela sobre la senda de tu respiración oxigenada que te mantiene viva, activa, despierta, consciente de tu realidad, de tu misión en este mundo. ¡No llores!, ¡No estés triste!, los milagros llegan corazón, llegan después de las lágrimas.
Abraza pues la esperanza del mañana, levanta tus alas de águila y eleva una oración en un suspiro al Todopoderoso porque hoy es la noche de su natalicio, la noche que lo vio llegar a este mundo trayéndonos una Promesa de Vida y el mejor mensaje de Amor... ¡Él te esta pidiendo en tu dolor, que seas amor y promesa en su nombre para otros, quizá no tanto a los que tú quieres seguir dando, sino también a aquellos que a su vez, han desdeñado tu amor.
Que esta noche de navidad sea tu mejor consuelo, tu mejor guía, tu mejor maestra, tu mejor oración para que sepas dar más y mejor de lo que hoy en adelante se te exija, pero aprendiendo a amarte a ti misma primero. Si tú estás bien, eso proyectarás ante los demás, eso darás, pero si decides seguir en llanto, o lamentándote triste en ese charco de la autocompasión, proyectarás miseria, y un ideal muy pobre que defender. ¡Respira!, ¡Vuelve a respirar! repítelo 10 veces o repítelo 100 y vuelve a empezar, pero no claudiques esta noche sintiendo tu abandono como un látigo que golpea sin piedad tu soledad, porque el mismo látigo del desamparo se convertirá en tu cómplice despiadado.
¿Crees que la vida se detiene porque algo te ha salido mal o alguien te ha fallado? ¡Yo te digo que no!, al perder a veces se gana más, y cuenta doble porque cuenta te darás de que todo lo que diste de buena fe, regresará a buscarte...¡Alégrate, es Navidad!, y de cierta manera una nueva vida también empieza para ti, pero no una vida claustro, sino una vida de absoluta libertad en el amor, en el perdón, en la alegría, en la felicidad auténtica (no prefabricada), una vida en la abundancia, en la prosperidad, en la unión y la concordia con tu familia, en la eucaristía. Sé tú y se feliz Alma solitaria... ¡Sé feliz en navidad!
Un corazón de niño habla para ti esta noche bendita, escucha: ¡Estoy contigo todos los días, y contigo estaré hasta el fin del mundo!. Por virtud, ¿Reconoces de quién es esta Plegaria hecha Promesa?
Feliz Navidad, de otra alma solitaria.
Doral.