lunes, 9 de mayo de 2011

¡Los divorcios están de moda!

Los divorcios están de moda.


La primera pregunta obligada: ¿Porqué te quieres divorciar?, o ¿Porqué motivos fue tu divorcio?... y uf… surgen infinidad de respuestas que surgen como por arte de magia de la garganta del interlocutor: “Ya no quiero seguir así, no tiene sentido, mi mujer no me entiende, no me comprende, no me atiende y a parte se ha dejado engordar, siempre está cansada, le duele la cabeza, y encima mi casa parece un hotel, allí se llevan metidos mis cuñados, mi suegra, las amigas de mi suegra y encima las amigas de mi mujer, no tengo privacidad, y cada vez alcanzan menos los dineros que llevo a la casa. Mis hijos no saben economizar, yo ya estoy cansado, quiero divorciarme”

¿Quién tiene la culpa?... “La Pecas”.

Ah, pero esos no son los únicos delitos de “La Pecas”, que es una mujer muy alegre y comunicativa, pero lo lamentable es que ella no habla… ¡Grita!: “Prudencio, voltéate para el otro lado, estás roncando mucho”, “Prudencio apúrate, que yo también quiero entrar al baño”, “Prudencio si no te apuras, aquí va a suceder un accidente”, “Oye Prudencio, tienes que sacar a pasear al perro”, “Prudencio, antes de irte a trabajar saca la basura”, “Te dije que no se te olvidara comprar el periódico Prudencio”… ¡Madre Santa!... Prudencio por aquí, Prudencio por allá, Prudencio por acullá… y a este pobre hombre ya le acabaron toditito el nombre, ya se acabó el Prudencio y también la prudencia indiscriminada. ¿Qué remedio?, pero…

¿Cuáles son las verdaderas razones por las cuales ha subido el índice de divorcios hoy en día?

Quizá no sea toda la culpa de la pobre “Pecas” por ser como ella es: Una mujer dicharachera, alegre, optimista, amorosa, amiguera, afectiva, expresiva y muy familiar, sino que hay otros factores importantes y dignos de señalar aquí y ahora: A ver pues… conozcamos esos factores:

1.- El aspecto económico,
2.- El aspecto cultural,
3.- El aspecto conductual,
4.- La incompatibilidad de caracteres,
5.- La falta de comunicación.


Si analizamos por separado cada aspecto, encontraríamos que un gran porcentaje de parejas se separan cuando no hay dineros en el hogar, o no alcanzan los presupuestos para cubrir todas las necesidades, ambos (marido y mujer), se desesperan, discuten y terminan arrancando cada quien por su lado, y por ende aquí se observa que la cultura de ambos está de manifiesto: La mujer que se queja que el marido no la mantiene, y el marido que se queja de que su mujer no sabe economizar o no quiere trabajar para ayudarle a contribuir en los gastos del hogar, también aquí se observa que el aspecto conductual se hace muy evidente en la actitud que toman cada uno de los cónyuges.

El hombre se siente herido, lastimado en su hombría, machismo y amor propio, cuando la mujer le embarra su hiel en todita la cara, diciéndole que es un “bueno para nada”, que no es suficientemente hombre para sacarla adelante, y a su vez, ella se siente la víctima principal cuando tiene que afrontar la incapacidad de sus habilidades para regular la situación que se le escapa de sus manos y por supuesto, también todo se le sale fuera de su control.

Cada uno de los dos, defiende su posición, ambos sacan su carácter y también sus uñas. El hombre se impone, la mujer se especializa en ser un guante de terciopelo dentro de una mano de acero. El hombre harto a veces acude a la fuerza de sus puños, la mujer lastimada y herida en su amor propio recurre a las lágrimas y a la fuerza de su corazón, nadie quiere ceder, el problema se incrementa cuando se rompe la comunicación.

Situaciones hay en las que con una simple aclaración se pudieran salvar el matrimonio: ¿Realmente sabes cómo te estás comunicando con tu pareja? Cuando te surge una idea de lo que vas a decir, ¿tienes la delicadeza de codificar su mensaje, de tal manera de que se te comprenda?, fíjate en todos estos componentes que debe llevar tu comunicación, que es una transferencia de un mensaje bajo la forma de señal, desde una fuente de información y por medio de un emisor y un receptor, esta transmisión puede ser afectada por fenómenos parasitarios llamados “Ruidos”: (Shannon y Weaver (1949).

1.- Fuente (Qué canal vas a utilizar para dejarte oír, ¿verbal?, ¿no verbal? ¿cuál?). Aquí debes observar que el ruido puede convertirse en un elemento que podría distorsionar la transferencia de tu mensaje, dando pié a los malos entendidos.

2.- Mensaje (claridad en tu idea que deseas comunicar, usa el orden, la pausa, no te enredes), Aquí el comunicado es la parte medular de tu ejercicio, ¿qué quieres, sientes y deseas realmente expresar a tu ser querido? Exprésalo directamente sin rodeos, pero tomando en cuenta que la otra persona también tiene sentimientos, cuida que tu mensaje no lleve veneno, toma las cosas como son, no mezcles los sentimientos, espera la respuesta, hablando se entiende la gente.

3.- Código (Intencionalidad, tono de voz, forma de abordaje, tipo de léxico, poder de persuasión), Aquí es importante darle sentido al mensaje, significado real: ¿Qué tanto énfasis queremos ponerle al mensaje? ¿Qué tanto deseamos ser entendidos y comprendidos en todo lo que hemos dicho o queremos decir?. De nuestras habilidades depende pues, lograr el éxito en el código que vamos a utilizar para interrelacionarnos.

Hay personas muy expresivas para comunicarse, son fáciles de comprender, y viceversa… Hay personas muy secas, muy inexpresivas, muy difíciles de entender su forma de comunicarse, utilizan un verbo adusto, pasivo, indolente y a parte tienen un rictus abstracto en su rostro y allí tiene uno que afilar todos los sentidos para entender qué carajos nos quieren transmitir… ¡Dios mío! A veces tiene uno que adivinarles, pues ni parando todas las orejas se dejan entender, sin embargo, hay parejas que no necesitan utilizar las palabras, con una sola mirada, un asentamiento de cabeza, un ademán con las manos o un gesto cualquiera, se entienden maravillosamente.

Entonces, la clave consiste en ser claros, francos y abiertos con nuestra pareja, pero sin perder el respeto, expresarle serenamente lo que nos está afectando y buscar juntos la manera de corregirlo, si es que realmente se desea salvar el matrimonio que es de dos. Si analizamos seria y profundamente todos y cada uno de estos elementos, nos daremos cuenta de que no habría necesidad de desbaratar tantos matrimonios hoy en día, sólo hay que tener más cuidado en la forma cómo nos conducimos y cómo nos comunicamos, hay mil formas de decir las cosas.

Aquí juega un papel importante la intrasubjetividad, o sea la forma cómo decodificamos todo lo que recibimos, nuestra percepción, la actitud, el esquema o concepto que formamos de las cosas, y cómo reaccionamos ante ellas, ante los eventos y personas que se comunican con nosotros, pero también es importante el papel que juega en todo esto, la intersubjetividad, que implica precisamente las formas y maneras de cómo respondemos, cómo nos relacionamos y cómo nos comunicamos con los demás… en fin, sea cual sea el motivo, pretexto, excusa o razón de tu intención de divorcio, ahora ya sabes cómo puedes prevenirlo y evitarlo, o cómo pudo haber sido salvado a tiempo. Eso es todo.

Con mis respetos y cariño siempre,
Doral.

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