martes, 16 de marzo de 2010

¡Me siento atrapada... Pero deseo salir adelante!

¡Me siento atrapada... Pero deseo salir adelante!


Hablar de visión cuando te sientes atrapada, me parece una perspectiva rica en propósitos y oportunidades de continuidad. Estoy convencida de que para todo hay un momento, en que se pueden toman las grandes decisiones para transformar nuestras vidas con valor, fuerza, entereza y dignidad, hacia un rumbo firme de ascensión, crecimiento y progreso.

Gracias a Dios, como seres humanos, aún no hemos sido destronadas del dominio de la vida y mientras se tenga ésta, hasta el último aliento, siempre será el más grande privilegio de empezar de nuevo algo productivo en bién nuestro y de quienes nos rodean. Porque nadie puede dar lo que no posee en la vida. Pero lo más importante no es sólo decir: "Quiero cambiar las circunstancias de mi vida", sino "Hacer que cambien", tomarnos la molestia de adoptar disciplinas íntimas para modificar actitudes ya muy trilladas como: Vicios, hábitos, costumbres, actitudes y conductas que nos convierten en esclavas del error.

Amigas queridas, dejar de andar por los caminos que nos son ya muy conocidos, que nos conducen casi siempre al mismo resultado, nunca nos hace felices, ni podemos hacer felices a los demás mientras no cambiemos de ruta. Tiene que haber congruencia en nuestros actos, no decir una cosa y hacer otra. Y para tener continuidad de propósitos, es menester no perder la guardia, estar en recuerdo de sí mismas, no identificarnos tanto con los eventos exteriores, sino observar de manera cuidadosa lo que sucede en nuestro interior, para conocer primero lo que somos y generamos como personas inmersas en un mundo ya establecido, en un mundo tradicionalista que no entiende de razones del corazón, en un mundo que te juzga y te condena sin darte la oportunidad de defenderte. Un mundo en bancarrota de todos los valores desgraciadamente.

Pero cuando no se comulga con tantas cosas superficiales de éste mundo, no quiero decir que nos volvamos mujeres hurañas, irritantes, agresivos o violentos y hasta antagónicas, ¡NO!, por el contrario, es ahí precisamente, cuando nos daremos cuenta de que nos hemos transformado en seres concientes, mas "diferentes" (válgame la redundancia), es cuando se puede obtener y saborear la diferencia, "saber reconocer que somos distintas" mujeres más seguras, mujeres más templadas, más realistas y menos soñadoras, aunque nos llamen "locas", ¿y qué? ¿Quién dijo que está prohibido ser diferentes? ¿En dónde está escrito?

Sin embargo, esto no es fácil ni para todos los seres humanos, dejar de sentirse atrapada y salir adelante, quizá para algunas mujeres no resulte nada fácil, pero cualquier cambio que se haga, por pequeño que sea, es una actitud diferente y marca la gran diferencia. Tenemos que empezar por ser sinceras y acertivas -repito- congruentes consigo mismas primero, que se nos note ese cambio, que se irradie por todos los poros de nuestra piel, que se nos note en cada actitud, en cada palabra, en cada letra, en cada acción, o habremos perdido el tiempo miserablemente.

Dicen que no hay peor lucha que la que no se hace, y desgraciadamente hay muchos seres en el mundo que se dejan vencer antes de luchar, están vencidos por sí mismos primero, antes que tomar en sus manos el escudo de la fe y avanzar con paso decidido, ¿Cómo saber entonces de lo que somos capaces de lograr, si ni siquiera nos tomamos la molestia de intentarlo?.

No es la vida un parque de diversiones mis amigas querids, sino la mejor universidad donde se viene a aprender, a conocer, a indagar, a inquirir, a encontrar las respuestas del por qué y para qué de todas las cosas que nos suceden de manera mecánica e inconciente. Es muy fácil vivir como "Vicente y toda la gente" pero, ¡Ay de aquél hombre o de aquella mujer que se atreva a tomar en sus manos las riendas de su corazón y de su vida!, irremediablemente está condenado al éxito tan ansiado y merecido.

El fracaso entonces, no es tan malo como parece. El fracaso es un factor de "Alerta" y la mejor señal de que algo hemos estado haciendo mal y podemos rectificarlo, un accidente en nuestras vidas que puede ser modificado en el instante mismo que lo descubrimos y puede ser trascendido en el momento mismo que nosotros lo querramos, nadie hará por nosotros(as), lo que nosotros(as) mismos(as) no querramos hacer primero, y tampoco nadie puede cambiar a la fuerza, u obligados:

¡Es un derecho que tenemos libre en nuestras manos para tomarlo o dejarlo ir de paso!. Y nadie nos lo señará, nadie nos pondrá una pistola en el pecho para decirnos: ¡CAMBIA, CAMBIA, CAMBIA YA!!, hemos de ser nosotras(os) mismas(os) quien nos demos cuenta de esa gran necesidad de cambiar algunos hábitos de vida que nos estanca en todo crecimiento interior. Pero cuando alguien no tiene ni el mínimo interés personal de cambiar actitudes, y prefiere vivir cautiva(o), enclaustrada(o) en su propia cárcel de fracazos y frustraciones, entonces convierte su vida en un ideal muy pobre que defender.

Es muy fácil vivir en la corriente de la vida, hacer lo que todos hacen, ser sólo producto de imitación, ser un mero títere, bailando en las cuerdas flojas de la vida, suspendido entre los hilos del destino, que al son que le tocan baila. Es muy fácil ser uno más del montón, expenso y a merced de sus instintos animalescos y egóicos que lo enrredan aún más en los laberintos de su pobre razón atormentada.

Por lo tanto, aquí y ahora es urgente reconocer la vital importancia de ponernos metas y luchar por ellas, pero...¿Cómo vá a tener éxito quien no sabe ni siquiera lo que busca o quiere en esta vida?, eso me parece un sueño de niñas ingenuamente pretenciosas, es como tratar de llegar a la luna en una avioneta de corto vuelo, o tratar de tomar con las manos, toda el agua del océano. El hombre humano (en general) es el REY DE LA CREACION, REY DEL UNIVERSO, y no nacimos para estar al servicio de la vida, sino que LA VIDA HA SIDO PUESTA A NUESTRO SERVICIO, como la mejor escuela, y no tenemos ninguna necesidad de apelar a nuestro maestro EL DOLOR, para avanzar más rápido en cualquier propósito definido, el dolor no tiene porqué estancarnos en nada, todo cambio duele sí; éso es indiscutible e innegable, pero cuando éste se toma sólo como un tropiezo de enseñanza, se convierte en el mejor aliado del tiempo, el más caro, el más doloroso y el más rico en méritos, porque gracias al dolor, aprendemos a exigir, a tocar puertas, a abrir caminos a nuestro entendimiento.

Podría pasarme horas hablando de éste interesante tema que quizá para algunas de vosotras resulte hasta "aburrido" "soso" e "incípido", pero en honor a la verdad, alguien tenía que decirlo aquí y ahora, nó como un reclamo a nadie y mucho menos a la vida que nos ha dado tanto como dice una canción, sino para invitaros de todo corazón a abrazar a la vida que hoy nos regala tanto... ¡gratis y de regalado!, eso es todo.

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

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