martes, 12 de octubre de 2010

¡El club de las mujeres invisibles!


¡El club de las mujeres invisibles!


No siempre todo lo que se ve se pregunta; -dicen- pero algunas personas todavia se preguntan: "¿Porqué sigues sola fulanita, si eres una mujer tan hermosa?", o "¿Qué no piensas volver a casarte, ahora que ya estás bien divorciada?, pero algunas otras personas morbosas se atreven a preguntar: ¿Cómo le haces si ya no tienes marido?, ¿Estás saliendo con alguien?, ya ni siquiera preguntan si hay o no "pretendientes" haciendo fila, o por lo menos alguna posibilidad con algún señor solito por allí, ¡nó!, el amarillismo siempre impera en las mentes cochambrosas, se salen con la suya, para dar por hecho algo que ni remotamente le pasó por la mente a la pobre mujer que es etiquetada como: Solita y... "disponible".

Y la verdad de las cosas amigas queridas, es que en este aspecto habría mucho de que debatir, dialogar, inquirir, compartir, comprender y razonar, no tanto con la cabeza, sino con el corazón, o más allá de la razón, primero para poner las cosas en su lugar y ver en segundo lugar, cuáles son o serían las causas, motivos o razones verdaderas que cada mujer tiene, para permanecer sola, sin un hombre a su lado, algunas por corto tiempo, otras por mucho más, pero algunas prefieren estar solas por siempre en su vida. ¡Optan por ser mujeres invisibles!

Algunas mamás, corren la misma suerte con sus señores esposos y sus hijos, son amas de casa la mayoría y siempre están solas como cenicientas abrazadas de sus sueños las 24 hrs. del día, porque el señor siempre está trabajando, no tiene tiempo de llamar por teléfono a casa, ni de llegar a comer, a veces ni a dormir. Y con los hijos sucede lo mismo, ellos tienen su propio círculo de amigos y a la casa la toman como si fuera un hotel de paso, donde hay que llegar a comer, a dormir, a ducharse, a cambiarse de ropa y vuelven a salir sin siquiera dirigirle una sola palabra a la pobre mujer que nuevamente se queda sola, huérfana de afectos y consideraciones, ¡Son mujeres invisibles!

Pero qué curioso parece pensarlo siquiera, sin embargo, también existen otra clase de mujeres invisibles: Aquellas que por más que se arreglan, son mujeres honestas, trabajadoras, nobles, amables, responsables, cuidadosas de su casa, de su persona y excelentes mujeres con una exquisita personalidad y un léxico respetuoso y educado, jamás nadie se les acerca, ni siquiera para saludarles... ¡Pasan desapercibidas!

Hey... Mucho ojo; ¿Qué esta pasando allí?

Lo que está pasando allí, es que la mayoría de esas mujeres, de refinada personalidad natural, (que por cierto no es actuada), que poseen una forma de caminar sensual, firme y segura, que siempre van directo por su camino y rumbo a su destino no las distrae nada ni nadie porque saben adónde se dirigen y saben lo que buscan y lo que quieren, son capaces de inspirar tanto respeto y hasta miedo a los hombres que pasan por su lado. No se atreven éstos, ni siquiera a echarles un sano piropo porque lo considerarían deshonesto ante la presencia de aquella beldad excelsa.

Pero la verdad es que aquella pobre beldad excelsa, se siente tan sola, que a veces quisiera ser como cualquier otra mujer tan común y feliz a su manera. A veces en su interior se muere por escuchar una sola palabra de sincero afecto masculino, ¿Pero cómo saber la intención que llevaría cualquiera?. Es verdad que un piropo, lo regala cualquiera, pero éste siempre lleva una intencionalidad, si fuese serio o llevara inmerso algún interés formal, todo estaría de maravilla, ¿Pero si sólo es de paso? ¡Pues no!, ni siquiera para eso valdría la pena, y mejor que se quede como estaba, ¡ja!

Sin embargo, existen muchas mujeres (la mayoría latinas), que se quejan amargamente de que algunos hombres les faltan mucho al respeto nomás porque las ven solas, divorciadas, viudas, separadas, abandonadas, con hijos, sin ellos, etc., pero el hombre que se les acerca -dicen- se cree con derechos de confiancitas en el verbo, en el acercamiento, en el roce físico, y hasta en la burda propuesta indecorosa que asqueante sea, sólo puede venir de quien la emite, puf; ¿De qué le dan ganas a uno?, ¡De estrangularlos por vulgares y corrientes! ¿Pues quién se han creído que son para faltarle el respeto a una mujer sola, de tal manera?

Aquí cabe preguntarse: ¿Que no será mejor entonces, pertenecer seriamente a un club de las mujeres invisibles?, Pues de pasar desapercibidas para los hombres, a tener que aguantarles sus groserías de que te falten al respeto, lo más seguro es que todas nuestras amigas lectoras preferirán la segunda opción ¿cierto?, y a mí en lo personal, me gustaría en verdad, conocer sus valiosas opiniones, ojalá nos escriban, recueden que mía fue la voz, pero de ustedes es la palabra.

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

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